Partida Rol por web

El poder disfrutar de unas cuantas horas para ellos mismos, sin duda resulta de lo más acertado. Primero se decantan por visitar el impresionante Spa que tan solo un hotel como aquel, puede ofrecer a sus clientes. Por supuesto, tras realizar el circuito, todos ellos caen bajo las diestras manos de los masajistas, quienes logran trasladarlos a un estado de pura relajación. Claro que el trabajo resulta doble ante la poderosa constitución de Coloso, quién tras su enfrentamiento con el dios del trueno, sin duda era quién más lo necesitaba.

Para cuando regresan a las habitaciones, ya disponen de los ropajes que habían traído con ellos totalmente limpios. Aún así, se permiten descansar o más bien, caer presa de las cómodas y mullidas camas, que les proporcionan un placentero y reparador sueño.

Finalmente, llega la hora de reunirse en la recepción del hotel para salir a explorar la ciudad y permitirse, al menos durante unos pocos días, el poder disfrutar de una vida alejada de las más encarnizadas batallas. La ciudad les espera y disponen de todo el dinero que necesiten para poder hacer lo más cómoda posible su estancia en aquella realidad. ¿Se podía pedir más?

Por fin habían terminado con la afrenta a su hermano, Loki se sentía realmente satisfecha por esto ya que para ella era todo un insulto a su querido hermano que hubieran hecho eso con una copia de el. Pero el viaje esta vez aunque no debería haber sido asi fue peor que el primero para ella. Estaba realmente mareada cuando llegaron y apenas era consciente de donde caminaba cuando llegaron y no fue hasta que entraron en aquella habitación que se dejó caer en uno de los sillones. Allí medio acostada y con la cabeza apoyada escuchaba lo que decían, lo cierto que su mareo era tal que no se veía capaz de decir nada así que simplemente espero a mejorarse un poco.

El resto del rato estuvo medio tirada en el sofá hasta recuperarse un poco. El rato en el Spa y los masajes los disfruto mucho ya que se sentía realmente tensa, a fin de cuentas ella no estaba para nada acostumbrada a pelear y mucho menos haber peleado contra un clon de su hermano, el cual demostrar estar bastante a la altura de este, ella era consciente de que habían ganado por el simple hecho de que no era el auténtico Thor, pero aun así le costaba imaginarse a su amable y afable hermano luchando con esa fuerza, aunque por las historias era verdaderamente consciente de ello.

Cuando llegó la hora en la que habían quedado todos miro la ropa que tenía allí, realmente no iba a ponerse su yelmo con aquellos cuernos, sabía que en Asgard era una ropa normal, pero allí era muy llamativo, por lo que decidió coger una falda de color negro con detalles en negro y una blusa del mismo color con una chaquetilla verde. Ya bastante más recuperada que cuando llego y como nueva bajo y se quedó esperando a que llegaran.

Aquello del spa no le acabó de convencer a la majesdaniana, al menos al principio. Le parecía innecesario, demasiado lujoso incluso. Una buena ducha y un descanso de varias horas deberían de ser más que suficientes para relajar a cualquiera.

Tras finalizar el circuito y recibir aquel masaje Karolina vio que estaba equivocada. ¡Por las estrellas, qué cojones! Le dolía un poco la espalda pero tenía que admitir que aquello del spa había sido maravilloso.

De vuelta en su habitación recordó que tenía que reunirse con sus compañeros para “pasarlo bien” por la ciudad. No estaba segura de saber qué iban a hacer, pero decidió ir de todas formas. Se vistió con su viejo traje, el que había usado hasta ahora.

En aquel tiempo y lugar sus ropas del espacio podían parecer extrañas para la gente. Era un mono de cuerpo completo, nada revelador pero algo ajustado, de un apagado tono grisáceo. Unas botas usadas y un cinturón con cartuchera eran lo único que complementaba su atuendo.

Tras vestirse se miró un momento al espejo. Parecía sacada de una película de ciencia ficción. Y se había colgado, sin darse cuenta, la pistola de energía al cinto.

