Partida Rol por web

Al ver que Galmor se dirige a por uno de los zombies, Atala decide ir a por el Goul para intentar despistarlo y que los lanzadores de conjuros acaben con el lo antes posible. Galmor deberá ocuparse el solo de ambos zombies. Piensa para si.

Antes de que el Ghoul pueda reaccionar, Atala ya ha desenvainado su espada y cogiendo el escudo en su mano izquierda descarga la primera estocada al Ghoul.

Al ver que todos mis compañeros se disponían al ataque, bajo momentáneamente mi ballesta y comienzo a hacer algunos movimientos con las manos, centrándome en la doncella. 

Una vez siento que la magia canaliza mi ser y se concentra en mi dedo, apunto este hacia el zombie y un destello de luz naranja se mezcla lo la luz azulada del recinto, impactando directamente sobre el no muerto, pero haciendo un daño mediocre, quemando solamente las vestiduras que en antaño habían sido de fina calidad. 

Así que todo era una pantomima. Menos mal que el fraile ha estado al loro, sino nos habrían asaltado y nos habrían intentado comer. Desenvaino el hueso afilado que había usado como arma improvisada. No iba a ser tan letal como una buena daga, pero al ser ligero y afilado podría cumplir la labor más o menos igual.

Sigo los pasos de la mujer que va con nosotros. Ella ha ido a por el "oso", según más peligroso de los enemigos según Fraderique. Estará distraído con el ataque de Atala, así que aprovecho la ventaja numérica y trato de asestarle una "puñalada" por la espalda.

La acción da comienzo sin pensarlo dos veces antes de que los falsos actores den el hincapié inicial, tomados por sorpresa por la subita carga de sus espectadores.

Galmor blandiendo su hacha asesta un buen golpe sobre uno de los zombies, dejando un buen corte sobre una de sus piernas, pero no lo suficientemente fuerte como para separarla del cuerpo del no muerto.

Heskan, por su parte quiere hacer uno de sus hechizos, el cual tiene éxito, pero al impactar, solo hace pequeñas chispas y se siente un olor a tela quemada antes que a carne.

Atala y Carter tratan un ataque combinado, la guerrera tiene muy en claro con quien se está enfrentando y descarga su espada con una fuerza arrolladora sobre el Ghoul, produciendo un tajo muy profundo desde el hombro izquierdo hasta la base del estómago del lado derecho, algunas tripas se ven como se caen a través del traje de oso. Carter por su parte no tiene éxito en su finta y la piel del oso resulta ser mucho más gruesa de lo que aparenta a primera vista, el filo de su daga improvisada queda a medio camino sin lograr penetrar la carne del ser animado. 

Anru y Fadrique quedan como anonadados por los sucesos vertiginosos que están sucediendo, por lo que se quedan parados, no dando crédito a lo que ven, por lo que pierden este turno de acción. 

¡Atacad al oso! Es el que tiene más peligro de todos.

Maldición, la montaña debía estar llena de muertos vivientes, y un ilusionista, para más problemas. Tenía ganas de dar con el tipo para que... sus amigos le dieran su merecido.

No podía hacer mucho más, sus compañeros estaban reteniendo el poder de la diosa y si intentaba algo, este se disiparía. Era esa cosa de los polos positivo y negativo que... a saber qué querría decir. Se lo escuchó una vez a un gnomo borracho. Siempre pensó que tenía que ver con el sexo, pero al parecer no era así. Continuó señalando a Heskan, Atala y Galmor para mantener la conexión con el plano divino, funcionara como funcionara.

La estrategia del enano de quitarse primero de en medio a los que parecían más débiles para después poder centrarse todos en el más peligroso no había salido del todo bien. Su golpe no había logrado tumbarlo a la primera  y además los demás parecían más preocupados por el de piel de oso que por el resto. Los gritos del sacerdote alertaron a Galmor sobre algo que probablemente él desconocía sobre esa criatura y confiando en que podría ser un buen consejo cambió de víctima. Giró su martillo y lo incrustó con fuerza en el pecho de la horrenda criatura que se cubría con la piel de un oso, quebrándole  algunos huesos y haciendo que varios trozos de carne podrida cayeran al suelo.

Vamos!!! Todos a por éste engendro!!! Muere!!

Tras hacer un primer tajo a la criatura Atala retrocede un poco para volver a impulsarse hacia el ghoul y con fuerzas renovadas da otro gran tajo al monstruo.

Fadrique seguía el combate con la necesaria preocupación con la que siempre había de mirar a tipos jugando con cosas cortantes. Los zombies y el otro engendro no parecían adversarios de consideración, pero no era prudente confiarse. Mientras dirigía el foco de la fe en Heskan y Atala, que aun mantenían el poder de la Diosa inexpresado, procuró espiar por el rabillo del ojo, no fuera a suceder que pasaran cosas peligrosas ajenas al combate. O sea, que nadie vigilaba la retaguardia y el sacerdote de rojo iba teniendo miedito.

Me concentro nuevamente, canalizando la magia que pasa a través de mi cuerpo hasta que llegue a la punta de mi dedo, allí selecciono a la doncella nuevamente, y esta vez la estela de fuego impacta con fuerza gracias a la bendición del clérigo, viendo como la carne descompuesta se consume bajo las llamas y el vestido se enciende. 

