Partida Rol por web

A Pío III, representante de la Voluntad Divina en la Tierra:

Decidnos, ¿hacia dónde apunta las Tropas del Señor en esta deliciosa Primavera? Porque si quisierais tomar Mantua, podríamos ofreceros el apoyo de nuestro ejército en Cremona, asegurándoos la posesión de esta ciudad. Y si os preocupa dejar Boloña desguarnecida, solo tendríais que subir vuestro ejército de Urbino (una provincia de mala muerte) para estar tranquilo. 

A cambio, si la idea os interesa, solamente os pediríamos un pequeño favor, un movimiento de nada, una minucia que a buen seguro no os causará ni el más leve inconveniente.

Esperando vuestra respuesta,

Francesco I Sforza.

Estimado y admirado René d'Anjou

Como es inevitable, tengo cierto recelo a sus misivas pues no puedo descartar que vuestro pacto de no agresión con Federico III sea más que eso, sea una alianza en toda regla. De todos modos no quiero dejarme arrastrar por la paranoia y la desconfianza, tal vez sea cierto que tan sólo mantenéis un pacto de no agresión en cuyo caso sería un honor forjar una alianza con vos y prestarnos ayuda mutua en nuestras campañas militares.

En Primavera decía a Alfonso I que él y yo podíamos ser los dueños del Mediterraneo y lo hubiésemos sido con facilidad de no ser por su codicia desmedida. Ahora mismo cualquier resultado es incierto, pero si es la voluntad de Allah, saldremos con éxito de nuestras guerras y si vos queréis podremos compartir el Mediterraneo haciendonos dueños de él.

En cuanto a Federico III, haría bien en aliarse con Venecia frente a Milán, pues si se enfrenta a Venecia se estará también enfrentando a mi. Aunque Austria desturyese todos los ejércitos de Venecia y mientras hubiese un turco con vida en las proximidades, el Dux Francesco no estará solo. Y si fija su mirada en mis territorios y se le ocurre la loca idea de avanzar hacia mí, le daré una bienvenida que no olvidará.

Yo cumplo mis promesas y cuido a mis aliados. Venecia lo es y vos podríais serlo también.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Noble Federico,

Como ya dije en las numerosas misivas que os he enviado a vos y al Dux de Venecia, comprendo perfectamente vuestras diferencias y las dificultades que implican.

Os suplico, sin embargo, que encontréis en el fondo de vuestra generosa alma un poco más de paciencia y benevolencia para conseguir establecer una relaciones al menos cordiales con la Serenísima República que puedan beneficiarnos a todos.

Sabiendo que haréis todo cuanto esté en vuestra mano se despide,

Alfonso Rey

Estimado Califa,

No creo que vayamos a dominar el mediterráneo. Napoles es en estos momentos más poderoso que ambos juntos. Y nuestra capacidad para crear flotas es mucho más limitada que las suyas. Con contener las perdidas me conformo.

Tampoco espero ayuda de Venecia, que esta demasiado lejos y además tiene opciones a una victoria rápida.

Querido Emperador,

Tengo que deciros que no tener noticias vuestras desde hace tanto tiempo nos inquieta sobremanera.

Esperamos una pronta respuesta por parte vuestra o corremos el riesgo de que nuestras tropas caigan en el caos más absoluto, algo que nos asusta un montón.

Impacientemente a vuestro servicio,

Francesco I Sforza.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva al duque y principal entre los condottieros de Milan, a Francesco I Sforza.

Os pedimos comprendáis la premura de la enfermedad que nos ha tenido alejado de nuestros asuntos estos días, probablemente, en el peor de los momentos. Calmaos, no obstante, pues todo está en marcha. Nuestras tropas de Carinthia, tal como os aseguramos, os apoyarán en vuestro movimiento sobre Verona.

Siendo completamente sinceros con vos, reconocemos que aún abrigamos dudas sobre la conveniencia de mover nuestro ejército de Croacia a Istria, y nuestras relaciones con el turco y con Su Santidad no son lo buenas que permitirían pedirles el movimiento que solicitáis. Pero es probable que a pesar de todo sigamos vuestro consejo y dejemos ese movimiento de alguna de las otras dos potencias al Upper Adriatic en manos de los hados.

Que el campo de batalla narre nuestras victorias, contamos con vuestro apoyo en la próxima estación.

Que el Altísimo os guarde

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva a Su Majestad, Alfonso I de Nápoles, glorioso vencedor de Tunez.

Sentimos aprecio por vos, y esperamos en el futuro (y aún en el presente) apoyanos ambos contra el enemigo común: el turco. No nos pidáis, sin embargo, que cuando las ricas arcas llenas de oro de Venecia contratan mercenarios para tomar nuestras plazas, esperemos acongojados y con el corazón apretado.