No podía pasearse por una pacífica ciudad con un arma a la vista, por muy de mentira que pudiese parecer en aquel lugar. Su atuendo tampoco era el más apropiado para “camuflarse entre la multitud”.

Ponderó sus posibilidades durante unos instantes, y su mirada acabó dirigiéndose a la tarjeta de crédito que llevaba su nombre.

Karolina Dean… Hacía mucho que no usaba su apellido.

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Cuando llegó el momento de reunirse en la recepción del hotel Karolina no faltó a su cita.

Había cambiado el mono espacial por un top estampado con tirantes, unos tejanos blancos acampanados coronados por un ancho cinturón y una oscura chaqueta arremangada. Su larga melena rubia, ahora limpia, ondeaba detrás de ella con un vaivén hipnótico*.

Desprovista de su ropa habitual y, quizá más importante, de su fiel arma Karolina se sentía algo desprotegida. Se acercó a Loki, que ya se encontraba allí, algo cohibida.

No había podido hablar mucho con la atractiva hechicera, quizá era el momento.

- Parece que las chicas somos las más puntuales, ¿eh? – le comentó, quizá demasiado bruscamente tras situarse junto a ella, para romper el hielo.

Karolina se cruzó de brazos y oteó el vestíbulo. La cadena que llevaba colgando el cinturón tintineó.

- Antes estuviste muy callada – dijo, aunque tampoco es que ella misma hubiese sido la alegría de la huerta después de la primera misión - ¿Estás mejor?

A pesar de las buenas intenciones de la majesdaniana, su tono de voz no destilaba simpatía ni comprensión, parecía más bien que se interesase por el estado de la asgardiana por obligación.

- SPAAAAAAAAA! dijo haciendo una bomba en la piscina de la que salió congelado ya que esa era de las que no estaban climatizadas. Se colocó al salir el Albornoz de nuevo para entrar en calor y buscar el jacuzzi. Aún le dolía la cabeza pero estar allí le había subido el ánimo. Se metió en el jacuzzi y se relajó hasta que llegará la hora de los masajes que tanto ratto llevaba esperando. Vió al gigantón ruso pasando por su lado y le invitó al jacuzzi. - Verás que bien sientta estar aquí antes del masaje. le dijo sonriendo. - Prometo no hablar demasiado.

El masaje fue Supremo después de la tensión que había soportado. Cuando le consiguió soltar la masajista la tensión del cuello y bajó hacía las lumbares no se cortó y la fue diciendo: - Un poco más arriba. hasta que llegó a la cabeza y se la empezó a masajear. - Adoro tus manos. la dijo mientras disfrutaba del masaje en el cuero cabelludo.

- Nos vemos luego. les dijó cuando se dirigió hacia su habitación. Vió las ropas que había conseguido en la dimensión de Ultthor pero no las prestó atención. Se desnudo y cayó literalmente en la cama presa del sueño.

Se despertó atontado y se dió cuenta que era tarde, muy tarde. Buscó entre las sábanas la ropa que le habían traído limpia mientras, con su mente ya reparada, buscó a sus compañeros por el hotel. Por suerte aún no había marchado.

Salió disparado volando por la ventana y cerrándola con su telekinesis, entrando por la recepción del hotel. Era la vía más rápida para encontrarles. - Me he quedado dormido gente, ¿llego muy tarde? les dijó distraído y buscando a la chica de recepción. - si me disculpas un segundo. dijo ttras localizarla y esperando que no fuera Morfo.

- Hola preciosa, mis colegas y yo no conocemos la ciudad y nos gustaría salir a tomar unas copas. ¿Cuales son los mejores lugares para divertirnos en esta ciudad? la dijo guiñandola el ojo.

