Partida Rol por web

Karolina volaba rauda por el cielo, dejando tras de sí la estela multicolor. No era un vuelo precisamente sutil, pero no tenía otra manera de desplazarse. 

Avanzaba concentrada en su objetivo, en la ciudadela. Trataba de pensar en todo: en lo que harían al llegar, en su objetivo, en cómo enfrentarían a la élite de Siniestro. Así que al ver a Spiderman avanzar como un rayo entre Cable y ella, no pudo sino sentirse algo descolocada.

Cable se encogió de hombros, y ella hizo lo propio. No tenía ni idea de lo que acababa de pasar, pero decidió rápidamente no podían distraerse. Siguieron avanzando hasta que vieron a lo lejos la ciudadela, y las fuerzas de Siniestro. 

Jenny propuso entonces algo muy interesante.

- Me gusta tu idea, She-hulk - respondió, obligándose a usar su nombre de heroína -. Si consigues entretenerlos nosotros tendremos el camino más despejado. Pero, no somos invisibles. ¿Cómo pasamos sin que den la vuelta y vuelvan hacia atrás? 

Karolina miró a Cable.

- ¿Tus trucos mentales pueden ocultarnos? Mi vuelo no es lo más discreto del mundo. O eso o tendremos que tomar un rodeo y... Un momento, ¿dónde está Spider-man? ¿No estaba delante nuestro?

Las ruinas que salpicaban el paisaje, sin duda ayudarían a los Exiliados a pasar desapercibidos. Al menos así sería, si lograban volar entre las ruinas o se ocultaban el tiempo suficiente a que los transportes pasasen de largo. Por supuesto, siempre quedaba la opción de que She-Hulk se encargase de llamar su atención mientras el resto del equipo avanzaba hacia la ciudadela.

Mientras decidía el curso de acción, pudieron ver cómo las naves comenzaban a cambiar ligeramente el curso de su avance y entonces, abrieron fuego. Los cielos se llenaron de plasma, cuando las armas de los Infinitos comenzaron a entonar su mortal melodía. Al principio nadie fue capaz de ver a qué estaban disparando, era como si disparasen al vacío.

Karolina fue la primera en sentirlo, para ella fue un ligero cosquilleo que cubrió su cuerpo de pies a cabeza. Para el resto, fue una sensación extraña, cómo si de pronto la temperatura aumentase varios grados. De una de las naves, un haz de luz, que no era otra cosa más que una minúscula parte del poder del sol concentrado, fue proyectado y golpeó contra algo que no tardó en caer al vacío.

Sobre la superficie de la nave, se encontraba Unus el intocable. Portaba un arnés que absorbía la energía del sol, de una forma muy similar a lo que hacía Karolina, pero con una eficiencia varias veces superior. Karolina tan solo pudo imaginarse lo que aquel arnés sería capaz de hacer en un mundo, donde los cielos no estuviesen cubiertos de oscuras nubes. La potencia del disparo bien podría haber arrasado media ciudad, por ello fue todo un milagro que Spiderman, que ahora caía de nuevo visible, no hubiese muerto en el acto. Aún así, cayó sobre la azotea de uno de los edificios y no tardó en ser rodeado por varios Infinitos. Gran parte de su cuerpo se encontraba cubierto por ampollas, el resto, se encontraba prácticamente carbonizado. Aunque por algún tipo de milagro, aún seguía respirando.

Unus, portaba un rifle que se alimentaba de la energía del arnés, un arma con una potencia increíblemente destructiva. Un rival peligroso, ya no solo por su gran poder o por los implantes que prácticamente, había cubierto o sustituido gran parte de su cuerpo, sino también por el armamento que portaba.

Cable por su parte, podía sentir que manipular las mentes de los Infinitos sería sencillo. Podría usar sus ilusiones para hacerlos "desaparecer" pero Unus era diferente, sus trucos podían no llegar a funcionar con él.

Peter apenas habia escuchado a Djinn susurrar en su mente. Estaba absorto en este nuevo poder, aquella facilidad para surcar los cielos. Cuando se columpio por primera vez, habia creido haber descubierto la verdadera libertad: De la gravedad, de las preocupaciones mundanas... Pero esta, esta era la verdadera libertad: Ni siquiera las leyes de la fisica podian oprimirlo ahora!

Esos pensamientos fueron desintegrados (casi literalmente) cuando un potente rayo lo golpeo. Una millonesima de segundo tras golpearlo solo fue confusion mientras caia en espiral, derribado y golpeando con fuerza la azotea de un edificio derruido, rompiendose en ellos.

