Partida Rol por web

Joshua Woodbridge, para servirle - dije dirigiendome con gesto amable al nórdico para acto seguido hacer lo propio con la guapa señorita Selwyn - hola, nos conocimos hace unos días, ¿qué está pasando aquí? Percibí un aviso del cuartel y me cogió justo al lado - continué mientras agitaba mi varita levemente tratando de darme aires de grandeza... tenía la esperanza que distrayendo la atención hacia algunas excentricidades no cayeran en la cuenta de que jamás podría haber respondido tan rapido al aviso...

Sin esperar respuesta me dirigí de nuevo hacia el tipo de aspecto danés - ¿a quién van a encontrar? - dije, pese a que sabía la respuesta... no podía ser casualidad... raptan a la hija de la señorita Selwyn la misma noche que su padre habla conmigo, 4 días después de que éste recibiera una velada amenaza... - les ruego que no se muevan de donde están, y no toquen nada ni realicen ningún encantamiento... no podemos contaminar nada...

Su aguamenti había conseguido disolver las llamas al igual que sus palabras habían aplacado al propio James, la criatura por su parte pareció comprender que no le harían daño y volvió con la niña diciendo aquellas palabras extrañas que Diana, quizás por los nervios que sentía o por su escaso conocimiento de aquella extraña lengua, no llegó a comprender. Y a pesar de que parecía estar mucho más receptivo, terminó escapando por la ventana con la niña en brazos cuando un ruido les sobresaltó.

Diana corrió hacia la ventana y lo siguió con la mirada, observando por donde había escapado. En ese momento alguien entró en la habitación y Diana se giró bruscamente apretando su varita en la mano lista para defenderse, cosa que comprobó no sería necesaria al distinguir que se trataba de Joshua Woodbridge, aquel auror con el que según parecía iba a comenzar a trabajar mañana y del que sospechaba escondía algo extraño…

-Si si, le conozco. – respondió a James quitándole importancia seguidamente de escuchar la presentación del hombre.

Diana se removió inquieta y se llevó las manos a la cabeza, estaba muy nerviosa y se estaba agobiando.

– No hay tiempo para esto. He visto por donde se la ha llevado James, debemos ir a por ella, Woodbrige, se han llevado a mi hija, alguien la ha atacado y un pukwudgie se la ha llevado. – Diana hablaba muy rápido, estaba bastante alterada, seguidamente la mujer caminó con velocidad hacia la puerta con la intención de salir a buscar a su hija. – Vamos, no perdamos tiempo.

Henry no podía ocultar sentirse orgulloso de saber más que Montgomery de un tema tan controversial y polémico, típico de tugurio, del que probablemente no tendría ni idea pero que al haberle llegado el rumor de distintas fuentes, cada cuál aportaba su granito de arena para aumentar la leyenda. ¿Hasta qué punto sería cierto lo que mencionaría a continuación?

- Solo por mencionar su nombre podría estar jugándome el cuello, nadie debería hablar de esa temible banda mafiosa que lleva en el poder desde lo de Five Points ¿Eso sí que le sonará, no? Cualquier irlandés conoce de su existencia, pero muy pocos saben como operan y quienes son sus integrantes en la actualidad... Solo le diré que algunos de sus miembros son conocidos míos y que cuidan de los nuestros... - empezó su relato dándose aires de grandeza e importancia al revelar tal información, asumiendo por la apariencia de Richard que era también irlandés, aunque quizá un recién llegado de la última ola de inmigrantes al que debía aleccionar. Llevan desde hace unos años en guerra con los sucios italoamericanos de la Mano Negra, quiénes intentan hacerse con el control de los muelles, pero la Mano Blanca los mantienen a ralla con un par de huevos... ¿Sabes que Lowett le arrancó los ojos con los pulgares a un tipo siciliano por mirarle mal? También está Pet Leg Lonergan, del que se dice que tres malnacidoss le secuestraron y torturaron hasta cortarle una pierna, para después dejarlo desangrándose en un astillero... Ahora lleva una pata de palo, pero les devolvió con creces a esos cabrones lo que le hicieron, y les aplastó el cráneo con su pata de palo a lo John Long Silver... ¿Por qué coño se meten esos bastardos donde no les llaman? Todos saben que Hell's Kitchen y los muelles a un lado y otro del puente Brooklyn son nuestros, los italianos ya tienen su Little Italy para ellos... Qué no vengan a joder...

