Partida Rol por web

Aquella arquitectura estaba hecha a la medida de alguien como él. Por ese motivo Gláin, a pesar de haber tomado el camino contrario a lo que a él le hubiera gustado, fue el que más cómodo se encontró en aquella situación. Hasta que comenzó a resoplar tras subir, apenas sin descanso, tantos escalones. Además había que sumar la tensión de no activar alguna trampa que terminara con aquel viaje allí mismo.

Cuando llegaron al rellano con las dos puertas ocultas, Gláin miró a un lado y a otro mientras se mesaba la larga barba pensativo. Aunque no fuera él el que llevara el mapa y a pesar de las trampas que habían evitado en todo el camino, Gláin opinaba igual que Gallind y que lo único que debían buscar era el mecanismo oculto que les diera paso a los salones de aquella ciudad enana.

—Los enanos ocultamos nuestras maravillas a ojos indeseables pero, bien por la palabra o bien accionando algún mecanismo, todas se pueden abrir.

Ahora solo faltaba encontrar la forma de abrir una de aquellas dos puertas.

Os ponéis a rebuscar algún tipo de mecanismo oculto que indique que efectivamente hay alguna puerta tras esos dos arcos y que las abra en caso de haberlas. Palpando la fría piedra, mientras Tolman os alumbra con la antorcha, dedicáis unos minutos en este proceso. La primera en encontrar algo es Lily en la puerta occidental, que grita de contenta, por lo que Gláin se aproxima a ella y mira donde le indica la hobbit. En la otra puerta, la oriental, sois tres los que al final encontráis otro pestillo casi al mismo tiempo.

Puerta occidental:

Como el portal que conecta la cámara de acceso a la escalera de caracol, esta puerta está maravillosamente equilibrada sobre sus goznes. Es de sólida piedra y debe pesar al menos media tonelada. Y más aún, una vez que encontráis su escondido pestillo, gira fácilmente con un suave empujón de vuestras manos.

La cámara que hay tras la puerta tiene la misma forma que la cámara de acceso que está debajo. Sin embargo, siete estrechas ventanas, diseñadas para servir como aspilleras, perforan el muro. Paneles deslizantes de piedra cierran estas aberturas, ocultándolas del exterior y protegiéndolas del viento y la climatología de afuera.

Dos pilones bajos, llenos de agua, se encuentran contra las paredes norte y sur de la cámara. Agua dulce fluye abundantemente a cada uno desde un grifo, y desagua llevándosela antes que pueda quedar estancada.

Hay nichos en las paredes donde parecen haber cosas, pero desde la entrada no se ve bien. Un brasero apagado, con sus patas de hierro incrustadas en el suelo, ocupa el centro de la cámara. En invierno, su calor sería necesario, pero incluso ahora en verano, un fuego podría alejar el frío de este recinto de piedra.

Puerta oriental:

Al otro lado de la puerta, un túnel se extiende hacia el este. El aire es más seco aquí, y el moho que crece allí no hace que la piedra sea resbaladiza. Bajo la luz de la antorcha, se ve un agujero desigual a apenas diez pasos de la puerta, en la pared derecha del túnel. Cascotes y polvo se esparcen por el área como si una explosión hubiera creado el agujero. El túnel continúa pasado el desorden, con el suelo inclinándose ligeramente hacia abajo.

Os miráis unas a otras después de observar lo que hay tras cada puerta. ¿Qué vais a hacer? Podéis internaros en la cámara occidental y registrarla; podéis internaros en el túnel de la puerta oriental y recorrerlo, incluso investigar el agujero de la pared; podéis seguir subiendo la escalera de caracol hacia arriba o descender hasta la cámara de acceso y seguir bajando a pisos inferiores. ¡Decidid!

