Partida Rol por web

Escamado por las ilusiones y engaños anteriores, Fadrique pasó de prestar atención al menda ese y si lo hizo, en cambio, al resto de la estancia... y a la retaguardia.

Cuidado, vigilad los flancos y la espalda.

Galmor dio varias vueltas sobre sí mismo , con sus armas preparadas en busca de algo que al parecer todos me nos él habían visto. Sin embargo ninguno de los aventureros supo reconocer de qué se trataba, de modo que se dirigieron a esa zona para intentar averiguarlo. El enano era uno de los que abría la marcha por el inquietante pasillo que daba  a una solemne sala donde un enloquecido encapuchado parecía estar hablando solo.

Galmor escamado, se fijó en una tétrica esfera negra y el símbolo que flotaba sobre él . Le pareció algún tipo de artilugio maligno y mágico, quizás la fuente de todo ese mal. A las palabras del que parecía ser el señor de Lance Rock el inalterable enano contestó con tono noble y solemne

- Hemos venido en busca del causante de tanto daño y mal en Lance Rock y alrededores. ¿A caso tenéis algo que ver con tanta muerte?

Casi era una pregunta retórica, pero el enano quiso sacar algo de información y también ganar  tiempo para que sus compañeros pudieran preparase para lo peor...

Atala, que se situaba al lado de Galmor, corroboró lo que este había dicho, y se preparó para lo que pudiera atacarles para al mínimo atisbo de peligro poder atacar lo que fuera que fuese el mal que les esperaba en esa sala.

Dile a tu señor que ya hemos destruido sus oscuros terrores y que no permitiremos que propague más su oduridad. Este será su final! Conducenos hasta él para que podamos acabar con esto rápidamente.

En la voz de la muchacha se nota una seguridad que hasta ese momento el resto del grupo no lo habían notado, fruto de los combates que habían tenido hasta ese momento, consciente del daño que había infligido a sus enemigos.

El encapuchado se hace para atrás la capucha y da a conocer que sigue teniendo el rostro tapado, aunque con una especie de corona que le llega hasta la nariz. La misma por lo que se ve es de hueso.

- ¿Daño? ¿Mal? ¿Propagar oscuridad? AJAJAJAJAJAJAJA - la carcajada les hiela la sangre por lo fría y grotesca que resuena dentro de la caverna donde están - ¡¡¡Que equivocados que están!!! - cuando dice eso pueden distinguir la clara locura en sus ojos, ahora logran distinguir el profundo color marrón de los mismos ya que no tiene la capucha puesta - Yo traigo.... ¡¡¡¡VIDA.... REENCARNACIÓN... UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA TOOOOOOOOOOOOOOOODO EL MUUUUUUUUUNDOOOOOOOOO!!!! ¿Acaso no lo ven? Esto es luz, es bondad inconmensurable e infinita. Pero los nuevos dioses no permiten que cualquiera sea redimido. Las pruebas deben hacerse, un sacrificio puro y personal. - ven como se levanta una de las mangas de la túnica y deja ver su brazo lleno de las ya típicas ampollas negras. 

Así mismo, cuando levanta su magna notan que en la mano llena de llagas sostiene una varita, cuya punta destila destellos azulezcos.

- ¡Ustedes serán un excelente aditamento a las filas de mis señores! - comenta mientras da un paso en dirección a ustedes, mas sin intenciones claras de atacar. Un problema de la locura, uno nunca sabe que esperar realmente. 

Notas unos movimientos detrás tuyo y escuchas unos ruidos que conoces demasiado bien por tus estudios y profesión.

Al darte vuelta notas que hay 3 esqueletos cerrándoles el paso, impidiendo un escape inmediato. 

Parece que domina la magia, será mejor separarse....

Y tras susurrar eso a sus compañeros, Galmor empezó a avanzar con cautela para toparse frente a frente con la imponente figura.

Pues llévanos ante tus señores entonces... será un placer conocerlos... Guardaré las armas en señal de confianza, para que veas que venimos con muy buenas intenciones.

El enano le siguió la corriente para así ganar algo más de tiempo y se acercó a él mientras se guardaba el escudo.

Dispersaros por la sala para que los hechizos de área no nos afecten a todos!!!

¡A la espalda! ¡Esqueletos! ¡Retiraos, engendros del mal! Fadrique mostró el escudo de la fe con el símbolo de su diosa.

Me escurro por un lado para alejarme un poco de mis compañeros, tal y como había comentado Galmor. Intento buscar algo que me de cobertura o una zona de sombras lo suficientemente grande como para escabullirme y pasar desapercibido, esperando que el loco que tenemos delante se fije en mis compañeros y poder pillarlo por sorpresa.

El gnomo gira medio cuerpo para ver como cae sobre ellos el grupo de esqueletos, el brusco movimiento le hace vomitar un chorro de bilis, pero no le distrae de lo importante, iniciar el combate. -¡Al demonio la diplomacia, las criaturas que corrompen el ciclo de la vida deben desaparecer de la faz del mundo! -Grita al tiempo que limpia su boca con la manga de su túnica y se apresta a usar un de las habilidades que le había dado a todos los de su raza la amada y magnánima madre naturaleza.