Se notaba por el tono de voz que era un tema que les hacia sangrar, y aunque habrían datos ciertos, mucho estaba bien enderezado de ficción. Montgomery mismo habría escuchado hablar de Lonergan, sospechoso de ser un mafioso y que aunque verdaderamente llevaba una pata de palo, en realidad la pierna la había perdido a los doce años cuando un camión de carga se la aplastó y hubo que amputar.

Al pedirle que le guardase el asiento, Henry Barnett asintió, y se centró nuevamente en el partido que había vuelto a reiniciarse, aunque probablemente deseoso de seguir contándole más habladurías.

Al acercarse Montgomery a la zona de entrada, donde se encontraban dos de los policías controlando la salida y observando atentamente los alrededores, y preguntar qué ocurría, el agente le respondió de mala gana y con cierto hastío.

- Nada que le importe, caballero. Todo está bien, siga a lo suyo... -  Y con aquello pretendió dar por finalizada la conversación y seguir a lo suyo. Pero entonces llegó corriendo otro de los agentes a marcha acelerada y aunque trató de hablar en voz baja, Richard  pudo escuchar perfectamente lo que le dijo.

- Ey Shaun, ya han encontrado al ladronzuelo... Se subió a uno de los andamios del sótano y se coló por un pequeño agujero en la pared. Lo tenemos atrapado y no hay otra salida de ese pequeño almacén salvo la puerta. Ryan ha ido a por las llaves en conserjería...  - le comentó con una sonrisa burlona. En cuanto salga tenemos órdenes de machacarlo hasta hacerle escupir para quién trabaja... ¿A quién coño se le ocurre robarle a...?

- Está bien, cállate ya, Donnie. Vayámos hacia allí... ¿Quién está vigilando el hueco ahora mismo? - volvió a inquirir Shaun.

- Me parece que Sam. Phil y Blaine estarán a punto de reunirse con él... No me gustaría estar en la piel de ese pilluelo, deseará no haber nacido...

Y tras aquello, ambos agentes empezaron a andar en dirección a la zona restringida, donde Billy había accedido durante el descanso pero de la que ya no había vuelto a salir.

"El chico se ha metido en problemas. En problemas de verdad" pensó Montgomery para sus adentros, considerándose el principal responsable del estado del pequeño. "Nada de esto hubiera pasado si no le hubiera puesto a investigar a esos peces gordos".

No le preocupaba mucho lo que Billy pudiera decir. ¿Un tipo del FBI me ha pagado para que siguiera a James Hines? Aunque posible, sería un tanto descabellado de creer, aunque Montgomery no correría riesgos. Iba a intentar salvar al chico. Sabía que si le capturaban no sólo iba a cantar todo lo que supiera, sino que probablemente la policía le sacase la información a golpes. Y como era un huérfano, lo más probable es que luego se deshicieran de él. No podía permitirlo.

Sabiendo que llamaría la atención si seguía a los policías en su forma humana, aguardó a que estos se fueran para seguirles hasta el interior del pasillo un par de metros, saliendo del área de visión de los espectadores del estadio. Solo cuando estuvo seguro de que nadie le seguía, adoptó su apariencia animal: la de un pequeño búho.

Seguiría a los policías revoloteando, en todo momento por detrás de ellos para que no se percataran de su presencia. Como búho podría pasar desapercibido fácilmente.

El potente Depulso había pillado desprevenidos a la inmensa mayoría de los aurores presentes, y al igual que Jhonatan, se centraron en tratar de proteger al senador, que no daba crédito a lo que veían sus ojos. Probablemente Walker estaría en estado de shock al ver a tantos tipos con varita conjurando hechizos, produciéndose detonaciones, explosiones y caídas por todas partes. Por suerte, lograron conducirlo agazapado y escoltado por varios hombres hasta una de las salidas de emergencia. Jhonatan no tuvo tanta suerte, y la onda expansiva lo lanzó por los aires hasta caer varios metros más atrás, donde se recompuso y se cubrió tras una de las mesas del fondo.

