Partida Rol por web

Tras tantos intentos fallidos, a pesar de que estaba dando todo lo que tenía, Karolina tuvo la sensación de que no estaba aportando demasiado a aquel encuentro.

La arquera apareció al fin, con el arma que debía poner fin a aquella batalla. A la majesdaniana le quedaba poca luz, no podía hacer un potente ataque ni brillar con intensidad. Se disponía a dar un paso atrás, a dejar que los demás hiciesen todo el trabajo. Pero el discurso del Capitán América la conmovió. 

Ella no se sentía una heroína, nunca jamás lo había sido. Pero en aquel helitransporte, en una dimensión que ni siquiera era la suya, y rodeada de sus compañeros... decidió no quedarse atrás en aquel momento decisivo. 

Consciente de que un ataque directo no haría mucho, decidió dar apoyo a su compañero Coloso. Quizá si él conseguía inmovilizar a Ulthor Lana dispondría de un segundo más para apuntar y disparar. Todo contaba en aquel enfrentamiento. 

Con la poca energía que le quedaba lanzó un débil pero preciso disparo contra Ulthor, con la finalidad de limitar sus movimientos si quería evitar la embestida de Coloso.

Por fortuna aquel ataque no había hecho que ella o sus compañeros resultaran realmente heridos, por lo que podían continuar el combate, un combate cada vez más duro y complicado, realmente no sabía si podría hacer demasiado cuando Lana apareció con el arma que derrotaría a Ulthor, tenían que inmovilizar a la copia de su hermano para darle a la chica un tiro sencillo, algunos de sus compañeros ya lo estaban haciendo, ella por su parte mantendría y si es necesario trataría de reforzar la niebla que estaba impidiendo a Ulthor ver y escuchar, ya que así no podría ni ver ni oír el ataque y sería más probable que le impactase. 

Por suerte esta vez el maldito clon se había centrado en en cuerpo a cuerpo y le había dado un respiro para recuperarse del golpe recibido, esta vez el escudo estaba alzado y esperaba poder mantener en el aire el helitransporte.

La suerte parecía volver hacia ellos, Lana había llegado con el arma y sin dilaciones la conectó mentalmente con el resto del grupo para que pudiera recibir instrucciones del capitán. Aquellas palabras fueron inspiradoras y esperaba que sus compañeros tuvieran más suerte en el siguiente ataque. Esta vez el se mantendría al margen atento al escudo para reforzarlo si fuera necesario.

Coloso tenía ese sobrenombre por algo. Era el más grande y poderoso mutante de avanguardia de la Unión Soviética, su capacidad de ataque, su resistencia y su fuerza eran reconocidas internacionalmente. A menudo temidas. Aquel pseudo-dios había tocado su fibra sensible cuando había despreciado su abrazo, un abrazo capaz de meter en cintura a un tanque... No se iba a repetir. La soberbia de "Thor", su arrogancia sin límites, había habierto la caja de Pandora. Aquel ser no iba a poder despreciarle nunca más. No. Sufriría, sentiría cómo sus huesos restallaban en el interior. Coloso no se iba a refrenar ahora...

Sólo dos zancadas le bastaron para que pudiera cerrar su presa sobre el clon, empujándole hacia abajo a la vez que le retorcía el brazo con tanta fuerza que ni el adamantium hubiera quedado indemne. Aquel ser no era de adamantio, sufriría. Y si trataba de liberarse sufriría MÁS.

Se movió lo más rápido que pudo en el interior de la nave, cuanto antes llegase, más posibilidades de no irse a la mierda tenían -¿Chica-cometa? Tus apodos cada vez van a peor- le protestó a Fitz por el comunicador- eh, esa es buena. 

Usando una última flecha, apareció donde estaban los demás dándose cuenta del percal que se había formado -Si que he llegado tarde a la fiesta, lo siento- habló mientras sacaba de su carcaj la flecha con el cilindro que le dieron en el laboratorio. Había demasiada gente allí que ni conocía, se debía haber perdido una buena mientras miraba a Fitz como trabajaba, bebía refrescos y la otra le fulminaba con la mirada. 

