Partida Rol por web

Primavera del 2799 de la Tercera Edad.

Valle Largo era un pueblo grande al sur de la Comarca, conocido por su tabaco para fumar. Gentes de los alrededores conocedores el arte de fumar en pipa se acercaban hasta aquel pueblo para comprar sus hierbas y llenar sus pipas en el verde campo de su valle. La hierba de Valle Largo era conocida en toda la Comarca e incluso más alla de sus fronteras.

En medio de aquel pequeño pueblo había una pequeña posada llamada La Pipa Humeante, no era una gran posada, ni solía estar muy regentada, salvo por los parroquianos asiduos a su taberna. Tenía pocos smials y demasiadas habitaciones y pisos. A los hobbits de aquella zona les gustaba dormir en sus agujeros, y no en casas de pisos altos como aquellos insensatos de Los Gamos, de los cuales incluso se llegaba a decir que cruzaban el río en barca. Toda una insensatez.

La Pipa Humeante en cambio, se llenaba en cuanto corrían los rumores de que el tabaco del nuevo año estaba listo para venderse. Entonces incluso posaderos de Bree y enanos venían hasta Valle Largo a comprar tabaco y se hospedaban en la posada.

Aquella tarde era una tarde normal y tranquila. Y unicamente el viejo Boffo Ganapié y su inseparable primo Bolgan se encontraban en la posada. Boffo y Bolgan eran dos viejos hobbits, que nunca habían salido de Valle Largo ni si quiera para ir hasta Casadura. Los dos viejos hobbits iban saludando a todo el que entraba, y con su peculiar sentido del humor, gastaban bromas a todos. En aquella posada no había otra cosa que escuchar que a Boffo y Bolgan hablar, reir o gritar.

Aquel día el posadero de La Pipa esperaba una partida de la famosa carne de Angus Pisafirme, famosa en la Comarca por su buena calidad, su bajo precio y porque su sobrino Ben la llevaba hasta cualquier punto de la Comarca evitando así tener que ir a buscarla a la granja de Angus. Esperaba que llegase de un momento a otro.

Y mientras saludaba y servía a los viejos conocidos que entraban por la puerta. Había pocos extraños, en aquella epoca que llegasen hasta Valle Largo.

Amy entró en la posada con un aire un poco contenido. Intentando pasar desapercibida se quedó junto a la puerta, situándose, mirando a su alrededor antes de acercarse al posadero.

Vió a los dos viejos hobbits riendo y chascarreando, y carraspeó. ¡Tenía que decidirse!

-Buenos días, buenas gentes. Pasó junto a ellos a paso vivo, y se fue hasta el mostrador. -Eh, buenos días. Me... preguntaba, posadero, si hace poco que ha pasado por aquí un joven Tuk. Muy parecido a mí misma... ¿quizá le recuerdas...?

Un murmullo generalizado comenzó cuando la hobbit entró en la posada. Nadie parecía conocerla.

¿¡Un joven Tuk!? Aquello fue una bomba para Boffo Ganapié. ¡Ja! Esos nunca tuvieron la cabeza bien amueblada. Dijo riendo. ¿Qué diablos han perdido dos Tuks aquí?

Bolgan negaba con la cabeza. Los Tuk siempre han sido unos insensatos. No hacen más que viajar y viajar, no valoran como es debido el buen calor de una hoguera en invierno. Puedes ir a buscarlo a esa ciudad lejana que llaman Bree, o quizá más alla de la Cuaderna del Norte.

Boffo reía divertido con estas ultimas palabras. Mientras el posadero que se mostraba más serio que sus parroquianos nego con la cabeza.

No conozco a ningún Tuk por estas tierras y te puedo asegurar que eres la primera visita que tenemos desde que terminó la venta de tabaco.

Se giró, enfurruñada hacia los viejos que se habían metido en la conversación sin que nadie se lo pidiera, y de un modo que ya se esperaba Amy.

-¡Tenemos la cabeza MUY bien amueblada, Señor! Mi hermano es un hobbit ejemplar, que ama la lumbre de la hoguera tanto como yo misma! Si partió, sus motivos debió tener, aunque... no los dijera. Se rascó la nariz, las mejillas arreboladas, el pelo agitándose a su alrededor como una sedosa cortina que el viento moviera. -¡Pero los tendría! Y yo, no he tenido más remedio que buscarle, claro está.