Ante el caos generalizado, y estando casi todo el mundo en penumbras o tosiendo bajo el efecto del Fumos, la poca luz que emitieron las varitas de los pocos aurores que habían conjurado un Lumos inicialmente, no resultaba suficiente para determinar los lugares exactos desde donde seguían atacando algunos enemigos infiltrados en la fiesta, o si los ataques a las sombras que poblaban el local eran a aliados o enemigos, por lo que muchos de estos ataques se producían a ciegas y resultaban infructosos. Salvo el efectivo rescate del senador, cualquiera podría afirmar que la misión había sido un auténtico fiasco, incluso sabiendo de antemano que el senador podía ser objetivo aquella noche. ¿Qué hubiese ocurrido si no hubieran recibido ese soplo?

Tanto Alma como Jhonatan se recuperaron de sus respectivas caídas y encontraron lugares a cubierto desde donde defenderse y observar la situación, pero aunque poco a poco algunos aurores lograron reparar con sus hechizos las majestuosas lámparas y las luces de emergencia, para finalmente hacer que la iluminación regresase a aquel salón, todas las puertas hasta entonces cerradas se abrieron de improviso, provocando que una estampida de personas asustadas huyeran despavoridas. De los enemigos que hasta entonces se batían en retirada sin dejar de lanzar hechizos, algunos lograron infiltrarse entre la multitud que huía despavorida del lugar, camuflándose entre ésta,... Otros salieron por el acceso que conducía a los parkings, y solo dos tipos corrieron subiendo las escaleras hacia las plantas superiores. 

A través de las ventanas ambos pudieron comprobar que afuera en la avenida, justo en la entrada principal, algunos agentes federales estaban llegado en tropel alertados de los ataques extraños, estableciendo un fuerte cordón policial para asegurar la zona, interrogar a la gente que salía y buscar posibles culpables. Era evidente que habría muchísimo trabajo aquella noche desmemorizando a los nomag, pero ahora, ¿Cuál era la prioridad?

Al ver la varita que el señor Woodbridge sostenía entre sus manos y escuchar que Diana reconocía al hombre y no le era desconocido, James se relajó un poco y respondió a la presentación por cortesía.

- James Sullivan. Me gustaría responder que encantado de conocerle, pero las circunstancias no es que sean muy favorables... - Comentó el nórdico analizando con la mirada al tipo y tendiéndole la mano a modo de saludo, todavía no muy convencido de su rápida llegada. Pues verá, ha sido todo muy rápido y francamente extraño, pero como bien dice Diana, ahora mismo no hay tiempo que perder. Debemos seguir a esa criatura que se ha llevado a la pequeña para capturarla y evitar que le pueda hacer más daño... por poco quema todo el lugar, maldito engendro demoníaco. ¿Cómo has dicho que se llama esa cosa, Diana? ¿Pukwudgie? Me suena de algo ¿No es ese el nombre de una de las casas de vuestro colegio de magia? Como sea, el caso es que al escuchar el grito de la niña y subir ambos a la habitación en la que nos encontramos, vimos su cuerpo inerte tendido ahí mismo, con esa cosa a su lado... Me disparó esa flecha que puede ver incrustada en el marco de la puerta y no dejó de atacarnos en todo momento con hechizos de fuego, hasta prender las cortinas y muebles que ve medio calcinados. Y justo cuando llegó, desapareció por esa ventana, tomando a la pequeña en su huída y hablando un lenguaje ininteligible. ¿Diana, dices que esa cosa estaba defendiendo a Enma? Porque a mí no me lo parecía... ¿Entendiste algo de lo que dijo? 

El hombre pretendía ayudar pero aún sentía rabia por dentro por no haber podido capturar a esa criatura y que se hubiese llevado a la niña. ¿Estaba muerta o inconsciente? Esperaba que lo segundo, sería un verdadero shock para Diana si perdía a su hija.

- ¿Dice que le dieron un aviso del cuartel? Nosotros no tuvimos tiempo a llamar a nadie...

