Partida Rol por web

La Dra. Srinivasan se fijó en la figura a contraluz.  ¿Era uno de los hombres de las etnias originales de la región?  ¿Algo pudo adivinar de su silueta en los pocos segundos que lo vió? ¿Su ropa o decoración?  

¡Cuidado Threkor! ¡La piedra!  Buscó al menos refugio en donde la anchura del pasaje detuviera la piedra al caer.  Se lanzó decidida hacia aquel hueco. 

La hondonada probó ser su salvación.  La estrechez propia del pasaje impidió a la piedra convertirse en mortal proyectil, quedándose atorada antes de llegar a la doctora.  El polvo se mezcló con la luz filtrada para hacer "velos de hada", esas miríadas de partículas iluminadas que le impedían ver mucho, pero que daban un hermoso espectáculo, más ahora que había evitado la herida y quizá la muerte. 

Thre-threkor, ¡¿está bien?! -dijo en voz alta.  Volteó a todos lados a ver si veía al ocultista ocultado por el polvo iluminado.

Quitándose algo del polvo de encima, sobre todo de los ojos y la cara, Sharada avanzó hasta el otro lado, hacia donde estaría el edificio hediondo más allá de la hendidura.

¡Threekoor! -volvió a decir, entre voz alta y bajita (que contradicción), esto último pensando que su atacante podría no estar sólo y todavía cerca.

Los locales defendiéndose de las intrusiones.  Los entiendo.  ¡Pero es que nadie nos dijo que había gente!  ¡Que si no, el acercamiento socialmente responsable es otro, carajo!   ¡El departamento de asuntos indígenas de Alma Mater, se enterará de esta ruptura al protocolo!  ¡Me choca estar del lado de la intromisión irresponsable!  -estaba furiosa, hasta se le había olvidado que casi moría en este desencuentro. 

Aquella figura distrajo mi atención sólo un instante, pero fue suficiente para ver como una piedra enorme caía sobre nosotros. No tenía tiempo a pensar. Si no la esquivábamos, moriríamos aplastados, y si no conseguíamos llegar al otro lado del improvisado camino entre las rocas, quedaría bloqueado.

Corrí unos pasos hacia adelante, y salté de cara con las manos por delante para bloquear cualquier tipo de obstáculo que pudiera encontrar al final del pasillo. Caí de cara, golpeándome parcialmente el rostro con el suelo, dando una vuelta sobre mí mismo al topar con él.

Escuché a la doctora.

Estoy bien. Estoy al otro lado de la roca.

No perdí tiempo y miré hacia arriba y hacia adelante buscando indicios de la figura que nos había atacado.

¿Ve usted a nuestro furtivo amigo?

Ya al otro lado del pasillo rocoso, la doctora y el Sr. Ohrin se miran perplejos. Ambos habían visto la silueta empujar la roca, y la piedra caer casi termina con su vida. El corazón les late a toda potencia. Esperan unos segundos, tendidos de espaldas en el suelo, hasta que la pequeña nube de polvo que se ha formado se disipa. Ahora, el camino de vuelta está bloqueado.

Antes de mediar palabra alguna, impulsados por la curiosidad que sólo personas capaces de adentrarse en una selva inexplorada poseen sin más garantías que sus vidas, se incorporan y se giran para examinar qué les depara el paseo. Imponente, frente a ellos se levanta un gran edificio de piedra*. Su altura debe ser de unos cincuenta metros, si no más, pues destaca entre las copas de los árboles más altos. Su forma es de pirámide cuadrangular cuya parte superior no termina en un vértice en punta, sino que parece volver a ensancharse, como una pequeña flor abriéndose**. Las paredes del edificio están adornadas con sobrerrelieves que han resistido especialmente bien el paso del tiempo, donde numerosas líneas y óvalos parecen representar tallos de flor y hojas. En cada una de las cuatro caras del edificio hay una abertura de unos tres metros de ancho por seis de alto. No permite ver su interior pues la poca luz que entra se queda en el umbral.