Volvió a girarse hacia el posadero.

-Así que estás seguro de que no ha pasado por aquí... ¡vaya! Eso me lleva en otra dirección, entonces. Empecé a buscar por el lugar más probable, pero veo que el muy (y pronunció en voz baja una palabra indescifrable) se ha ido por lo menos obvio. ¡En fin! A Bree no ha ido, porque de allí somos. Eso hace un buen trecho, tendré que empezar de nuevo...

Dejó su zurrón en una mesa, y se quitó la capa de viaje. El posadero la había seguido hasta allí, medio divertido.

-Pues, voy a pedirte algo de comer, si tienes... un guiso de carne, verduras, pan y queso. Y pastelitos. Y una cerveza buen hombre. ¡Ah! Y un platito de maiz crudo, un poco de leche, y unas briznas de tabaco, por favor.

La mirada era la de una niña, la sonrisa, la de un ángel. Amy, lo era todo, menos eso...

Por supuesto. Dijo el posadero tomando nota mental del pedido. Se fue a la cocina un segundo y volvió con un mantel. Lo colocó en la mesa y lo extendió uniformemente para evitar arrugas, puso un plato llano y otro hondo encima y un par de cubiertos para Amy.

Mientras tanto los dos viejos comentaban entre bromas el hecho de que la hobbit fuera de Bree. Eso explicaba todo. Sentenció Boffo.

El posadero regresó al cabo con la cerveza, un el guiso de carne y el pan. Sirvió a Amy y en los minutos siguientes fue trayendo el resto del pedido.

Hierba de Valle Largo. Dijo con una sonrisa cuando puso el tabaco sobre la mesa. Eso bastaba para el fumador entendido.

-Gracias!

Amy se sentó a la mesa, no sin antes haber sacado a Pooka del bolsillo de su delantal. La puso sobre otra silla, no sobre el mantel, y en ella dejó el plato de maíz y la leche.

El animalito inició un ritual de limpieza de patitas completo, antes de atacar su comida con deleite.

-No comas muy deprisa, te dolerá la tripita!

Así mismo también ella empezó a comer, con ganas y hambre. Si el guiso era poco condimentado, nadie lo notó, porque la hobbit lo tragaba con fruición, entre trago y trago de su cerveza.

Cuando hubo saciado ya parte de su hambre, su malhumor se diluyó, y miró a los dos ancianos sonriente.

-Y Vosotros, de dónde sois, buenas gentes? Por lo que habéis dicho, deduzco que de aquí mismo, no es así? Con un gesto alegre señaló el tabaco que esperaba sobre la mesa. -De la tierra del mejor tabaco de pipa del mundo, cierto?

Benjamin detuvo el carro frente a la pequeña puerta trasera de la Pipa Humeante y sonrió a su primo, tenían buenos recuerdos de aquel lugar. Marcus permaneció junto a las sabrosas carnes, mientras él se apresuraba a entrar buscando al posadero.

Apenas hizo caso a las bromas y sonoras carcajadas de Boffo y Bolgan, y se dirigió, con una sonrisa en la cara, al hobbit que regentaba la posada

Buenos días señor, la carne de Angus Pisafirme llama a su puerta - Ben siempre se llevó bien con el posadero, a pesar del especial carácter de este, y ya conocía su peculiar sentido del humor. Ambos se estrecharon las manos 

Boffo y Bolgan se atropellaban entre ellos a la hora de contestar a la hobbit.

-De Valle Largo, de toda la vida.

-De Valle Largo. Dijo Boffo interrupiendo las ultimas palabras de su compañero. Como debe ser. Apuntilló después.

-El mejor tabaco de la Comarca.

-No seas modesto, del mundo.

-Al decir Comarca quise decir mundo.

-Claro está que si es el mejor de la Comarca...

-Es el mejor del mundo por definición. Terminó la frase del anterior.

En ese momento el esperado Ben hizo su aparición en escena, y el posadero salió corriendo a saludarle, le estrechó la mano con fervor y una enorme sonrisa de oreja a oreja.

-Estaba preocupado, los viajes me ponen nervioso, pero al fin estás aquí, con la carne. Dijo el posadero.

Boffo refunfuñó.

-Tarde como es constumbre en un Pisafirme.

