Partida Rol por web

Estimado aliado a pesar de infiel.

Napoles no puede cubrir todas las provincias, y creo que no espera que paséis a la ofensiva. En cualquier caso me es indiferente, lo importante es que generemos una situación donde tres de nuestras fuerzas amenacen el Ligurian Sea para poder ganar al Napolitano.

No he pedido a Florencia que me ayude en la guerra. Bastante tiene con lo suyo. Lo que le he pedido es que saque su flota del Ligurian Sea para dejar salir a las mías a la batalla. Para convencerlo le he prometido apoyo naval Frances en sus guerras en tierra.

Finalmente me temo que lo único que tengo con Austria es un pacto de no agresión y una disputa amistosa sobre Turin. Me temo que la alianza norteña es Austria-Milán. Solo espero que lleven sus ojos hacia el oeste y ataquen a Venecia y no a mi. Me temo que son demasiado poderosos para poder hacerles frente, y la cosa empeorará en cuanto Milán tome Genova (cosa que no puedo impedir en estos momentos).

De todas formas transmitiré a Austria, si usted quiere una oferta de "triple alianza". Pero sinceramente, con todas las fuerzas que tiene Venecia amasadas en la bahía, la necesidad urgente de Austria de capturar ciudades para no quedar descolgada, y la distancia de las tropas turcas de las provincias cercanas a Austria... es complicado que no os ataque. Sinceramente yo en su lugar lo haría.
 

Estimado Dux

Pensaba enviar mi ejercito de Albania a tomar Ragussa, pero me preocupa la situación en el norte.

Por los movimientos que han hecho hasta ahora, parece claro que Austria y Francia son aliados o al menos tienen un pacto de no agresión. Lo que no sé es si Milán está también en el meollo.

Si vos lo estimáis necesario, puedo dirigir mi ejercito hacia Bosnia. Eso sí, necesito tomar alguna ciudad este año para no quedarme atrás, si envío las tropas hacia el norte, necesito quedarme con Croacia.

Si necesitáis algún otro apoyo, os lo daré siempre que pueda.

Estimados Pio III y Lorenzo de Medici

Milán por el norte caerá sobre vosotros como un martillo y en cuanto lo haga Nápoles se apresurará a hacer de yunque para rebañar cuanto pueda.

Sugiero que firméis una alianza. Su santidad podría devolver los territorios tomados y dirigir su atención hacia el sur donde sus ejércitos junto a los míos derrotarían a Napoles. Florencia por su parte debería darse prisa en tomar territorios autónomos y fortalecerse para hacer frente a lo que os viene desciende desde los Alpes.

Nuestra supervivencia está en juego.

Francia, Milán y Austria respetan sus fronteras, deben tener una alianza o al menos un pacto de no agresión.

Nos, Sacro Emperador, agradecemos al rey de Nápoles su deseo de mediar en las circunstancias existentes entre nos y el dux de Venecia.

No nos oponemos a sus justas palabras. La expansión de Austria es hacia el sur, y en tal sentido avisamos numerosísimas ocasiones al dux de Venecia quien, a tales cuestiones, prefirió hacer oidos sordos y con su movimiento pretender estrangular nuestros intereses, pretextando amistad.

Sin embargo, nos estamos dispuestos a olvidar tal acto, y a seguir dedicando nuestro esfuerzo bélico en lucha contra el turco, aún a coordinarnos con Nápoles a tal fin, siempre que el dux respete tal expansión y no ataque nuestras tierras y ejércitos.

Estamos a la espera de vuestras palabras.

Que el Altísimo os guarde.

A Alfonso I de Nápoles y Federico III de Habsburgo,

Fácil tomar por justas las palabras del buen Alfonso cuando el único beneficiado es Federico.

Venecia nunca aceptó repartición alguna de los territorios y combatió ferozmente contra el turco para evitar su ascenso por la costa oriental, acabando de dicha forma en Croacia mientras expulsaba la flota turco.

Pero Federico prefirió las armas a la pluma y, en vez de enviar una misiva, como le gusta jactarse, para acordar maniobras conjuntas, decidió comenzar las hostilidades contra quien nunca le había provocado mal alguno.

Más aún, en vez de ofrecer compensación por su comportamiento, prefiere además considerarse parte ofendida cuando fue su propia mano quien firmó la orden de comenzar los ataques.