Tus años de experiencia como magizoóloga y tú innata empatía con las criaturas mágicas te podían hacer afirmar con una alta probabilidad de no equivocarte, que las intenciones del Pukwudgie eran proteger a Enma de enemigos y que se la habría llevado para tratar de salvarle la vida. Aunque todo pudiese hacer pensar de lo contrario, como le ocurría a James que no entendía para nada la situación y veía al Pukwudgie como una criatura maligna y una grave amenaza, sabías que éste había actuado de buen corazón tratando de salvarle la vida a Enma, y si se la había llevado, todo indicaría que seguía con vida, al menos de momento.

Habías visto el rumbo tomado en el primer "apparate" del Pukwudgie, dirección Noreste, y conociendo la naturaleza de estás criaturas que suelen habitar en los bosques y florestas, intuías que se la habría llevado a la arboleda de Central Park. El rastro en el ambiente era fresco y era una de tus mejores especialidades rastrear criaturas mágicas, por lo que no sería mala idea tratar de hacerte con alguna guía de criaturas mágicas para intentar entender aquel arcaico dialecto tribal y poder comunicarte con el Pukwudgie, una vez lo rastreases y te encontraras nuevamente con él.

Por otra parte, sabías que Woodbridge era un excelente medimago y también tenías constancia de que era muy capaz de encontrar pruebas reveladoras que os ayudasen a entender y determinar qué había ocurrido exactamente antes de vuestra llegada. ¿Habías escuchado voces de personas? ¿Alguno de los posibles atacantes estaba herido? ¿Sería posible poder rastrearlos a ellos también? Era el momento de tomar decisiones, y quizá, si así lo considerabas ¿solicitar ayuda?

Eras un experto analizando la escena y sabías que tus habilidades iban a ser necesarias. Un simple vistazo te permitió darte cuenta de que en efecto, alguna criatura mágica había estado en aquella habitación y que encajaba bien la apreciación de Diana de que podría tratarse de un Pukwudgie. Probablemente la flecha incrustada en el marco de la puerta te daría muchísima más información al respecto si la analizadas, al igual que sería conveniente observar con detenimiento la habitación para recabar pruebas, siempre y cuando las circunstancias te lo permitiesen y te dejaran trabajar.

Sin siquiera detenerme a pensarlo me pongo en pie y empiezo a seguir a los que huyen escaleras arriba, no sin antes darnla voz de alarma para que otros me siguieran.

¡Dos van escaleras arriba! - grito a todo pulmón al tiempo que inicio la persecución.

Si pensaban que podían escapar en escobas, ya se iban a enterar lo que implicaba intentar escapar de un wampus salvaje, ahora ellos eran mis presas y yo estaba en frenesí, no iba a dejarlos escapar.

¡Oh no! No los voy a dejar ir, al menos uno de ustedes va a sentarse en mi silla esta noche y para mañana por la noche me vas a decir todo lo que sabes o me rogarás por una muerte rápida, pero te prometo que eso no sucederá.- pienso con absoluta determinación en mi rostro.

Tan pronto los tuviera a tiro intentaría usar incarceron para derribar a uno y con suerte hacer tropezar al otro.

Alma no había logrado esquivar el hechizo que le habían lanzado y fue lanzada lejos, contra las mesas cayendo de costado y golpeándose las costillas. Se quejó un poco, pero se puso de pie casi en el acto, dándose cuenta de lo que estaba pasando, el caos que estaba en esa recepción y el humo que los rodeaba. Tosió un poco y ahí escuchó la voz de Jonathan, e intentó determinar a dónde ir, tampoco es que escuchara a Edward pero recordó que la misión era proteger al senador, así que desechó la idea de seguir a Jonathan y se fue detrás del senador.

Por alguna extraña razón, el señor Sullivan (al que había dejado de referirme como sujeto Barón Tuerto número dos) me inspiraba cierta confianza, así como la señorita Selwyn... por lo que decidí contar parte de la verdad que me había traído a su hogar en tan breve lapso de tiempo...