Ofrecimos nuestra mano a Venecia, y nos fue devuelta.

Dicho lo anterior, como os digimos, contad con nos si decidís luchar contra el turco.

Que el Altísimo os guarde, y quedamos a la espera de vuestras noticias.

Mi buen Emperador Federico,

No gastaré más tinta en procurar vuestra amistad con Venecia, pues bien veo que no es deseada, y de hombre indiscreto sería persistir en una idea como esa.

Celebro, por otra parte, vuestra inmejorable disposición para que combatamos juntos al Turco. Os confirmo mi intención de darle batalla todo este año; quiera o no quiera habré de hacerlo, ya que su animadversión hacia mí es notoria. No obstante, temo que no podré avanzar gran cosa, ya que el perro infiel de Mehmed ha fortalecido sus posiciones este invierno, y no veo cómo acometerlo. Desembarcar en sus territorios meridionales se me antoja imposible, y su flota en el Adriático me impide hacerlo más al Norte. A ese respecto, tendré que contentarme con acosarlo y defenderme.

Imagino que no desplazaréis vuestras tropas hacia Bosnia en primavera por causa de las hambrunas que asolan aquel bárbaro país. Si lo hiciérais más adelante, pienso que sus tropas albanesas pudieran salir a vuestro encuentro. Sin embargo, si llega ese momento, no veo cómo desalojar a su flota del Adriático para apoyarnos mutuamente*; aquí se revela la importancia de contar con el apoyo de Venecia. Buscaré su ayuda, pero dudo que me la brinden, estando como están las cosas entre vosotros.

Quiera Dios revelarnos una providencial solución y abrirnos el camino para evangelizar las tierras del sultán.

Aprovecho esta misiva para felicitaros por el nacimiento de vuetro primer hijo Cristóbal. A buen seguro resultará un heredero digno del trono imperial. Dad mis más tiernos saludos a mi sobrina Leonor, vuestra esposa; celebro confirmar, como ya os dije en Nápoles hace algunos años, que sería una perfecta madre para vuetros hijos.

Seguiremos en contacto,

Alfonso Rey

Mi querdo Dux,

disculpad el intenso ritmo de mis misivas, pero muchos frentes tngo abiertos y poco sueño me permiten, por lo que consumo las noches en reflexionar y escribir.

Sigo esperando vuetras ideas para combatir al Papa, pero quisiera consultaros acerca de otra cuestión. Si vuestra Primera Flota estuviese disponible en primavera, o en algún otro momento de este año, estaríais dispuesto a que nos apoyásemos mutuamente para expulsar a la Segunda Flota turca del Adriático?* A buen seguro preferiría ocupar yo su posición, para poder intentar después hacer un desembarco en los Balcanes, pero si preferís enviar a vuestra Primera Flota al Bajo Adriático para tener más posibilidades de maniobrar en el Alto Adriático, estaría dispuesto a apoyaros.

Sumad esta nueva idea a las que os proponía en mi anterior carta, cuya respuesta espero ansioso.

Insomne pero esperanzado,

Alfonso Rey

Estimado René d'Anjou

Sí, es cierto que en estos momentos Nápoles es muy fuerte. Además no creo que su santidad el Papa esté por la labor de darle guerra, porque imagino que su prioridad será deshacerse de Florencia.

Con el Papado enfrentado a Nápoles, Alfonso I estaría perdido. Pero no creo que sea el caso.

No obstante Nápoles tiene una gran frontera que defender. Prácticamente cualquier movimiento que hagamos amenaza sus posesiones. Nápoles ya habrá renunciado a Cerdeña. Además, tan solo por poneros un ejemplo, si vos moviéseis a Western Mediterranean, le obligaríais a tener flotas clavadas allí donde no pueden hacer nada.

Si movéis a Tyrrhenian Sea, amenazaríais la mitad de sus posesiones desde el Oeste, mientras que yo amenazaría todo su flanco oriental desde el Adriático.

Las posesiones de Nápoles son muy extensas y difíciles de proteger. Y el Papa le tiene ganas después de que Alfonso I haya osado mancillar la ciudad eterna. Atacará a Nápoles si le damos facilidades.

Vos me habéis pedido que hostigue a Nápoles y no os debe caber la menor duda de que lo voy a hacer, pues mi honor está en juego. La cuestión es, ¿le hostigaréis también vos? Ciertamente podéis obtener grandes beneficios.

Si por el contrario movéis a Ligurian Sea, ¿qué mensaje estaréis dando a Nápoles? Me pedís que le hostigue pero le dejáis via libre para que se centre con tranquilidad en combatirme solo a mí.

Tampoco os pido que os aliéis con Venecia, que os queda demasiado lejos para que os podáis ayudar el uno al otro. Os pido que os aliéis conmigo.

