Partida Rol por web

Un poco confundida, Nathan se había acercado, observe y oí el intercambio de palabras entre ambos con expresión tranquila, aunque algo inquieta cuando vino la insinuación de prostitución de parte del chico, miré a Nathan y me alivie, para que negarlo, cuando el aclaro el tema, formando una sonrisa dulce y suave hable.

-Entonces... ¿nos ayudas? -pregunte, con voz agradable y expresión cortes -ayudanos ¿De acuerdo? .

Tras sentarse, no pudo dejar de sentirse decepcionado por la simpleza de aquel sujeto. En vez de la lengua, ahora lo sujetaba con otro poder, cuando podían simplemente hablar… Era patético. Tenía miedo de que lo dañaran; algo que podía usar.

-Lo que dije es la simple verdad. Buscaba un refugio. Solo algo de paso donde descansar por este día, para mi y mis colegas… +hizo una leve pausa+ Ah, cierto, olvide mencionarlos antes.

No podía hacer ese truco de la vista, ni ningún otro de dominio o presencia, pero la mirada del tzimisce tradujo cierto brillo al pensar en los neonatos, mientras su tono bajaba una octava.

-Ellos están esperando que resolvamos esto. Creo que seria lo mejor hacerlo de forma pacifica. Dudo que seas quien estoy buscando y tengo la impresión de que conoces la zona, asi que podríamos intercambiar favores en vez de golpes, balas y garras… ¿No es esa la forma de negociar de los setitas? 

 De repente sonrie. ¿hay otros entonces?- se rie- entonces creo que es algo grande...- dice de manera misteriosa- los settitas siempre podemos negociar, algo me dice   que puedo hacerlo... seran por los rumores... nosotros tenemos buenos oidos en estos sectores, a veces mejor que los nosferatus...

Diga que cree que podemos ganar y que necesita...

Oh era eso..- mira a lado y lado- esa gente es peligrosa, espero que no tengan lios con ellos-  si  aflojan la pasta, yo les compraré, ¿tanto necesitan?

El muchacho parecia conocer la zona.

Yo les haré el favor si me dan un poco de lo que compren... es para mi... y mis amigos.

Se acercan al sector de la iglesia. Los silvidos se escucharon y callaron. Un callejon se observaba, y a lo lejos el resplandor del fuego. No era muy evidente cuando habia fuego cerca por los reflejos que había en la zona.

Fue entonces que sienten un sonido seco  detrás de ustedes.

Habian caido dos personas a sus espaldas, y  habia otras dos  al frente. Tenian cuchillos y  armas de fuego se veian muy amenazantes.

Uno de ellos, de apariencia sucia les dice: Huyy un par de señoritas...¿seguramente estan buscando un pene amigo para este frio?... pues adivinen, encontraron  cuatro para servirles...
 

Aunque mi idea era… complicada, estaba claro que iba a tener que llevarme al chico por las buenas, si Darla hubiera tenido alguna capacidad que… obligara al mocoso a irse con nosotros… pero eso habría que discutirlo cuando el fuera a por la pasta.

Dirigiéndole una mirada tranquila y tan amable como al principio asentí, en cierto modo me agradaba, no mucho, los niños jamás serían mis seres favoritos en el mundo, pero… bah, detalles.

Tal y como Margareth había dicho, demorarse en tema tales los grandes debates morales de la humanidad no me iba a hacer ningún bien, necesitábamos sangre, yo la necesitaba y estaba seguro de que Darla también.

-no hay problema con el dinero y no… no tenemos problemas con ellos y no queremos tenerlos tampoco–contesté, dirigiéndole una mirada que decía que aquello era verdad, saque la billetera – ¿Cuánto crees que sea necesario? 

Aquello estaba mejor. Max hubiera relajado los hombros, si el setita soltara la presa.

-Vamos a ver, que necesito… En principio, hablar con uno de los anarquistas. Depende de lo que tenga que decir, se vería lo demás… ¿Cuánto nos costaría ese favor, de encontrar y traer a un vastago en particular? Teniendo en cuenta que mi grupo ayudaría, por supuesto…

Sinceramente no tenia idea de que podía ofrecer al setita. Salvo la carne fresca… Asi que seria mejor que el grandullon hiciera la primera oferta.

Sentí, lo que no debía ser muy raro, una mezcla de alivio y temor, ¿Peligrosos? bueno, debían de serlo, contuve mis manos para evitarme sentir un dolor de cabeza mortal, y me limite a observar el intercambio de palabras, al final ibamos a terminar comprando drogas... y dudaba que fuera a resultarnos muy util más que para usar al chico.