Cierto, señor Sullivan, parece no ser el mejor contexto en que conocerse. Vivo a escasas manzanas de aquí, y suelo frecuentar el Barón Tuerto antes de ir a casa a descansar. Me encontraba dispuesto a abandonar el local cuando escuché señales inequívocas de que un duelo se había desatado. Insté a la señorita Ruby, que trabaja en dicho establecimiento, a que llamara al Departamento... pues no quise revelar mi condición de auror delante de ella y acudí con presteza a este lugar. El que me haya encontrado con la que va a ser mi compañera de grupo a partir de mañana es tan solo una casualidad.

Mis palabras no eran del todo sinceras, pues había omitido parte de la verdad. No obstante, por mi trabajo y mi condición, sabía como mentir, no solo de palabra, si no lo que era más difícil, el lenguaje no verbal e incluso el control del ritmo cardíaco. 

Pero tiene razón, señorita Selwyn - dije dirigiéndome a mi compañera - no hay tiempo que perder - añadí echando un vistazo rápido pero concienzudo a la habitación para detectar alguna señal que nos permitiera perseguir al pukwudgie. Si no había dejado rastro... sería extremadamente complicado, pues estas criaturas eran expertas en el arte de desaparecer...

Las palabras de los dos hombres la hicieron parar en seco y volverse.

-Caballeros, estoy totalmente segura de que las intenciones del pukwudgie eran proteger a mi hija y si se la ha llevado a sido, muy probablemente por haberse sentido amenazado tanto por la seguridad de Enma como por la suya propia, por lo que, seguramente. está herida así que su ayuda señor Woodbrige, sería de gran ayuda… así como para poder localizar a los atacantes, escuchamos voces de personas mientras subíamos hasta aquí, aunque no conseguimos ver de quienes se trataban…, no debemos perder tiempo, hay que encontrarlos e intuyo que debe habérsela llevado a Central Park, es la zona más frondosa dirección noreste. – Diana se llevó un dedo a los labios pensativa, debía tranquilizarse un poco o no conseguiría nada, no había entendido una palabra de lo dicho por el animal, pero quizás si investigase un poco sobre ello… - No he podido comprender su arcaico dialecto pero puede que encontremos algo por aquí…

Diana salió del dormitorio de la niña y caminó por el pasillo hasta llegar a una habitación en la que tenía su pequeña biblioteca en la que guardaba todos sus libros dispuestos en estanterías, Diana se acercó y deslizó rápidamente su dedo sobre los lomos de uno de los estantes, buscando entre ellos una guía concreta, cuando la hubo localizado la tomó entre sus manos y la llevó a la única mesa de la estancia, abriéndola y buscando algo entre sus páginas mientras susurraba las palabras que la criatura había pronunciado para no olvidarlas.

-"Eee wah chu, eee wah chu. Enma ma izico, nibora azira uizira… Eee wah chu...”

No fue complicado seguir a aquel par de agentes de seguridad, manteniendo una distancia prudencial y transformado en su forma de animago. Avanzando por el túnel y descendiendo unas escaleras, rápidamente llegaron a la zona restringida que daba paso a los vestuarios, la sala de juntas y el pequeño almacén donde supuestamente se había colado el pequeño.

Tanto Shaun como Donnie llegaron junto a Sam, que no dejaba de golpear la puerta del almacén y "sugerirle" al pequeño que la abriese por dentro y saliese de inmediato, si no quería que le azotaran como nunca. Era fácil intuir que Billy estaría muerto de miedo, y en algunos instantes en que se hacía el silencio, se escuchaban sollozos. Estaba llorando.

- ¡Carajo, ya era hora de que llegaseis! ¿Traéis las llaves del almacén? - preguntó Sam visiblemente molesto y con el traje sucio de polvo, probablemente por haber tratado infructuosamente de acceder por el pequeño agujero que se vislumbraba encima del andamio. El muchacho está ahí dentro encerrado, en el almacen. Según Madden, parece ser que el muy cretino debe haberse colado sin ser visto y se puso a fisgonear por aquella ventana semiabierta de la sala de juntas, y justo cuando terminaron la reunión los jefazos, le robó a Madden la cartera cuando salían y trató de huir corriendo. Parece ser que Phil le cerró la salida cuando le alertaron y el ladronzuelo tuvo que regresar sobre sus pasos para acabar metiéndose por ese agujero que veis ahí arriba, sobre el andamio, pero el muy inútil no dijo nada y por eso os enviaron a algunos de vosotros a buscarlo afuera...

