Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 10: hacia la fortaleza negra.

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21/11/2015, 16:18
Chester Field

Chester, sobresoltado y con la Estrella Ardiente entre sus pinzas, se dio la vuelta de repente.

¡Cuidado! Me ha parecido ver... algo.

Con extrema precaución, Chester dio un par de pasos en la dirección de la que habían venido.

¿Nadie más ha visto nada? Era como... una cosa así como redonda, con una especie de boca en el centro. PArecía que estuviera mojado. Ha aparecido y después... se ha ido.

Chester da dos pasos más hacia atrás.

Ha salido del agujero ese que hay en el suelo por el que se llega a la rampa a la cámara central. - dijo mientras señalaba con la estrella hacia esa dirección.

Pero bueno, quizás son imaginaciones mías. Este lugar me está afectando.

Dicho esto, esperó a ver qué decidía el resto del grupo. Si por él fuera seguiría adelante hasta explorar lo poco que quedaba de aquel lugar y así poder volver a la superficie, pero siempre había algún gallardo aventurero que, rifle en mano, se sentía capaz de enfrentarse a una Presa de Caza Mayor.

Él, no. Eso seguro.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pues eso, chicos. ¿Seguimos p'alante o nos volvemos a ver qué era el bicho ese? Mi voto es para adelante.

Auch! Eso ha dolido! A 14...

Bueno, al menos solamente quedan 2 habitaciones. Aún vamos a salir cuerdos de aquí.

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22/11/2015, 00:58
Guardián de los Arcanos

Menez tiró una cuerda de la que había dispuesto sabiamente antes de salir. La ató a un piolet clavado en la nieve, que sujetó para más seguridad ella misma mientras el aviador alemán hacía uso de la poca fuerza que le quedaba. Nada más salir, fue cosa de poco tiempo darle chocolate para que hiciera acopio de calorías. También encendió un hornillo bunsen con muy buena fortuna y habilidad, en el que calentó las manos (los pies era mejor no descalzarlos, aun con las altas temperaturas actuales, ya que al menos uno debía estar bastante hinchado).

Entró en calor rápidamente.

- Tiradas (3)
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22/11/2015, 01:05
(Barsmeier Falken) Herman Baumann

Estaba Menez todavía guardando las cosas que había sacado en la mochila, cuando Baumann aprovechó para hacer su jugada. La periodista, con natural desconfianza, había observado al alemán detenidamente, pero había que hacer lo que había que hacer, y el hombre aprovechó al máximo su pequeña oportunidad: antes de que Menez pudiera disponer de arma alguna ya estaba él con su pistola en la mano.

Yo no pienso volver ahí, donde creo que corro peligro de morir, y no me fío de usted, a pesar de que su gesto me hace dudar de sus malas intenciones. Creo que lo mejor es que vayamos a ver si Meyer está más allá, y creo que dejaré que él decida qué hacer con ustedes.

Hizo un gesto con la pistola hacia la ominosa torre, que se recortaba en la distancia. Avance con cuidado, no desearía que cayera en otro pozo como ese.

Notas de juego

Fallo en las tiradas, lo siento. Te ha pillado con la guardia baja.

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22/11/2015, 20:10
Aramiker Menez
Sólo para el director

- ¿Se cree que iba a llevarle de vuelta?- Sonrió como un profesor hace con un alumno poco aventajado.- Corro el mismo peligro que usted allí, Herr Baumann.- La mirada que Halperin le había echado al partir del campamento la había dejado intranquila.-Vayamos a encontrar a los otros.- La intrépida periodista mostraba una indiferencia total ante el hecho de que tuviera que avanzar mientras era apuntada con un arma. El resultado iba a ser el mismo. De hecho le parecía mucho mejor. En el momento en el que encontraran a los otros., ella parecería la víctima. Por mucho que Baumann contara, ella podría darle la vuelta. Siempre lo hacía. 

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23/11/2015, 19:10
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Pues si que me ha parecido ver algo, y dado que aquí no parece que lo que se mueve sea amistoso vamos a empezar a solucionar el problema. 

Dicho esto saca uno de los cartuchos y, con la colilla del cigarrillo lo enciende y lo deja caer por el pozo. Se aleja de la boca y grita: 

a cubierto! !

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23/11/2015, 19:17
Chester Field

Notas de juego

Dafuq, man?

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23/11/2015, 22:29
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Sutton, haz una tirada de lanzar. Si la sacas, tira también suerte. Si no la sacas, tirad suerte TODOS.

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24/11/2015, 07:55
Timoty Pooster

Yo tambien he visto algo, no son imaginaciones, creo que las zonas de zarzillos son peligrosas, se alimentan de sangre o algo peor.... Al suelo, cubrios!!!

Tim busca un lugar con cobertura de piedra y se resguarda ante el lanzamiento del cartucho

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24/11/2015, 17:21
Chester Field

Al ver lo que se propone hacer Sutton, Chester intenta cubrirse cerca del suelo... tratando de no soltar la estrella, lo que hace que eso de ponerse cuerpo a tierra sea bastante más complicado de lo que parece.

 

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24/11/2015, 20:25
Guardián de los Arcanos

No debiera haber habido problema, pero lo hubo. Enfrentados a seres inteligentes. Muy inteligentes, y sabios, muy sabios, y viejos, muy viejos, la cosa se torció sobremanera. El cartucho desapareció por la boca del pasadizo descendente que surgía por un lateral de la columna. Se escuchó una especie de trino que retumbó en el ominoso silencio de la estancia: todos tirados en el suelo. Otro trino complejo, formado por acordes de una inquietante disonancia respondió al último. Pasaron unos segundos angustiosos y...

