Partida Rol por web

Una vez más asintió en respuesta a las palabras de Zane, aunque no le complacieron. ¿De qué le iba a servir un rehén de su círculo, si no parecía para nada tan valioso como había creído en un momento? Se temía que, una vez libre, sacrificara al mago rojo que estuviera prisionero, traicionándole; al fin y al cabo, tenía otros discípulos que llegarían a servir igual. Bueno, ya llegaremos a eso. Por el momento, tenía más preguntas.

—Bien, bien. Bueno es saberlo. Por suerte, no habrá que lamentar ninguna muerte entre tus filas, ¿verdad? —Sonrió—. De hecho, si todo va bien, me interesa que tu círculo de nigromantes se fortalezca, será necesario en un futuro. Ayudaré a ello si finalmente llegamos a un trato, y estoy seguro de que lo haremos. Ahora, sigamos con las preguntas, hablemos más sobre ti.

_^>>Por curiosidad, ¿cuál consideras qué es el hechizo más poderoso que eres capaz de lanzar? No el más útil ni el más dañino, sino el que más poder requiera. —Aquello, por supuesto, era una forma de calibrar su poder—. Y pasando a otro tema, ¿qué grado ocupas en la política de todo el reino? Como líder de los magos rojos aquí en Surzhay, supongo que eres a todo efecto el gobernante de esta parte del país, pero y a nivel general. De hecho, háblame de como se gobierna Zhay, hazme un esquema de quienes están al mando.

El conjuro más poderoso que puedo lanzar yo, sin ayuda de mi círculo, es círculo de muerte.

Pero con mi círculo el más poderoso es teleportar, ya que para que mi círculo potencie el conjuro deben conocerlo.

En la política del reino soy el recaudador de impuestos de mayor renombre. Creo que me malinerpretaste, no soy el líder de los magos rojos de Surzhay, si no un líder de los magos rojos de Surzhay. 

Respecto a quien está al mando, sin duda es Szass Tam. Pero la política zhayina es decidida en consejo por los zúlkirs, magos que representan a las distintas escuelas de magia y que no sé quienes son exactamente. Sólo conozco a Szass Tam como zulkir de la nigromancia. Y por otro lado está dividida en once zharkhs que son las zonas en que está dividida Zhay para su gobierno. Conozco algo de esos zharkhiones: Dmitra Flass de Eltabbar, Dante Ojerhive es el de Surzhay, en Lapendrar gobierna un clérigo de Kossut.  

Un mago avezado y habilidoso, pero solo un recaudador. Me temo que voy a tener que escalar mucho para llegar hasta quien manda de verdad en este lugar. Gente con mucho más poder.

—Una pregunta más. ¿Los Magos Rojos destinados a los diferentes zharkhs, estáis por encima o bajo el mando de los zharkhiones correspondientes? Tú, por ejemplo, debes obedecer a Dante Ojerhive o al revés. Y en cualquier caso, dices que eres uno de los líderes en Surzhay. ¿Quiénes son los otros?

Depende del mago rojo que sea y del zharkhion. Yo en concreto si estoy bajo el mando del zharkhion de Surzhay. Pero si me preguntas por quien manda más en Zhay, sin duda son los zúlkirs.

A ver, un zharkhion se encarga del mantenimiento del zharkh como los caminos, puentes, alcantarillado, abastecimiento del agua; pero también se encargan de la defensa militar y el mantenimiento de la paz.

Mi círculo es quien se encarga de los impuestos recaudados para Surzhay por lo que estoy bajo su mando. Normalmente el zharkh está por encima de cualquier mago rojo pero como te he dicho hay excepciones.

Respecto a que más líderes hay, pues hay dos grandes círculos establecidos para la defensa militar y el mantenimiento de la paz por la frontera con Rashemen. Muy poderosos que son Colton Perizada y Joel Bloodrayne, respectivamente.

Perfecto.

—¿Serías capaz de concertarme una audiencia con Dante Ojerhive y esos dos líderes de los círculos militares? En realidad, si ellos están bajo el mando del zharkhion, con él me vale. Y otra cosa más. Tu círculo es de nigromantes, ¿estarías dispuesto a unir fuerzas conmigo? Como habrás imaginado por ti mismo, yo también soy uno, aunque debo decir que lo que aquí has visto no es a causa de mi poder, sino de una simple... Visión de negocios. Algo, por otro lado, en lo que también podemos ayudarnos, creo.