Spa, sauna, masaje, siesta... oooooh, eso era vida. Coloso, con su forma humana de carne convencional, disfrutó sobremanera aquel tratamiento restaurador. Aunque todavía muy grande y musculoso, Piotr era vulnerable a las manos expertas de la masajista, que recolocó, amasó y martilleó sus músculos, con el resultado de un Coloso al que le parecía doloroso hasta parpadear. Tras una ducha caliente y una siesta, al despertar, era otra persona. Lo siguiente era conseguir algo de ropa decente, unos pantalones ajustados (la alternativa era que parecieran un saco, con su musculatura no había otras opciones) y una camisa con cuello Mao. Le faltaba el distintivo del Partido Comunista Superior, no podía evitarlo, demasiados años de llevarlo, aunque el resto evidentemente no lo iba a notar. De todas maneras iba bastante casual, casi sport. No tenía la más mínima intención de salir a ligar. Por mucho que esto fuera otra realidad, la idea de no serle fiel a su esposa le repugnaba.

Al parecer necesitaba esa siesta más de lo que quería reconocer porque al conseguir bajar finalmente, aún ligeramente dolorido, fue súbitamente consciente de que tal vez había tardado algo de más.

-Lamento mi retraso. Estaba dormido profundamente. -dijo al reunirse con el resto del grupo- ¿Soy el único con la sensación de que le ha pasado una locomotora por encima?

Loki sonríe al comentario de Karolina y asiente sobre la puntualidad de las chicas y tras su pregunta sobre su estado asiente y dice:

Si… bueno, la verdad es que me sentó realmente mal el viaje… estaba un poco cansada por usar la magia y un poco en Shock por la lucha contra la copia de mi hermano, a fin de cuentas se veía muy parecido a como es el y en cierta forma eso te hace estar un poco impresionada

Los demás fueron llegando y ella les saludo con la mano:

No… apenas acabamos de llegar Cable… así que no hemos esperado demasiado

El comentario de Coloso le hizo sonreír y dice:

Una locomotora no, pero que me han llenado de ácido si la verdad… menos mal que no era demasiado fuerte

Ni Spa ni masajes, Lana con tocar la cama tan mullida, algo que no había probado en su corta vida, cayó en un profundo sueño. Tan profundo y reparador que se quedó dormida a tal punto que llegaba tarde. Porque llegaba tarde aunque no sabía muy bien a que, eso de tomar copas ni sabía de que iba. -Genial, me encanta ser la rarita del lugar- una ducha rápida, ponerse algo limpio y bajar a recepción lo más rápido que podía con, como no, sus cosas. Porque eso de salir de fiesta fuera de lo que era su "casa" era algo que no existía en su vocabulario, y cada vez que se salía de allí era mejor ir armado hasta los dientes.

-Hey, siento llegar tarde- se disculpó pasándose una mano por la nuca -es que esas jodidas camas te atrapan- dibujó una sonrisa torcida a causa de los nervios. No conocía nada de aquellas personas y ahora por lo visto tenía que compartir tiempo (a saber cuanto) con ellos y bueno, tampoco quería empezar con mal pie, ya había metido la pata con lo de Ulthor. 

La joven recepcionista, la cual portaba un elegante uniforme con falda, chaquetilla y camisa, mostró una amplia sonrisa e inclinó ligeramente la cabeza en señal de que le prestaba toda su atención. Tras ajustarse las finas gafas de pasta que ocultaban una mirada celeste, la joven se dispuso a complacer a Cable.

-Buenas noches, caballero. El hotel dispone de limusinas que están a su entera disposición si desean conocer la noche en Londres. Para empezar la velada, les aconsejaría disfrutar de las exquisiteces que el restaurante "Le Blanc" sin duda les ofrecerá. El gran Chef, Remy LeBeau dirige personalmente el restaurante y pese a disponer de varios más en diversos países, Le Blanc siempre ha sido la joya de su corona.

La recepcionista les habla como si el nombre del Chef les resultase de lo más conocido. Claro que la pobre desconoce por completo que todos ellos provienen de una realidad alternativa, de hecho, de varias realidades alternativas.

-Habitualmente es necesario realizar la reserva con meses de antelación, pero el señor LeBeau siempre dispone de varias mesas para atender personalmente a nuestros más distinguidos huéspedes. Por lo que si lo desean, puedo realizar una reserva de inmediato.