—Bueno, hasta aquí. —Suspiró— La estela hablaba de un camino oculto hasta un "socorro", intuyo esta sala —dijo y señaló la habitación con las fuentes y las aspilleras—. Supongo que esta habitación defensiva podría ser el socorro. Más tarde habla sobre una estancia con fuentes y festines... Hay fuentes, pero no se si llamar "festines" a los nichos. No me parece lo más apropiado. —Se encogió de hombros—. Por último, tras hablar de las fuentes y los festines, se halla la última de las frases. Habla de un misterio, el mayor de todos, que desatará nuestro poder y hará temer a nuestros enemigos. Luego, ya no hay más. —Volvió a suspirar—. Me temo que en esta cámara podría esconderse un arma poderosa pero tampoco estoy seguro de si las dos últimas frases se refieren a esta estancia. Igualmente podría ser en otro sitio, parece que este lugar se extiende en todas direcciones. —Se rascó el cuello claramente dubitativo—. Sea como sea yo les pediría que por seguridad no nos separemos. Esperen antes de explorar cualquier dirección a que estemos todos juntos.

Más tarde, cuando todos consultaban que acciones tomar se aproximó a Lily— Yo que tu vigilaría bien a tu hermano, no quisiera encontrar que aquello que no debe tocar esté en este sitio. Es lo que más me preocupa en todo esto. —Observó al rededor contemplando las recámaras con preocupación.

Hacia tiempo que había abandonado la esperanza de que aquel sitio tuviese unas pequeñas dimensiones, estaba claro que aquello era enorme. Gracias al tesón que todos pusieron en la labor, terminaron por encontrar dos puertas, que se abrían a dos cámaras.

-Yo también pienso que no deberíamos separarnos Gallind, esto es demasiado grande y mejor que vayamos todos juntos. A partir de lo que nos cuentas que decían las inscripciones, no creo que podamos asegurar en que lugar estamos. Yo comenzaría por examinar a fondo la sala con las aspilleras y los nichos en las pareedes, en los que podría haber algo de interés. Podemos hacer fuego en el brasero para iluminar la estancia, y aprovechar para descansar un poco y beber agua fresca. Más tarde podemos ir a la otra sala y explorar la estancia y el túnel.- Tras lo que se dirigió a la sala y trató de buscar algo (madera, carbón, o lo que sea que usasen) para encender el brasero, y así disponer de luz para investigar bien aquella sala y que es lo que había en los nichos.

Descansar un rato y beber agua fresca, les ayudaría a reponer las fuerzas y pensar en que hacer a continuación. 

Me parece un buen plan. Aunque deberías tener cuidado Rilwen, podría haber alguna trampa. Mira bien a todos lados antes de internarte allí. —Le dijo a su amiga con especial preocupación. Luego volteó para dirigirse al resto—. Creo que es una idea estupenda, podríamos descansar un poco. Al fin y al cabo tantas escaleras abren el apetito a cualquiera, y también pueden cansar un poco. —Concluyó guiñando un ojo a los demás. 

Cuando las dos puertas fueron abiertas, Tatharina se maravilló de la ingeniería enana. -Cuanta falta les hubieran hecho esos conocimientos a los trabajadores del castillo de Noilins, tal vez así se hubieran ahorrado unas cuantas desgracias. La joven se sorprendió a sí misma teniendo esos pensamientos tan funestos y se revolvió cuál culebra para exiliarlos de su mente. Quiso compartir las buenas nuevas con Tolman, que se encontraba tras ella, pero, para su desgracia, cuando se volteó se percató de unas escaleras que antes había pasado por alto. Su ánimo se ensombreció al instante al imaginarse subiendo otros tantos peldaños con la espalda gacha.

- Veo estupendo descansar en esa sala, Rilwen. Dijo adentrándose en la estancia. - Está claro que vamos a necesitar todas nuestras fuerzas para recorrer lo que sea que es esta edificación. Y se puso a ayudar a recoger combustible para el brasero.

Al menos no habían tenido que adivinar ninguna palabra mágica que abriera las puertas, simplemente habían tenido la suerte de dar con los mecanismos que activarían la apertura. Ahora solo tenían que decidir cuál de las dos puertas cruzarían antes. Si por Gláin fuera desde luego que revisaría las dos.

