Partida Rol por web

Todo parecía descontrolarse de tal manera que me agobiaba, la ira comenzaba a nacer en mí y fluía a borbotones como si de agua se tratase. La combinación entre un sacerdote más bueno que el pan y un grupo de personas tan muertas de hambre, no funcionaba y era el momento de hacer algo inteligente.

Me incorporo del asiento en donde estaba con Genmu, tomo un pantalón y una camiseta del bolso de Molotov en el camino para ponérmelo y encaminarme hacia el volante del autobús. Le doy un dulce beso en los labios al doctor y me dispongo a tomar la decisión más acorde para mí. No toleraba que condujeran un vehículo estando yo allí, me consideraba la mejor al volante y un inepto como Elijah Dread indeciso pidiendo ayuda a cualquiera me hacía sacar de quicio.

-Lo siento, esto va a doler. – le doy la advertencia para luego regalarle un codazo en la nuez que no fue muy significativa e inmovilizadora, me bastó para que se entretuviera y me dejara sentarme en un pequeño espacio en el asiento del conductor, tomar el volante y comenzar a realizar lo único que sé hacer en mi vida. Conducir.

Ya con mis pies acomodados, comienzo a dar marcha atrás sin importar lo que me lleve puesto para separarme del buggy que tenía adelante. - ¿A quién se le ocurre poner un auto delante del otro estando en la carretera? Pedazo de sorete. – reniego al hacer aquella maniobra, separarme apenas del obstáculo y pisar a quien esté adelante.

Por suerte lo logro con facilidad, voy encaminada a modo de “síganme” hasta que veo a bicho arriba del techo de un auto. –Ven aquí, sube ya o te comerán estos desgraciados. Dale bicho, tengo poco tiempo. – espero que suba mi amigo y sin perder de vista a la gente que apedreaba, golpeaba con unos palos e intentaban sacudir el autobús. – Disparen al que tengan cerca, quítenlos del medio porque no podré salir de aquí. –les ordeno al que esté ahí haciendo algo.

Una vez que logro posicionar el autobús y tomar la carretera le grito a Kroon. - Sígueme, nos vamos de aquí rápido pero tenemos un obstáculo. ­¿Alguien tiene explosivos? Hay que quitar esas piedras del camino sino deberé tomar la dirección hacia el pueblo. – pregunto en general y espero la respuesta sin dejar de mover el autobús, era una forma de aplastar a esas personas y de mantenernos alejados del peligro. 

Kroon:
"El parabrisas de Kroon es cubierto por los cuerpos arrollados de los débiles esclavos a su paso hacia el camino de salida pero una obstrucción de rocas le impide avanzar cuando el interceptor 88 golpea con su parachoques el bloqueo. "
Lo que significa que nadie podrá salir por el camino ya que existe un bloqueo de piedras. ;)

Todavía algo dolorido y bastante confundido con lo que veo subo al autobús y cierro la puerta antes de que esa marea de extraños zombies entre. Speedy me besa, reconfortándome y se pone a los mandos. Por fin tengo unos instantes para entender lo que está pasando. 

Hambre, esclavitud, sufrimiento... MUERTE.

Mi respiración se vuelve brusca, irregular. Un torrente de ira recorre mi cuerpo, mi mandíbula se tensa y mis puños se aprietan.

Otra vez no... !OTRA VEZ NO! El Holodomor en Ucrania de Stalin, los campos de concentración en Alemania de Hitler, los Gulags soviéticos, Pol Pot, Mao, Corea del Norte... NADA !NO HEMOS APRENDIDO NADA! LA RAZA HUMANA SOLO MERECE SU EXTINCIÓN, somos animales, peores que animales, como cucarachas ni el puto apocalípsis puede acabar con esta plaga que somos.

El cuerpo entero tiembla de ira, mientras mis ojos brillan encendidos de pura rabia. Una pequeña gota de sangre se escurre por mi puño cerrado, donde las uñas se han clavado en la palma, pero no noto el dolor, solo noto una furia ciega que hace que quiera ponerme a matar...y no parar nunca.

Me agacho en silencio, bufando como un toro rabioso e intento controlarme.

Despacio, respira hondo, !CALMATE!

Tardo bastante más de lo normal en volver a recuperarme. 

Al final me levanto, mi mirada es un témpano de hielo. 

Analizo lo que está ocurriendo en el autobús. Veo al cura, quiere darles agua, recuerdo lo que pasó cuando los soldados americanos encontrar el primer campo de concentración nazi y dieron a los presos sus raciones y su agua...

-ALTO- prácticamente le ladro la orden al cura. -Les matarás si les dais agua y comida, su cuerpo la rechazaría y morirían de un shock. Organízamelos, les veré y racionaré lo que pueden, cuánto y cuándo pueden comer.

