Partida Rol por web

Caminado aquella distancia, temblorosos y mirando cuantiosas veces hacia atrás (sobre todo vuestro jefe Rachid), llegásteis a la fogata. Ni rastro de la chica que buscáis.

Curiosamente la fogata estaba en un lugar donde apenas había vegetación, y no había rastros quemados ni el fuego había provocado la aparición de brasas... era como si ardiera en sí, sin quemar nada... (aunque calentaba, y seguramente os quemara si lo tocárais). El caso es que, aunque no era muy grande (ni parecía extenderse), iluminaba mucho, tanto que divisásteis sin problema que había allí unas huellas que parecian irse de allí, es decir, sólo en una dirección (alejándose de la hoguera, como... ¿saliendo de ella?), teniendo cierta profundidad y viéndose bien. Las huellas sólo se alejaban, no había rastro de huellas que llegaran a la hoguera (excepto las ahora vuestras).

Dichas huellas iban en dirección a la aldea de Dar-el-Geuza.

Ahora mismo estáis junto a la hoguera.

Se agachó junto a las huellas y murmuró

- Esto es brujería... ¡huellas que desaparecen! ¡ ja! esto no lo ha hecho la chica ni su novio. Aquí está pasando algo raro... tampoco creo que las haya dejado el fantasma cristiano. Vamos a seguirlas, esto tiene muy mala pinta.- se levantó y miró al fuego diciendo - fuego mágico, creo que los cristianos le llaman Fatuo o algo parecido.

—Ni idea de lo que puede ser, pero me pone los pelos de punta—

No se si lo han hecho o dejado de hacer la chica y su novio, pero una cosa está clara: las huellas salen del fuego...

¡Mal asunto!

He oído historias y la verdad es que todo esto esta tomando un feo cariz.

Nunca he creído en las casualidades, así que no creo equivocarme si digo que ambos hechos están relacionados, aunque no sabría decir de qué forma. 

Bazlaf, creo que tienes razón, sigamos esas huellas y veamos hasta que sitio del pueblo nos llevan. Una vez en el pueblo me gustaría hablar con los dos tortolitos

Seguísteis las huellas, las cuales se dirigían al pueblo. Por la separación de las mismas parecía como si el autor estuviera corriendo, o fuera muy alto. Justo entonces, la dirección de las huellas cambiaba, hacia el este,y además notásteis unas huellas mucho más pequeñas y redondeadas (junto a las que ya seguíais), tales como las de un niño o una mujer (muy diferentes de las enormes huellas que hasta ahora estábais siguiendo).

Ambos rastros, mientras los seguíais, se alejaban cada vez más y más, y, al cabo de media hora caminando... ¡¡BZZZZ!!, os detuvísteis en seco ya que os encontrásteis sobre el camino una serpiente de grandes dimensiones, postrada en el camino, mirándoos fijamente (dos metros de largos enrrollada) y frente a vosotros, arqueando su lengua y agitándola fuera de su boca.

Tirad todos por RACIONALIDAD.

Podéis también hacer una tirada voluntaria de Leyendas (CUL)

Bazlaf caminaba el primero siguiendo las huellas mirando fijamente al suelo y deteniéndose casi a cada paso para remover la tierra, tocar la yerba o incluso oler el aire. Al descubrir unas huellas más pequeñas exclamó - ¡ Sabía que no estabas solo! - y sigió las huellas a toda prisa, también sabía que no irían al pueblo, era demasiado arriesgado para esas personas, o cosas o lo que fueran.

Entoces escuchó un ruido pero cometió el error de no detenerse, sino que siguió andando hasta ver frente a sí una enorme serpiente que sin duda no era una serpiente común y sólo Allah sabe si esa cosa era de este mundo o no. El caso es que Bazlaf, una vez más y para no perder la costumbre, quedó completamente paralizado mirando a la criatura sin poder reaccionar.

La serpiente os miró, serpenteó rápidamente un poco y su lengua bífida se agitó con el sonido que emitía la mísma, tan característico. Acto seguido, la serpiente se alejó reptando e internándose con rapidez en la oscuridad... Parecía que aquel encuentro había sido fortuito, sin complicaciones*, y lejos de entreteneros no lo hizo, sino que seguísteis el rasto que hacía poco había girado de repente. Tras minutos andando, llegásteis a un pequeño cerro, más concretamente a una abertura en el monte: una cueva rocosa parecía ser el destino.

Sin embargo, la entrada a la misma era extraordinariamente grande, más grande que dos caballos puestos uno encima de otro y de otros dos caballos (en fila) de ancho (muy grande ciertamente). Además, no hacía falta ser un ojo avizor para ver que cerca de la entrada en sí había un gran surco, como de haber sido algo arrstrado, algo pesado.

Podéis tirar un Otear (PER).

- ¡ Allah es grande! le ruego que no haya ahí dentro lo que me imagino... -Bazlaf se temía lo peor, era por naturaleza desconfiado y había visto infinidad de tropelías. Esperaba que allí dentro no encontraran a nadie muerto pero no las tenía todas consigo.

Escrutó las marcas intentando discernir algo más antes de entrar en la cueva.

Antes de entrar Bazlaf buscó bien entre los matorrales de la entrada. Vo algo inusual, y en uno de los lados, apareció como arrugada y allí tirada una vieja alfombra de color azul oscuro. Se agachó y tras cogerla y extenderla vísteis que tenía un triángulo amarillo, que representaba el poder de Alláh (era un símbolo musulmán y lo reconocísteis enseguida). No obstante ¿Qué hacía un símbolo sagrado allí tirado? Sabíais que el Triángulo de Dios era un símbolo de protección... pero ¿protección contra qué? Mirando un poco más detenidamente la escena, dedujísteis que esa alfombra debió estar colgada en la entrada de esa cueva... ¿acaso estaría protegiendo algo del interior?