Luego llego el dolor.

-S-sigan! dijo con dificultad a sus compañeros por medio de los transmisores, aunque ignoraba si funcionaban aun Yo me las arreglo!

Lo cierto era que no tenia idea de como siquiera estaba vivo en ese momento. El dolor era algo indescriptible, y el mero hecho de mantenerse conciente requeria un esfuerzo terrible.
 

Al ver a su compañero caer, Karolina no pudo evitar gritar.

- ¡PETER!

Lo llamó por su nombre, perdiendo la compostura durante unos instantes. 

La líder de los Exiliados sintió ganas de luchar, de descargar su rabia contra aquel tipo del rifle. Pero entonces oyó a Spider-man a través del comunicador. Karolina se alegró de que no estuviese muerto, pero sus palabras le dejaron un regusto amargo en la boca.

No había tiempo que perder con lamentaciones o venganzas. Tenían una misión, y de ello dependía el destino de aquel mundo. 

- ¡Cable! Ocúltanos, ¡ahora! - ordenó -. Oculta también a Spider-man si puedes, y reza para que ese cabrón del rifle no nos vea. She-hulk, ¿puedes desviar la atención de las naves mientras tratamos de llegar a la ciudadela? Te confío a Spider-man, no dejes que lo maten. 

Una vez Cable le hubiese confirmado que estaban ocultos, Karolina volaría a toda velocidad hacia la ciudadela. Aprovechó para mandar un mensaje a Calavera.

"Dentro de poco estaremos en posición, prepárate para atacar."

Cable volaba cerca de Karolina, esperando sus instrucciones, las naves ya volaban hacia ellos y debían actuar rápido. Spiderman ya no estaba a la vista para ellos y las naves comenzaron a disparar sin ton ni son. Pudieron divisar a quien lideraba a los infinitos. Parecía un hueso duro de roer, pero no pudo prestarle más atención un impacto se oyó y vieron a Spiderman salir volando hacia un tejado, chamuscado. Escuchó las órdenes de Karolina y se dispuso a ejecutarlas.

- Puede que no funcione contra aquel tipo, pero si no lo intento no lo sabremos. la dijo sonriendo por el reto y se dispuso a desplegar su poder en las mentes de los infinitos y Unus.

Transformó los sentidos manipulando las mentes de sus enemigos hacia una realidad espejo a lo que ocurría realmente ocurría. Las figuras de Cable y Karolina partían volando a toda velocidad a recoger a Spiderman mientras su imagenes reales se escondían de los sentidos de los infinitos, lo mismo ocurrió con lo que quedaba de Spiderman que tras cogerlo Cable sobre el tejado a toda velocidad quedó invisible el real para aquellos que comenzaban a rodearlo.

Entonces las figuras de Cable y Karolina junto Spiderman a los brazos de Cable volaban directos hacia la posición de She-Hulk que estaba dispuesta para la batalla. Había creado la brecha, brecha que esperaba que pudieran aprovechar si sus ilusiones funcionaban contra Unus o simplemente los ignoraba.

Las proyecciones psionicas cobraron vida requirieron una intensa concentración por parte de Cable, pero el resultado fue sin duda satisfacctorio. Los Infinitos e incluso el propio Unus comenzaron a disparar a los falsos Exiliados y de inmediato, se dispusieron a perseguirlos para darles caza.

Con el camino despejado, Cable y Karolina no tardaron en presentase ante la gran ciudadela de Siniestro. El lugar, era una basta construcción de cemento y metal que se alzaba más de cien metros y poseía la forma de una gran garra. Cada dedo de la supuesta garra, era una torre terminaba en punta, protegida con diverso armamento.

Una de las torres mostraba una gran compuerta abierta, sin duda era de allí de donde habían partido las fuerzas de los Infinitos. El lugar era un gran hangar donde se encontraban al menos, siete naves más de igual diseño.

En tierra, las grandes compuertas de acero que daban acceso a la ciudadela estaban abiertas. Al menos una decena de Infinitos la custidiaban inmóviles, con las armas dispuestas para abrir fuego.

Una docenas de explosiones sacudieron de pronto la ciudadela, sembrando el desconcierto entre los Infinitos que custodiaban las compuertas.