La joven del arma por pierna descarga su mortal furia sobre las pobres almas en pena que quieren entrar y que no podemos permitirles el acceso ya que no hay sitio físico para todos y tampoco comida o bebida.

Con el sonido estrambótico de “la pierna” que ahora es una escopeta y no un fusil de asalto los niños más jóvenes abren momentáneamente los ojos asustados, pero tienen tal desnutrición y están tan cansados que ni se esfuerzan en llorar.

-ALTO-, Les matarás si les dais agua y comida, su cuerpo la rechazaría y morirían de un shock. Organízamelos, les veré y racionaré lo que pueden, cuánto y cuándo pueden comer.

Me grita el joven que parece que es doctor y que supongo sabe lo que hace cuando estoy envuelto en dar algo de agua y lo que me queda de comida, mientras les acaricio con suave cariño las cabezas para transmitirles tranquilidad. Lo miro a los ojos y observo en ellos lo que creo es dedicación por sanar a los heridos por lo que acepto lo que dice y dejo de dar agua a las pobres almas que hemos “salvado”.

Me fijo que la chica que estaba con él y a la que presupongo mujer del doctor, se pone al volante del autobús haciendo unas maniobras para poder salir de aquél trozo de tierra mermado por la podredumbre, con rostro humano y desolado de los esclavos hambrientos que alzan sus manos hacia el vehículo esperando ser rescatados.

Veo como el tal Bicho, es traído hacia el autobús por alguien que acaba de aparecer y que parece pertenecer al grupo. Mientras Bicho entra y no entra, me dedico a organizar a los niños, como ha pedido el buen doctor, mientras pienso que al final han sido muchos los que han entrado, quizás demasiados, pero ¿quién soy yo para negar una oportunidad a un niño?

Con la cabeza del pequeño bebé acurrada en mi pecho y sin poder hacer más aparte de ordenarlos por edades, suponiendo que las estoy distiguiendo bien. Tras ordenarlos miro hacia la marea humana de fuera por última vez, pues mi alma se rompe al no poder salvar a nadie más, -solo los niños son el futuro, digo en un breve susurro.

Con el cuidado de un padre a un hijo, suelto el bebé sobre un asiento y llevo mi mano al revolver como si de un tic se tratara, al volver a observar a los de fuera que no cejan en su intento de invadir el autobús, para soltarlo otra vez, ya que no quiero desenfundar e intento mantener mi promesa y penitencia.

Las cosas se ponían difíciles. Kroon sopesó la posibilidad de empujar las piedras con el bulldozer de su V88. Acercase despacio, poner la primera y pisarle pretendiendo mover las piedras a base de potencia, empujando. No tenía mucho tiempo para pensar y tampoco quería romper el coche. El bulldozer de su coche estaba pensando para embestidas, pero pensaba que por eso quizá sería capaz de soportar la tensión. Otra cosa es si su coche tenía la potencia y el agarre suficientes. 

El intenso dolor en mi pierna y el movimiento del autobús me hicieron perder el equilibrio hasta quedar sentada en uno de los mugrientos asientos, dejé la escopeta y la munición a un lado del asiento, asqueada por lo que acababa de hacer. Estaba sobrepasada por la situación, completamente descentrada, era muy triste verme a mí misma actuando de aquella manera, perdiendo los nervios de aquella forma tan cruel.

Me llevé las manos a la cara para tapar mi rostro, tenía vergüenza por lo que acababa de hacer, ni siquiera mis pensamientos auto compasivos, ni la excusa de mi instinto de supervivencia lograban quitarme el peso de encima. ¿Acaso me estaba convirtiendo en un desecho sin sentido como aquellos robapieles?

Las lágrimas pronto mojaron las palmas de mis manos, pero no sentía tristeza, solo me preguntaba de donde salía tanta rabia, la rabia que se desbordaba por mis ojos.

-Sa… Sacadme de aquí por favor- dije a mis compañeros de forma un tanto afligida y nerviosa mientras miraba de reojo a algunos niños a los que se les había permitido acceder al autobús (mientras los organizaban). Apenas podía respirar con normalidad, hiperventilada y llorosa comprendí que estaba atravesando por un ataque de ansiedad.

Kroon golpeó el volante. 

-¡No!, maldita sea...

Kroon hizo girar su V88 describiendo un semicírculo hacia atrás, de forma que quedaba apuntando con sus temibles ametralladoras a los indigentes. No contaba conque los intimidara porque su desesperación era tal, que habían perdido hasta el instinto de autoconservación. Lo sentía por esa pobre gente, pero si tan poco les importaba su vida, no iba a ser él el que la valorase más que la suya. 

-¡Va a ser mejor liberar el paso cuanto antes! Si a nadie se le ocurre nada mejor, será mejor que empecéis a apartarlas con la smanos. ¡Vamos!,¡os cubro! Frank, ponte a ello. ¡YA!.