Viendo a Nathan sacar la billetera, observe al muchacho, lo único que se me ocurría era llevarme al chico -con un poco de ayuda sobrenatural, por lo tanto solo quedaba esperar... solo demore un segundo en pensar que el chico sin duda era usual en el lugar, quizá... pudiésemos hacerle preguntas.... si al menos tuviesemos tiempo, en otras circunstacias incluso conversar con él sería placentero, porque era joven y eso era sencillo, pero.. la sonrisa que era encantadora se hizo más suave, debido a mi pensar, ... y sin embargo la sed no iba a desaparecer por si sola .

Depende cuanto quieran...- dice  el muchacho-   dos paquetes es ¿el kilo?, eso cuesta  creo como 1000 euros cada uno, creo...

El muchacho  se estaba relajando...

Precio...- musita el hombre como  hablando  sin abrir mucho la boca- depende del anarquista, y depende de  su categoria- dice  claramente- un pobre diablo unos 500... un lider podemos hablar de dos de los grandes...

¿En quien está pensando?

-Hasta dos grandes…+murmuro, para luego alzar el tono+  Exagerado. Deberían pagarnos por ocuparnos de esa basura…

En verdad no tenia idea de si el precio era bueno o no, pero no negociar seria sospechoso. Además de que, por supuesto, no confiaba en el setita, y no deseaba soltarle de primeras la verdad. Asi que continuo despacio, marcando el enfasis de sus palabras cuidadosamente.

-Uno es suficiente. Y mi grupo podrá quedarse en este lugar como refugio mientras lo capturamos. Usaremos los pisos de arriba, así que no te molestaran. Considera que sin uno de sus líderes, el negocio te va a resultar mucho más fructífero cuando nos vayamos... ademas de que te tendriamos en cuenta para futuros tratos como el primero de la lista.

¡Mierda!.

Amabas habían sido sorprendidas por estos cuatro imbéciles aun teniendo – como ahora tenían – unos sentidos más finos para escuchar.

Sin embargo no dejo que el miedo se adueñase de ella, tenía que buscar una debilidad en aquellos tipos, una grieta sobre la cual empujar ya fuera para escapar o para atacar.

Por ello Blanca miro al que llevaba la voz cantante y tras sonreírle burlona le mostro el puño de su mano cerrada salvo el dedo meñique que tenia bien extendido y mientras le decía:

Lo siento cariño, no nos gustan los palillos de dientes.

El joven recibe el dinero, y se devuelve  por el camino, ustedes lo ven desde lejos. Se acerca a los  narcos y comienza hablar con ellos. Notan que los fulanos se burlan un poco del luchacho. Uno de los narcos se aleja. El joven queda esperando, y esperando... pasan varios minutos y no ocurre nada. El muchacho los mira  de vez en cuando.

¿A quien necesitas?

Pregunta el hombre  de manera reiterativa...

¿a quien buscas?... posible sepa algo que usted no... Así como lo pone es muy fácil, pero...- dice el hombre- no dudo en futuros tratos, pero si desea que le ayude deberá decirme contra quien está...

En ese momento sientes que  te agarran por la espalda, uno de ellos hace un amague para golpearte pero la tensión del que te  empuja por detrás hace que falle el golpe.

El tiempo de hablar se había terminado.

Eso era malo.

Pero ahora iba a poder poner al fin en práctica sus nuevos talentos.

Eso era bueno.

Blanca se giro hacia el que parecía más peligroso – el que iba armado -, y pensando que la falla en el ataque por ella recibido era una buena señal pues o estos tipos no eran vampiros avezados o eran tíos humanos comunes y corrientes.

Paletos violentos a los que poder borrar de la faz de la tierra.

La práctica hace al maestro y ahora tenía ante ella una buena cantidad de muñecos de prueba que sangraban y todo.

Saco las garras, extendió los bestiales colmillos y vuelta una fiera asesina se lanzo contra el enemigo de turno dispuesta rajarlo de lado a lado como un puto pescado destripado.

-Obviamente... Pero primero, estoy entendiendo que tenemos un trato. De lo contrario no puedo revelar esa información.+haciendo un ligero gesto. Aguardo cualquier señal de confirmación antes de continuar.* + Al que buscamos es a Linares. Ahora, ¿podemos ponernos comodos y entrar en tema?

Era hora que dejara de presionarme. Mas si lo que tenia era que forzar las cosas, seria momento de hacerlo.