El hedor en esta zona se vuelve mucho más desagradable.

La pregunta del bibliotecario quedó sin respuesta ante la llamada de la doctora Srinivasan. Suspiró aliviado y se apresuró a coger el walkie talkie, con tanta prisa que se le resbaló de las manos, hizo varios malabares en el aire tratando de atraparlo, pero finalmente el aparato cayó torpemente en el suelo, con un sonido sordo que activó el intercomunicador.

- ZZZZzzzzzplotch zzzz ¡Leches!.- sonó al otro lado de la línea. Baterman recogió el aparato y lo limpió como pudo, enviando zumbidos y estática a través de él.- zzztch tzz tzzz, chriiii, tzzzzz cloc.

Miró al matemático disculpándose y apretó por fin de manera consciente el botón de comunicación:

- Do-do-do-doctora ¡Qué alegría oírla! Por favor, vuelvan al campamento, el dron del señor Kengsinton ha sido atacado por una criatura, creemos que un antiguo enemigo de los habitantes de las ruinas.- Se aclaró la garganta sin soltar el botón, por lo que los ruidos estáticos volvieron.- Sería mejor que-que perma-perma-permanma-permaneciésemos juntos y pusiéramos en común lo que sabemos hasta ahora.- dijo nerviosamente.- ¿Vamos a su encuentro o vienen hacia aquí? en todo caso no corten la comunicación

El comunicador suena con la voz del Sr. Baterman: - Do-do-do-doctora ¡Qué alegría oírla! Por favor, vuelvan al campamento, el dron del señor Kengsinton ha sido atacado por una criatura, creemos que un antiguo enemigo de los habitantes de las ruinas. Sería mejor que-que perma-perma-permanma-permaneciésemos juntos y pusiéramos en común lo que sabemos hasta ahora. ¿Vamos a su encuentro o vienen hacia aquí? en todo caso no corten la comunicación.

Miré a la doctora que y la voz que venía del comunicador.

No podemos dejar esto así, Sharada. Que se protejan. Nosotros yambién hemos encontrado compañía, pero hemos descubierto algo y debemos investigarlo. Si lo dejamos ahora, quizás cuando volvamos ya no haya nada. Los que nos han atacado podrían obstaculizar el camino y esconder lo que haya allí dentro.

Esperaba que la doctora estuviera conmigo y pensara como yo.

Sharada asintió a Threkor y tomó el walkie-talkie. 

Batsy, hola.  kjjrk.  Tuvimos un problema, repito, tuvimos un problema. kjjjik.  Entramos por el pasillo rocoso al edificio Delta y alguien tiró una piedra para bloquearlo. jjkkkj.  Repito: pasillo bloquead kkjjjk.  

Investigaremos que causa el hedor, y buscaremos cómo regresar con ustedes. jjkkj. 

jjkjkjsh, ¿cómo saben que lo que destruyó el dron era un "antiguo enemigo de la civilización"? jjkkj  ¿Cómo era? jjijikjiiz

Cambio.

Lo siguiente lo platicó con Threkor, dejando el walkie talkie activado para que oyera cualquier parte de la conversación, y lo interrumpiría en cuanto oyera a Batsy hablar. 

Threkor, especulación/suposición:  Esta persona que nos tiró la piedra para bloquear el pasillo es una de estas dos cosas:

a) Un guardián remanente de esta civilización, cuidando las ruinas y sus secretos.  Como parte de una orden histórica o algo similar, tipo Templarios modernos, o los sacerdotes mayas que pasan por campesinos en el Yucatán.

b) Un miembro de la comunidad, descendiente o no de esta civilización, que han hecho de estas ruinas su hogar, temporal o permanente. 