Un nuevo zumbido en el brazalete de los Exiliados les indicó que disponían de un nuevo mensaje. Se tratraba de un plano algo rudimentario e incompleto de la Ciudadela. En él se marcaban los lugadores donde los explosivos acababan de hacer explosión. Los generadores primarios y secundarios de energía habían sido destruidos, la armería principal había sufrido un destino similar, así cómo el puesto de vigilancia y la zona donde los Infinitos se retiraban para descansar.

Las explosiones habían causado grandes daños, pero estaban lejos de detener a las poderosas fuerzas de Siniestro. Aunque sería más que suficiente cómo para sembrar el caos y que tardasen en coordinarse.

El mapa también mostraba otras localizaciones de la ciudadela. No había nada escrito en ellas, salvo una cuenta regresiva. Había al menos diez explosivos más colocados, diseñados para explotar unos de otros con una diferencia de dos minutos.

La intención de Calavera era obligar a los Infinitos a cubrir toda la Ciudadela, mientras dejaban desprotegidos las celdas. Así, para cuando liberase a los esclavos, las posibilidades de que estos pudiesen escapar o presentar batalla serían mayores.

-Atlas se dirige a los corrales, Kitsune se encuentra cerca de las compuertas que tenemos que abrir. El resto de las fuerzas de Siniestro están repartidas por la ciudadela, pero no tardarán en descubrir lo que está pasando.

Varios caminos se iluminaron en el mapa enviado por Calavera, indicando a los Exiliados por donde se llegaban a los corrales, a la sala de Siniestro y a la sala de los cerebros.

-Aguardando órdenes.

Spiderman se debatía entre la consciencia y el mundo de los sueños. El mundo que se alzaba a su alrededor, le resultaba ajeno y lejano. Hasta él tan solo llegaban los sonidos distorsionados de las armas de plasma disparando y el sonido del metal quebrándose.

No estuvo seguro de cuanto tiempo permaneció allí tirado. La nieve a su alrededor se había fundido debido al propio calor que su cuerpo emanaba. No sentía las piernas, de hecho, apenas era capaz de sentir prácticamente nada de su cuerpo. La única buena noticia, era que tampoco sentía dolor, sus terminaciones nerviosas habían sido abrasadas por el impacto de Unus.

Era como si simplemente estuviese allí tirado, en paz, aguardando que la muerte descendiese desde los cielos para recoger su alma...

Una sombra ocultó la escasa luz del sol que brillaba entre las oscures nubes del cielo. La muerte estaba allí e inclinándose sobre él, posó su mano en su mejilla izquierda. Una de las únicas partes de su cuerpo que aún seguían intactas.

-Estás hecho un asco, la buena noticia, es que aún vives...

La voz retumbó en su cabeza con un eco lejano. Una voz que de alguna manera le resultaba familiar. ¿Pero cuando había conocido a la muerte?

Agotado, cerró lentamente los ojos, después de todo, poco más podía hacer. Su cuerpo estaba casi reducido a cenizas y varios órganos vitales habían sido gravemente dañados. Spiderman sabía que incluso llegando a la Oshosi, sus posibilidades de supervivencia eran nulas. Sencillamente no poseían la tecnología de sanarlo.

-¡Eh! ¡No es hora de dormir! ¡Tiene rodeada a la chica verde, será mejor que la ayudes!

En aquella ocasión, la voz resonó con mayor fuerza y al abrir los ojos, Spiderman descubrió que ya no tenía la vista nublada. Volvía a sentir las piernas, de hecho, comenzaba a sentirse cada vez mejor.

Junto a él se encontraba Djinn, quién observaba cómo el brazo izquierdo de Spiderman, aquel que colgaba casí amputado, se recomponía con una velocidad asombrosa. Los huesos se recomponían, los músculos se recuperaban y la piel volvía a crecer con su característico tono rosado.

En menos de un minuto, no había rastro de herida alguna. Era cómo si sencillamente, jamás hubiese sido herido. Djinn le dedicó una sonrisa divertida y asintió con la cabeza.

-Parece que ya estás mejor. Has tenido suerte que conociese a un tipo de con una gran capacidad de regeneración, gracias a eso, ahora estás vivo. Me llaman Djinn por mi capacidad de otorgar poderes temporalmente a otros, aunque tiene ciertas limitaciones, puedo resultar muy útil. Ahora, creo que deberías de ayudar a la chica verde. Ha logrado derribar uno de los transportes y ha tumbado a una veintena de soldados, pero aún quedan mucho más y Unus le está poniendo las cosas difíciles.