Rose comienza a disparar sobre la enfurecida turba en repetidas ocasiones mientras les grita con toda la furia de su ser. Aquellos disparos derriban a muchos esclavos creando grandes áreas donde los cuerpos de los caídos pronto son pisoteados por otros que hacen todo lo posible por trepar al autobús. El frenesí ante la mínima oportunidad de obtener alimento es excesivamente superior ante la posibilidad de recibir una muerte rápida por un disparo de aquella escopeta. El terror es la muerte lenta por desnutrición y deshidratación.

Dread es incapaz de hacer algo al volante pero Speedy lo saca de su sopor mediante un codazo. El conductor es reemplazado por la muchacha que no duda en mover el transporte escolar a costas de aplastar a varios de los escuálidos prisioneros de los Robapieles. Bicho sin desatender la oferta de Speedy logra sujetarse al autobús desde una ventanilla. Ahora cuelga por la mitad con un esclavo aferrado a sus pies. No podrá resistir mucho tiempo en esa posición sin que alguien le ayude.

A bordo del autobús Refered Genmu ayuda al Páter a racionar los alimentos y el agua entre los niños para evitar la muerte súbita por shock. Jack Topanga les ayuda brindando gran parte de sus alimentos que consisten en serpiente asada y agua desde una bota de cuero curtido.

Kroon logra librarse de aquellos que intentan subir a su coche por las ventanillas al mover su v88 en círculos para luego disparar las ametralladoras del coche. Los disparos barren a todos los presentes para dejar un reguero de sangre y miembros por doquier. Ahora el vehiculo puede moverse sin dificultad pero el bloqueo de piedras sigue siendo un gran problema. Ahora todo depende de Frank y su velocidad para quitar las piedras o todo el grupo tarde o temprano será abordado por los sobrevivientes.

A bordo del autobús Colt encuentra varios jóvenes demasiado débiles para que salgan del transporte por si solos pero son demasiado adultos para disimular su edad. ¿Qué hará el páter? 

Lupe seguía cerca de bicho que colgaba de la ventana, salio por la escotilla del toldo empuñando su machete, lanzo un par de tajos para mantener a raya a los esclavos y luego fue a donde colgaba bicho pasando hasta el cofre del carro, tiro de los pelos al esclavo que tenia agarrado a Bicho y lo llevo a la parte trasera del auto donde lo surtió a machetazos.

RÁPIDO SUBE BICHO - le grito mientras se salpicaba de sangre. Tiro mas machetazos a los que estaban cerca y regreso al interior del carro, no sin antes avistar a Frank que retiraba las piedras del camino, Lupe lamento no poder ayudarle, pero era imposible llegar a donde estaba. 

Dentro del outsider, tomo la pistola y dando un par de disparos por unos agujeros dispuestos por la parte trasera con ese propósito puso la maquina en reversa para tratar de colocarse detrás del camión. 

-Sa… Sacadme de aquí por favor- dije a mis compañeros de forma un tanto afligida y nerviosa mientras miraba de reojo a algunos niños a los que se les había permitido acceder al autobús (mientras los organizaban). 

Otra vez lo mismo. Siempre igual, siempre. Pero claro, la excusa fue perder la pierna para tus lamentos y tu autocompasión. ¿Hasta cuándo seguirás con esta postura lamentable? Eres una superviviente y nada va a cambiar eso. O matas o mueres…

Aquella voz se colaba entre el pandemonio que era la masacre de los esclavos y su miseria por la falta de alimentos y agua. Casi habías olvidado el susurro que llegaba a ti por las noches antes de conciliar el sueño y dar la bienvenida a las pesadillas…

El autobús tiene una vía libre. Un camino entre los edificios y los escombros pero antes deberás avanzar entre una docena de esclavos que intentan abordar el transporte escolar con sus últimas fuerzas. Todo hasta allí marcha sin problemas pero alguien entre ellos te obliga a detener el autobús.

Si, es él… allí en medio de todos.

Puede ser un fantasma de tu pasado o una pesadilla que anuncia tu partida al Valhala. Sea lo que fuese no importa ya que detiene el avance del vehículo al situarse en medio del grupo de esclavos…

Esto es el fin… el buggy se encuentra rodeado de esclavos y sus garras esqueléticas amenazan con quitarte el poco aliento que queda. Aquellas mugrosas manos poco a poco avanzan hacia ti a medida que la visibilidad del exterior se obscurece por todos los que trepan encima del vehículo. Mil manos para despedazarte por comida y agua, pero aquello no es lo peor ya que  el Sargento empuja tus heridas hacia afuera derramando sangre a borbotones. El interior del buggy se inunda de rojo por tu líquido vital…

¡Me perteneces hijodeputa! ¡Me perteneces! – aquel latiguillo del temible sargento nunca se olvida….

Kroon increpa a sus compañeros haciendo gestos. 

-¡Vamos, vamos, vamos!¡No voy a poder contenerlos todo el día, maldita sea!