Todo parece indicar que Morfo no les ha mentido y que realmente les ha otorgado cuatro días para vivir a lo grande. Todos ellos o al menos aquellos que provienen de un mundo no consumido por la guerra, saben que el estilo de vida en el que van adentrarse, está muy por encima del nivel que poseía en sus propias realidades.

-Por otro lado, si lo que desean es embriagarse de la noche Londinense, entonces sin duda deberán de acudir al Club Fuego Celestial. Dispone de varias pista de baile, con diversos estilos de música, una amplia gama de licores y fantásticos espectáculos cada noche. La propia Dazzler suele acudir con frecuencia para deleitar a sus fans con su inigualable voz. Si realmente desean disfrutar de una gran velada, sin lugar a dudas el Club Fuego Celestial debería de ser una para obligatoria.

Aquella joven llamó por completo la atención de Cable, estaba absorto en ella hasta que escuchó la mención a Remy. Sonrió ampliamente. El truhan de Remy Chef en esta dimensión y si era de éxito seguro que no había perdido su labia. En su dimensión era un ladronzuelo con mucha picardía que caía en simpatía de los grupos de heroes, pero que no acababa de integrarse en ninguno debido a su pasión por si mismo. Podría ser realmente divertido verle en acción como Chef. Ya tenían plan para cenar, ahora faltaba la diversión.

Y por ahí continuó. En esta ocasión el local de Dazzler, otra mutante y cantante de rock en su dimensión. Parecía que iban a pasar una buena noche. Le guiñó el ojo a la recepcionista y se giró hacia sus compañeros.

- Bueno, creo que las recomendaciones de esta preciosidad son sin duda muy acertadas. No se si conocéis a ls personas mencionadas pero si son la mitad de carismáticos que en mi realidad os lo vais a pasar genial. proyecto en las mentes de sus compañeros imágenes de los Remy, con pinta de cowboy forajido y Dazzler, una rubia con cuerpo espectacular embutida en cuero y una guitarra electrónica en la mano. - Carolina estoy seguro de que está Dazzler te va a deslumbrar.

Se fijó en Lana que parecía bastante nerviosa y se dió cuenta de que no sabían de donde venía cada uno, quizá ella no estuviera agusto entre comodidades. -No estés nerviosa Lana, relájate y disfruta. ¿Hacemos la reserva con el chef Remy?

Loki escucha las recomendaciones de la mujer y lo dicho por Cable y asiente para decir:

Yo no les conozco, pero puede ser divertido

Sonríe, ella no estaba muy acostumbrada a salir de fiesta por ahí, pero si algunos de sus compañeros de universidad ya que ella en cierta forma era un ratón de biblioteca, sonríe y se coloca junto a Lana y dice:

Si… las camas eran muy cómodas, es una de las cosas que más me gusta de la Tierra, saben como hacer las comodidades de forma tan cotidiana que te terminas acostumbrando demasiado

Decía tras sonreír levemente de forma tímida

Coloso era en esta situación un poco un gigante con pies de barro: caminando con cuidado para no acabar dando un desastroso traspiés. Ninguno de los planes sugeridos decía nada para él. Él era un pueblerino ruso, de una granja comunal siberiana, su infancia había trascurrido muy alejada de cualquier núcleo de población de cierta consideración, y más todavía de cualquier comodidad del mundo desarrollado. Los lujos le resultaban escasamente concebibles y las diversiones del mundo capitalista llegaban casi a escandalizarle... Y pese a todo allí estaba, en una de las ciudades más pobladas del mundo, líder capitalista de Europa, plagada de lujos y vicios que a él le costaba mucho trabajo imaginar... Ni qué decir hay que se dejó llevar, por no criticar sin fin todo lo que veía, minando el buen ánimo del grupo. Esta no era su dimensión (ni siquiera de nadie del grupo), así que en el fondo, ¿qué más daba?