- No tenemos las llaves, hemos venido directamente de la entrada principal, pero envié a Phil y Blaine a por ellas y deben de estar a punto de traerlas. En cuanto lleguen y abran, dejaremos que Phil le saque a puñetazos todo lo que sabe... - mencionó el agente con una sonrisa divertida, que todos secundaron de inmediato. No todos lo sabían, pero Phil tenía fama de ser un reformador de "niños conflictivos" y que una vez pasaban por sus manos, nunca más volvías a ser los mismos. Dice Madden que duda mucho que sea una casualidad que le haya robado, justo cuando le dieron algo importante que guardó en su cartera, y que quiere que le avisemos de inmediato cuando lo tengamos. Piensa estar presente para cuando le interroguemos y está convencido que el muchacho trabaja para alguien y que hay que hacerle cantar. Te juro que jamás le había visto así de cabreado y no se yo como acabará el jodido crío. Está jodido, te lo digo yo...

- Como sea, callaos de una puta vez y seguid insistiendo para que el niñato abra la puerta por dentro. - dijo de mala leche Shaun, quién no tenía ganas de perderse la segunda parte del partido, como gran aficionado de los New York Americans. No tengo ganas de perderme la...

Y justo entonces se escuchó un gran clamor en el estadio por parte de las aficiones, una abucheado a los árbitros y otra celebrando una pena máxima en su favor. 

- No me jodas, ¿Penalty en contra de los Americans? Hay que joderse, van a remontarnos y nosotros aquí parados esperando a esos dos inútiles. ¿Por qué tardan tanto?

Aquella distracción podía permitirle a Montgomery sobrevolar hasta el agujero y quizá colarse sin ser visto. ¿Lo conseguiría?

Jhonatan no había dudado ni un instante en iniciar la persecución tras aquellos dos desconocidos que acababan en subir por las escaleras, saltando los escalones de dos en dos. Pese al grito proferido por el auror solicitando ayuda de alguno de sus camaradas, ninguno de estos se encaminó en su dirección, si no que unos pocos permanecieron junto al senador Walker, h otros tantos corrieron persiguiendo a los sujetos que habían huido hacia el parking. Solo Edward Limus asintió a tus palabras, dándote libertad de acción para que les dieses caza sin miedo a contenerte y diciéndote que te seguiría después.

Durante todo el tramo de ascenso de escaleras, a cada recodo que parecía que Riley lograba verles y casi apuntar con la varita para lanzar su hechizo, estos desaparecían de su vista a cada esquina, lanzando hechizos a ciegas hacia atrás, provocando que tuviese que detener momentáneamente su avance para no ser impactado o usando un protego para desviar los maleficios, pero sin dejar de seguirles en todo momento. La distancia no parecía ni acrecentarse ni disminuir, y justo cuando llegaron a la quinta planta, Jhonatan escuchó abrir y cerrarse la puerta al pasillo de un portazo, e inmediatamente, una voz ronca que profería un hechizo "Fermaportus" para bloquear el acceso desde el interior a aquel largo pasillo. 

Si no quería perderles el rastro por completo, el apuesto auror no podía perder ni un instante, por lo que debería decidir si abrir la puerta, ya fuese por las buenas o las malas, o si seguir subiendo escaleras arriba hacia la azotea y tratar de cerrarles el paso si es que decidían seguir subiendo. ¿Cuál sería su decisión?

Ya habías estado con anterioridad en aquel hotel, por lo que sabías como eran los pasillos tras aquella puerta, y que al llegar al final hasta la bifurcación, a la derecha estaban los ascensores y a la izquierda otras escaleras.

¿En serio ese par de idiotas piensan que una puerta va a detenerme? Par de gilipollas, ya os vaís a enterar. - pienso con irritación mientras apunto a la puerta y la convierto en un montón de astillas. - ¡Bombarda!

¡Ríndase y no los haré trizas! - grito a modo de advertencia mientras me dispongo a inmobilizar a uno de los fugitivos de la forma más drástica y violenta posible.