Nada más entrar los cuatro en la cueva, vísteis cómo tan sólo estaba iluminada en la entrada (pues el resto era oscura, no llegaba la luz, y menos de noche). Y en ese trozo iluminado al entrar notásteis que decenas de estalactiticas y estalacmitas miraban hacia abajo y hacia arriba, como si fueran dientes de la más horrible criatura...

Esto no me gusta nada. Un símbolo sagrado ahí tirado no presagia nada bueno. Si estaba ahí colgado quizás fuera o para que nada malo entrara o para que no saliera...

Alí miró la oscuridad que tenían delante y su imaginación le decía que algo malo le esperaba ahí delante, que si seguía delante, uno de esos monstruos que poblaban las historias que le contaban de pequeño vendría a por el y que jamás volvería a ver la luz del sol.

No quiero entrar ahí, se que la chica puede estar, pero este sitio me pone los pelos de punta-Lo pensó, pero jamás se atrevería a decirlo en voz alta, quedaría como un cobarde y eso nunca pasaría- Vamos, la chica puede estar ahi

Pero un cobarde vivo- Dijo una voz en su interior 

Aquella serpiente de antes no era sino una "Bicha", que evoca la mala suerte de manera natural a todo aquel que la mira. Todo aquel que la vea y no pase su tirada de RAC sumará un 30% más a su tirada de pifia durante 1d4+2 horas

Bazlaf había mirado al cielo mientras pensaba en la alfombra, como si intentara recibir alguna respuesta del Altísimo que le ayudara a descubrir para qué estaba un símbolo de protección allí a la entrada de la cueva.

- Creo que alguien tenía miedo de que algo entrara aquí dentro. No me cabe duda- decía ya en el interior de la cueva mientras miraba los "cuchillos" que nacían y morían en el techo y en el suelo -puede que intentara protegerse del espectro cristiano, pero no me imagino quién puede vivir en un sitio como éste. Bandidos está claro que no son, más bien un ermitaño o alguien del estilo-decía mientras caminaba al interior.

Encendí una antorcha que llevaba conmigo, y nos dirigimos al interior con la tenue luz. Veía al jefe como al más preocupado de los cuatro (aunque pudiérase que en realidad nosotros escondiéramos el temor mucho mejor ), y sin dilación nos adentramos ¿estaría allí Nuba?

Viendo ya el interior más profudo tras avanzar poco a poco, notáis que hay algunas estalagmitas (las del suelo) están como derruidas, caídas, rotas, como si una bandada de caballos hubiera pasado por allí arrasando todo.

Tirada de Otear(PER) y de Esquivar(AGI) (Son preventivas).

Bazlaf caminaba con muchísimo cuidado y con mucha prudencia, intentando esquivar los trozos de hielo para no hacer ruido, miraba dónde ponía los pies y trataba de andar sin apoyar mucho la planta de los pies para hacer el menor ruido posible.

Tengamos cuidado -dije en bajito-, ¡vamos, jefe!, No se retrase, esto habrá sido guarida de ladrones antaño, pero no creo que con tanta humedad se guarde aquí ningún robo, venga.

Intentaba animar a nuestro jefe, aunque en realidad el resplandor dinámico de las llamas azotando la gruta mineral le hacía más temor en su interior...

¿Nuba, nos escuhas? - La llamó Alí

Necesitaba mantenerse activo, centrar sus ideas. - Este sitio no es raro, yo mismo he dormido con mis compañeros de armas en sitios como este o incluso en peores, vamos, relájate- Se decía así mismo

El eco de sus pasos devuelto por la cueva, el murmullo del agua proveniente de algún lugar que no atinaba a precisar y el tétrico aspecto que ofrecía el lugar no le ayudaban a templar sus nervios

¡¡Una de las estalacticas comenzó a resquebrajarse!! Y en menos de un segundo fue a parar casi hasta vuestras posición, aunque en realidad vosotros tres estábais atentos, pero no vuestro jefe. Rachid fue alcanzado en una pierna y la estalactitca le atravesó de cuajo una pierna.

¡¡AAaaaaAAhh!! -gritó fuera de todo él-. Si desde luego hubiera alli una banda entera de ladrones os hubieran escuchado sin ninguna duda, pues parecía haber delatado vuestras posición. Rachid comenzó a sangrar, y la estalactitca se resequebrajó nada mas impactar, con lo que quedó un pequeño trozo en su pierna, que él mismo consiguio retirarse (no sin otras severas muestras y gritos de dolor).

Fue entonces cuando os agachásteis a ayudarle, instintivamente. Sangraba mucho, y os dijo que no era nada, que estaba bien, pero en realidad tenía un "socabón" en su pierna muy severo. Mientras dudábais entre si abandonar la batida (o tal vez no) y seguir adelante, os percatásteis de dos hechos que se os presentaron:

Por un lado y al agacharos a sostener a vuestro jefe, vísteis en el suelo unas especie de láminas finas y resistentes, de color como blanquecino y casi transparente, que eran como ovaladas (no del todo), y eran tan anchas como la palma de vuestra mano.

Y por otro lado, debido al avance en la caverna, el fuego de Hamza os reveló que había, justo delante de vosotros una gran puerta excavada, como hacia otra galería, de la cual procedía un olor bastante nauseabundo.

¡Dejadme aquí! -decía el viejo con una voz rota y dificultosa-, id a buscar al chica... augh... yo os... augh... os esperaré aquí sentado... -y se apoyó en una estalagmita saliente del suelo-.