Partida Rol por web

Lo cierto es que la situación se estaba complicando, pero la ventaja es que a diferencia de lo que había sucedido en su misión anterior, ahora nadie les había dicho que debieran ser discretos, de modo que si Norm y él se quedaban apostados y el resto les daba el alto en nombre de la reina, nadie podría contradecirles. Bueno, quizá la guardia, pero en caso de que interviniesen, siempre se podían dar las explicaciones oportunas.

Por señas de nuevo Flog indicó su idea. "NORM ALLÍ"-"YO ALLÍ"-"RESTO DAN ALTO CARRETA" 

Siguiendo a regañadientes la idea de Flog, él y Norm se esconden mientras el resto del grupo adelanta corriendo (caminando rápido en el caso de Bastia) la carreta y le da el alto.

Con bastante seguridad el conductor la detiene mientras los tres hombres armados llevan mano a sus espadas.

- Apartaros capas grises. Representamos a sus majestades y llevamos un cargamento de interés para la ciudad. No hay nada de vuestro interés en esta carreta. - contesta el más alto de ellos.

Ante la falta de tiempo para consensuar un plan, cuando el resto comenzó a correr para dar el alto a la carreta Yabiz se desentendió de la carreta y se apresuró a una cuadra donde trató de alquilar 4 caballos. Solo por si acaso.
 

Guiado por su finísimo olfato Yabiz llegó a una cuadra. Pero era la cuadra de la guardia de la ciudad y la guardia no alquila sus caballos. Así que con las orejas gachas y sin molestarse siquiera en preguntar, caminó de vuelta hacia donde había visto por última vez a sus compañeros y la carreta preguntándose como había acabado la cosa.

- Apartaros capas grises. Representamos a sus majestades y llevamos un cargamento de interés para la ciudad. No hay nada de vuestro interés en esta carreta.

Los papeles de la carreta - dijo el orco, sin dejarse intimidar 

Los conductores se miran al jefe dudando. Pasan unos segundos tensos en los que todo el mundo mira las armas que lleva todo el mundo. Finalmente el jefe de la carreta parece tomar una decisión.

- Esta bien, es mejor evitar problemas. - contesta rebuscando bajo el asiento - Aquí esta. Pero no tenéis derecho a hacer esto.

Tiende a Varag un papel enrollado que el orco reconoce rápidamente como la falsificación que Arrarah estaba acabando en su oficina.

Mirando por encima del hombro el pergamino, aunque conocía de sobra el contenido Abot añadió

- ¿No sois pocos hombres para una carga tan valiosa? Debéis ser muy confiados o muy competentes...

Aprovechando la distracción causada por sus compañeros, Flog se acerca escondido y se engancha en los bajos de la carreta, asegurándose con ayuda de una cuerda.

Bastia estaba colocada un par de pasos por detrás de Varag y Abot, ambas zarpas sobre las empuñaduras de las espadas y moviendose en un arco de un lado a otro del frontal de la carreta, examinando a los hombres sin ningún tipo de disimulo.

Vamos a llevarnos bien... - gruñó entre los colmillos mientras volvía a hacer el recorrido, tratando de atraer la atención de los guardias.

El jefe de los guardias mira con desprecio a Abbot y se dispone a responder cuando Bastia interviene. Ponderando la sugerencia del brinchie, respira y contesta:

- En opinión de la casa real somos suficientes. - dice mordiéndose la lengua - ¿Esta todo correcto?, ¿podemos continuar con el permiso de vuestras señorías? - finalmente no puede evitar el sarcasmo final.
 

Profesional... - Bastia asiente, valorando positivamente la actuación del guardia y alegrándose de no tener que comenzar una nueva masacre a las puertas de la ciudad.

Mira entonces a Abbot, a quien parecían haberle asignado el puesto de lider de aquella patrulla improvisada, esperando que diese su ok a la situación.

Abot abre la boca, como para iniciar una frase y se detiene, se baja los anteojos y mira por encima de ellos. Después hacia abajo, a través de los cristales*.

Después da dos pasos adelante, se coloca de nuevo las lentes

- A veces la casa real es demasiado autocomplaciente. Consigo misma y con los que trabajan para ella.

Da un golpe con la mano abierta en la grupa del caballo.

- ¡Hiay! Continuad y que tengáis un viaje tranquilo

No puede evitar cierto retintín en el tono de su despedida.

El orco se apartó al oir a Abot. No le gustaba dejar al pequeño goblin desprotegido y solo en la carreta, pero no tenian otra opcion mejor para llegar al fondo de todo esto

Varag notó la mirada de Bastia pero no hizo gesto alguno. Sin caballos no podrian seguirles. El orco habia estado intentando recordar algo sobre Eon y si habria algun amigo de los Exploradores que pudiese ayudarles, pero desgraciadamente no conocia a nadie.

La carreta abandona la ciudad con el pequeño Flog escondido bajo ella.

El resto del grupo la ve marchar mientras se pregunta si sería buena idea dejar al goblin solo. Varag incluso busca algún caballo en la cercanía sin éxito.

El viaje de la carreta dura varias horas, que colgado bajo ella parecen muchas más. La cosa se pone aún más desagradable cuando el suelo empieza a estar mojado y salpica continuamente al goblin. Para rematarla el olor del agua se hace cada vez peor, hasta que es francamente insoportable. La carreta parece estar atravesando algún tipo de pantano infecto.

Finalmente la carreta se para y Flog puede oír ruido de voces hablar en la parte de adelante. No puede entender demasiado, pero al poco rato dos de los hombres se empiezan a mover hacia la parte de atrás, al parecer para descargar los cofres.

Por el camino, Flogdegnurt se aseguró a los bajos del carromato con ayuda de una cuerda. Durante el trayecto, hizo uso de su espada corta para ir trazando unas marcas intermitentes que sus compañeros pudieran seguir. Al menos, hasta entrar en el pantano. donde por desgracia, no se le ocurrió nada que le pudiese servir para indicar la ruta.

Mientras descargaban los cofres, el goblin se desenganchó del carromato para ver qué estaba sucediendo. Con cuidado, intentando disimular sus pasos acompasándolos con los ruidos de los cofres al ser descargados, se movió hasta alguna roca o árbol cercano que le pudiese servir de parapeto mientras observaba lo que pasaba.

Flog se desengancha del carro, pero en ese momento la cuerda que lo ataba se rompe y no puede evitar caer al suelo. No se hace mucho daño, ya que va a parar a una charco bastante profundo. El problema es que salpica a uno de los guardias de la carreta, que rápidamente saca su arma.

- ¿Que haces aquí?, ¿quien eres tú? - pregunta mientras sus compañeros se acercan.