En ambos casos, esa sería su razón de defender el sitio, lo entiendo.  Y es casi misma razón en ambos casos, siendo la única diferencia el nivel de información que tiene, y la fuerza de su oposición a nosotros.  Y en ambos casos, también, sensibilidad cultural y protección personal han de ser nuestra guía de acción. 

¿Lo alcanzaste a ver? ¿Cómo se veía, cómo vestía?  

La doctora se levantó para divisar más adelante, guarecida todavía por las piedras y algunos árboles, para evitar cerbatanazos, flechas, piedras lanzadas con hondas, o algo más. 

-  Kjjrk. Encontré unos relieves, contaban un poco la historia de esta civilización, desde un punto figurativo.- Batsy abrió su libreta y volvió a las páginas donde había tomado y copias de los relieves y comenzó a releer sus propias palabras.- Les haré un resumen, para no alargarlo: hay cinco grabados, el primero y el segundo son una presentación de la sociedad, unos son humanos "blancos" vegetarianos y otros "negros" comedores de carne, cazadores o pastores. Esta separación desencadenó una guerra, que vencieron los "blancos" que son los constructores de este lugar, que expulsaron a los "negros". Luego hay unos grabados más crípticos que debería comparar con usted, doctora. Kjjrk.- la voz del bibliotecario sonó mucho más clara y precisa de lo que era habitual en él, como si hablar de sus intereses le hiciese olvidarse de sus dificultades de habla y su nerviosismo. Mantuvo el botón pulsado, mientras escuchaba las noticias de sus compañeros, que podían oír su respiración pesada al otro lado de la línea, reaccionando a su historia con un nerviosismo creciente.

-Kjjrk. Verá, tenemos una grabación del dron, de lo que lo atacó. Se parece levemente a las rep-repre-re-representaciones de los "negros" de los relieves, salvando lo esquemático. Hemos teorizado que pueden haber estado guardando las ruinas desde la caída de la civilización vegetariana, o que ellos mismos supusiesen la extinción de la so-so-sociedad de los constructores. Creo que el señor Kengsinton puede enviarles una imagen de la criatura, aunque sea difusa. Kjjrk. Así confirmaremos que es la misma criatura que les atacó a ustedes. Kjjrk.- Baterman seguía resistiéndose a llamar al atacante "persona" o "humano". Estaba claro que no era un langúr como había elucubrado en primera instancia, pero la imagen de la pantalla que había visto estaba también lejos de lo que el consideraba un ser humano.

Paseó nerviosamente por el campamento, en espera de que el matemático les enviase la imagen a sus compañeros atrapados. Manoseaba el walkie mientras andaba, retorciéndolo entre sus manos, de modo que al otro lado sonaba una cacofonía de estática y roces molesta, pero que al menos dejaba constancia de que Baterman seguía ahí para ellos.

- Kjjrk.¿Quieren que nos-me-nos dirijamos a la puerta del edificio donde se-se-se-se encuentran? Quizá podamos hacer algo desde fuera. Kjjrk.- No se veía capaz de mover grandes piedras, no dejaba de ser una rata de biblioteca venida a más, pero quizá entre todos encontrasen el método de sacarles.

La información que salía del walkie-talkie era interesante. Realmente había existido una civilización en aquel lugar que había desaparecido al parecer por una guerra civil. Bueno, una guerra racial, por lo que parecía.

Es interesante lo que dice, Batsy. Nos interesaría ver lo que el dron haya grabado. No logramos ver con claridad a nuestro atacante. Nos lanzó una piedra desde lo alto de una de las construcciones. Ahora mismo lo mejor es que se queden en el campamento. Sería peligroso venir hasta aquí. No sabemos cómo estará el camino. Quedó bloqueado al caer la roca. Sólo podemos avanzar de momento y es lo que haremos. Creo que hemos dado con algo.

Miro a la doctora para contestar a sus palabras.