-Bien rubiales, es hora de dormir- apuntó a Ulthor que estaba apresado por Coloso, mientras no se moviera mucho no iba a ser un problema para darle al dios de hojalata. Sin tardar un segundo más, soltó la flecha

Karolina, agotada y herida especialmente en su orgullo, decide dar un paso hacia adelante para poner fin de una vez a la amenaza de Ulthor. Canalizando la poca energía que su cuerpo aún alberga, forma un fino láser que disparado con precisión milimétrica, amenaza con dañar uno de los ojos del dios del trueno. Pero a sabiendas de la poderosa resistencia que su contrincante está demostrando, su ataque va mucho más allá de tratar de dañarlo. Con gran habilidad, logra hacer que la gigantesca deidad se vea obligada a dar un paso hacia atrás y gire la cabeza, otorgando a su vez a Coloso un ángulo muerto por el que avanzar sin ser detectado.

El titán de metal, transformando toda su rabia en nueva energía con la que alimentar sus poderosos músculos, toma la ventaja que Karolina le otorga y extendiendo los brazos, apresa entre ellos al poderoso Dios del Trueno. Clavando los pies en el suelo, incluso hundiéndolos varios centímetros en las gruesas capas de metal que lo forman, Coloso cierra su presa con una fuerza demoledora y por primera vez en aquel encuentro, es la propia fuerza de Ulthor la que flaquea. La tensión que soportan los músculos de Coloso conteniendo al dios del trueno, sin duda le pasará factura más tarde, pero el mañana no importa...tan solo el aquí y ahora y en esos precisos instantes, Coloso logra imponerse al propio dios del trueno sujetándolo e inmovilizándolo.

Ulthor, cegado por el odio y la rabia, seguramente rasgos adoptados del cuerpo que habita, trata de lograr lo imposible. Ordenando a su martillo encantado ante el grito de: ¡Destrúyelos! Entrega aquella orden a su arma para que siegue cuantas vida pueda. Más Loki, preparado y anticipándose ante la que sin duda sería la última jugada de su hermano clonado, intensifica la oscuridad que impregna la sala logrando que el martillo vuele de un lado a otro sin saber a quién o qué golpear y salvando en el proceso, la vida de algunas de los presentes.

Rugiendo una vez más mientras continúa presa del férreo abrazo del oso de Coloso, otorga una última orden a su martillo, el cual cruza la estancia dispuesto a destruir la sala de máquinas. Pero de nuevo los exiliados están preparados para tal evento y Cable, reforzando sus campos de energía telekinética hasta que termina sangrando por la nariz, logra detener al propio Mjolnir, el cual queda queda clavado en uno de sus campos de energía.

Por último, Lana recuerda cada una de las enseñanzas de su padre dando principal importancia a la propia respiración. Tomando aire, lo expulsa suavemente buscando encontrar el momento adecuado para soltar su flecha. Sabe que una oportunidad como la que sus compañeros le están otorgando en aquellos instantes será imposible de repetir. Pero si algo aprendió de su padre era que una sola flecha era más que suficiente como para vencer a cualquier rival.

Liberando la flecha, el proyectil cruza la estancia con gran velocidad. Durante el tiempo que dura un latido, la flecha se alza en el aire y todo parece indicar que pasará de largo, pero de pronto y realizando una parábola imposible, la flecha desciende y acierta de lleno en el ojo de Ulthor.

Las miles de nanomáquinas que viajan en la flecha de la arquera, no tardan en extenderse por el cuerpo de Thor y como si de una vacuna se tratase, comienzan a atacar la programación de Ultron arrebatándole en cuestión de segundos, todo lo que realmente lo convertían en un ser único. Diez segundos después de ser impactado por la flecha, el cuerpo de Thor cae inerte entre los brazos de Coloso y nada queda de Ultron.

Tras permitirse unos instantes para recuperar el aliento, los Exiliados se miran unos a otros. La batalla ha sido breve pero intensa y sin duda han descubierto los peligros que habitan allí fuera. Por suerte, su trabajo allí ha concluido. El Tallus informa a Coloso que la misión ha sido cumplida y poco después, todos son teletransportados.

