Partida Rol por web

Continúas avanzando hacia el sonido del agua. La espesura poco a poco va aclarando, bajas de las copas de los árbolesy llegas al río

El río es muy caudaloso. Lo suficiente para no poder atraversarlo sin ser arrastrado por las turbulentas aguas. Sus aguas vienen del noroeste y van hacia el surdeste  El terreno que te rodea esta salpicado de charcos de un barro denso y oscuro.  Siguiendo con la vista el cauce del río ves, a lo lejos, en dirección surdeste un gran puente de piedra que cruza el río. En el centro del mismo parece haber una especie de estructura de metal oscuro. ¿Una cabaña?¿Un almacén? No acabas de distinguirlo.

Cerca de tu posición apoyado en la base de un árbol hay un cuchillo.

Parece que este año los vigilantes de los Juegos, en lugar de concentrar las armas y recursos en un solo lugar las ha diseminado por la arena. Sois menos tributos que otros años así que parece que el Capitolio prefiere evitar los baños de sangre y veros morir poco a poco.

En ese instante, otro cañonazo resuena en la Arena.

Seguía caminando, apartándose las gotas perladas de sudor que descendían de su frente hasta que escuchó el estruendo, agazapándose y apretando la lanza en una de sus manos, preparada para defenderse si fuera necesario. Oteó los alrededores buscando el origen del sonido hasta que lo vio, en el mismo camino que había estado hace apenas unas horas, derrumbándose por completo.

Mierda.- Suponía que el público estaría aburrido de esperar y los encargados de los juegos estarían eliminando el terreno para juntarlos o eliminarlos, que se movieran de sus escondites.

El sonido del cañón fue el pistoletazo de salida para que empezara a tomárselo en serio y correr en la dirección contraria a pesar de haber visto la mochila, sabiendo que no le daría tiempo a cogerla antes de que ese terreno donde se encontraba también se viniera abajo.

Un extraño temblor sacude el suelo acompañado de un estrúendoso sonido -Qué fue eso?-.

Poco despues se escucha el inconfundible sonido del cañonazo que anunciaba la muerte de un tributo "Otro menos" Pienso mirando al cielo y sigo caminando en busca de la fuente de agua que había escuchado a lo lejos.

A punto de llegar a mi destino me topo con el causante del fuerte y tembloroso estruendo, Aferro mis manos a la mochila que llevaba en mi espalda y miro a mi alrededor en busca de algo que me sirva de ayuda.

Intento ir sigiloso ante la casa que había visto necesitaba algo para cubrirme y poder obtener suministros sin ellos moriria facilmente, los sonidos que me seguían eran molestos pero intentaría ver de nuevo antes de caer.

Sigues oyendo los sonidos pero no ves nada. Recueras que parece que cualquier sonido en la Arena se amplifica de manera increíble por lo que no eres capaz de calcular la distancia a la que se encuentra quien haga ese ruido de pasos.

Llegas hasta el almacen situado en el centro del puente. Sus paredes y techo son de metal negro. Puedes ver una puerta negra con un picaporte que da a tu lado del puente.

En ese momento, una voz, que logras identificar como la de uno de los vigilantes de los Juegos, es claramente audible por toda la Arena.

Tributos, como algunos habéis podido comprobar, algunas partes de la Arena están desapareciendo. Si habéis observado esto es porque os encontráis al borde de la Arena. Cada dos horas seguirán cayendo las partes más exteriores. Felices Juegos y que la suerte esté siempre de vuestra parte.

A Hiroshi le pareció muy sospechosa esa espada. Había visto muchos juegos del hambre en su corta vida y sabía lo manipuladores que eran los del capitolio. Pero también sabía que no le gustaba ver morir a la gente sin ofrecer un verdadero espectáculo, así que sin dudarlo ni un momento se dirigió hacia la espada, con ella en mano ya no tendría que preocuparse de sus enemigos y tan solo ahora tocaba buscar comida y bebida.

Cuando escuchó el bombazo no pudo evitar sonreír. Eso solo significaba una cosa, dos enemigos menos. Dos pasos menos para alcanzar la victoria.

Finalmente escuchó el mensaje del capitolio miró hacia la parte que se estaba derrumando. La idea estaba clara, querían hacer que cada vez estuvieran más y más cerca. Así que dejando el derrumbe a su espalda se dirigió hacia lo que consideraba que sería el centro de la Arena.

