Partida Rol por web

El samurai es un gunso (sargento) del ejército Hida Cangrejo. Por lo que tú sabes pertenece a un destacamento menos beligerante del Clan, más dedicado al servicio personal del Gran Oso (Hida Kisada, daimyo del Clan).

En el mapa ves la localización de la Tumba de Iuchiban.

Y también hay descripciones de las Tierras Sombrías, pero nada de las tierras Cangrejo.

Hay ubicaciones en el mapa de tribus de rátidos, la más al sur está cerca del pozo supurante de Fu-Leng. Todas las tribus tienen nombres y ninguno se llama la montaña. Excepto la más al sur que no tiene nombre puesto.

Luego de enrollar el pergamino, HIDENAGA volvió a ponerse de pie, y se dirigió hacia algunos de los heimin que todavía quedaban en las inmediaciones. Se presentó con una sencilla pero autoritaria reverencia, a la vez que indagaba con tono firme e inconfundiblemente marcial, del que acostumbraba a utilizar con sus subordinados cuando todavía tenía tropas a su cargo.

- ¿Alguno de vosotros podría decirme que ha ocurrido aquí? ¿Dónde han ido todos? No es propio del Cangrejo desatender sus obligaciones.

Una vez Oni y Shiroi se hubieron marchado, se quedaron un poco sin saber qué hacer, más allá de esperar su regreso.
Bueno... no vamos a quedarnos aquí toda la vida. Propongo ir a tomar algo. En las tabernas a veces se obtiene mucha información... sugirió, esperando la reacción de sus compañeros.

Por lo pronto, vio como Hidenaga se iba a charlar con los Heimin cercanos, así que esperó por si obtenía algún tipo de información interesante.

El Cangrejo siguió los rastros dejados por el único samu8rái que quedaba en la gran montaña con la esperanza de encontrar a un aliado potencial. Tras media hora de seguir la estela del perseguido, pudo ver la figura de su presa a la que le alzó la voz tratando de conseguir que se detuviera para hablar con ellos. –“¡Espera Hida-sama, sólo queremos hablar! ¡Detente!”

Sin embargo, el mayordomo no hizo más que aumentar su ritmo de huida; hasta que tras otra media hora de persecución el Hida se volvió y poso su mano enguatada sobre la empuñadura de su katana. Oni Negro se detuvo de inmediato y colocó su mano sobre le empuñadura de su katana mientras entonaba con voz tranquilizadora. –“No somos vuestros enemigos Hida-sama, Oni Negro es mi nombre. Sólo queremos hablar con vos para tratar de entender qué es lo que ha sucedido en la fortaleza de la gran montaña”. El interlocutor desenfundó lentamente su acero y Oni Negro siguió hablando a sabiendas de que si se oponía a ellos, debería acabar con su vida, fuera quien fuera. –“Si desenfundas tu acero Kaiu y nos enfrentas te convertirás en nuestro  enemigo y tendremos que tratarte como tal. No es necesario que muera nadie, deja tu katana dentro de su saya y hablemos. Aun no es tarde, piénsalo bien. Pues una vez tomemos una decisión no habrá marcha atrás”. Las palabras parecían que no hacían entrar en razón al Hida.

Oni Negro miró a Shiroi de reojo, -“Es un samurái mayordomo, desconozco porqué se ha quedado en la fortaleza, pero si fuera posible evitar darle muerte podría ayudarnos en muchos aspectos pues él estaba aquí cuando el Cangrejo cayó en la oscuridad”. La actitud del mayordomo no cambió y se colocó en posición de combate. A lo que Oni Negro desenfundó su katana en una posición defensiva mientras alzaba la voz con gran poderío. –“¡PARA ESTA LOCURA! ¡BAJEMOS LAS ARMAS Y QUE SEAN LAS PALABRAS LO ÚNICO QUE INTERCAMBIEMOS! ¡NO DESEAMOS TU MUERTE!”

El Cangrejo esperaba que su interlocutor entendiese que estaba en inferioridad de condiciones y que la mejor opción era detener lo que seguramente sería una carnicería en décimas de segundo.

Los heimin allí presentes bajan la cabeza haciendo una reverencia a modo de respeto cuando Hidenaga les habla y medio asustado uno de ellos responde con timidez han ido a la guerra samurai-sama 

Con el arma aún desenvainada se detiene bajándola cerca vuestra al oir las palabras de Oni Negro y responde No deberíais estar aquí, debéis iros o alguno morirá, es mi deber proteger estas tierras con mi vida si fuera preciso. El Gran Oso me ha encomendado esta misión y nada se interpondrá en mi sagrado deber. ¿Qué habéis venido a hacer aquí?

El Cangrejo mantuvo su posición defensiva y contestó al samurái. -"Comprendo vuestro deber y no venimos a apoderarnos el hogar Ancestral del Cangrejo. Yo también estoy cumpliendo una misión por orden de Hida Kisada-uesama. No somos vuestro enemigo. Nuestros pasos se dirigen a las Tierras Sombrías y deseo cumplir mi cometido sin enfermar o perder la cabeza. Es por ello que hemos venido a buscar jade. El que poseo casi se ha agotado". Digo extrayendo las seis piedras de jade que poseo de las cuales, sólo una brilla con fuerza mientras que las demás ofrecen un color opaco.