Karolina escuchó con cierta reticencia las propuestas de la recepcionista. Aquello del chef le parecía estirado, demasiado presuntuoso. Y lo del "Club Fuego Celestial"... ¿Quién había pensado ese nombre?

Pero estaba decidida a pasar una buena noche con sus compañeros. Era una oportunidad para conocerse todos un poco mejor y - ¿por qué no? - olvidar por un tiempo la realidad que la esperaba de vuelta en su dimensión. Además, disfrutar de unos pocos días de lujo no parecía para nada malo.

- Eeh... Vale - fue su corta respuesta. 

No sabía quién era exactamente esa Dazzler, pero cuando Cable dijo que la iba a "deslumbrar" no pudo evitar ponerse a reír.

- ¿Deslumbrarme? - preguntó divertida - ¿A mí? 

Le dio una palmada a Cable en la espalda. No excesivamente fuerte.

- Eso me gustaría verlo.

Se acercó al telépata y le susurró al oído.

- Aunque también tengo curiosidad por ver a éste bailando - dijo, refiriéndose con discreción a Coloso.

La muchacha no se imaginaba al hombre de acero disfrutando de unas copas y bailando al ritmo de la música.

Recibió la palmada de de Karolina en la espalda y sonrió desafiante ante sus palabras. - Ya lo veremos.

Acerrcó su oído para oír el susurro de ella y no pudo evitar sonreír con lo que dijo. Se enlazó mentalmente con ella para que no les oyeran.

¬ El Coloso de mi mundo también era como él, pero el don de la imaginación y la telepatía es una maravilla comenzó a proyectar en la mente de Karolina a un Coloso bailarín.

¬ Esperemos que este nos sorprenda apunta maneras. A la que me gustaría ver más suelta es a Lana, parece que su mundo era más duro y no conoce la diversión.

Mientras se dirigían hacia el plan propuesto Loki les observa unos segundos y finalmente tras mirarlos a todos pregunta:

Desde que nos conocimos tengo una pregunta

Decía tímidamente, lo cierto es que le daba un poco de vergüenza preguntar aquello, pero finalmente dice:

En mi dimensión… no hay personas con poderes ni mutantes… solo ahora están apareciendo algunos… pero parece que en las vuestras si que lo hay y … parece que estáis muy acostumbrados a luchar contra ellos…

Sentía una gran curiosidad y en cierta forma se notaba que le daba mucha vergüenza hablar de aquello y preguntar y quedar como una tonta, a fin de cuentas en el tema de la lucha ella era toda una novata.

-Bueno -comenzó el gigante ruso- yo estoy acostumbrado a luchar *con* mutantes. La madre patria nos recluta, nos adiestra y nos hace colaborar en proyectos para un bien mayor. Deseamos la liberación del yugo de los humanos sobre los metahumanos, una colaboración que haga brillar al mundo como nunca lo ha hecho...

Coloso se interrumpió, pues se dio cuenta de haber estado reproduciendo los mensajes que la Unión Soviética lanzaba incansable hacia los extranjeros. La realidad, en su dimensión, era un tanto más complicada, pero el fondo, quería creer, era ese. Aunque no estaba completamente convencido que las cosas fueran como era deseable.

-Otras naciones tienen a mutantes que trabajan para ellos, o al margen de ellos. He luchado con algunos, pero aunque hay variedad, no suelen haber mutantes tan poderosos como yo -en su voz no sonaba un atisbo de soberbia, no lo necesitaba, había dicho la verdad tal cual la conocía- Thor es el más poderoso adversario contra el que me he medido nunca. Vaya un hermano tienes, Loki.

Karolina se rió de pronto, justo después de oír un susurro de Cable. Le miró divertida mientras se tapaba la boca con una mano. Luego dirigió una discreta mirada a Coloso. 

El tema de conversación que abrió Loki le pareció extraño a Karolina. Ella solo había conocido bien a una mutante, así que su opinión sobre ellos se basaba en una muestra muy pequeña. 