Nápoles tiene muchas flotas, pero ahora mismo muy poca capacidad de amenazar nuestras costas a menos que le dejemos concentrar todas sus fuerzas en uno solo de nosotros. Por el contrario, tiene muchas posesiones susceptibles de ser atacadas. Además todas sus flotas están ahora mismo en puerto.

Aunque me apena decirlo, el caso de Florencia es un caso perdido. La peste le golpeó en el peor momento. Quizá lo mejor sea dejar que su Santidad ocupe las posesiones de Florencia con la mayor celeridad posible para que luego pueda ayudarnos con Nápoles.

Alfonso I ha demostrado ser un regente de nula confianza. Ha traiccionado a sus aliados a la primera ocasión. Vuestras costas no estarán seguras mientras sea él quien domine los mares. ¿A quién preferís como vecino?

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Estimado Mehed,

No puedo estar más de acuerdo en la importancia de moverse a Ligurian Sea. En realidad todo gira en torno a ese mar.

Pero dudo mucho que Napoles no vaya a intentar sacar su flota de Roma hacia él. Si intento entrar este turno lo más seguro es que no consiga nada más que perder un movimiento.

La idea es que el turno que viene meter una flota en el (me da igual que sea Turca o Francesa) con más apoyos (1). Esa flota más mi tropa en Corcega (que podría transportar) si que sería una amenaza muy sería de cara al invierno.

El problema es que Florencia no me contesta (2), con lo que el plan se va puede ir al traste.

De no contestarme hoy mis movimientos van a ser moverse del golfo de Leon a Provenza y de Marsella al Golfo de León para echar a Florencia por la fuerza el turno que viene. No se me ocurre nada mejor pero estoy abierto a sugerencias.

En cualquier caso, creo que la primera es el momento de preparar las acciones del verano y el otoño. Lo que cuenta es poseer los territorios durante el invierno, tomar territorios en esta época solo sirve para asustar.

De todas formas tenga por seguro el apoyo de Francia contra Napoles, no le traicionaremos como ha hecho el Napolitano.

Al Papa Pío:

Vuestro Silencio, que me parece ligeramente ofensivo, me hace pensar entonces que no os interesa lo que os propongo.

Nada pues, otra vez será.

Que Dios os guarde en su Gloria,

Francesco I Sforza, Duque de Milán.

Queridos amigos,

Disculpad mi demora, pues mi silencio no se debía a ninguna falta de acuerdo con vuestras palabras si no a necesidades imperiosas de atender asuntos frontera adentro.

Si a alguien considero un enemigo en esta península es a (im)Pío, más no puedo tomar Bolonia en estos momentos. Trataré de debilitarlo no obstante, en otros territorios que me sean más asequibles.

Mientras tanto, animo a Francesco a recuperar su posición y su energía tras la hambruna y a vos, Alfonso, a seguir incordiándolo por el sur. No es necesario quizás que toméis ninguna plaza más, pero no abandonéis Roma, o hacedlo en dirección a otra de sus provincias. Que note el aliento español en su espalda.

Mis respetos,

Lorenzo 

No puedo más que observar como su flota primera persiste en mantenerse en Mar de Ligurian. No veo como le puede ser de utilidad estratégica, con los problemas que tiene en tierra, gastar sus recursos en esa flota.

Quizá vuestra perspectiva os confunda y en el conflicto con vuestros propios objetivos no percibáis cómo me puede ser útil mi flota. Y no quiero deciros cómo debéis proceder, pero desde mi punto de vista, un dominio del Tirreno sería mucho más provechoso para la defensa de las islas.

O si lo que queréis es alcanzar Nápoles más rápido, hacedlo por el extremo oeste que son aguas sin dueño y desde donde también podréis proteger vuestros intereses en las islas.

EN cualquier caso, mi pequeña flota no os estorba en absoluto, ni lo hará Florencia si la respetáis en su pequeño retiro en un golfo en el que no molesta a nadie.

Recibir mis respetos, Conde.

Lorenzo de Medici

Estimados guardianes de la religión,

Coincido plenamente con Mehmed en que probablemente los reinos del norte sean a estas alturas aliados, o al menos tengan un acuerdo de respeto mutuo. Sin embargo, mis fuerzas actuales me impiden hacerles frente, por lo que tendrá que ser Pío el que deje de tomar Florencia por su patio de recreo y organice su estrategia en el norte mirando más arriba.

O bien, reorganizar su retaguardia poniendo la vista en casa, donde el rey Alfonso presume de ir de frente con cartas abiertas y atiza por detrás.

Si lo que desea es mejorar sus relaciones con Florencia, un buen comienzo sería devolver alguna de las posesiones que ha tomado, o al menos retirarse de ellas francamente.