—¿Verdad que mi pueblo sabe hacer maravillas? —preguntó aunque no esperaba una respuesta por parte de sus compañeros.

Gláin estaba orgulloso de su herencia enana; de todo lo que su pueblo había ido construyendo a lo largo de los años y de su buen hacer en los trabajos más sencillos, delicados y hermosos. Manejar la roca y las piedras preciosas era un arte en la que los enanos eran especialistas. Al igual que lo eran en preservar de los ojos ajenos todo lo que creaban.

—Me parece buena idea. Descansar un poco nos vendrá muy bien y así podemos rebuscar en esta estancia por si encontramos algo de utilidad —dijo, cruzando la puerta que había descubierto junto a Lily.

Se acercó a Rilwen para ayudarla a buscar algo de madera y brea que pudieran utilizar para encender el brasero, la yesca y el pedernal ya era cosa suya. Conseguirlo les sería de mucha utilidad y los ayudaría a buscar mejor en los nichos y en cualquier recoveco de la estancia.

Él no lo tenía tan claro, aún albergaba algunas dudas de la posibilidad de haber cualquier desincentivo para los intrusos por lo que se mantuvo a raya, expectante, desde el exterior de la estancia mientras les observaba ingresar—. Lo he dicho antes, y lo repito. Tened cuidado. Son sitios que llevan mucho tiempo abandonados, y además ya hemos podido ver que se encuentran hábilmente defendidos. —Exhaló y antepuso sus palmas abiertas—. Avanzad, pero con precaución por favor. 

-Tranquilo amigo, iremos con mucho cuidado, más si cabe teniendo en cuenta que este lugar parece estar lleno de trampas.- Si tendrían que ir despacio y con los ojos bien abiertos, en cualquier sitio podría haber una trampa. Y también algo útil, como más información de aquel lugar. 

Aunque un escalofrío recorre mi espalda ante la advertencia de Gallind y la idea de que Tolman pueda exponerse a lo que las visones del robledal vaticinaban para él,  disimulo y devuelvo una sonrisa al elfo:

-Tranquilo, no le quitaré un ojo de encima.-digo mientras busco a mi hermano con la mirada. Sin mirar a Gallind añado: - este refugio enano, lleno de lugares olvidados en que explorar es como un caramelo para él.  Demasiado tentador. Pero yo me ocuparé de que no se meta en problemas.

Mientras digo estas palabras a Gallind observo cómo algunos entran en la cámara descubierta, pero yo retrocedo lentamente. Cuando  me detengo me doy cuenta que estoy cerca del curioso agujero en la galería. Pienso que alguien debería comprobar que nada acecha ahí. Como todos parecen ocupados haciendo cosas importantes decido que sería de ayuda que yo echase un vistazo mientras. Así  que en la penumbra me asomo a la oscuridad del agujero como si pudiese ver algo. Creo que nadie ha reparado en que me alejaba un poco, pero no estoy segura. Toda mi atención es para ese agujero y la búsqueda de un motivo para que esté ahí. 

Rilwen, Gláin y Tatharina se adentran en la estancia de la izquierda, donde parece haber agua fresca y un sitio donde descansar y reabastecerse. Mientras, Gallind y Tolman se quedan en el umbral observando, por si acaso. La pequeña Lily se desliza subrepticiamente por la otra puerta, adentrándose en el oscuro túnel y avanzando hasta el agujero de la pared. Las llamas de la antorcha que porta Tolman iluminan lo justo para que la pequeña no se tropiece con los cascotes del suelo, además de alumbrar parte de la estancia donde han ingresado el resto de compañeros.