Si le doy una razón de peso, sí podría concertarle una reunión con él.

Su cara cambió a sorpresa cuando le propones unirse a ti, cuando se recompone te comenta mirando la situación en que se encuentra con las manos atadas y débil la verdad es que no estoy en posición de negociar nada. Pero en una hipotética situación en la que estuviéramos ambos sentados cómodamente hablando de negocios estaría más que dispuesto a escuchar su propuesta. Otra cosa es que quiera que haga algo por usted a cambio de mi vida, a lo que no me negaré; pero me da la impresión que no es eso lo que busca. 

—Tú. —Señaló al torturador—. Suéltale, y puedes volver a tu puesto. Está bien, tranquilo. —Miró a su compañero—. Crane, envaina de nuevo, no hará falta ya. ¿Puedes ir a cocina y ver si traen vino a nuestro... Invitado? Después ve a la barbacana, espera a los otros Magos Rojos y hazles compañía mientras les guías hasta aquí. No nos moveremos del salón.

Una vez solos, se sentó y acomodó frente a Zane, tranquilo. No creía que el arcano fuera hacer ninguna tontería, y no quería seguir en tensión ni dar una mala imagen. Cuando hacía algo, debía hacerlo hasta las últimas consecuencias.

—Efectivamente, busco un negocio justo para ambos, no obligarte a nada a cambio de tu vida. Como decía antes, hemos empezado con mal pie, pero no tiene porque seguir siendo así. La debilidad que ahora sientes pasará en unas... 10 horas, algo menos ya. Para mañana estarás como nuevo. Mientras tanto, podemos charlar, sin andarnos con rodeos. Por ejemplo, querías que os pagara no por protección, sino para evitar vuestros propios ataques. No importa, lo entiendo, no puedo pretender llegar aquí y pasaros por encima. Tal como habíamos acordado antes de que todo se desmadrara, daré 200 piezas de oro al mes a cambio de que no les pase nada a mis trabajadores. Confío en que mantengáis a raya también a los grupos criminales de la zona, que sin duda no estarán erradicados porque tendrán también un trato con vosotros. —Me encogí de hombros—. ¿Te parece bien?

Claro que me parece bien, tendremos especial cuidado en que se cumpla esa parte en la que no le pase nada a sus trabajadores. Zane estaba gratamente sorprendido y prestaba especial atención a lo que le decías. Aún con algo de desconfianza muy bien fingida para no ofenderte te dice y ¿qué es eso de unirme a ti?¿a qué negocios te refieres en los que nos podemos beneficiar ambos?

—Más que unirte a mi, lo que busco es una alianza. No elegí Zhay por casualidad, sino porque conozco las ambiciones de quienes lo dirigen. Szass Tam es un liche poderoso, muy poderoso, y vosotros, Magos Rojos, sois una fuerza a tener en cuenta. Veis con buenos ojos a los no-muertos, hacéis uso de los más simples y muchos perseguís opciones que ofrecen algunas alternativas a la vida mortal. En ese aspecto, se me puede considerar un aliado, y también un precursor. Quiero acelerar y apoyar esa guerra que llegará de manera inevitable. De hecho, yo la llevaré a cabo igualmente, es mi cometido, pero me gustaría contar con apoyo. Y tú, Zane, puedes ser el primer eslabón. ¿Dices que Rashemen es un problema? Empezaremos por ahí entonces. —Sonrió, una mueca malvada—. Llega un tiempo de cambios, una nueva era, y quienes estén de mi parte, de parte de mi maestro, alcanzarán una gloria que muy pocos habrían soñado. ¿Hasta aquí estás interesado?