- No sé, Loki. Nosotros mismos tenemos poderes, supongo que lo normal es estar acostumbrada a usarlos y a luchar con otra gente que los tenga.

Karolina, por ejemplo, estaba harta de pelearse con miembros del Cuerpo Nova. Pero no iba a decirles a sus compañeros que la policía espacial la perseguía, así que...

- ¿Seguimos hablándolo de camino al restaurante? Porque quizá vosotros tenéis bastante con estar limpios y descansados pero yo me muero de hambre - propuso mientras se llevaba una mano al abdomen.

- ¿En tu mundo cuando ni había gente con poder, los humanos no luchaban entre ellos? le contestó sorprendido a Loki. - La diferencia está en el corazón de las personas. Hay algunas que solo viven para hacer daño mientras que otras arriesgan su vida para proteger a otros, independientemente de que tenga poder o no. Y algo grave tiene que pasar en el mundo para que aquellos de corazón malvado dejen de dañar o hacer actos que pongan en peligro a inocentes.

Quería mostrarles la historia de su mundo compartirla con ellos, que aprendieran quien era y cuales fueran los errores de su mundo. Pero lo haría cuando estuvieran en camino.

Sonrió cuando karolina recomendó continuar hablando de camino y se dirigió hacia la recepcionista. - Preciosa, seguiremos tu recomendación. Si la oferta de la limusina sigue en pie es un buen momento para que nos recoja y nos lleve al Leblanc para cenar. Desde allí ya nos apañaremos para ir al Club del Fuego Celestial. Pero lo primero es lo primero, a papear. la guiñó un ojo antes de darse la vuelta hacia el grupo.

- A ver que nos dan de comer, yo también tengo hambre. La limusina debería recogernos en breve.

La limusina era un vehículo diseñado para albergar en su interior a un número mayor de pasajeros. Por lo que incluso Coloso, con su enorme poderío físico, pudo disfrutar de un amplio espacio para sí mismo. El vehículo disponía de todos los lujos que sin duda, eran tan frecuentes entre lo más adinerados.

El restaurante por su parte, resultaba ser algo tremendamente hermoso y extraño. Todo el recinto ha sido decorado para otorgar la apariencia de estar disfrutando de una apacible velada en medio del edén. Decenas de flores y enredaderas, decoraban las columnas y paredes. Aunque aquello no era lo único que les ayudaba a trasladarse al paraíso, pues una suave brisa con olor a jazmín, les acariciaba la piel a la vez que podían disfrutar de un hermoso cielo estrellado, el cual era recorrido en ocasiones, por alguna que otra estrella fugaz. Por supuesto, no estaban al aire libre, pero los proyectores holográficos instalados de forma sutil en el restaurante, proyectaban ese cielo nocturno y despejado sobre el techo.

El propio Remy se encontraba en el local, aunque en esa realidad, no había desarrollado poder alguno y mucho menos, se había visto envuelto en ninguna actividad criminal. Era un hombre un tanto estirado que vivía para y su gran pasión, la cocina. Cada plato que salía era revisado por él y si había algo que no le gustaba lo más mínimo, repartía rápidamente severas órdenes que obligaban a todos a moverse con mayor rapidez y eficiencia.

El precio de los platos era desorbitado, en especial al ver que casi se trataba de platos vacíos, salpicados con comida. Aunque cierto era, que cada bocado que probaban se transformaba en un verdadero festín para su paladar. Claro que si deseaban saciar su apetito, en especial el de cierto gigante de piel orgánica, deberían de hacerse con una buena cantidad de platos y por consiguiente, pagar una cantidad mayor aún. Aunque si de algo disponían en aquellos momentos, era de tiempo y dinero.