Spiderman pudo ver por fin la cruenta batalla que se estaba librando a lo lejos. Una de las naves había explotado causando grandes daños en el paisaje. Las otras dos seguían aún en el aire y Jenn se encontraba sobre una de ellas. Las bolas de plasma quemaban su piel, pero esta se regeneraba tan sumamente rápido, que prácticamente se podía decir que no había sido herida.

Unus se encontraba sobre la otra nave que quedaba en pie, recargardo su arma. Jenn trataba de llegar hasta él, pero las fuerzas de los Infinitos estaban haciendo honor a su nombre, resultando ser una fuerza infinita de vencer.

Peter apreto los dientes con fuerza mientras sanaba. Era una sensacion extrañisima. Debia estar alucinando, sin duda alguna: Mientras su cerebro iba apagando las funciones menos "escenciales" del cuerpo para mantenerse en funcionamiento, comenzaba a sentir sensaciones que no estaban ahi, y su mente, intentando adaptarse a lo que estaba empezando, transformaba esta señales en una fantasia...

O no? Al cabo de unos veinte segundos se dio cuenta que, de verdad, estaba curandose. El dolor comenzaba a remitir, y tras recuperarse pudo ver a la chica de antes, Djinn, parada frente a el sonriendo.

Lo habia curado, pero como? La respuesta, por supuesto, no tardo en llegar.

-Q-que demonios? pregunto confundido mientras se ponia de pie de un salto, alerta. Tardo unos segundos en orientarse y volver en si, recordando donde estaba y que habia pasado.

"Jenn" penso, mirando instintivamente hacia donde ella estaba "Se refiere a Jenn"

-Puedes hacerme volar otra vez? dijo bruscamente al ver al ser que lo habia derribado. Aparentemente, su ataque tenia un tiempo muerto al recargar. Debia aprovechar eso, y evitar que volviera a hacerlo Tenemos que detener a ese tipo.

Karolina, al recibir los mensajes de Calavera, aminoró un poco la velocidad de su vuelo. Varias opciones se planteaban ante ellos.

Trató de repetirse los parámetros de la misión.

Magneto debía de estar en el laboratorio de Siniestro, protegido por compuertas de Vibranium que solo él o Kitsune podrían abrir. Además, los cerebros protegían tanto el laboratorio como impedían que los mutantes saliesen de los corrales.

No tardó mucho en decidirse.

- Primero destruimos los cerebros. Los mutantes podrán escapar de los corrales, y quizá tengamos luego una oportunidad de acceder al laboratorio de Siniestro.

La presencia de Cable era indispensable para aquella misión.

- Sé que ya te he pedido muchas cosas, Cable, pero ahora necesito que nos protejas la mente. Si no puedes protegerme a mí al menos protégete a ti mismo, y acaba con ellos.

A medida que pronunciaba aquellas palabras Karolina miró seriamente a Cable. No admitiría un no por respuesta, el cumplimiento de la misión era lo más importante.

La majesdaniana respondió a Calavera.

“Spider-man ha sido abatido en el exterior. She-Hulk se encarga de distraer a las fuerzas de Siniestro. Cable y yo nos dirigimos a la sala de los cerebros. Comienza a desplazarte hacia los corrales, pero no te enfrentes a Atlas sin ayuda.”

Spiderman mostraba un aspecto bastante lamentable, el traje que le cubría, había quedado parcialmente destruido en algunos puntos. El poder de Djinn había sanado su cuerpo, pero no había hecho lo mismo con sus ropajes. Aunque tampoco era algo de lo que podía quejarse, después de todo, seguía con vida y de una sola pieza.

-Como quieras, marchando una de volar.

Una vez más, la muchacha posó su mano sobre Spiderman y sus ojos resplandecieron. Instantes después, el trepamuros sintió una sensación de ingravidez. ¡De nuevo podía volar!

Por sí misma, Djinn no era especialmente poderosa, pero su poder la permitía copiar las capacidades de otros mutantes y desarrollarlas de forma temporal en otros. Por supuesto, su poder tenía muchas limitaciones y era difícil realizar una copia exacta de un mutante de gran poder, pero al menos podía ayudar otorgando cierta ventaja a sus aliados.

Spiderman salió volando para ayudar a Jenn, quién con una gran demostración de fuerza bruta y con metódica paciencia, se abría paso entre las fuerzas de los infinitos, sembrando un rastro de destrucción. cada golpe que asestaba, convertía la armadura de los Infinitos en añicos y los lanzaba decenas de metros volando. Las naves no tenían mejor suerte, aún quedaban dos en el aire, pero la primera ya mostraba signos de estar severamente dañada.