Entiendo que él no tenga pega alguna en vuestras palabras, buen Alfonso, pero tengo la sensación de que, además de cortesana, tengo que poner el lecho.

Francesco Foscari,
Dux

Estimado Alfonso,

Entiendo que, en vista de la disposición militar del centro de la península, decidáis posponer vuestro enfrentamiento con el Papado y centrar vuestro destino en territorios turcos.

Pero debéis entender también que me estáis pidiendo que dé carta blanca a dos de las potencias que me rodean, la de Pío y la de Federico, quedando Venecia estrangulada y sin posibilidad de expansión.

Además, habéis podido leer su misiva en la que finge tal ofensa ante el hecho de haberse visto en la obligación de comenzar ataque contra nos.

¿Acaso creéis que, ante cualquier pacto que se haga con él, no retorcerá los hechos en cuanto le convenga para considerar el pacto roto pero por culpa de vos o de nos?

Además, Pío me ha informado que habéis pactado una tregua con él, desconozco si además conlleva una alianza para atacar Florencia y así beneficiarios de la paz en ambos sectores del norte.

Querido Mehmed,

Os desaconsejo concentrar todas vuestras topas sin posibilidad de retirada, como podría pasaros en Ragusa pues Napoles y Austria tratan de hacer campaña conjunta contra tierras turcos.

No soy amigo de cotilleos y conjeturas, más propio de las mujeres, pero os aviso que Federico os tiene como objetivo, llegando a escribir que su intención seguir dedicando nuestro esfuerzo bélico en lucha contra el turco, aún a coordinarnos con Nápoles a tal fin.

Alfonso, por su parte, parece haber pactado con Pío y quiere centrarse en exterminaros.

Así pues, tened esto en cuenta de cara a vuestros movimientos.

Nos, por contra, debemos meditar si conviene eliminar el hambre en Dalmatia o dejarla como una provincia a la que no pueda avanzar el austriaco.

Nos, Sacro Emperador, no podemos sino escuchar con sonrojo las agraviosas mentiras que pergueña el dux de Venecia, no tanto por el hecho de la mentira, sino por la suma facilidad con la que acuden a su boca, y por como pretende engañar con tan poca cosa.

Palabrerías grandilocuentes al margen, sólo hay un dato claro en sus palabras: que tomó Croacia, y permitidme citarlo "mientras expulsaba la flota del turco"

¿Qué flota del turco pues la misma no estaba en Croacia? En realidad tal movimiento fue pactado con el turco, como quedó claro acto seguido, en que el turco abandonó las tierras de Dalmacia, en las que solo estaba de paso, y así poder, entre ambos, turco y veneciano, aliados como son, estrangular el movimiento de mis tropas.

Nada perdió Venecia, que no sufrió ataque alguno de las tropas turcas, que abandonaron sus tierras conforme a sus propios pactos, y desde luego, ningún ataque realizó Venecia para "expulsar la flota del turco en Croacia"

Mas si el deseo de Venecia es hacernos la guerra, suponemos que aliado con el turco, aquí le esperaremos.

Que el Altísimo os guarde.

Veo que no solo la honradez es una virtud de la que carece Federico, si no que también en la lectura tiene problemas.

Nunca he escrito que la flota del turco fuese expulsada de Croacia, dejando patente que es una tendencia austriaca el imaginarse cosas y rellenar huecos para acomodarlos a su intención.

Al contrario que vos, no tenemos que recurrir a las armas o a técnicas traicioneras para conseguir nuestros objetivos y el turco fue expulsado hacia el sur, como claramente podéis comprobar si es que no tenéis también problemas oculares, gracias a mi propia y única intervención.

No pongáis el inicio de las hostilidades en Venecia cuando todas las potencias han visto cómo sois vos quien comenzó esta situación. Si lo que queréis es pactar el fin de la guerra que comenzasteis el otoño pasado, Venecia siempre está dispuesta a pactar una compensación justa y equitativa para todos.

Querido Dux

Pienso igual que vos en relación a la colaboración entre Nápoles y Austria. Así que, con vuestro beneplácito, enviaré mis tropas hacia Bosnia.

Si decidís eliminar el hambre en Dalmatia os enviaré un ducado como os prometí.

Creo que si bien cuento con menos tropas que Nápoles, mis flotas están bien posicionadas y deberían resistir. Francia seguirá creciendo sin que nadie le ponga freno y Nápoles se encontrará entre mi cimitarra y el empuje de París.