- Tusssss diosssessss nossss ssssonríen... humano - digo en tono ronco y siseante, mientras observo con ganas el espectáculo que estamos dando, más que nada el de Atalia que parecía endemoniada con su tremendo espadón.

El zombie doncella, al verse impactado por el rayo de fuego, y notar que su atacante está fuera de alcance, busca otra opción antes de caer rendido. Justo en ese momento Atalia estaba de espaldas, posteriormente a haber partido en dos al Ghoul con su tremenda fuerza. La guerrera estaba salpicada en sangre por la violencia de su último golpe, pero lo que paso a continuación no se la vio venir.

La joven guerrera casi siente el filo de los dientes putrefactos del zombie casi rostizado por el dragonborn, mas a último momento, cuando a escasos centímetros de la carne de la guerrera, el no muerto siente un golpe seco y su cabeza rebota contra el duro escudo del Enano Guerrero, quien, atento a la situación, supo manejar los tiempos y su espacio para interponerse antes de que un desafortunado desenlace ocurriese.

Atala siente como el zombie le muerde por la espalda y siente como se le empieza a escapar su energía vital por esa zona.

Viendo el tremendo poderío que desprende la mujer del grupo, me quito la salpicadura de sangre sobre mi cara que ha causado su devastador espadón y enfilo al zombi que va con las prendas chamuscadas. Mejor un enemigo bien muerto que dos malheridos - pienso antes de intentar asestarle una estocada con mi daga de hueso. Pero en el último momento doy un traspiés y caigo de bruces contra el suelo. Más patético que cómico, la caída me deja en una situación bastante incómoda - qué soy, un niño jugando con espadas de madera? Si me viera Jolack en esta situación se burlaría de mi y con razón...

Solamente tengo una diosa, mi muy estimado amigo. La única para mi, dice triunfante al saber que el Poder no se ha desperdiciado, aunque reconozco y respeto a las demás deidades, se apresuró a añadir rápidamente para conjurar el mal fario. Liberad sus almas inmortales es el pago.

Todavía quedaba Atala por liberar Poder. Fadrique se centró en su gallarda figura, que andaba repartiendo leña a base de bien.

Carter se apresuro en cambiar de objetivo al notar que el Ghoul había sido aniquilado por la imponente guerrera y su enorme espada.

El cambio fue tan brusco que no noto la mal posición de su pie y terminó trastabillando y cayendo bruscamente al piso, punto que el zombie vestido de cazador no paso inadvertido, por lo que se lanzó al ataque del aventurero. 

En un intento desesperado Carter trata de separarse del zombie, con la mala suerte de interponer su brazo con la boca de su atacante, el cual muerde con fuerza abrumadora y penetra la carne sin miramientos. El dolor es importante, pero no tanto como la sensación de que algo más está entrando en el torrente sanguíneo del ladrón. 

- Aaaaggghh - el grito de agonía no se hace esperar. El mordisco resulta tremendamente doloroso y comienzo a perder mucha sangre. El condenado se ha llevado un trozo de carne a la boca, literalmente me ha arrancado un cacho de brazo.

El gnomo agarra su Javalina y la ensarta en el zombie 1, el cual convulsiona unos momentos y cae duro al piso... inmovil.

Atala se dirige hacia el Zombie que queda lista para descargar otra potente estocada con su espada. En el momento de dar el tajo Atala siente como misteriosamente su espada pesa y le es más fácil manejarla.

La poderosa guerrera cambia de objetivo al ver que el gnomo había puesto fin a la existencia de la doncella zombie. El cazador, prendido al hombro de Carter, nota como un tremendo golpe lo decapita, haciendo que la sangre putrida recorra los ropajes del ladrón.

Por su parte, Carter nota siente como si algo le quemase. Fadrique se acerca rápidamente y nota que el mordizcón ha sido fuerte, este no ha podido penetrar la armadura más que en una parte donde un colmillo hizo una pequeña perforación y una gota des saliva hizo contacto con la piel. El clérigo se apresura a limpiar aquella baba y nota que donde ha tocado se ha puesto colorado, pero no más que eso. Afortunadamente Carter Smith no se ha infectado con la pestilencia que abunda en este lugar. 

El combate ha finalizado y los cuerpos se encuentran desparramados por todos lados, como así también la sangre negra de los no muertos, que no tarda en hacer presente su olor a descomposición y muerte. 

Ignorando que Carter ya se había librado por si mismo de la ponzoña, Fadrique insistió en arremangar el brazo y aplicar el cuchillo a la herida:

No te importe el dolor, amigo, susurraba presto mientras cortaba y hacía salir sangre a base de dar unos buenos apretones, la alternativa es peor. Hay que extraer cada gota de ponzoña que pueda haber, de lo contrario tendríamos que amputar. ¿Me escuchan  todos? ¡Mucho cuidado con las heridas! Si alguien se viera infectado la única salvación sería cortar el miembro infectado rápido y sin piedad. Y no os quitéis los embozos de la cara.