De pronto, los cielos se iluminaron, el arma de Unus volvía a estar cargada.

Un haz de luz recorrió en un latido la distancia que separaba a la gigante Esmeralda de Unus. Jenn percibió el ataque y se preparó parar resistirlo. Sus pies se clavaron en la nave y cruzó los brazos a la altura del pecho. No fue suficiente.

El impacto la arrancó un grito de dolor cuando sus brazos comenzaron a abrasarse por la potencia del impacto. La gigante esmeralda fue arrancada de donde se encontraba y arrastrada por el haz de luz durante decenas de metros hasta que finalmente, su cuerpo atravesó el esqueleto de un edificio y se perdió entre los escombros.

El ataque había sido tan sumamente devastador, que incluso para alguien con la fortaleza y capacidad regenerativa de Jenn, había sido vencido de un solo golpe. Así que no le extrañó lo más mínimo que él estuviese al borde de la muerte al ser atacado poco antes por ese mismo haz de luz.

El arma de Unus poseía una potencia imposible de medir, pero además, era capaz de mantener el ataque durante varios segundos. Lo cual significaba, que podía barrer a varios enemigos de un solo ataque. Por supuesto, necesitaba recargarse cada tras disparo, pero era improbable que alguien sobreviviese al primero.

A lo lejos, con el que había chocado Jenn comenzó a derrumbarse. Si la Exiliada aún seguía con vida, tardaría algún tiempo en recomponerse y escapar. Eso dejaba a Spiderman solo con las restantes fuerzas de Unus.

La única buena noticia, era que el disparo de Unus se había cobrado también la nave sobre la que se alzaba Jenn. El enorme vehículo de transporte de tropas, descendía de los cielos prácticamente partido por la mitad, envuelto en fuego y arrastrando consigo a gran parte de los Infinitos que estaba cerca.

El número de enemigos se había reducido notablemente, pero aún quedaban varios Infinitos sobrevolando la zona y al propio Unus. Quién con una sonrisa lobuna, se volvió hacia el lugar donde se encontraba Spiderman. Sus sensores o más bien, sus implantes, le proporcionaban gran información sobre lo que había a su alrededor. Sus sentidos habían sido amplificados hasta unos niveles increíbles, por lo que pudo localizar a Spiderman y a Djinn sin ningún problema.

Alzando su arma una vez más, aguardó a que esta se recargase. En pocos segundos, Spiderman volvería a ser presa de otro ataque de magnitud desproporcionada.

Las ilusiones habían funcionado a la perfección, habían conseguido poner a Spiderman en relativa seguridad y avanzar hasta la entrada sin interrupciones. Por el momento todo estaba yendo mejor de lo esperado.

Llegaron hasta la puerta que estaba cubierta por un grupo de Infinitos dispuestos a disparar cuando una serie de explosiones comenzaron a suceder. Calavera les actualizó con un mapa del lugar y lo que sucedía en el interior de la ciudadela. Parecía que lo tenía todo controlado tal y como esperaban de él.

Destruir los cerebros no sería tarea fácil si no conseguían resistir sus ondas mentales. Lo que le pidió Karolina ya lo estaba valorando en ese momento. - Sin problemas. la dijo sonriendo mientras su ojo comenzaba a brillar. No conocía de la potencia de aquellas mentes pero intentaría protegerles lo máximo que pudiera. - Mi poder telepático se va a centrar en protegernos, por lo que sólo podré utilizar la telekinesis para defendernos o
atacar.

Las defensas psionicas de Cable no solo se intensificaron, sino que también se extendieron protegiendo a Karolina. Estaban a punto de enfrentarse a una de las armas más devastadoras de Siniestro, lo cual les llevaría hasta el límite. 

La cristalera reforzada crujió hasta hacerse añicos, cuando ambos Exiliados la atravesaron dispuesto a enfrentarse al poder psionico más devastador al que jamás se habían enfrentado. La estancia, de unos treinta metros cuadrados, estaba llena de extraña maquinaria y de al menos, treinta contenedores. Estos últimos, estaban llenos de un líquido verdoso en cuyo interior, flotaba un cerebro humano lleno de implantes y cables.

Por sí solos, ninguno habría sido rival para la mente de Cable, pero juntos, alcanzaban un potencial psionico inaudito. La velocidad a la que aquellas cosas reaccionaban también era asombrosa, apenas los exiliados acababan de entrar en la estancia, cuando los primeros ataques comenzaron a llegar.