El viaje a través de las diversas realidades nunca es agradable, aunque en aquella ocasión sienten que no es tan malo como la anterior vez. Tal vez se estén acomodando a ellos o simplemente, el viaje no ha sido tan "lejano" Sea como sea, los exiliados aparecen en medio de la recepción de un gran hotel de cinco estrellas.

-Buenos días damas y caballeros, sus habitaciones están preparadas. Si son tan amables de seguirme.

Con su rostro sin apenas rasgos, Morfo se acerca hasta los exiliados ataviado con un traje de botones y les invita a acompañarlo hasta un amplio ascensor.

-Un buen trabajo muchachos.    -Indica una vez dentro del ascensor e iniciar el ascenso hacia el piso más alto del edificio.   -Tuvisteis un pequeño error de cálculo, pero no os preocupéis, el Tallus a veces se explica como un mal vendedor de coches usados. Ya sabéis, uno de esos que te prometen una ganga y al final termináis pagando tres veces más de lo acordado. En lo referente a esa realidad, sin Ultron para acabar con la raza humana, las fuerzas mermadas de Shield bajo el liderazgo del comandante Rogers, lograron enviar con éxito a los LMD contra el corazón de Man-thing. La lucha fue algo épico, pero finalmente se sacrificaron para acabar con él y dar así una segunda oportunidad a la humanidad. Reparásteis la línea temporal y ahora ese mundo está a salvo. Aún les queda una larga jornada de reconstrucción, peeeeeeeeeeero lograrán hacer florecer su mundo otra vez, al menos eso espero. En fin, hemos llegado...

Las puertas del ascensor se abren dando acceso a la suite presidencial. El ascensor que han tomado funciona con una tarjeta y es privado, por lo que tan solo ellos podrán acceder hasta allí.

-¡Voilà! ¿Qué os parece? No todos los días uno se enfrenta al dios del trueno y logra vencerlo. Así que he pensado que os vendría bien un par de días de descanso antes de meteros de lleno en un jaleo con las mafias. Tenéis sobre la mesa de cristal varias tarjetas de crédito, por lo que podréis daros los caprichos que queráis. Pero recordar que una vez saltéis de realidad, solo os llevaréis con vosotros lo que podáis llevar encima. ¡Oh, por cierto! Tenéis también el número de una experta en moda, por si queréis diseñaros trajes a juego o algo por el estilo. Según parece, luchar en bermudas y chanclas no va con vosotros.

Morfo se mueve con total libertad por la suite y les indica donde están las amplias y lujosas habitaciones. Disponen de una habitación para cada uno con enormes y mullidas camas.

-Bueno, bueno, bueno...¿Qué más tenía que contaros? ¡Ah, sí! Samson fue enviado a otra realidad, donde sus conocimientos y poderes iban a resultar mucho más útiles. Su misión va para largo, así que no creo que volváis a verlo en un tiempo. Aunque estoy buscando un candidato idóneo para sustituirlo. Bien, ahora deberéis de decirme si queréis que Coloso continúe llevando el Tallus y liderando el equipo o si preferís que otra persona tome esa responsabilidad. Por último, pasaremos a la parte de preguntas y postres.
 

Éxito rotundo. Era la mejor manera de calificar como les había salido su primera misión a los Exiliados. Habían detenido a Ultrón y habían salvado la realidad. Además habían trabajado en equipo, toda una proeza para un grupo de desconocidos de distintas dimensiones recién reunidos.

Había motivos para alegrarse, o al menos para estar satisfecha. Pero Karolina no se sentía ni lo uno ni lo otro. Estaba frustrada, enfadada consigo misma. Había aceptado participar en todo aquello pensando que el hecho de salvar realidades la haría sentir mejor. Pero no fue el caso, al menos no esta vez.

La bienvenida de Morfo la dejó indiferente. Karolina se cruzó de brazos y anduvo en silencio junto a sus compañeros mientras escuchaba la explicación de Morfo acerca del destino de la dimensión que acababan de salvar.

Cuando vieron la suite presidencial ella simplemente se encogió de hombros y se acercó a mirar por una ventana con aire distraído. No reconocía la ciudad, pero mirar el paisaje sin pensar le resultó mínimamente relajante.

Karolina ignoró el discurso de Morfo hasta que mencionó la ausencia de Samson. Una pena, el tipo le caía bien.