Austria y Francia parecen estar aliadas, por si fuera poco, Milán parece participar en dicha alianza. Así que también es preocupante por lo que he enviado una misiva conjunta a Florencia y el Papado convinándoles a que arreglen sus diferencias y colaboren ante la amenaza combinada de Milán y de Nápoles. Espero que su santidad Pio III vea la ventaja que tiene para él ese acuerdo y no cometa la estupidez de atacaros a vos. Creo que un ataque del Papa es lo único que puede desequilibrar la balanza en nuestra contra.

~~Creo que podías haber eliminado el hambre en Invierto y de paso haber creado una tropa allí y tener superioridad.

No, solo en primavera

Altos señores de la Cristiandad,

me parece entender que no es posible una tregua entre Austria y Venecia en estos momentos. Mucho lo lamento, y temo que mucho hemos de lamentarlo los tres en el futuro.

Mi propuesta sigue en pie: si decidís que formemos una alianza tripartita y alguno de los dos la traiciona, Nápoles respaldará a la parte agraviada dejando caer toda su furia sobre el traidor.*

Deseando vuestras mejores relaciones,

Alfonso Rey

Estimado Francesco,

Mi único trato con el Papa es que dejaré Roma libre al final de la primavera. Que me duele, porque semejante ocasión para arrinconar al Papa puede que no vuelva a plantearse. No pretendo atacar a Florencia, que sigue sin responder a mis mensajes.

Confieso que buena parte de mi estrategia depende de vos. Quiero la guerra con el Papa, pero no en soledad, y menos teniendo a franceses y a turcos en los flancos. Para desequilibrar las fuerzas y vencer al turco necesito el apoyo de otras potencias, sea Venecia, sea Austria. Y contra el Papa, tal vez ni siquiera vos y yo podamos hacer gran cosa en solitario, aparte de contener sus avances sobre Florencia, que nos perjudicarán mucho en el futuro.

Pero no os pediré que hagáis más esfuerzos, ni para confiar en Austria, ni para guerrear contra el Papa con nosotros, salvo que vos así lo decidáis.

Dios os acompañe,

Alfonso Rey

A Alfonso I de Nápoles y Federico III de Habsburgo,

Leo y medito las palabras del buen Alfonso y veo la razón que desprenden y lo beneficioso que sería dicha alianza tripartita; por ello, le ofrezco la oportunidad a Federico de enmendar su error y abandonar Croacia hacia Eslovenia, devolviendo el terreno a tropas venecianas.

Con su palabra de obrar así, ni siquiera le pediría que se disculpase públicamente por su ataque y consideraría dicho pacto firmado, protegiéndole del turco por el sur.

Estimado Alfonso,

No quiero que penséis que vuestras misivas me importunan ni que os esté dando largas en cada propuesta que me enviáis, por lo que quiero que entendáis mi situación.

Esta primavera no tengo posibilidad de atacar a Pío, ya que mis tropas en Ferrara deben terminar el asedio contra su fortaleza. Dicho asedio ya estaría terminado si el Papa no hubiese mentido hace un año y hubiese bloqueado mis tropas. Una vez tenga dichas tropas libres, estaré más que encantado de coordinarme con Nápoles.

El asunto austriaco es más complicado, por otra parte, y podéis ver que Federico es una persona que no atiende a razones y vive enajenado, seguramente sus oídos envenenados por algún consejero con demasiadas ansias. Ello le convierte en alguien en quien no confiar y un vecino de quien sospechar un ataque en todo momento.

Entiendo que, pese a no compartir frontera, sí compartimo vecinos y necesitáis un aliado para poder expandiros. Y tan pronto recupere Croacia, como así espero que sea antes del verano, podremos ayudarnos mutuamente.

Nos, Sacro Emperador, agradecemos a Alfonso I su intento, y sin duda firmaría tal pacto. Sin embargo Croacia es austriaca, como bien señala el mismo en su misiva. Si Venecia puede asumirlo, firmaríamos.

Que el Altísimo os guarde.

Mi buen Dux,

celebro vuestras sabias palabras, fruto evidente de una aguda observación, aunque quizás demasiado honestas para algunos oídos. ¿Cómo tomarlas a mal?