La potencia de los ataques fue devastadora, pero las defensas de Cable lograron resistir. Karolina sintió un ligero dolor de cabeza y sintió cómo unas pocas gotas de sangre caían por si nariz. Cable por su parte, recibió lo peor del ataque y su mente quedó aturdida momentáneamente.

Era el turno de los Exiliados, debían de actuar con rapidez y destruir los cerebros antes de que reuniesen más poder psionico. Cable podía sentir que aquellas cosas no habían usado ni la mitad de su potencial, cuanto más tiempo pasase, mayor era la probabilidad de que les golpeasen con mayor fuerza.

Un campo de energía protegía tanto la maquinaria, como a los propios cerebros. Dañarles no sería sencillo, pero ellos eran los Exiliados, especializados en realizar lo imposible.

Con un esfuerzo inimaginable logró sobreponerse al ataque mental de aquella criatura. El poder psíquico que desprendía era mucho mayor de lo que les había alcanzado. Aquel primer envite les había pillado por sorpresa pese a estar preparados.

- Karolina ¿estas bien? Debemos actuar deprisa, estos cerebros son demasiado potentes juntos le dijo a la jefa mientras reuniendo su poder telekinétiko agarraba una de los contenedores y lo lanzaba con una fuerza tremenda contra otro de los contenedores esperando que ambos se rompieran y los dejaran fuera de combate.

-NO!!! grito Peter, desesperado, cuando Unus disparo contra Jenn. Durante un segundo, parecio que la gigantona iba a resistirlo (despues de todo, el habia sobrevivido y ella era muchisimo mas dura que el), pero solo fue una ilusion. Al igual que el (al igual que vaya saber cuantos heroes en este universo destrozado), She-Hulk fue derribada.

Solo quedaban dos cosas por hacer: Esperar con todas sus fuerzas que aun este viva. Y destruir al monstruo que la ataco.

-ESTA VEZ NO HIJO DE PUTA! rugio Spiderman, mientras volaba a toda velocidad en direccion a Unus. Mientras este levantaba el rifle para apuntarle, las patas del arnes aracnido se extendieron, buscando la carne, hueso y cartilago del villano.

Karolina entró llamando la atención, esperando quizá atraer más ataques sobre ella que sobre su compañero. Tenía la sensación de que los poderes de Cable serían más útiles que los suyos en aquella situación y... vaya si tenía razón.

Nada más entrar, la majesdaniana sintió un ligero dolor de cabeza. Frunció el ceño y chasqueó la lengua, pero agradeció encontrarse allí con Cable. Si no fuese por él estaba segura de que aquellas cosas le habría freído el cerebro. 

- Tienes razón - respondió rápidamente -. No hay tiempo que perder, así que ataquemos con todo. 

Ahí, quizá, entraba en juego su especialidad. Las luces intensas.

Concentrando toda su energía en las palmas de las manos, Karolina lanzó un rayo de luz contra los tanques, esperando superar la barrera que los protegía.

Tomando cada pizca del poder prestado, Spiderman acortó las distancias con Unus en menos de lo que dura un latido. La velocidad a la que viajaba sin duda potenciaría el ataque de sus poderosos puños.

El impacto fue simplemente bestial, varios Infinitos salieron despedidos y parte del blindaje de la nave quedó arrugado o destruido. Nada podría haber sobrevivido a semejante impacto, nada podría haber resistido su embestida...más allí se alzaba Unus.

Un campo de energía resplandecía alrededor de la élite de siniestro. Mostraba una retorcida sonrisa de satisfacción en sus labios y parecía disfrutar enormemente de la situación.

-Soy Unus el intocable, nada ni nadie puede penetrar mis escudos.

Alzando su brazo derecho, apuntó a Spiderman y de pronto, la mano se transformó en un cañón de energía que disparó una rápida descarga. El ataque acertó con precisión milimétrica e hirió a Spiderman en uno de sus brazos.

La energía había traspasado el escudo de Unus creando una onda sobre la superficie del mismo. Fue entonces cuando Spiderman pudo ver, momentáneamente una pequeña grita en el escudo. Justo donde su ataque había acertado.

Cable amplificó el poder de sus defensas mentales evitando así ser dañado por aquellas cosas. La energía psionica que se arremolinaba en aquella sala era tan intensa, que Cable realmente dudaba de si podría detenerlos.