- Que se quede Coloso el Tallus, no me importa – dijo sin mirar siquiera a sus compañeros.

Formar parte de un equipo era raro, al menos para la majesdaniana. Pero en el fondo le había gustado. Era como en los viejos tiempos…

- ¿Tendremos mucho tiempo para descansar? – preguntó a Morfo tras darse la vuelta, algo menos distante y con tono neutro -. Yo tengo que recargar batería – informó completamente en serio, sin pretender bromear al respecto.

Los últimos instantes de la batalla le parecieron horas. Tuvo que llevar su poder más allá de sus capacidades para poder detener "EL MARTILLO". Aquel golpe fue peor que uno que hubiera podido recibir físicamente pero no dejo que traspasará el campo y por primera vez desde que comenzó a mostrar sus capacidades notó las consecuencias de los límites de su poder. Un hilo de sangre caía de su nariz, se sintió débil y apenas pudo disfrutar de la victoría Lana acertó y la sonrió desde la distancia mientras desconectaba la unión entre mentes para la comunicación y eso no fue lo único que desconectó, descendió al suelo y su ojo dejo de brillar. Ahora necesitaba descansar, había estado apunto de freírse el cerebro con la fuerza del martillo y necesitaba drecuperar fuerzas.

Comenzó a sentarse cuando el mundo se dió la vuelta de arriba abajo, al igual que su estómago. Ni siquiera se habían podido despedir.

Aparecierón en la recepción de un hotel, esta vez no cayó inconsciente pero su estómago estaba del revés, miró con rapidez hacía los lados y entre aquel lujo encontró un paragüero al que se movió rápidamente para vomitar. Edcuhó la voz de Morfo mientras terminaba de vaciar lo poco que tuviera dentro. Le saludó con la cabeza mientras se limpiaba la boca.

Escuchó las palabras de Morfo sobre la resolución del conflicto en la realidad que acababan de abandonar y su dolorida cabeza se hizo un lío. - ¿Como sabes lo que ha sucedido si acabamos de derrotar a Ultron allí? estarían viajando ta!bien en el tiempo, no le cuadraba. Pero no le dió más importancia, no era el momento.

No pudo evitar sonreír ante la evidencia de que Morfo era consciente de que les había enviado a luchar tal y como les había extraído del mundo.- Aparte de la diseñadora,¿ hay aquí alguna masajista? dijo con la mano frotándose el cuello. - Y un lugar donde tomar un copa después de descansar no vendría mal y nos conozcamos un poco más, sabemos de parte de lo que somos capaces pero no quienes somos.

- Por mi parte correcto si a él no le importa liderarnos, no estoy acostumbrado a trabajar en equipo pero de ahora en adelante no me dejaré llevar y seguiré el plan. dijo avergonzado, se saltó por completo su función que le había asignado el capitán y casí lo pagan caro.

- Con un par de días deberíamos estar a tope, espero que mi cabeza deje de machacarme después de un gran sueño. contestó a Karolina mientras se acercaba a Morfo para preguntarle por la habitación en la que poder dormirla.

La forma de Morfo cambia adoptando los rasgos característicos de Einstein, pero manteniendo por supuesto, su rostro blanco como la tiza. No es que no pudiese adoptar la apariencia exacta del físico, sino que simplemente disfrutaba con aquellos cambios a medias.

-El tiempo es algo relativo, mi joven padawan. Veréis, el tiempo no pasa de igual modo en cada una de las realidades. En vuestros viajes descubriréis que podéis visitar realidades que se encuentran en un lejano futuro, mientras que en otras, aún están en medio de la guerra fría. Por otro lado, la catástrofe que ha sacudid las realidades ha provocado que no se cumplan ciertos acontecimientos o que sucedan otros que no deberían. Vuestro trabajo es arreglar esos problemillas. En la realidad 7692 Ultron no debería de haber sobrevivido a su último enfrentamiento con Tony Stark, peeeeeeeero así fue y casi hace que todo se vaya por el retrete. Por suerte llegasteis a tiempo para solucionar el problema y ahora todo debería de ir según el gran plan cósmico...o algo así.