Rilwen y Gláin se acercan al brasero para encenderlo, mientras que Tatharina se asoma a una de estas aspilleras para ver el exterior. Es el enano el que con yesca y pedernal hace brotar un extraño fuego de color verdoso que desprende poca luminosidad pero mucho calor. En poco tiempo se va caldeando el ambiente, alejando el frío de allí. El agua que brota en los pilones parece limpia y fresca. La beórnida gira una de las compuertas que bloquean una aspillera y puede ver las ruinas de abajo desde allí, además de otear un poco más allá y cercionarse de que multitud de antorchas están a punto de penetrar en el perímetro del muro defensivo de las ruinas. Está claro que se trata de orcos o de trasgos, por la forma de moverse. Dentro de la estancia veis que lo que hay en los nichos son armas y pertrechos para reaprovisionar a los viajeros que pasaran por aquí en el pasado. Esto es lo que ven:

• Una armadura de cuero, válida para un enano.
• Un escudo muralla.
• Una armadura de cuero, válida para un elfo o un humano esbelto.
• Una cota de malla, válida para un enano.
• Un escudo normal.
• 3 martillos de guerra.
• 7 lanzas.
• 9 ballestas.
• Restos de cera de quesos de bola echados a perder.
• Una barrica de carne salada.
• Una barrica de vino vacía.
• Un saco de harina desgarrado y vacío.
• 22 mantas de lana comidas por las polillas, pero aún útiles.
• Un bote de bronce con su tapa medio abierta. En su interior hay 21 flores de un tono ceniciento.
• Una caja de cuero. En su interior hay 14 bayas rojizas desecadas.
• Una barrica de cobre. En su interior hay 57 semillas de algún tipo de planta.

La comida se ha echado a perder, pero los demás objetos no parecen estar en mal estado. Este sitio parece bastante grande y aún no lo habéis explorado todo. El peligro parece acercarse inexorablemente...

Rilwen, Gláin y Tatharina se adentran en la estancia de la izquierda, donde parece haber agua fresca y un sitio donde descansar y reabastecerse. Mientras, Gallind y Tolman se quedan en el umbral observando, por si acaso. La pequeña Lily se desliza subrepticiamente por la otra puerta, adentrándose en el oscuro túnel y avanzando hasta el agujero de la pared. Las llamas de la antorcha que porta Tolman iluminan lo justo para que la pequeña no se tropiece con los cascotes del suelo, además de alumbrar parte de la estancia donde han ingresado el resto de compañeros.

Avanzas hasta el agujero que hay en la pared derecha del túnel y te asomas con cuidado para ver qué hay al otro lado. La escasa luz que llega desde la antorcha que porta tu hermano, y el cual está en el rellano, solo te deja visualizar unos pocos metros en penumbra; más allá solo hay oscuridad. Solo después de que tu vista se acostumbre a la poca intensidad de luz, puedes distinguir que los primeros metros de este pasadizo son muy desiguales. Alguien parece haber abierto un pequeño túnel a través de la roca sin poner cuidado en la artesanía o la estética. Feos golpes de cincel o pico desfiguran la superficie de la roca, y el paso presenta numerosos salientes irregulares. Si te internaras sin algún tipo de luz, tropezarías a cada paso, y aún estando iluminado, los arañazos no serían cosa poco común.

Las precauciones que tomaron, que no fueron pocas, no parecían haber sido necesarias. Aquella sala parecía un almacén para ayudar y proteger a los viajeros, aquello que habían escuchado acerca de un refugio. Bien podría tratarse de este lugar, al que sin duda habría un cercano acceso en la cima de aquella colina en la que se encontraban. Gláin logro encender el brasero y pronto la temperatura fue muy agradable en toda la estancia, Tatharina abrió una de las aspilleras y desde ella observó como lo que parecían orcos o trasgos se acercaban a las ruinas.

-Mejor que cerremos la aspillera, ya que el fuego del brasero podría hacer visible esta posición.- Le dijo a su amiga, mientras cerraba aquella aspillera, no sin antes comprobar que aquellos visitantes nocturnos habían llegado a las ruinas. -No sabemos que quieren esos orcos o trasgos, pero desde luego que no podemos dejarnos ver por ellos, son demasiados.- 

Era una pena que toda aquella comida se hubiese estropeado, pero ellos tenían comida, y agua fresca, con la que reponer la de sus pellejos y cantimploras.- Este lugar debe llevaar mucho tiempo abandonado, así que la comida no la podremos aprovechar, al menos podremos beber agua fresca mientras comemos algo de nuestras raciones. Y también podemos aprovechar para descansar un rato y entrar en calor. Cada cierto tiempo, tendremos que abrir una aspillera, para ver que es lo que hacen esos orcos.- 

Y busco un buen lugar en el que descansar un rato, al calor de aquel brasero. Mientras comía algo de sus raciones y bebía unos tragos de agua fresca. Se preguntaba que es lo que habría atraído a aquellos visitantes en mitad de la noche, y como podrían dejarlos atrás y continuar su camino. Pero no sin antes explorar un poco aquel extraño lugar al que habían accedido. 