-Tanto pisar firme le hacen ser lento. Añadió Bolgan.

-Muy firme no parece...

A continuación el posadero hizo un gesto a Ben para que ignorara a los dos viejos y le pidió que le ayudara a sacar la carne y guardarla en la despensa. Tenía ganas de probarla. Entre ambos fueron descargando la carreta ayudados por el primo de Ben que aguardaba allí y tras la descarga el posadero sacó una bolsa de monedas y pagó a los dos Pisafirme.

Os invito a una jarra. No podreis negarmelo. Dijo.

Mientras tanto la joven Amy terminaba de comer y esperaba a que así lo hiciera su hamster que masticaba despacio y sin pausa toda la comida que le habían servido.

¿Algo más señorita? Dijo el posadero antes de meterse a la barra para servir a los portadores de la carne.

¡Jajajaja!

Amy no podía dejar de reir, ante el monólogo a dos voces que componían el par de viejos y simpáticos hobbits. Sólo lo hizo cuando entró el muchacho que al parecer traía carne, carne que era muy bienvenida, a juzgar por la actitud del posadero. Cuando éste se le acercó para preguntar si quería algo más, la chica negó con la cabeza, apurando el trago de cerveza que estaba en ese momento tomando. Al momento se limpió con la servilleta, y replicó:

-Pues no por ahora, gracias. Aunque...

Murmuró mirando sin disimulo a los dos Pisafirme.

-...¿Podrías presentarme a esos muchachos, posadero? Puede que ellos sí se hayan cruzado con mi hermano. Y me da algo de vergüenza abordarles sin conocerles, no vayan a pensar que... no sé.

Si se avergonzaba como decía, Amy no lo demostraba. Masticaba a dos carrillos y sólo se detenía para sonreir a los dos viejos, y rascarle la cabecita al pequeño animalillo que había acabado lo que contenía su platito. Añadió:

-Por favor.

 Benjamin no pudo evitar reir ante los comentarios de Boffo y Bolgan, realmente resultaban cómicos los dos ancianos. Tampoco pudo evitar fijarse en la joven que se reía a carcajadas mientras masticaba como una loca. Incluso le pareció ver un pequeño animalito comiendo junto a ella....realmente parecía una chica bastante peculiar. Todavía se extrañó más cuando ella empezó a susurrarle algo al posadero mientras los miraba directamente...realmente peculiar, si señor

Ben se acercó a la joven con una sonrisa. 

Buenos días señorita, ¿podemos ayudarle en algo?

El misterio se resolvió por sí solo, porque mientras la muchacha pedía al posadero que éste le presentara a los dos Pisafirme, uno de ellos se acercó a su mesa, y la saludó cortesmente.

-¡Hola! Pues ahora mismo le decía al bueno del posadero que quería preguntaros algo, sí. Pero primero, ¿quieres sentarte? ¿Habéis comido? Nunca debe dejarse atrás la oportunidad de una sana y buena comida, nunca se sabe cuando llegará la siguiente! La carita de la hobbit era la de una personita resuelta y alegre, aunque algo en ella mostraba que la determinación también acarreaba una buena dosis de tozudez, y quizá de genio fuerte.

-Me llamo Amy Tuk, y vengo de Bree. Ésta que ves aquí, rascándose la panza, es mi mascota, Pooka. Mi pregunta, amigo, es acerca de alguien a quien busco. Quizá, siendo que sois de los pocos que dejan atrás las cancelas de sus pueblos, por gusto o por trabajo, eso es lo de menos, quizá, digo, habrás visto a mi hermano. Mi hermano gemelo. Es decir, un Tuk muy parecido a mí misma, de mi edad, y... bueno, un cabezota...

Se quedó mirando alternativamente a Ben y a su mascota, a la que estaba haciendo cosquillas, con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos radiantes.

Boffo que no perdía oportunidad para meter las narices donde no le llamaban al escuchar las palabras de la joven Amy miró a su hermano y dijo sonriente.

-Un cabezota. Es decir un Tuk. Dijo imitando en lo máximo que le permitieron sus parcas cualidades artisticas a la hobbit.

Bolgan rió la broma descaradamente y ambos continuaron riendose de aquello largo rato.

