Partida Rol por web

Una mueca mitad terror mitad asco aparece en los rostros de los prisioneros ante tu comentario. 

Terminas de cenar y te echas a dormir, al despertar están los prisioneros justo donde se encontraban al igual que tu dragón.

Al despertar te fijas ya en la sala en la que te encuentras y aparte del esqueleto de un draco, que ahora te fijas que está entremezclado con fragmentos de cristales, en el centro de la sala ves en el extremo sur de esta sala abovedada de 70 pies de altura unos escalones de mármol que forman un estrado sobre el que se alza un gran trono de respaldo alto hecho de hueso entrelazados y blanqueados. Sus reposabrazos de hueso están tallados para asemejarse a una serpiente mostrando sus colmillos. En las paredes sobresalen unos soportes para antorchas vacíos, hechos de un bronce estriado y descolorido.

Al levantarse nota que los bandidos siguen en el mismo lugar donde los dejo y que su dragón retomó su tamaño normal, se pone en pie y se acerca a los dos individuos para entregarles dos de los grilletes que cuelgan de su armadura y les dice - colóquenselos - , mientras ellos se los ponen da un vistazo mas detenido a la habitación y nota un que el esqueleto del draco lleva cristales incrustados y además al sur ve un trono digno para él.

Después de asegurarse de que los grilletes estuvieran bien puestos les pregunta - que saben acerca de esta habitación? ¿por que estos huesos tienen cristales? señalando los huesos del draco - y ¿Quién se sentaba antes en ese trono? - fuera quien fuera seguramente no era de alineamiento bueno y esperaba que fuese un posible aliado.

Los bandidos se colocan los grilletes y responden a tus preguntas hace mucho tiempo un draco vivía en esta sala encerrado en una esfera de cristal, pero alguien lo destruyó. El trono no sabemos de quién era desde que estamos aquí está vacío, lo del draco nos lo contó uno de nuestros compañeros pero tampoco lo sabemos con seguridad.

La sala tiene cuatro salidas, la sureste que es por donde tu has entrado, la suroeste, la noroeste y otra en el norte.

El semi-dragón recoge uno de los huesos del draco y lo guarda solo por curiosidad, después se acerca al trono y lo inspecciona detenidamente. De no encontrar nada extraño o fuera de lugar se dirige hacia la salida norte con su dragón tomando la delantera.

Al inspeccionar el trono te das cuenta que su asiento almohadillado de terciopelo es la tapa abisagrada de un compartimento oculto vacío.

Te diriges a la salida norte, tu dragón vuelve a cambiar a tu tamaño y tus dos nuevas adquisiciones para tu armadura van con miedo y obediencia siguiéndote.

Al atravesar la puerta veis un amplio pasillo que va de oeste (izquierda) a este (derecha) sobre dos filas de pedestales que recorren el pasillo hay unas esculturas de granito de tamaño natural que representan a guerreros humanos y están encaradas hacia el interior. El techo abovedado de este largo pasillo tiene 20 pies de alto y está ligeramente oscurecido por gruesas telarañas. Tres arañas gigantes yacen muertas en varios puntos del pasillo, acribilladas por virotes de ballesta. El pasillo alberga treinta y ocho estatuas, diecinueve en cada fila. Su placas de identificación están gravemente dañadas o borradas, al igual que muchas de sus partes. 

Hacia el oeste (izquierda) ves que el pasillo continúa con unos pilares. 

Hacia el este (derecha) ves un pasillo que va hacia el sur, una puerta al norte, otra puerta más allá al sur y finalmente en al final del pasillo hacia el este una puerta grande de doble hoja.

Tantas puertas, tantas opciones pero solo una le llamo la atención - aquí debe haber algo importante - pensó al ver la gran puerta de doble hoja, sin prestarle mayor atención a las arañas muertas o a las estatuas de granito maltratadas, se dirigió a aquella puerta y la abrió lentamente,

Nada más entrar a la habitación, que es bastante amplia ves tres criaturas grandes con cabeza de bestia vagamente humanoide, el cuerpo de un león y las alas de un dragón. La espalda de la criatura tiene espinas curvadas y su larga cola termina en un amasijo de púas mortíferas. 