En esa alianza que propones ¿qué es lo que gana cada parte? perdona pero no entiendo la profundidad de lo que dices bien. Lo que estas diciendo es propiciar una guerra que aún no nos atrevemos a combatir como la de Rashemen. Pero no es tan fácil, Rashemen también utiliza la magia de círculo. ¿Quién es tu maestro para poder hablar de esos enfrentamientos tan a la ligera? No es tan fácil como creo que lo ves lo de luchar contra Rashemen. Zhay es una fuerza potente pero está dividida políticamente y militarmente. Hay mucha desconfianza y rivalidad. Lejos de ponerse de acuerdo luchan por el poder hasta el punto de matarse entre ellos unos a otros. Se cometen asesinatos incluso entre los que ostentan mayor poder y si no se asesinan ahora cuando tengan oportunidad lo harán. ¿Cómo convencemos a todos para la causa común que comentas? Si es que es una causa común que es lo que he entendido hasta ahora.

Se encogió de hombros e hizo un gesto con la mano desestimando aquellos temores de Zane, relagándolos a un segundo plano.

—Por supuesto que no será sencillo, ni rápido, pero debes entender que no tengo prisa ninguna, que ya he superado las limitaciones de la vida mortal. Mi maestro, por supuesto, es el mismo Kelemvor. Y no me refiero a que soy un sacedorte cualquiera, sino que he sido enviado directamente por él entre los mortales. El Juez de los Condenados se ha cansado de este mundo, y ha decidido convertirlo en un nuevo reino bajo su tutela. No es el único que se ha puesto en marcha, por supuesto, pero mi señor, al final, es inevitable.

Sonrió levemente, incapaz de contener el orgullo ante tal declaración. Como nigromante, el otro también debería entenderlo.

—Tú sigues a Szass Tam, que imagino lidera una de las facciones de Zhay, supongo que dado su poder como liche, la más fuerte de todas. Lo que yo propongo es convertir dicha facción no solo en la principal, sino en la única. ¿Cómo? Bueno, es algo que, me temo, tendré que discutir con gente más poderosa que nosotros, pero supongo que nos tendremos que limitar a acabar con los contrarios. Y ahí entras tú. Necesito entrar en la política de este reino para poder distinguir a los diferentes grupos, planear su derrocamiento y tener alguna posibilidad, así que serás quien, desde dentro, me introduzca. Si al final tenemos éxito, yo conseguiré lo que quiero y tú obtendrás un puesto mucho más alto. Cuando los nigromantes gobiernen Zhay, tú estarás entre ellos. En definitiva, lo que ofrezco es poder. Y después, nos lanzaremos a la conquista del resto del mundo.

Me hago una idea de lo que dices y parece una tarea abrumadora. Pero si tienes un plan, estoy interesado en escucharlo y formar parte de él. 

Cambiando de tema, creo que lo mejor sería, ya que vamos a ser aliados, que me dejes salir por mi propio pie de la fortaleza cuando lleguen los demás magos rojos. Así evitaremos situaciones de tensión y desconfianza innecesarias.

Parece que estábamos destinados a pactar pues en una situación normal seguramente habría escapado con los demás, no sé que es lo que ha fallado. Quizás haya sido la providencia de Kelemvor.

Cuando creas oportuno dame las 200 po y si quieres nos vemos mañana u otro día más relajados y hablamos de los detalles. Y no comentes que estuve a tu merced a nadie, tengo una reputación que guardar dice guiñándote un ojo y sonriendo.

Sólo me queda una duda, si me permites, ¿qué ha sido de Adascar?

Aquél iba a ser un salto de fe. Tal vez era así, tal vez Kelemvor había puesto de su parte para acabar en aquella situación, o puede que simplemente los otros hubieran estado tan asustados que, simplemente, habían escapado sin pensar en nadie más que ellos mismos. Fuera como fuera, las cosas a partir de ese momento podrían dar un pequeño salto hacia delante o podrían, por el contrario, suponer una huida desesperada de Zhay. Todo iba a depender de si fiarse de ese hombre era un error o un acierto. Esperaba no equivocarse.

—Eres libre de marcharte por tu propio pie, aunque aún así, te recomiendo que esperes a tus compañeros en el castillo. Mi magia te ha debilitado, y aunque en principio estas tierras son seguras, nunca se sabe. —Me encogí de hombros—. Aunque puedes hacer lo que quieras. Toma, esto es para ti. —Siempre llevaba una "pequeña" cantidad de dinero encima, una fortuna para algunos, así que sacó doscientas de esas monedas, las puso en un pequeño saquito que hizo traer, y se lo entregó al Mago Rojo—. Y tranquilo, no diré nada de nuestro encuentro. Ni tengo por costumbre presumir de nada ni me beneficia que otros sepan de lo que soy capaz —aseguró, dejando entrever una sonrisa de medio lado—. Además, estoy seguro de que ha sido porque os he cogido por sorpresa. En otra ocasión, me podríais haber reducido, estoy seguro.