 Encantado Amy, mi nombre es Benjamin Pisafirme. A sus pies

 Ben sonrió e hizo una pequeña parodia de reverencia mientras se sentaba a la mesa. En ese momento vió a su primo Marcus haciendole burla sin que ella lo viera, repitiendo estúpidas reverencias y mandando besos al aire constantemente. Inmediatamente Boffo y Blogar comenzaron a reír las bromas del joven hobbit, y Ben notó como comenzaba a ponerse colorado. Para evitar que ella lo notase, se puso a mirar a pooka

 Que gracioso tu animalito…Ben comenzó a acariciar la cabeza al pequeño hamster ¿Siempre lo llevas contigo? Sabes, os pareceis un poco…¡¡no me extrañaría que en unos días sólo comieras maiz crudo mojado en leche!! Amy se mostró falsamente ofendida, y enseguida los dos estaban riendo

 Amy era de Bree, y eso para él ya resultaba interesante. Cualquier cosa ajena a la Comarca le llamaba poderosamente la atención.  Asi pues, Ben escuchó la historia de su hermano perdido con atención, e intentó hacer memoria….puede ser que viera a alguien parecido a ella hace unos días, pero no podría asegurarlo….

 Hum…la verdad que no estoy seguro, pero creo que me crucé con alguien que se parecía a ti. Se dirigía hacia el este. No estoy seguro...no quisiera darte falsas esperanzas o dirigirte hacia la dirección equivocada...pero se parecía bastante a ti...

 Ben reflexionó unos instantes. Le encantaría que Amy le contase alguna historia de Bree o incluso de tierras más lejanas...pero tenía que continuar su trabajo

 Oye Amy, mi primo y yo tenemos que entregar otro pedido, y para eso tendremos que ir hacia el noreste…quiza te gustaría acompañarnos y asi puedes proseguir con la búsqueda de tu hermano…

-¡Oh! ¿En serio? ¡Puede ser que hayas visto a Tommy! ¡Pues claro que quiero acompañaros! Bueno, claro que no querría molestar... ¡Pero puedo cocinar! Se me da muy bien. Afirmó mientras contemplaba uno de los pastelillos que esperaban ser comidos como postre. Le hincó el diente, sonrió satisfecha, y siguió hablando, cuidando de no hacerlo con la boca llena. Lo que la llevaba a un curioso hablo-como-hablo-como intermitente.

-Estos pastelillos.... están muy buenos!.... Pero yo sé hacerlos.... igual de bien!.... Si os acompaño... no quiero ser una carga.... así que trabajaré.... porque necesito encontrarle.... ¿qué te parece....?

En ese instante la puerta se abrió y un joven hobbit entró por la puerta. Era más alto que la mayoria de hobbits que habían visto nunca, lo que sin duda lo convertía en un albo. Tenía el pelo más claro que lo que era normal en un hobbit, un color castaño más que moreno.

Llevaba un sombrero en la cabeza, y vestía una chaqueta marrón de botones enormes y redondos, sus pantalones cubrían hasta mitad de la pantorrilla y llevaba también una capa verde con capucha. A su espalda cargaba una mochila con todo el equipaje digno de un viajero.

¡Buenos días a todos! Dijo con una sonrisa risueña y alegre, por un momento, al verlo, Amy pensó que se trataba de su hermano, ya que el parecido entre ellos era brutal. Vengo del Norte y me gustaría alquilar una habitación. Voy viajando hacía el sur y está es la última posada de la Comarca que creo voy a encontrar.

Sus palabras causaron un gran revuelo. Aquel insensato pretendía salir de la Comarca, y no iba a ir a Bree, ¡el muy tarugo pretendía ir hacía el sur!

Bolgan no pudo evitar desaprovechar aquella ocasión y con su habitual sentido del humor se mofó del joven recien llegado.

-Seguro que es otro Tuk- Dijo dando un codazo a Boffo.

El recien llegado que por supuesto escuchó aquello se quitó el sombrero e hizo una profunda reverencia ante los ancianos.

Bravo. Dijo mientras se incorporaba y se volvia a poner el sombrero. Mi nombre es Timorothy Tuk. Y puesto que sois tan sabios y habeis adivinado mi apellido supongo que no tendreís problema en adivinar un acertijo.

Cogió una silla le dió la vuelta y se sentó en ella con el respaldo de frente, mirando con una sonrisa desafiante a los dos viejos, que de pronto ya no se sintieron tan graciosos y guardaron silencio.