Loki escucha la explicación de coloso y asiente a lo que dice mientras habla:

Vaya interesante… no sé si en mi realidad se llegara a una situación así… aunque la verdad que mi hermano y yo no somos mutantes… en realidad somos de otro mundo de Asgard

Tras el comentario de Karolina asiente y dice:

Si, bueno… yo tengo poderes mágicos… se me da bien la magia, pero no es algo tan extraño en Asgard, supongo que para los estándares de la Tierra si podría serlo y si es buena idea ir a comer, tengo bastante hambre

También escucho a Cable hablar y asiente para responderle mientras caminaba hacia la salido con los demás:

Si claro… en todos los mundos ha habido siempre guerras… por fortuna Asgard es bastante tranquilo, pero en parte porque mi hermano ha librado algunas guerras con otros mundos y las ha aplacado, pero como decís en la Tierra por ejemplo si hay muchas guerras

Cuando llegaron al restaurante Loki lo observo y sonrió ante el lugar, le parecía siempre graciosa la forma en la que los humanos imaginaban el paraíso y como olería, a ella eso le recordaba uno de los jardines que más le gustaban de la residencia de su padre. Al tomar asiento no pudo evitar mirar de reojo a Coloso ya que antes comento algo de los lujos y sin duda aquello le llamaría la atención. Al tomar asiento y observar los platos dice:

Vaya… creo que después tendremos que llevar a nuestro amigo grandullón a la gran M amarilla para que termine de saciarse ¿no?

Lo dijo con un tono simpático tratando de hacer una broma.

Coloso se dejó llevar en la cómoda y amplia limusina, tratando de no hacer ver lo desacostumbrado que estaba a todo aquello. Se sentía un poco como un paleto llegando a la gran Moscú por primera vez. Todo le sorprendía, pero trataba de conseguir que no se le quedara la boca abierta.

-No, señorita, no, nada de grandes o pequeñas M, si he entendido bien el funcionamiento de estas cosas -dijo refiriéndose a las tarjetas de crédito que les habían asignado- no hay problema con el precio de nada y, aunque lo hubiera, no vamos a estar aquí tanto tiempo como para que supusiera un problema. Voy a probar unas cuantas cosas. Oh, sí, unas cuantas...

Dicho esto, Coloso comenzó a seleccionar no menos de una docena de platos, desde lo más elaborado (como un plato que combinaba tres tipos diferentes de caviar con champagne y oro) hasta lo más vulgar (como una hamburguesa de ternera original de Kentuky o algo así). No faltó el momento simpático en el que pidió al camarero un plato que simplemente no sabía lo que era, pero que le hizo gracia por su nombre incomprensible y cuando el camarero trató de explicárselo replicó un simple "no se esfuerce, si a mi me gusta todo, es para probar, si me gusta mucho le pediré el nombre de nuevo, ahora no lo recordaría ni que me maten".

En efecto, pronto la mesa se llenaría de multitud de platos, algunos de los cuales durarían un simple bocado, normalmente regados por algo del mejor vodka del restaurante (aunque Piotr confesaría que a él le gustaba más el que hacía su abuela en un alambique sucio y mil veces apañado con más de 100 años de edad).

A lo largo de la cena, Coloso, animado por la bebida y la buena compañía, contaría anécdotas de su infancia, antes de saber que era mutante, de su hermana pequeña, de su mujer y de su hija recién nacida, a la que había abandonado por esta misión. Se moría de ganas de regresar y verle la carita, se preguntaba si habría pasado mucho tiempo desde que se había ido... esperaba que no. Añoraba su patria, añoraba Siberia y añoraba su rutina de cada día. Ser militar le daba eso. Ser capitán en el ejército más poderoso del mundo le daba sensación de seguridad y le llenaba de orgullo. En su dimensión la Unión Soviética había sido liderada por Magnus (el Magneto de otras dimensiones), alcanzando cuotas de eficiencia y liderazgo en el mundo nunca vistas. Sirvió de ejemplo en el tercer mundo y el capitalismo en el mundo estaba a punto de caer, quedando sólo Estados Unidos y Gran Bretaña como reductos en declive, antros de vicio y perversión... Resultaba irónico que ahora estuvieran precisamente en Londres. El Londres que él conocía era sucio, necesitado de reformas de todo tipo y en plena recesión. Los barcos huyendo de la Isla llenos de refugiados arribaban a las costas de Francia cada semana...