O al menos, eso era lo que era mejor que pensaran, cosa que Grimmel también sabía seguramente. No era cuestión de meter el dedo en la llaga, fuera como fuera. Las cosas que habían ocurrido ya eran agua pasada, y era hora de seguir adelante.

—Contestando a tu última pregunta, Adascar está bien. Ha salido temporalmente para ayudarme con un pequeño asunto, pero nada más. Y respecto a eso, me dijo que está siendo... Perseguido. —Suspiró—. No me ha dicho quien o quienes, pero me aseguró que necesitaba protección. Debido a los rumores, me hago una idea de que son Magos Rojos los que van tras él. Lo cierto es que no me gustaría que muriera, por lo que agradecería que, si sabes algo, me lo contaras. Tal vez pueda hacer algo al respecto, y evitar que siga en el punto de mira.

Sí, claro, tenía pensado esperar que llegasen, como bien dices me encuentro muy débil.

Al coger el saco de dinero te mira a los ojos creo que son las mejores 200 piezas de oro mensuales que vas a invertir en tu vida, tienes mi palabra.

Adascar, estaría muerto de tener tiempo suficiente para localizarlo, el caso es que es muy escurridizo. Pero si es tu aliado la cosa cambia, no tendrá más problemas con nosotros. Pero asegurate de que nosotros tampoco los tengamos con él, por lo que sé es muy vengativo.

Hizo un gesto, entre pensativo y afirmativo, al entregar el dinero. Esperaba que así fuera, no por la protección, sino por las posibilidades que abría, los contactos, un poder latente que podría exprimir, con el tiempo, para sus propios fines. La conquista no sería rápida pero, con Zhay de su lado, estaría un poco más cerca.

Por supuesto, aquello no sería de dominio público, ni hablaría de lo ocurrido a sus compañeros. Igual que Kelemvor le había pedido que el mundo debía de ser para él, estaba seguro que los maestros de los otros elegidos habían hecho lo propio. Con Borgon posiblemente podría unir fuerzas, ya que Tiamat era una deidad que podía casar con el Señor de los Condenados —el Culto del Dragón era la prueba de ello, una organización que adoraba a dragones no-muertos y dracoliches—, pero no creía que fuera capaz de añadir a Amergin a la alianza. Al fin y al cabo Malar, con sus licántropos y su ansia por la caza, no tenía cabida en un mundo sin vida; tarde o temprano, se temía, tendría que acabar con él.

Poco a poco, no te adelantes a los acontecimientos. Si pensaba tanto en el futuro, cuando sus planes tempranos no habían hecho más que empezar a rodar, corría el riesgo de que todo se le fuera de las manos. Ahora, sigue con Zane.

—Espero que nuestro trato también sea algo que nos lleve lejos a todos —le respondió con sinceridad—. De momento no os tendréis que preocupar por Adascar. Le dejaré claro que vuestra pequeña guerra se ha acabado. Es hora de que las viejas rencillas queden atrás.

Aún quedaba un tiempo hasta que llegaran los otros (suponía que el necrario tardaría un rato y, después, los Magos Rojos irían con cuidado, temiendo una trampa), así que todavía podían hablar un rato más.

—Ahora que sabes de mis planes, háblame más de las facciones que hay en Zhay. Puede que no conozcas bien a todo el mundo, pero seguro que conoces más en profundidad a los que si, como son, a quien apoyan, que intereses tienen. Y seguro que hay más de lo que me has mencionado, otros nombres que te suenen. Por ejemplo, yo he oído algunos: Aznar Zhrul, Druxus Rhym, Lalara, Yafhyl... —Me encogí de hombros—. Seguro que hay otras personas importantes de las que debería saber.

_^>>Y también estaría interesado en conocer a otras personas influyentes de la zona. Como recaudador de impuestos de gran renombre que eres, estoy seguro de que has hecho buenos negocios con otros nobles, señores, aristócratas, mercaderes y otros burgueses bien posicionados.

