Partida Rol por web

Kraull abre los ojos de par en par al ver aquello y luego al sectario, y luego al capitan.

-¿que significa esto?

Decia el paladin con ceño fruncido mirando a su alrededor...parecía que Alexander se habia escondido como una rata y los demas estaban callados y sin actura. 

El enorme paladin se acercó a Lalaith y le arrebató la llave, mirandola seriamente y luego se dio la vuelta para ir hacia el sectario y darle la llave. Seguramente así no rodarían mas cabezas de las necesarias.

Kraull no podía contener su rabia, se le habian adelantado, y nada menos que el capitan Lauren. Algo mas de lo que él sabia estaba pasando y no le gustaba tener las cosas fuera de control, y aquello era una posibilidad que no entendía. 

-Maldito Lauren, este trabajo era mio, y no ha sido capaz de esperar.

Mientras caminaba hacia Lalaith para quitarle la llave y entregarsela al sectario, no eran las cabezas de los demas las que no debían correr, sino la de él mismo, e intentaba calmarse para pensar que hacer en su proxima accion. Ladox estaba poniendolo demasiado aprueba y pronto comenzaría un corte de cabezas masivo...empezando por el ladron rastrero que se ha escabullido.

No sabía si tendría que utilizar mi Shuriken o mi danza de puños y patadas... pero lo cierto es que íbamos a necesitarlas, bien contra el líder y sus secuaces o bien contra el traidor de Lauren.

Que perro -pensaba yo...-, nos ha dejado sin pantalones.

Tan sólo esperaba la reacción del líder, que, sin duda, no iba a ser buena.

-Mi querido capitán de la guardia... ¡qué haría yo sin ti! Solo puedo felicitarte por haber limpiado el descuido de mis nuevos reclutas - responde el Líder a la par que observa con regocijo la cabeza cortada y ensangrentada del noble.

En ese momento Kraull le coge la llave a Lalaith y se la entrega al Líder. Éste observa al paladín y le da una palmada en el hombro - También debo felicitarte a ti Kraull. Pensé que tendría que arrancarle la llave al cadaver de la joven elfa - el líder vuelve su atención al capitán - Pero dime Lauren, ¿cómo supiste que no harían todo el trabajo?

- ¡Por que vinieron al cuartel a pedir ayuda! Si llega a estar Tormus en vez de estar yo...

El líder no puede reprimir lanzar una mirada de decepción, pero rápidamente recupera su semblante de superioridad - Bueno,  da igual, ya me daréis las explicaciones en otro momento. No creáis que quedaréis sin castigo. Lo importante es que tenemos la llave y podemos bajar a las catacumbas. Solo tengo una última pregunta capitán. ¿Qué ha sido de nuestro buen amigo Tormus?

- Se fue con un destacamento de hombres leales al gremio de ladrones, para arrestarlos - Lauren sonríe maliciosamente - a estas horas ya será pasto de los ratas.

- Entonces ya eres el nuevo jefe de la guardia, tal y como te prometí - ambos hombres, Lauren y el líder, estallan en una perversa carcajada mientras los guardias que han venido con Lauren lo felicitan por su nuevo puesto.

- Basta de perder el tiempo - El líder se acerca al altar, por detrás, y tras palpar con sus manos la piedra introduce la llave que le ha dado Kraull en una pequeña cavidad. Acto seguido una trampilla a los pies de la estatua de la diosa Atenas se abre dejando ver un angosto pasadizo con escaleras que se introducen en la tierra - Kraull y Lalaith, bajaréis a las catacumbas conmigo. Burlat y - el líder observa a su alrededor en busca de Alex - donde quiera que esté el ladronzuelo ese, os quedaréis haciéndole compañía a Lauren y sus hombres.

El líder no había reaccionado mal a mis palabras. Sintiendo un poco de alivio, estaba dispuesta a entregarle la llave cuando Lauren apareció en aquel lugar y dejó bien en claro que pertenecía al bando de los traidores. El miedo me paralizó

Mi cabeza intentaba procesar la idea rápidamente. Debí haber hecho caso a mis instintos! es uno de ellos! siempre lo supe! Idiota de mí! Sin embargo, mi cuerpo no respondía. Por suerte a mi lado estaba Kraull, frío y seguro como siempre y él sí supo que hacer. Con algo de brusquedad tomó la llave de mi mano y se la entregó al líder, quien contento de tenerla en su poder, dejó pasar nuestra falta, al menos en aquel momento.