La caída había sido dura y contundente, pero Alma Rhydderch era una mujer de armas tomar y no iba a quejarse ni amedrentarse por el golpe. Levantándose del suelo, trató de centrar sus prioridades y creyó oportuno seguir las órdenes del jefe de aurores proporcionando cobertura y protección al senador Walker. No obstante, algo no terminaba de cuadrarle y gustarle a la atractiva joven de loque veía, lo que le levantó ciertas sospechas. ¿Por qué Edward no les había avisado de aquella misión con anterioridad, pudiéndolo haberlo hecho y ganando al menos dos efectivos más como Jhonatan o ella? ¿De quién había recibido el soplo y por qué no había tomado medidas más efectivas, incluso cancelando el evento de ser necesario? ¿Cómo es que los camareros y barmans estaban al corriente del asunto, como había demostrado aquel sommelier que les había hablado anteriormente, pero habían terminado por cerrar las compuertas impidiendo la salida de los presentes y provocando el caos generalizado, al apagarse las luces? ¿Por qué se habían abierto posteriormente todas de golpe, propiciando el escape de los agresores, justo cuando había regresado nuevamente la luz? Todo era francamente extraño. Más sospechoso aún si, a lo que anteriormente parecía un rostro de miedo e incomprensión por parte del senador, ahora parecía entre verse en él una sonrisa disimulada, casi podría decirse que disfrutaba con todo aquello causándole placer. ¿A caso el supuesto ataque podría ser, una mera "actuación"? Eran conjeturas pero quizá no tan mal encaminadas.

La larga experiencia de Alma podría hacerle sospechar de todo aquello, pero como era comprensible, se mantendría en silencio y actuando como se le requería hasta encontrar el momento propicio para hablar con su superior. Edward permanecía cerca del senador atento a su alrededor al igual que Alma, y solo cuando Jhonatan pidió apoyo a otros aurores para ir tras aquellos dos desconocidos que subían las escaleras, éste se limitó a decirle, asintiendo con lacabeza.

- Riley, hazte cargo si quieres... Subiré para apoyarte en breves, pero mi prioridad es el senador. - comentó sin moverse de su posición pero dándole carta blanca para proceder como quisiera. Después centró la mirada en la joven Rhydderch y se interesó por su estado físico. ¿Cómo te encuentras? Te vi volar por los aires e impactar contra aquella mesa. 

Sin embargo, la conversación se vio interrumpida por la aparición de un par de agentes federales, uno de los cuales no tardó en expresar con firmeza.

- Senador, le hemos despejado una salida hasta su vehículo. Podemos irnos cuando lo desee, señor. Y el pequeño grupo empezó a movilizarse hacia un ascensor, que bajaría hasta el sótano del hotel, donde les esperaría supuestamente un vehículo blindado según regia el protocolo en esos casos. 

En su forma de búho, Montgomery observó a aquel trío de policías. El que parecía tratarse del más inteligente del trío era quien había informado a los otros dos sobre lo que había visto un tal Madden. Madden... Tenía que ser Owney Madden, uno de esos peces gordos. Si estaba metido en algo gordo, tendría que investigarle en profundidad. Por desgracia, todo indicaba que el pequeño Billy le había robado la cartera a Madden. ¿Lo habría hecho por necesidad o porque portaba en ella algo que podía serle de utilidad?

El auror sabía que, de un modo u otro, iba a intentar salvar al niño, pero el hecho de que en la cartera pudiera llevar algo más útil que dinero muggle era un detalle sobre lo que tendría que hablar más tarde con Billy. Si lograba llegar hasta él, claro. El policía había asegurado que a Madden le habían dado algo importante...

Montgomery sabía que, si se veía en problemas, tendría que hacer frente a tres policías no-maj de forma rápida y, después, utilizar un Obliviate con los tres para que no recordaran nada. Pero si hacía caso a las palabras de los agentes de la ley, al menos dos policías más iban a presentarse allí de un momento a otro.

Sabiendo que, bajo su forma de búho, no llamaba especialmente la atención, el auror intentó revolotear hasta el interior del agujero. Si le descubrían, sólo verían un pequeño animal nocturno que se había colado en el interior del estadio y que quizá hubiese anidado en el interior del almacén. Nada especialmente llamativo o fuera de lo común.