Extendiendo su mano, proyectó su increíble poder hacia uno de los contendedores. Inmediatamente una fuerza tanto o más poderosa que la suya se alzó para detenerlo. Aquellos cerebros guardianes creados por Siniestro, poseían un poder inimaginable juntos, pero por separados, también podían llegar  ser peligrosos enemigos tal y como estaban a punto de demostrar.

Decenas de ataques comenzaron a caer sobe Cable. Era como si de pronto un millar de agujas atravesasen su cráneo, pero pese a todo aquello, Cablo logró guardase suficiente poder para contraatacar.

Un estallido de furia dirigida, provocó que parte de la maquinaria fuese arrancada y proyectada contra el lugar donde se encontraban los cerebros. El impacto generó una onda de energía que despedazó por completo el suelo y provocó que parte del techo se derrumbase.

El ataque había sido devastador y pese a que muchas de aquellas cosas habían sido destruidas, el resto seguían intactas y dispuestas a destruirlos. No tuvieron ocasión de ello.

Resplandeciendo como si de una estrella se tratase, Karolina extendió las manos y proyectó un haz de energía tan intensa, que simplemente desintegraba todo a su paso. Manteniendo el haz de luz, trató de dirigirlo hacia las mentes psionicas creadas por Siniestro. La energía liberada era demasiado para Karolina y controlar el ataque pasó a convertirse en una tarea casi imposible.

Cable se vio obligado a lanzarse al suelo cuando el haz de luz pasó a su lado destrozando o más bien, arrasando todo a su paso. Las máquinas, dañadas por el poder bruto de Cable, chisporrotearon y ardieron bajo el ataque de Karolina.

Seis segundos, seis miserables segundos fue cuanto necesitaron los Exiliados para barrer por completo las defensas de Siniestro.

Las luces se apagaron dejando a los Exiliados alumbrados tan solo por los fuegos que se habían formado y el propio resplandor de Karolina. La maquinaria se alzaba reducida a chatarra y los cerebros eran tan solo ahora una cosa gelatinosa y asquerosa esparcida por el suelo.

El Tallus transmitió un mensaje a Karolina de parte de Hank. Calavera había sido descubierto y se enfrentaba a Atlas y Elixi. Las cosas no le iban demasiado bien.

Los Exiliados tan solo tuvieron que atravesar la sala en la que se encontraban para llegar a un corredor desde el cual, podían ver los corrales a unos diez o quince metros más abajo. El corredor disponía de enormes ventanales desde donde poder vigilar los corredores, incluso había varias armas montadas diseñadas para disparar de forma automática contra aquellos que tratasen de escapar.

Los corrales eran enormes bloques de celdas, donde los mutantes se amontonaban encerrados. Las verjas eran de metal y recubiertas de electricidad, lo cual hacía que escapar fuese casi imposible y extremadamente doloroso.

Un gigante de más de seis metros de altura se alzaba en medio de los corrales. Atlas destacaba no solo por su gran tamaño y portentosa fuerza, sino por el hecho de que su cuerpo estaba formado por una energía proveniente de otro plano. Su uniforme, de color azul oscuro, hacía destacar el tono carmesí de energía que desprendía su rostro.

Caminando con calma, un joven de piel dorada caminaba por los corredores que había junto a los corrales. A su paso, muchos caían echando espumarajos por la boca o sufriendo convulsiones de lo más desagradables.

Calavera se encontraba junto a uno de los corrales. El blindaje táctico que cubría su pecho estaba destrozado y sus piernas estaban retorcidas de una forma antinatural. De su boca caía un rio de sangre y se podía apreciar que tenía al menos un pulmón perforado...o quizás algo peor.

-¡SOMOS LA ÉLITE DE SINIESTRO!   -La voz de Atlas retumbó por los corredores con la fuera demoledora del trueno.   -¿De verdad pensabas que un simple homo inferior podría suponer un reto para nosotros? Sois criaturas débiles y patéticas destinadas a la extinción. No eres más que un insecto que aplastaré con mis botas.

Karolina y Cable pudieron ver la gravedad de las heridas de Calavera. Atlas debía de haberlo golpeado con todas sus fuerzas, destrozándolo por dentro. Debía de haber sido proyectado más de diez metros hacia atrás, seguramente tendría la columna rota y varios órganos principales dañados. 

-N-no...sabes lo que h-has...hecho...

Haciendo gana de su característica locura, Calavera rompió a reír. Su risa, casi demente provocó que Atlas frunciese el ceño enojándose aún más.