Hablemos primero del asunto del Papa. Yo también me veo, fruto de la retirada de mis tropas de tierra, incapaz de atacar eficazmente a Pío en primavera; mucho lamento haber desguarnecido Capua de esta manera. Como mucho podría retener algunas de sus tropas en Spoleto y Ancona, pero francamente preferiría enviar mi flota de Roma a Capua, porque el ejército papal de Perugia podría expulsarme de la Ciudad Eterna, apoyado por el de Spoleto (salvo que vos inutilizárais con vuestra flota a la de Ancona, pero dudo que lo hagáis; pensadlo*). Seguramente el Papa os impida tomar Ferrara tranquilo, de ahí la necesidad de apoyaros en vuestro Segundo Ejército (vía Mantua), pero bien veo que hasta verano no será posible. Así que, ¿qué os parece si dejamos al Papa tranquilo hasta verano? Tendré que abandonar Roma, pero espero que la desventaja que supone se compense por la sorpresa estival que le preparamos. Para terminar, necesitaríamos contar con Florencia; ¿alguna noticia de Lorenzo? Volveré a escribirle, si me confirmáis nuestros planes.

Respecto a Austria, dudo que esté dispuesto a salir de Croacia. Vuestra franqueza al respecto, muy loable por un lado, puede hacer que tengáis que mantener una guerra en dos frentes, contra el Papa y contra Austria. Debéis sopesar los pros y los contras de vuestras por otra parte legítimas pretensiones sobre Croacia.

Quedo a la espera de vuestras noticias,

Alfonso Rey

Querido Lorenzo,

Con angustia observo la penosa situación de vuestra república, y con ansias espero una respuesta cierta a mi propuesta; está Florencia dispuesta a colaborar con Venecia y Nápoles contra los abusos del Papa?

Necesitamos cuanto antes una respuesta determinante, para coordinar nuestros esfuerzos o dejarlo correr. Plantead sin problemas vuestras pretensiones y, cuando menos, pensad si podemos al menos no estorbarnos en nuestros movimientos. Sabed que sin vuestra cooperación no será muy difícil poder acosar a Pío.

Atentamente,

Alfonso Rey

Estimados Federico y Francesco,

Las labores de un príncipe son difíciles y a veces duras. Entendería perfectamente que no consiguiéseis llegar a un acuerdo, aunque lo lamentaría sinceramente.

En cualquier caso, quisiera demandaros una merced básica. Me gustaría que me comunicáseis aquellos movimientos que pudieran afectar a Nápoles, para no estorbarnos mutuamente.* No tengáis duda de que yo haré lo mismo.

Saludos,

Alfonso Rey

Mi bienamado Emperador,

Vayamos al grano, pues ambos vamos justos de tiempo. Para empezar, comentarle que atacar en Primavera es una idea así-así, ya que lo que cuenta es donde habremos llegado en otoño, y esto le da al veneciano la posibilidad de contraatacar. Pero ahora que al fin nos hemos puesto de acuerdo, no vamos a retrasar la ofensiva, oiga.

Estamos de acuerdo con vuestro plan ofensivo. Moveremos nuestro ejército de Trento a Verona para que, la próxima estación, Vos contéis con una fuerza superior para tomar Friuli. Contamos para este movimiento con vuestro apoyo desde Carinthia. Así, en la siguiente estación nuestras fuerzas serán superiores. No será fácil, pero entre los dos creo que podemos atenazar al veneciano. Y también tomaremos Bérgamo este turno, no lo dudéis. Así nuestras fuerzas hacia el Sur serán aún más temibles.

Y ya que estamos hablando de hacérselas pasar canutas al veneciano, ¿queréis una idea graciosa? Moved de Croacia a Istria, con el apoyo de Carniola. Si podéis hablar con el papa o el turco para que entren en el Upper Adriatic, eso rompería el posible apoyo que el veneciano podría dar a su flota y entraríais seguro. La flota debería retirarse... pero por desgracia no hay sitio al que huir, con lo que sería destruida. ¿Qué os parece?

Por cierto, tened por seguro que el veneciano caerá matando, y usará su fortuna para desbandar uno de nuestros ejércitos casi seguro. Afortunadamente, uniendo nuestras fortunas también tenemos 9 ducados, los justos para devolverle la jugarreta en caso de ser necesario.

Veo esta empresa con buenos ojos. Esperemos que Dios esté de nuestra parte y las Pestes no nos castiguen demasiado.

Siempre a vuestro lado, 

Francesco I Sforza.