Abro la puerta del almacen para luego meterme rapidamente, si alguien estaba siguiendome necesitaba ocultarme o intentar que desaparezca por lo menos. Mi cuerpo se tensaba no me gustaba que me siguieran y mas cuando mi vida depende de eso.

Tambien intento ver dentro de esta para saber que pasa.

Una voz grabada junto con una estridente sirena resuena por toda la Arena.

Cornucopia Uno abierta. Cornucopia Uno abierta...

Unos haces de luz parecen apuntar a un punto concreto de la Arena

Una voz grabada junto con una estridente sirena resuena por toda la Arena.

Cornucopia Uno abierta. Cornucopia Uno abierta...

Unos potentes haces de luz que parecen provenir del cielo iluminan la caseta,

Stupp pensaba que un almacén de suministros debe ser mirado ya que lo tiene ahí y fue a mirarlo, si está vacío tal vez pasó alguien antes por aquí. Al oír la voz del vigilante audible por todo el espacio, dijo lo que siempre solía expresar:

—¡Menuda mierda! —espetó Stupp a viva voz sin paliativos de ninguna clase.

Lo de la Cornucopia era juntar a tributos para que se matarán como idiotas en una trampa como la de ratones con queso, así que Stupp lo ignoró pues ese puente era donde estaba ahora centrado y después intentaría seguir los pasos que se perdieron por el Sur. Si había que morir prefería hacerlo allí que en una mierda de Cornucopia.

Observo a mi alrededor, solo veo poco mas que árboles y el gran precipicio que apareció de repente en frente de mi  -Tendré que olvidarme de esa fuente de agua-. De repente, la voz del cielo comienza a hablar y un estridente sonido de sirena le acompaña; luego aparecen del cielo unos haces de luz.

-Cornucopia?- Digo preguntándome a mí mismo de forma retorica "Deben de ser los suministros".  Lanzo una mirada en dirección a donde apuntaba el haz de luz mas cercano "Así que ya empezaron a mover las fichas". Seguido me dirijo en esa dirección, sigiloso y preparado para encontrarme con algún otro tributo.

Kumi buscó una rama gruesa, le daba corta que larga, para poder ir tanteando el terreno antes de pisar por donde iba. Aquel terreno fangoso no le hacia ninguna gracia. Iba a ir más lenta, pero era preferible eso a verse atrapada por aquel barro oscuro.

Se aproximó a donde estaba el cuchillo pero antes de cogerlo observó su alrededor y los del arma y solo si estaba segura de que no habia ninguna trampa lo cogeria. Estaba intentando valorar si acercarse a aquella estructura cuando escuchó aquel desagradable sonido.

Intentó pensar a que se referia a la vez que intentaba ubicar donde caia el haz de luz.
 

Hiroshi armado con su espada observó el haz de luz y se dirigió hacia allá.

Coges es cuchillo sin problema después de inspeccionar la zona.

Buscas en tu memoria recuerdos de otros juegos que has visto por TV. ¿Cornucopia...cornucopia...?

Por fin caes. La cornucopia es el sitio dónde los guardianes de los Juegos suelen dejar muchos suministros y armas.

Kumi se enganchó el arma donde fuera más seguro. Si le cabia, en la caña de la bota sino, en la cintura del traje* y luego intentó trepar a un sitio un poco elevado para poder calcular donde se dirigia el haz de luz.

Una vez lo supiera ya valoraria si era aceptable acercarse o le pillaba muy retirado
 

Corría lo que podía escuchando los mensajes del Capitolio.

El primero se lo imaginaba, pero no la ayudó a calmar los nervios al saber que estaba bordeando la arena. Aunque era lo más seguro para alejarse del centro de la disputa, también sabía que era justamente lo que ellos no querían, delimitando la zona hasta que fuera un círculo pequeño.

El segundo hizo que detuviera su carrera unos segundos, mirando a la luz.

Respiró hondo sin saber qué hacer. Es una trampa, quieren reunirnos a todos rápido.- Intentó pensar qué era lo mejor pero el tiempo corría en su contra, escuchándose en piezas del tablero caer.

Se mordió el interior de la mejilla mientras miraba la lanza que llevaba antes de decantarse ir hacia la luz, pero manteniendo las distancias de la Cornucopia Uno. No quería saber qué habría dentro, sino la gente que se juntaba y si él habría también caído en la trampa para encontrarse. Era lo único que se le ocurría para dejar de correr sola en círculos, necesitaba encontrarle.