-Cable... -Indicó a través del comunicador.   -Saca a Karolina de aquí...

Un grito de puro dolor le fue arrancado a Calavera cuando decenas de ampollas surgieron por todo su cuerpo. Su cuerpo se retorció de dolor durante unos instantes, antes de volver a sonreír.

-No sabéis lo que habéis hecho, no imagináis lo difícil que ha sido mantenerlo encerrado desde mi llegada aquí. Pero ahora, ahora ya no tengo fuerzas para contenerlo por más tiempo. ¡Ja ja ja!

Algo estaba sucediendo, Cable y Karolina lo podían sentir, pero no estaban muy seguros de qué era. Tan solo pudieron ver cómo el brillo de vida se apagó en los ojos de Calavera. Aunque no perdió la sonrisa en ningún momento.

- Ka... Karolina, ¿Estas bien? la pregunto tras ver aquel estallido de energía y colores que había salido de la magesdiana. Apunto había estado de ser impactado pero por suerte pudo moverse rápido. Los cerebros habían sido destruidos y apenas habían podido defenderse de los dos exiliados originales del último grupo reclutado. Un mensaje terrible les llegó a través del Tallus, lo impensable acababa de pasar. Calavera había sido descubierto. 

- Maldita sea tenemos que ir rápido a ayudarle. le dijo a Karolina volando en la dirección que les había indicado Hank. Para cuando llegaron el desastre se había producido, Calavera estaba destrozado y dificilmente saldría de esta. Estaban aún lejos para ayudarle cuando Calavera empezó a reír. Aquello hizo que Cable temiera lo peor. ¿Qué se traía entre manos aquel loco? Peor aún, estaba mandando a Cable alejarse de allí con Karolina. De lo poco que lo conocía sabía que en aquel momento debía de hacerle caso.

¬ Le conoces tan bien como yo. Debemos irnos antes de que desate la locura que tiene pensada. la comunico mentalmente mientras la agarraba de una muñeca y comenzaba a volver en la dirección en la que habían venido a toda velocidad. ¬ Acabaremos con Kinping por ti, no tengas duda de eso. le mandó un último pensamiento antes de alejarse del todo. No quería estar conectado con su mente cuando aquello que fuera a desatar estallara.

-No sabéis lo que habéis hecho, no imagináis lo difícil que ha sido mantenerlo encerrado desde mi llegada aquí. Pero ahora, ahora ya no tengo fuerzas para contenerlo por más tiempo. ¡Ja ja ja!

Cable tembló al oír las últimas palabras de Calavera. ¿Qué sería aquello que había encerrado?, ¿qué demonios había echo? La vida de Calavera se apagó y continuó huyendo con Karolina bien agarrada y protegidos ahora por una esfera telekinetica.

Karolina respiraba entrecortadamente. Liberar aquella enorme cantidad de energía había sido un peligro, tanto para ella como para su compañero. 

Ante la pregunta de Cable, ella lo miró con una expresión de alivio - al ver que no había salido malherido.

- Lo siento, he perdido el control - se disculpó.

Tras recuperar el aliento, la joven puso los brazos en jarras.

- Parece que nuestro trabajo aquí ha termi...

Pero sus palabras fueron interrumpidas por el mensaje de Hank.

- ¿Qué coj...? ¡Sí, vamos! - respondió ante la iniciativa de su compañero. 

Calavera había sido un puto grano en el culo durante la mayor parte de su convivencia. Pero era un miembro del equipo. Y los Exiliados, les pesase más o menos, eran una familia. Debían cuidar los unos de los otros. Junto a su compañero, Karolina voló rápidamente hacia el lugar donde se encontraba su compañero.

Pero la escena que presenciaron dejó a la majesdaniana congelada. Calavera al borde de la muerte. Los siervos de Siniestro imponiéndose sobre el frágil humano. Por mucho entrenamiento que tuviera, ¿por qué le habían dejado ir solo? Karolina apretó los puños y la mandíbula al ver aquello. Estaba dispuesta a lanzarse contra los enemigos, pero entonces Calavera le dijo aquello a Cable. 

- ¿Qué? - alcanzó a preguntar mientras Cable la agarraba de la muñeca y comenzaba a arrastrarla por el aire -. ¡No podemos dejarle solo! ¡Lo van a matar! - le gritó a su compañero, obviando la conexión telepática que los unía. 

Al crear Cable la esfera telequinética, Karolina miró hacia atrás.

- ¡CALAVERA, NO!