Cuando las catacumbas quedaron a descubierto, nuevamente creí que el terror me iba a ganar. Pero Kraull seguía estando allí y estaría también allá abajo. El aplomo volvió a mi persona. Si este era el final, me enfrentaría a él dignamente y el paladín estaría orgulloso de mí.

-Vamos entonces- dije tranquila y comencé a descender.

Suerte amigos... no dejen que los maten.

Seis de los sectarios que os habían acorralado antes de que llegaran los guardas acompañan al líder y a Lalaith y Kraull en su descenso a las catacumbas mientras que Burlat se queda solo en la sala, cercado por los hombres de Lauren.

Todavía queda un pequeño grupo de sectarios, tres en cada una de las capillas, pero parecen no prestar mucha atención en lo que está aconteciendo en la sala principal del templo.

Mientras tanto, Alexander permanece oculto en algún lugar entre los bancos...

- No se porqué el líder os tiene en tan alta estima. Sabiendo que lo habéis traicionado y aún así no ha pedido vuestra cabeza - comenta Lauren a Burlat mientras desenfunda lentamente su arma - Desde que llegasteis a este pueblo no me gustasteis un pelo. ¿Quién iba a sospechar que ese condenado Nestor tendría amigos tan capaces?

Comenzáis a descender por unas escaleras de piedra en forma de espiral y algo irregulares. La falta de luz hace que a medio recorrido tengáis que ir más despacio, pero entonces el Líder da un par de palmadas y una pequeña esfera luminosa se materializa a su alrededor, haciendo que podáis ver mejor.

Observáis que no bajáis solos. Seis de los sectarios también os acompañan.

Al llegar abajo de las escaleras descubrís un angosto túnel cavado en la piedra viva. A penas de 2 metros y medio de alto y tres de ancho. El aire está muy viciado aquí abajo y hay mucha humedad. Vuestro sendero discurre a través del serpenteante túnel durante varios minutos mientras el líder encabeza la marcha para que podáis ver.

- No tardaremos mucho en llegar a la cripta. En cuanto tengamos lo que hemos venido a buscar podremos irnos de aquí.

Alex no sabía realmente que hacer. Tal vez la mejor solución sería la más fácil. Alex se encaminó hacia la puerta de la salida. Teniendo en cuenta que no había nadie en su camino, no debería ser complicado. 

Cuando llegáis al final del serpenteante túnel, veis una puerta de hierro que os corta el paso. La puerta esta cerrada y no parece tener ningún tipo de cerradura, solo una cavidad en forma de rombo del tamaño de una mano.

Antes de que el lider de la secta llegue a decir algo, escucháis los gritos de los sectarios que van detrás de vosotros. Al giraros descubrís que unos tentáculos gigantes, salidos de las paredes, los tienen apresados. 

En este momento, veis como dos tentáculos más salen de la pared y se dirigen hacia vosotros...

Te escurres entre las sombras hasta la puerta del templo sin que absolutamente nadie logre notar tu presencia. No obstante tu si que notas la presencia de varias personas, que al contrario que tu, están penetrando en el templo. No sabrías decir cuantos son, pero puede que haya un buen número de gente. También te fijas que la puerta del templo está entreabierta y por ella entra la tenue luz de una antorcha...

Por cierto, dónde se ha metido el otro elfo que iba con vosotros - oyes decir al capitán Lauren - ¡Buscadlo! le ordena a sus hombres.

Por cierto, dónde se ha metido el otro elfo que iba con vosotros - te pregunta el capitán Lauren - ¡Buscadlo! le ordena a sus hombres.

El descenso se me hizo tenebroso. A pesar de que a mitad de camino el líder hizo alguna especie de magia para obtener una esfera de luz, el lugar no dejaba de ser aterrador. Por suerte, Kraull estaba allí conmigo y si bien no habíamos intercambiado palabras desde que nos ordenaran descender a ese lugar, sabía que me protegería.

Al final del recorrido nos topamos con una puerta. La clave para abrirla parecía residir en el agujero romboideo, pero no hubo tiempo de comprobarlo. Antes de que el lider hiciera algun movimiento, los sectarios comenzaron a gritar, presas del pánico, víctimas de alguna monstruosidad que parecía querer venir tras nosotros también.

-Cuidado Kraull!!!- cuando vi que dos tentáculos se dirigían hacia nosotros hice lo único que podía por el paladín. No iba a poder salvarlo si lo atrapaban, demasiado tenía con intentar esquivar el brazo que venía hacia mí; pero al menos, tal vez la advertencia llegara a tiempo para que, aquel hombre regio e imponente que tanto me perturbaba lograra hacer otro tanto.