Un saludo

Lorenzo de Medici

Estimado Francesco,

He respetado siempre hasta el momento los acuerdos que hemos trazado en cuanto a coordinarnos en movimientos de tropa, pero veo con disgusto que no os decidís a avanzar sobre Génova, tras haberlo manifestado hace ahora un año.

Entiendo que tenéis otros intereses, así que, como también es para mí una plaza interesante que había ignorado hasta ahora por respeto a vos y salvo que me indiquéis que interfiere con vuestros planes, avanzaré yo lo antes posible.

Atentamente,

Lorenzo de Medici

Estimado Lorenzo,

Creo que la colocación de mis tropas hace más que evidente que pretendo tener Génova tomada a final de este año.

En primavera mis tropas entran, en verano empiezan el asedio y en otoño la ciudad cae. No tenía sentido tomarla antes si no iba a cobrarla, por eso hemos hecho la breve parada en Montferrat: porque igualmente el año pasado era una ciudad imposible de tomar, tanto para vos como para mí.

En cualquier caso, os Garantizo que Génova es La Mayor De Nuestras Prioridades. Sugiero por lo tanto que os busquéis otro objetivo y si necesitáis mi ayuda para alcanzarlo no dudéis en comunicármelo, pues haremos lo que esté en nuestra mano para que vuestros deseos se cumplan.

Esperando no causaros ninguna molestia demasiado grave, se despide

Francesco I Sforza, Dux de Milán.

Mi buen Lorenzo,

Por fin señales de vida de Florencia, y no es pronto, pensábamos que el el Papa había cortado todas vuestras comunicaciones.

Mucho me temo que términos tan vagos no sirven de gran cosa para planificar nuestras acciones de manera eficaz. Tanto Venecia como Nápoles se juegan mucho, y convendría conocer mejor vuestros planes. ¿Vuestra flota se moverá, tal vez a Lucca? ¿Pensáis plantar cara a Pío en Florencia, o enviaréis vuestro Segundo Ejército a otro territorio? ¿A cuál?

Adjunto copia de mi última carta a Francesco Foscari, a la que todavía espero respuesta (y el tiempo apremia) para poneros en antecedentes:

"Yo también me veo, fruto de la retirada de mis tropas de tierra, incapaz de atacar eficazmente a Pío en primavera; mucho lamento haber desguarnecido Capua de esta manera. Como mucho podría retener algunas de sus tropas en Spoleto y Ancona, pero francamente preferiría enviar mi flota de Roma a Capua, porque el ejército papal de Perugia podría expulsarme de la Ciudad Eterna, apoyado por el de Spoleto (salvo que vos inutilizárais con vuestra flota a la de Ancona, pero dudo que lo hagáis; pensadlo*). Seguramente el Papa os impida tomar Ferrara tranquilo, de ahí la necesidad de apoyaros en vuestro Segundo Ejército (vía Mantua), pero bien veo que hasta verano no será posible. Así que, ¿qué os parece si dejamos al Papa tranquilo hasta verano? Tendré que abandonar Roma, pero espero que la desventaja que supone se compense por la sorpresa estival que le preparamos. Para terminar, necesitaríamos contar con Florencia."

Resumiendo: tal vez debáis cambiar Florencia por Siena, al menos momentáneamente, y luego, colaborar con Venecia para hotigar los ejércitos papales del norte. Notad que es muy probable que no podamos brindaros ayuda hasta el verano, lo cual no deja de crear un efecto sorpresa (o eso espero) que puede sernos muy útil.

Contestad presto,

Alfonso Rey.

Mi buen amigo Alfonso,

Pues habéis acertado parcialmente, pues Lucca entra dentro de mis planes, no así Siena, pues no quiero dividir a mis ejércitos y prefiero hostigar las tropas del Papa en el norte antes de bajar hacia el sur. Probablemente trate de hacer retroceder a su tropa de Pistoia.

Como veis, yo no interrumpiré la ofensiva contra Pio. Y, sincesamente, confiaba en que ambos hicierais lo mismo. Venecia con Bolonia y vos en el sur. Al menos no os retiréis de la ciudad santa; pues siempre podríais hacerlo de ser atacado y derrotado.

Espero que os mantengáis firmes. Recibid mis respetos,

Lorenzo de Medici

Estimado Conde d'Anjou,

Vuestras palabras me han hecho meditar y, pese a mi misiva anterior, he decidido reconsiderar mis planes y aceptar vuestra oferta.

Me retiraré del Mar de Liguria esta primavera con el compromiso por parte de Francia de prestarme apoyo en, al menos, tres estaciones. Pero, si me permitís añadir, que no tengan estas que ser consecutivas, pues bien sabéis que mis mermadas fuerzas no me llevarán a mover mis ejércitos con rapidez.

Aunque yo he sido lento en mis misivas, no lo seáis vos, pues el tiempo apremia.

Mis respetos, Conde

Lorenzo de Medici