-"Ayudadnos a cumplir con nuestra misión, indicadnos dónde podemos conseguir más jade y nos marcharemos de inmediato".

La contestación de Oni Negro le pilló por sorpresa y no pudo evitar un gesto que le delataba como tal ¿jade dices? se lo han llevado todo, si vienes de parte de Hida Kisada-sama deberías saberlo aún con el arma desenvainada la duda emergió en el samurai cangrejo, aunque las palabras de estos parecían sinceras no cuadraba el hecho de que viniesen a buscar jade de su parte cuando el mismo Hida Kisada dió la orden de llevarse todo el jade posible a la guerra. Aún así espero una explicación.

El gesto del mayordomo cambió pero no volvió a la postura beligerante inicial de la conversación por lo que en cierto sentido el protector de Kyuden esperaba una razón de peso y Oni Negro la tenía. -"La razón por la que desconozco ese punto y muchos de la actualidad de Clan es porque mi misión es anterior a las órdenes de guerra recientes de Hida Kisada-uesama. El cometido que me encomendó hizo que saliera de Tierras Cangrejo, pero ahora el camino que llevo siguiendo desde entonces me ha llevado hasta aquí. No somos enemigos y me interesaría saber en qué estado se encuentran las demás fortalezas por si mis pasos me llevan hasta allí. No quisiera que me volvieran a tomar por un intruso o un enemigo, pues no lo soy, al menos no del Clan Cangrejo. A cambio le ofrezco mi ayuda para colocar trampas útiles en las cavernas bajo Kyuden, pues las que habían eran cuanto menos toscas y sencillas de desactivar".

-"No os deseo ningún mal ni a vos ni a las tierras de mis Ancestros, solamente deseo cumplir con mi cometido y servir a mi Campeón".

El mayordomo cangrejo envainó el arma y esperó que vosotros hicierais lo mismo para hablar disculpar, pero como sabéis estamos en tiempos de guerra. Debí preguntar antes de desenvainar. Los ojos del mayordomo se posaban alternativamente en Shiroi y Oni Negro Mi nombre es Hida Aorano, ¿Cual es vuestra misión? si se puede saber. 

Me temo que el resto de fortalezas del Clan Cangrejo se encuentran en la misma situación que esta.

Shiroi, que no había llegado a desenvainar su acero, relajó ligeramente su postura y su mano abandonó la vaina de su katana. El aura de amenaza contenida que la rodeaba se aligeró un poco, aunque era evidente que la ronin aún no estaba convencida respecto a lo que estaba sucediendo.

-Todo aquel que siga las órdenes de Hida Kisada ahora mismo... todo aquel que haya aceptado esa alianza con Fu-Leng... es un traidor al propio ningen-do, Oni Negro. -Susurró en voz baja, mirando a los ojos de su compañero. -No lo olvides. ¿Qué pretendes conseguir de él?

A decir verdad, no me interesa la bebida, o hacer sociales con mis compañeros truenos, los heimin son solo eso, personas normales sin un ápice de conocimiento por la situación actual, no es qur no los respete, pero a veces me molesta lidiar con esta gente tan ignorante sobre lo qué ocurre realmente en esta situación.

-No voy a beber nada, si vamos a una taberna, me quedaré afuera-

Dije en un tono un poco seco al Moto, sin dejar la cortecia de mi voz.

Oni Negro y Shiroi quién sabe dónde, y los demás Truenos en una taberna. La Dragón, que no se había movido del sitio y continuaba en los muelles, arrugó el ceño. Algo no iba bien. Si no hubiera problemas tanto el Cangrejo como la ronin ya los habrían avisado. A fin de cuentas bastaba con dar una voz. Descruzó los brazos y se encaminó por el mismo lugar por el que habían desaparecido Oni y Shiroi, con paso cauto. Si habían caído en una trampa ella no estaba libre de caer también
 

El Cangrejo envainó su acero después de asentir ante las palabras de Hida Aorano. -"Es un honor Hida-sama, por desgracia los detalles que os puedo ofrecer acerca de mi misión ya os los he ofrecido. Servís bien a vuestro Señor y como os he prometido reforzaré las defensas de la gran montaña. Rezaré por vos a las Fortunas y a Hida Kamisama. No os tomaré más tiempo. Ha sido un placer poder hablar con vos. Que la fuerza de Hida Kamisama proteja la fortaleza de piedra bajo la que se guarecen sus hijos y descendientes, y a todos los que la defienden". El samurái ofreció una reverencia a su interlocutor y después de eso miró a Shiroi.

-"Seguidme, no me tomará demasiado tiempo. Recojamos víveres y sigamos nuestro camino".

-Está bien. Confío en tu criterio, pero esta situación... Me inquieta. ¿Qué es lo que ha trastornado la mente de Hida?

-¿Y si lucha junto a las Tierras Sombrías... Para que necesita el jade?

Os despedís de Hida Aorano y recogéis víveres a la vez que colocáis algunas trampas.

Al cabo de unas tres horas desde que os despedisteis de vuestros compañeros en los muelles llegáis donde los dejasteis.