Una vez en la habitación, Karolina contempla el paisaje por la ventana y no tarda ni un instante en descubrir que se encuentran en Londres, pues posee una preciosa vista del Big Ben y sus alrededores. La ciudad luce limpia y tranquila pese al ajetreo de las miles de vidas que allí habitan.

-Bonita vista ¿Verdad? En esta realidad no existen demasiados conflictos, los humanos aceptaron a los mutantes con los brazos abiertos y ahora trabajan todos juntos hacia un brillante futuro. Claro que existen algunos pequeños problemillas como en todas partes, pero el Capitán Britania se encarga de que todo marche correctamente. Así que podréis descansar durante los cuatro siguientes días. Me temo que no puedo daros más tiempo, pero creo que será más que suficiente como para que desconectéis de vuestra lucha contra el temible clon malvado de Thor.

La voz de Morfo, dotada de un fuerte acento británico les explica donde se encuentran y del tiempo que disponen para descansar. Tras lo cual, adopta su forma original y cruzándose de brazos, se apoya en la ventana junto a Karolina.

-La otra vez no tuvisteis tiempo para conoceros, pero era urgente que fueseis cuanto antes a salvar la realidad 7692. Aprovechar estos días para empezar a trabajar como un equipo. Vendrá bien que os conozcáis un poco, en especial Coloso. Si va a liderar al equipo le vendría bien saber de lo que sois capaces cada uno de vosotros. En su realidad ya comandaba fuerzas militares, aquí quizás le cueste un poco más pues la disciplina no va con vosotros, pero estoy seguro de que logrará hacer un buen trabajo. Por cierto jovencita... -Indica refiriéndose a Karolina.   -No deberías de tener una cara tan larga. Lograste vencer a Estrella de fuego de un solo golpe, sobreviviste con apenas un rasguño a uno de los más poderosos ataques de Thor, luchaste con valor otorgando la ventaja que Coloso necesitaba para someter a Thor y por último, salvasteis miles de millones de vidas. Así que deberías de sonreír un poco más, quizás deberías de salir a divertirte con Cable, seguro que logra ponerle una bonita sonrisa a ese rostro ceñudo tuyo.

Estirando el brazo casi cuatro metros, la mano de Morfo golpea con suavidad la mesita de cristal. Allí se encuentran las tarjetas de crédito, cada una a nombre de uno de los Exiliados.

-¿Masajes? Encarga uno. ¿Ropa nueva? Ir de compras. ¿Comprar un coche para moverse por la ciudad? Sin problema. Me he encargado de que dispongáis de dinero suficiente como para que viváis estos días como reyes, después de todo, merecéis un pequeño capricho después de salvar toda una realidad ¿No? Aunque portaros bien y no os metáis en líos. Aquí están acostumbrados a ver a los mutantes usar sus poderes, pero estos tienden a ser discretos. Así que no llaméis mucho la atención. Por cierto, tenéis también la tarjeta de Janet Van Dyne, habitualmente solo trabaja en EEUU, pero ha venido aquí por negocios y digamos que me he encargado de que os haga un hueco en su agenda por si queréis que os diseñe trajes nuevos.

Observó la trayectoria de la flecha, con un sudor frío sobre la nuca. Si fallaba, estaban jodidos, pero impactó, derrotando así a Ultrón. No hubo tiempo para celebrar, ni tampoco de decirle a las dos ratas de laboratorio que todo había salido bien. Antes de que se diera cuenta ya estaba en otro sitio, había sido arrastrada de la misma forma que la primera vez que se reunió con Morfo y los demás. Por suerte, esta vez parecía aguantar mejor el "viaje" dejándola aturdida. 

Miró a su alrededor, extrañada, ¿Qué clase de lugar era ese? Pero su atención se centró ahora en Morfo, siguiéndole hasta un ascensor -Por mi, si él quiere seguir siendo el líder, adelante- dijo mirando con ambas cejas alzadas a Coloso. Vaya no tenía ningún problema y ella no quería esa carga. 