Yo creo que son los descendientes de esas antiguas tribus que jamás han abandonado el lugar y lo protegen de lo que ellos consideran invasores. Lo importante ahora es averiguar de dónde proviene ese olor tan intenso y desagradable.

Estaba muy intrigado en lo que podría haber allí dentro. La construcción era de un diseño interesante. No había visto nada que se le pareciera nunca. Esa doble pirámide invertida era especialmente curiosa. No se distinguía nada desde allí de lo que había dentro. Tendríamos que acercarnos para mirar, lo que implicaba cierto peligro.

Acerquémonos Threkor. 

No me gusta eso de "blancos" contra "negros".  Puso sus antebrazos juntos, comparando el color racial de ambos.  Jjaj, pero bueno.

La imagen aparece en el comunicador de la Dra. Srinivasan acompañada de un sonido de aviso. En ella se ve una imagen borrosa e inclinada debido al ángulo del dron antes de caer donde se ve una silueta oscura, sin muchos detalles debido al desenfoque de movimiento. La silueta aparece entre las ramas de los árboles del margen del bosque. Parece estar enredada de una manera extraña por una serie de ramas, lianas o cuerdas. Además, tiene un brazo extendido hacia el dron, justo una décima de segundo antes de que aquello que hubiese lanzado impactara contra el aparato y cayera.

- Sr. Baterman, parece que nuestros "colegas" van a echar una ojeada a la construcción. Sé que suena descabellado, y más sabiendo que hay alguien hostil por ahí, pero creo que deberíamos inspeccionar el borde del bosque o alguno de los otros edificios, ¿no le parece? - Dijo el Sr. Kengsinton observando la pantalla con el cartel de "Sin señal", frustrado por la pérdida del dron. - Alma Mater paga bien nuestros sueldos y debemos resultarles rentables. - Indudablemente, el Sr. Kengsinton era de esas personas que siempre procuran tener un currículum perfecto.

La Dra Srinivasan, con mucha cautela, avanzó hacia la fuente de aquel pungente olor, haciéndole un gesto a Threkor de que avanzaran, sigilosos.

Seguí a la doctora hacia la edificación y hacia el olor que impregnaba el ambiente. El olor se metía hasta el fondo de la nariz y pentraba hasta el cerebro. No era capaz de identificar el origen del olor. No parecía descomposición, ni nada que hubiera olido con anterioridad.

Como si sirviera de algo, caminaba medio encorvado, intentando parecer lo más pequeño posible mientras pisaba con cuidado detrás de la doctora siguiendo sus huellas.

Tanto la doctora como el Sr. Ohrin caminaron con tiento hasta los pies mismos del edificio piramidal. Ante vosotros, una escalinata compuesta de una docena de peldaños recubiertos de vegetación a excepción del centro, que aparece más desgastado por el uso. Arriba, la abertura oscura os permite entrar en su interior. Con un gesto, os comunicáis entre vosotros, acordando subir con mucho cuidado la escalera de roca. Conforme subís, el olor se hace más y más penetrante, así como la oscuridad más y más densa. Cuando llegáis arriba, veis como la luz que entra de fuera proyecta vuestras sombras por un suelo de tierra y raíces. Al fondo, justo al otro lado de la pirámide, otra abertura deja entrar algo más de luz, así como las aberturas que hay a izquierda y derecha. En total son cuatro las aberturas, pero la luz que penetra no es suficiente para moverse por el interior, más allá de identificar oscuras siluetas inmóviles en el centro de la pirámide.

Junto a la luz, flotan partículas de polvo que hacen molesto el acto de respirar. Las raíces del suelo os hacen pensar que si os adentráis hacia el centro no tardaréis en tropezar debido a la ausencia de iluminación. Os miráis confusos, y luego miráis las siluetas. Allí permaneces, impávidas. No sois capaces de adivinar qué son.
 

La Dra. Srinivasan sacó su lampara solar y apunto hacia aquellas misteriosas figuras. En silencio y listos para salir corriendo.