Galmor acaba con él. Yo contendré a los esqueletos. Ordena la humana viendo que el enano se había acercado al ser que estaba en la sala al que acababan de llegar. Fadrique ayudame en lo que puedas, sobre todo en curación. El resto ayudar a Galmor a destruir a ese ser maligno. Y corre hacia el esqueleto más cercano para descargar su espada sobre él.

El enano, en su posición de noble negociador, rememorando las grandes reuniones de sus antepasados cuando trataban con grupos enemigos en busca de paz, trata de mediar y hacer entrar en razón al loco que tenía enfrente. Y al parecer iba teniendo progresos, ya que desde que habían llegado un diálogo (delirante) se había formado y el supuesto mago no había tenido intenciones de atacar de momento.

Así mismo el aviso susurrante del clérigo que acompaña a nuestros intrépidos aventureros pone sobre aviso a todos sobre unos esqueletos cubriendo la retaguardia. Si bien estos permanecían impasibles Fadrique no duda en sacar el talismán de su adorada diosa y lo refleja ante los corruptos seres que juró diezmar y destruir. 

Este fue el primer paso en que la situación diplomática se tambalea, mas Oreioth se mantenía impasible, cosa que cambió drásticamente con el grito del gnomo y la seguidilla de ordenes de la guerrera. De los tres esqueletos ha quedado uno solo ya que los dos restantes salieron corriendo despavoridos ante la imposición del clérigo.

El dragonborn, por su parte, se pone en posición de defensa sin saber bien que hacer ni atacar. Mas le da tiempo como para estudiar el pedestal donde se encontraba esa orbe extraña, quedando quieto este turno.

El esqueleto que quedaba y había entablado combate con Atala baja su espada oxidada sobre la guerrera, rasgando parte de su armadura y dejando no más que un corte superficial sobre uno de los brazos de su contrincante. 

- ¡TONTOS! ¡PAGARÁN POR SU BLASFEMIA! - se escucha gritar al mago loco al notar los movimientos y ataques del grupo. 

Parecía que el mago loco estaba dispuesto a hablar, pero la aparición de unos esqueletos hicieron reaccionar a Fadrique y Atala contra ellos, lo que provocó la reacción agresiva y amenazante de del extraño hombre. Galmor avanzó rápidamente hasta él enarbolando su arma a dos manos antes de qué pudiera usar su magia. El enano utilizó su martillo con gran maestría volteando en varias ocasiones su arma contra la varita del mago hasta que con un golpe seco logró quitársela de su mano.

Rinde a tus engendros o te machaco el cráneo con mi martillo. 

Aprovechando el caos que se genera a mi alrededor, entre los esqueletos que surgen a nuestra espalda y el loco que tenemos delante, me escurro entre las sombras para buscar una posición privilegiada y poder descargar mi ballesta contra el mago lunático.

En posición defensiva, el dragonborn intenta conjurar su ya característico dardo de fuego, pero cuando logra finalizar el conjuro algo sale mal y termina quemándose la mano él mismo.

A su vez, Galmor y Carter arremeten contra el mago, quien recibe una saeta del ladrón, lo que deja fuera de equilibrio al experimentador de cuerpos, dándole la oportunidad al enano para que le arrebate la varita que poseía. 

Furico, el mago hace un par de movimientos con sus manos y de la punta de su dedo sale una estela de color blanco azulado que impacta directamente en el pecho de Galmor, quien siente como un frío abrazador lo invade, entumeciendo cada músculo de su cuerpo.

- ¡¡¡TODOS CAERÁN ANTE MI SEÑOR!!! - grita el mago mientras señala el gran ojo que está en el centro de la habitación.

Al decir esto Atala salta y hunde su espada en el siniestro personaje a la altura del abdomen. Con cara de sorpresa Orieoth mira a la guerrera, la cual nota que su espada no tiene ni una sola gota de sangre.

- Sus.... actos.... no.... pasaran.... desapercibidos.... al.... ojo.... - comenta antes de desaparecer en una llamarada negro violacea, dejando caer la túnica totalmente vacía al piso.

El ojo que estaba en el pedestal notan como empieza a difuminarse y el pedestal a caerse a pedazos hasta no ser más que simples huesos amontonados.

El esqueleto que estaba peleando Fadrique cae estrepitosamente al piso, producto de la falta de magia que alimentaba su torturada existencia. Y con ello el silencio invade el recinto. 

Fadrique no dijo nada todavía, temblando del miedo que había pasado durante la pelea, que no por corta había sido menos intensa. Su estómago, indiferente a todo, hacía ruidos pidiendo algo que llevarse al idem. Heroicamente, Fadrique ignoró a su exigente víscera y paseó su mirada por la sala, intentando averiguar qué narices podía haber pasado ahí, y si todavía había peligro.
 

Me acerco corriendo al lugar donde estaba el mago loco. - Se ha desvanecido en el aire? Pero esto que locura es? - remuevo la túnica para ver si efectivamente no había nada debajo de ella. Después me fijo en lo que queda del pedestal, en busca de algo de valor.