Se abalanzan las tres sobre vosotros dos de forma agresiva.

Al parecer todas las puertas de esa mazmorra traía consigo problemas y esta vez eran tres criaturas que parecían sacadas de un cuento de hadas, parecían estar formadas por partes de otras criaturas quienes al verles intentan abalanzarse sobre ellos sin embargo por muy rápida que fuesen sus rivales, el par de dragones no eran oponentes fáciles de sorprender y como prueba de ello justo antes de que pudieran reaccionar ya su dragón caía con una lluvia de garras y mordiscos sobre una de estas, mientras que Iejir cargaba sobre otra de estas.

Tu dragón acaba fácilmente con una de ellas. 

Tú cargas contra otra y la dejas malherida, esta se revuelve intentando acertarte con las garras y con la boca pero tu armadura resiste todo el daño, sin embargo la otra mantícora que se te acerca te da un garrazo haciéndote un daño considerable.

El dragón clava sus colmillos en el lomo de la manticora y con sus garras y alas rasgan y jalan en direcciones contrarias el cuerpo de esta, produciéndole heridas tan profundas y graves que muere en el instante. Habiendo probado la sangre de una de estas se abalanza con sed de sangre contra la que se encontraba mal herida intentando acabar con esta de un mordisco, mientras tanto Iejir desvía su atención a la que logró burlar sus defensas clavando su garra entre las rendijas de su armadura produciéndole tanto dolor que va con todo contra ella.

Las mantícoras acaban muriendo ante vuestros ataques.

Ahora prestas más atención a la amplia sala que tienes delante, justo enfrente de por donde has entrado hay tres puertas dobles cerradas en la zona este de la sala. En el sur hay tan solo una puerta doble, luego en total hay cuatro puertas más por la que has entrado.

Por su parte en la sala hay tres grandes montones de cortinas y tapices sucios, rasgados, entremezclados con huesos humanoides y trozos de piedra rotos. Y entre estos restos encuentras una camisa de malla normal, una flauta de madera, una bolsa con 14 pp y 29 pc, otra bolsa que contiene 21 po y un collar de plata con un colgante de heliotropo (250 po).

Las matícoras cayeron tan rápido que no conto ni como entrenamiento para el par de dragones, Iejir escupe al suelo luego de que acabara el combate, recoge y guarda lo que encontró en el montón de cortinas. Aquella mazmorra tenía muchas puertas en muchas direcciones y eso ya empezaba a fastidiar al semi-dragón, esperanzado en la descripción particular de la gema que buscaba se dispones a abrir puerta por puerta con el fin de al menos escuchar los gritos que esta producía, empezando por las tres puertas al este y terminando por la puerta al sur, para Iejir una puerta cerrada no significaba gran cosa con su increíble fuerza.

Lo que no esperaba encontrar Iejir del otro lado de aquella puerta, fue a un enorme basilisco tumbado al fondo de la estancia. Al ver que las puertas se abrían de par en par, el basilisco se puso en pie y miró al semi-dragón con una mirada tan profunda que helaba la sangre, aunque en el caso de Iejir, ya estaba fría de por si por su naturaleza reptiliana.

Iejir abrió las tres puertas del este y observó lo que ocultaban. Se trataba de un largo pasillo que discurría paralelo a la estancia donde se encontraba. Las tres comunicaban con dicho pasillo el cual con continuaba hacia el este al fondo del mismo. No obstante, entre la primera y la segunda puerta, se hallaba otro pasillo que discurría también en dirección este.

Entonces se acercó a la puerta sur y escuchó algo del otro lado. No pudo determinar que era lo que se encontraba al otro lado de aquella puerta, pero lo que si tenía claro era que algo vivo estaba del otro lado.