Las palabras de Lily lo tranquilizaron, y tras ver que los demás entraban a la estancia sin problemas, se animó él también a ingresar—. Veo que ya se están poniendo cómodos. —Comentó, y se dispuso a hallar un hueco junto al bracero—. Un poco de reposo nos vendrá bien a todos. Aún no hemos descansado. Si no fuera por la atenta guardia de Lily, esos orcos nos hubieran encontrado.

Más tarde, mientras Tatharia analizaba unos pequeños frascos con algo que parecían ser distintas flores y semillas— ¿Crees qué sean medicinales? —Le dijo observando por encima él también—. Nos podrían venir bien para el resto del viaje. —Se detuvo en seco y miró a ambos lados— ¿Y Lily, dónde está?

Era agradable sentir el calor que emanaba del brasero recién encendido, pero la animosidad de Gláin se vio ensombrencida al saber que los portadores de las antorchas, que ya habían llegado al perímetro del muro, eran orcos o trasgos; demasiados para defenderse de ellos. Rilwen tenía razón, no podían permitir que los detectaran. Si conseguían acceder a la escalera, ya fuera porque conocieran el camino o de pura casualidad, estarían atrapados como ratones en una ratonera.

Así que haciendo caso a la idea de Rilwen, el enano ayudó a cerrar las aspilleras antes de centrarse en la sala recién descubierta. Encontraron objetos que podían ser útiles en caso de necesidad y, aunque la comida estaba perdida por completo, al menos tenían agua fresca para beber y rellenar sus cantimploras.

—Algunas de estas piezas son reutilizables, aunque no creo que sean mejores de las que ya portamos —dijo, situándose cerca del brasero.

Sacó alguna de las provisiones que llevaba y se puso a comer despacio, dispuesto a descansar un poco antes de emprender la marcha. Le preocupaba la aparición de aquellos orcos y el porqué habían ido precisamente a ese lugar. Acaso...

—¿Creéis que esos orcos nos han podio estar siguiendo? —preguntó, dando voz a sus preocupaciones.

Pero una nueva inquietud se unió a las que ya tenían. Lily no los había seguido a aquel cuarto y, como era habitual en ella, se había escabullido hacia otro lugar.

—Seguro que se ha ido por el otro camino —dijo, poniéndose de nuevo en pie para ir a buscar a su amiga. La curiosidad de la hobbit la iba a meter en problemas que esperaba no fueran peligrosos para ella ni para nadie del grupo, pero Gláin no podía permitir que la joven deambulara sola por un lugar que se defendía a base de trampas y sabiendo que los orcos estaban tan cerca—. Será mejor que la busquemos antes de que se meta en un buen lío.

Impulsada por una extraña curiosidad mi mente comienza a inventar motivos para la desigualdad de este túnel. Dudo si regresar junto a Tolman, pero mientras mi hermano se mantenga junto a los demás estará bien. Miro por encima de mi hombro y me cercioro de que siguen donde los dejé justo antes de adentrarme a tientas por el túnel.

 Voy murmurando muy bajo hablando conmigo misma.

-este túnel debió ser excavado para poder entrar por algún saqueadores. Podría ser incluso reciente. Mejor será echar un vistazo antes de que mis ruidosos amigos puedan atraer algún peligro. No está tan oscuro. Una luz podría alertar a algo peligroso. Mejor me acercaré en silencio y a palpas, sí,  así no me descubrirá el autor del túnel en caso de estar cerca.¿dónde conducirá esta galería excavada?