Cuando llegaron a la suite, la chica se quedó sorprendida por tanto lujo, para ella todo eso era nuevo. Como Karolina, se asomó a una de las ventanas para ver la ciudad, pero a diferencia de la rubia, ella estaba casi literalmente pegada al cristal observando la vida... ¿Londres? Algo le sonaba, pero tampoco es que fuese una información importante en su vida. Aún así, tenía curiosidad y no iba a perder la oportunidad de explorar aquello sin robots maniacos asesinos, porque de eso no había, ¿verdad?

Miró su ropa y después a Morfo con el ceño fruncido -¿Qué malo tiene esta ropa?- no era una pregunta agresiva, de verdad que no lo entendía. Volvió a fijar la vista en la ciudad -¿Cuatro días de descanso? De acuerdo- Suficiente para ver algo, ¿no?- suspiró levemente sin apartar la vista del paisaje. 

Aunque no quería demostrarlo, las palabras de Morfo lograron animar a Karolina.

Acabó esbozando una débil sonrisa, aunque más por la gracia que le hacía la perspectiva de salir de fiesta con Cable.

El resto de la explicación acerca de cómo habían devuelto aquella dimensión a su estado natural, tal y como lo quería el “gran plan cósmico” le hizo plantearse varias cosas a la fugitiva. Cosas sesudas y trascendentales.

Pero se guardó sus pensamientos para sí misma, pues no era el momento de compartirlos.

- Yo voy a darme una ducha – informó con cierta brusquedad mientras se dirigía a su cuarto -. Luego, si queréis – enfatizó -, podemos ir a tomar una copa.

Karolina abandonó la sala principal de la suite.

Coloso estaba henchido de orgullo. Lo que había conseguido no era para menos: derrotar al dios del trueno. Bueno, en realidad estaba claro que sin la inestimable ayuda de sus nuevos compañeros tal proeza no habría podido darse, que era un clon y que había tenido que sudar tinta para conseguirlo, pero aún así era algo meritorio, algo de lo que sentirse orgulloso. Por desgracia la sensación de triunfo se desvaneció repentinamente cuando volvieron a arrastrarles a otra realidad.

Al menos en esta ocasión la transición no fue tan terrible como la anterior y todavía estaba en forma de acero orgánico, con lo que aguantó perfectamente el mareo consecuente. Bufó contrariado, pero pronto su talante cascarrabias se tornó en sorprendido, pues tanto lujo le abrumaba. Sólo algunos líderes podían gozar de tal tipo de trato y él había nacido en una granja colectiva a las orillas del lago Baikal. Había un largo trecho a recorrer entre su infancia ausente de todo lujo y aquella habitación, tanto en recursos como en capacidad mental. Ni siquiera se relajó lo suficiente para dejar que su forma metálica diera paso a su forma humana. Estaba tenso y anonadado. Se pasó todo el tiempo en que hablaban logrando escasamente no quedarse plantado como un pasmarote con la boca abierta. De repente se sentía un paleto de pueblo...

Fue la mágica palabra "masajista" la que le hizo regresar mentalmente. Sus músculos habían sufrido lo indecible y los sentía terriblemente adoloridos, un masaje podría ser justo lo que necesitaba. Eso, un buen baño, un vodka y dormir toda la noche en una cama mullida.

-Mataría por una sauna y un masaje -dijo de repente, dirigiéndose a buen paso hasta la mesa de cristal para recoger sin asomo de duda una de aquellas tarjetas- Por fortuna no hará falta -añadió agitando la tarjeta a los demás- Por cierto, he liderado ataques de las fuerzas especiales, pero no soy un gran estratega. Podemos discutirlo delante de unas copas esta noche, si queréis. Y también lo del traje, no me parece ninguna tontería.

La respuesta a su pregunta solo hizo que le incrementara el dolor de cabeza, aún estando en malas condiciones no podía mantener su boca cerrada. Mucha información y poco cerebro para procesar en esos momentos. Esperaba poder pedirle a Loki que le repitiera las respuesta cuando se encontrara mejor.

- Lo discutimos luego delante de una copa entonces, ¿en 3 o 4 horas nos vemos en la recepción? Respondió a sus compañeros, si no hubiera estado en aquellas condiciones hubiera sonreído picaramente pero le dolía bastante la cabeza. - Ducha, masaje y un ligero sueño. Piro a mi habitación, luego nos vemos. dijo mientras se acercaba a recoger físicamente la tarjeta.