 Benjamin respondió aturdido a Timorothy buenos dias.. La mirada de Ben iba del recién llegado a Amy una y otra vez, sorprendido de que esta no saltase encima de "su hermano". Juraría que ese era el hombre al que vió en el camino...pero también juraría que se dirigía hacia el Este y no hacia el sur... Confundido y con cara de no enterarse de nada se volvió hacia Amy

Pero..pero...¿ese no es tu hermano? ¿segura?

Rapidamente se puso en pie y se acerco al viajero, para poder escuchar el acertijo que estaba  apunto de plantear. Este hobbit planeaba salir de la comarca...¡¡y nada menos que hacia el sur!! Seguro que tenía mil historias que contar

-¡Shhhhhh!

La muchacha hizo callar a Ben, acompañando con gestos la taxativa orden. Luego, entre susurros y murmullos porco contenidos le espetó medio furiosa y medio divertida:

-¡Claro que estoy segura! ¡Como voy a confundir a mi hermano! Pero shhhh, ¡callate! ¡Acerquémonos a escucharle!

Sin embargo era un decir, porque ambos habían cogido sus sillas y se habían colocado cerca del recién llegado con la intención  de no perderse palabra del acertijo que les iba a plantear a los dos graciosos ancianos...

Aquel hobbit agradecía ser el centro de atención, sonrió a los que se acercaron a la mesa para escucharle hablar y miró a los dos viejos con una sonrisa algo arrogante antes de comenzar a formular el acertijo. Comenzó a recitarlo en voz baja, casi susurrando, como si de una vieja cancioncilla se tratara.

Llega lejos, aprentando manos con su nariz que trae la lluvia siempre que sopla. Bendice las piedras con su postura.

Cuando acabo de recitarlo se quedó mirando expectante a los ancianos. Pero ninguno de ellos se atrevió a abrir la boca. El resto de la posada, incluyendo al posadero que también se había acercado a escuchar aquel extraño acertijo, se quedaron pensativos.

La jovencita agarró a Pooka y se la puso en el hombro mientras el recién llegado recitaba su adivinanza. Cuando acabó, la muchacha se giró hacia el animalillo, y empezó a mascullar entre dientes, como si dialogara con ella, en tono muy bajo.

-Mmmmm.... ¡menudo acertijo! ¡Claro! Es un Tuk... jejeje.... ¿no te recuerda al abuelo cuando nos los planteaba a la lumbre de la chimenea, las noches de otoño...? Oh, perdona! No conociste al abuelo!... Te hubiera gustado. Mmmmmm..... este acertijo es de su estilo. -Seguía su cháchara sin importar que la oyeran, aunque hablaba en susurros, sin intención de distraer ni molestar a la concurrencia. -La lluvia... ¿eh?.... El viento trae a la lluvia, cuando sopla. Pero, ¿porqué iba a bendecir el viento las piedras...? El cierzo... es demasiado seco.

-¡El Paraguas! Ups...

Calló, confundida de haberlo dicho en voz alta, no quería gritarlo, no estaba segura. Pero sonrió. ¿Qué pasaba si erraba...? Nada, sólo unas risas....

-Cuando la lluvia sopla el paraguas aprieta las manos con su nariz, y llega más lejos que nosotros, porque siempre vá por delante, o por encima. Y cuando está cerrado las gotas caen sobre las piedras... es como si las bautizara...

Se sonrojó profundamente por la tontería que acababa de decir, pero siguió mirando al hobbit, con la carita llena de entusiasmo, y la mirada traviesa.

 Benjamin observó extrañado como Amy conversaba con su pequeño roedor, y comenzó a plantearse seriamente si no sería verdad lo que decía su madre acerca de que los hobbits que salían de la comarca eran unos locos. 

La verdad que no tenía ni idea de cual era la respuesta al acertijo...por más que se estrujaba los sesos no encontraba una respuesta coherente...apretando manos con su nariz....bendice las piedras con su postura...la verdad que no tenía ni idea de a qué podía referirse. Miró a su primo Marcus, y por su cara supo que estaba igual que él...Le satisfizo que los dos arrogantes ancianos tampoco encontraran una solución al enigma

Al escuchar la respuesta de Amy no pudo evitar echarse a reir...aunque al menos ella tenía una respuesta..