Aznar Zhrul es el zúlkir de la evocación y el zharkhión de El Priador.

Druxus Rhym es el zúlkir de la Transmutación. Y mayor portavoz del comercio.

Lalara es la zúlkir de la abjuración.

Lózoril es el zúlkir del encantamiento.

Mizhereléi es la zúlkir de la Ilusión.

Nevron es el zúlkir de la Conjuración.

Yafhyl es la zúlkir de la Adivinación.

Respecto a personas influyentes de la zona ¿a qué te refieres exactamente? ¿con dinero? Claro que conozco a alguno bajo mi protección. Pero siempre en el ámbito de Surzhay. Por ejemplo, tenemos a Anthony Longstrider dueño de un comercio de esclavos o a Raphael Farkacker dueño de la posada de más renombre de Surzhay llamada Los Seis Escudos del Viajero.

Vaya, vaya, y yo que creía que no sabías quienes eran. Parece que, incluso a riesgo de morir, querías jugar. Eso, me temo, no es valentía, ni siquiera lealtad, es simple estupidez. Pero has hablado, así que te perdonaré. Escuchó en silencio mientras el Mago Rojo iba hablando, y al final asintió.

—No quiero entrometerme en tus negocios con otra gente, así que lo dejaré ahí. Solo quería saber si había otra gente interesante con quienes podría tratar y relacionarme, nada más. Volvamos un momento a los zúlkirs. Ya que sirves bajo el ala de Szass Tam, ¿tienes alguna idea de quienes están de su lado? De su lado de verdad, no solo que obedezcan, esperando el momento de traicionarle.

_^>>Y tengo otra pregunta, ya que hablamos de ello. Yo mando a mis trabajadores a a la capital, que es lo que conozco. Creía que, aunque estaba a unas horas , este castillo pertenecía a Eltabbar. ¿Me he equivocado? ¿Estoy más cerca de la ciudad de Surzhay?

Ya que sirves bajo el ala de Szass Tam, ¿tienes alguna idea de quienes están de su lado? De su lado de verdad, no solo que obedezcan, esperando el momento de traicionarle.

Piensa un momento antes de responder es difícil de determinar eso que me preguntas, aunque sí te puedo decir quienes son sus aliados más acérrimos, puedo contar a dos Druxus y Yafhyl. Ahora bien ¿qué harían si tuvieran posibilidad de traicionarlo y aprovecharse de ello? eso es otra historia.

Creía que, aunque estaba a unas horas , este castillo pertenecía a Eltabbar. ¿Me he equivocado? ¿Estoy más cerca de la ciudad de Surzhay?

Exacto, este castillo está más cerca de la ciudad de Surzhay y por lo tanto pertenece a Surzhay y no a Eltabbar.

—Vaya, vaya, no lo sabía. De hecho, conocí este castillo gracias a alguien en Eltabbar, por lo que di por supuesto que estas tierras pertenecían a la capital. —Me encogí de hombros—. No importa, Surzhay también es un lugar importante, así que enviaré a mis trabajadores también allí, por mover la economía de ambos lugares. Y tendré que visitar la ciudad, claro.

Casi parecía estar pensando, hablando en alto pero para él mismo más que para Zane. No tardó mucho, sin embargo, en retomar la atención sobre el Mago Rojo.

—Tu círculo debe de estar al llegar, pero seguro que nos da tiempo a charlar un poco más. Ya que conoces la zona y sabías de esta fortaleza, seguro que también conoces las de los alrededores. Me he enterado de que hay una no muy lejos, que incluso conecta con al Infraoscuridad. ¿Es cierto? De ser así, me sorprende que lo permitáis, esas conexiones son... Peligrosas.

Desde luego que son peligrosas, si fuera por nosotros no lo permitiríamos pero como en muchas otras cosas cuando mandamos un ataque, hacia esa fortaleza que comentas, lo hacemos sin el apoyo de todos por lo que el ataque es más débil de lo que la nación podría hacer. Las luchas internas en Zhay por el poder dan lugar a que la toma de decisiones no sea unánime y por ello al actuar sin el apoyo y coordinación de todos las resoluciones de los problemas se vuelven más débiles e ineficaces.