Así me voy introduciendo poco a poco y en silencio alejándome de la seguridad que suponen mis amigos y enfrascada en mis suposiciones...

Pues teniendo en cuenta lo que hemos visto antes... Tal vez esta sea una ruta utilizada por las fuerzas de la oscuridad. —Respondió el elfo a la pregunta del enano—. No creo que nos hallan seguido. Sería raro que tal número se movilizara para dar caza a un puñado de personas. Quizás tienen otros planes, conozcan esas ruinas —agregó señalando hacia abajo—  y piensen usarlas como lugar de paso y descanso. —hizo una pausa meditando sus palabras— Habrá que esperar a la mañana para comprobarlo, además nos haría bien descansar. No hemos podido dormir nada. —Luego continuó acotando a las palabras del enano— Bien dicho, hay que buscarla. Te acompaño. 

La parte difícil termina abruptamente cuando el pasadizo se une a un túnel natural excavado por una corriente de agua a través de la soluble piedra caliza. Ahora está seco, pero permanecen las relucientes cortinas de roca traslúcida cubriendo las paredes ondulantes de esta estrecha grieta. La superficie bajo tus pies es lisa, pero cubierta con una gruesa capa de piedra caliza erosionada, lo que retiene bien las huellas. Quizás podrías descubrir quién creó la conexión entre este antiguo canal de agua y el túnel de los enanos si sigues más adelante, pero no tienes ninguna luz y tendrías que abrirte paso a ciegas, tanteando las paredes. Cuando decides seguir, un atisbo de luz parece avanzar detrás tuya. Parece que tu hermanito ha decidido seguir tus pasos y no dejarte sola. Esperas a que la luz se acerque y ves que dos figuras aparecen por el agujero: Gallind y Gláin.

Cerrasteis las aspilleras para que el extraño fuego que calentaba la sala no se detectara desde fuera. Poco a poco ibais entrando en calor y os dispusisteis a descansar un rato, beber agua fresca y comer alguna ración de viaje. No habíais podido dormir mucho por el frío y por la repentina aparición de los puntos luminosos que eran las antorchas que portaban decenas de criaturas. Aquí probablemente caeríais enseguida en un sueño reparador, pero Gláin se fijó en que la pequeña hobbit no estaba junto a vosotros. Tanto el enano como el elfo decidieron salir a buscarla por el túnel que había tras la otra puerta. Aquí os quedasteis Rilwen, descansando, Tatharina y Tolman, que andaban taciturnos investigando las cosas que había en los nichos.

Salís de la sala portando la antorcha que Tolman había dejado apoyada en el brasero y cruzáis el umbral de la otra puerta, adentrándoos en el oscuro túnel. Las llamas de la antorcha iluminan lo justo para que no os tropecéis con los cascotes del suelo, además de alumbrar parte del túnel que se abre tras el agujero que hay en la pared derecha del túnel.

Os asomáis con cuidado para ver qué hay al otro lado y ver si Lily ha tirado por aquí o ha seguido túnel adelante. Podéis distinguir que los primeros metros de este pasadizo son muy desiguales. Alguien parece haber abierto un pequeño túnel a través de la roca sin poner cuidado en la artesanía o la estética. Feos golpes de cincel o pico desfiguran la superficie de la roca, y el paso presenta numerosos salientes irregulares. Si os internarais sin algún tipo de luz, tropezarías a cada paso, y aún estando iluminado, los arañazos no serían cosa poco común. Más adelante podéis ver la silueta de la pequeña hobbit, mirándoos desde la oscuridad. Avanzáis hacia ella con cuidado.

La parte difícil termina abruptamente cuando el pasadizo se une a un túnel natural excavado por una corriente de agua a través de la soluble piedra caliza. Ahora está seco, pero permanecen las relucientes cortinas de roca traslúcida cubriendo las paredes ondulantes de esta estrecha grieta. La superficie bajo vuestros pies es lisa, pero cubierta con una gruesa capa de piedra caliza erosionada, lo que retiene bien las huellas.