Ploc, ploc, ploc. El cartucho volvió a la sala circular lanzado desde donde había entrado, pero ahora con la mecha casi gastada. Todo fue un ay. Un huir de la zona de peligro. Con buena fortuna, Chester, Sutton, Pooster, Priestley, Meyer y Acacia se apartaron a tiempo, buscando refugio tras la columna de piedra negra a base de gatear o arrastrarse como gusanos. Sin embargo, a Charlene no le acompañó la suerte: el cartucho casi le había caído delante de la cara. Con los nervios, se había levantado la primera, pero al echar a correr, a poco más de tres metros del centro de la deflagración, tropezó y cayó cuan larga era.

Todos los que se ven en la tesitura de aguantar cerca del foco de una explosión saben que la experiencia es, más que ruidosa, algo así como un estallido de silencio. Un silbido irritante acompañó al súbito llenarse el aire de polvo y restos fibrosos de las plantas que cubrían las paredes. El olor invadió, también de forma explosiva, las fosas nasales de los presentes: pólvora omnipresente, pero también un aroma a carne destrozada y productos químicos en estado de rápida reacción. Entre toda esa confusión una sombra cruzó la estancia a ras del suelo para golpear la pared opuesta completamente desmadejada, como una muñeca de trapo: Charlene impulsada por la onda expansiva del cartucho de dinamita.

El silencio era total, pero lo que veían vuestros ojos llorosos por el humo y lo que sentían vuestras pieles conmocionadas por el estallido sugería que debía estar sonando pero mucho. El suelo temblaba. Llegaba a través de vuestras manos en el suelo una vibración tremenda que pronto se comunicó al resto de vuestros cuerpos: todo temblaba. Caían trozos de roca del techo. Finas grietas aparecieron en las paredes: no parecían afectar a la estructura principal, sino a las capas superficiales, posiblemente debilitadas por los escoplos de los tallistas al labrar las historias ahí relatadas.

Como si fuerais una brújula que señalara, notasteis paulatinamente cómo de determinado lugar, un lugar fijo, os llegaba algo así como una especie de tirón gravitatorio acompañado de otra sutil vibración que os comenzó a llenar de inquietud y angustia.

Vuestros oídos no funcionaban bien: gritábais, pero solamente os podíais hacer entender haciéndolo muy alto. En vuestros oídos todo lo dominaba el omnipresente pitido provocado por la explosión de dinamita.

Alrededor de donde había estado el cartucho las paredes aguantaban bien, pero todos los tallos que pasaban por ahí estaban destrozados, machacados. Algunos que habían sido seccionados ondeaban a un lado y otro como si fueran rabos de lagartija, llenando el suelo con una hemorragia de líquido veteado entre rojo sangre y verde esmeralda.

- Tiradas (9)

Notas de juego

Hemos posteado a la vez, Sutton. Ya estaba haciendo yo tus tiradas, pero el resultado es el mismo.

Cambio de idea: utilizo suerte o esquivar, la que sea más alta.

Charlene, 11 puntacos de vida. En realidad tienes algunas costillas fisuradas y una conmoción, amén de torceduras y magulladuras masivas. Además, se te ha quedado el pelo hecho un asquito. Pero puedes actuar si te ciñes a las circunstancias con cierto sentido común.

Curiosamente, en este lapso no tenéis que tirar la cordura que os llevo pidiendo a cada rato...

Presupongo que cada vez que alguien diga algo lo hace a grito pelado. De lo contrario no sois capaces ni de escucharos a vosotros mismos.

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24/11/2015, 20:56
Lord Anthony Montagu-Sutton III
- Tiradas (2)

Notas de juego

No lo he lanzado, lo he dejado caer.... pero bueno tiro.

Lo siento chicos el cartucho flota en el aire.... serán magos? Además de malos?

Guardián: no. No flota, pero os lo devuelven :) Si lanzas con poco efecto...

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24/11/2015, 21:24
Guardián de los Arcanos

El descenso hacia el valle había sido duro. Solamente la convicción de que había un par de sitios accesibles, gracias a lo visto desde los aviones, os permitió no rendiros o arriesgaros a despeñaros por paredes de piedra congelada casi vertical.

Baumann iba tras de ti todo el rato, y avanzabais despacio, debido a que debías comprobar el terreno a cada momento.

Llegasteis por fin a la explanada de hielo que había en el fondo del valle, alrededor de la fortaleza. En esa llanura, muy extensa, se podía comprobar cómo la nieve que caía casi había desaparecido, sustituida por una llovizna de aguanieve leve pero molesta, ya que venía en forma de ventisca. Bajo vuestros pies, el hielo estaba lavado y transparente, gracias a la humedad constante. Había numerosos charcos y el peligro de resbalar era alto. Bajo la superficie del hielo, que era completamente horizontal, se podía ver, a la verdosa luz que las nubes de tormenta dejaban pasar, que la fortaleza estaba asentada sobre una plataforma de roca oscura muy pulida que debía abarcar toda la llanura como mínimo, y que ascendía conforme os acercabais al centro del valle para, finalmente, salir a la superficie y morir a los pies de la fortaleza, de tal modo que la entrada quedaba más de tres metros por encima del nivel del hielo.

Una vez llegados al afloramiento de la roca comenzasteis el ascenso leve pero constante por su superficie. Era muy regular, de textura uniforme y claramente artificial. Pero no había junta alguna. No había losas ni fallas. Era un todo pétreo bastante sobrecogedor en su extrema sencillez.

En el cielo las nubes se movían en torno a la fortaleza de forma majestuosa, trazando dibujos, trayectorias, remolinos sugerentes y extraños que hacían entrever valles ignotos en remotas regiones jamás vistas o siquiera imaginadas. A veces formaban caras o dibujos que sugerían un cómico pero loco frenesí de seres bestiales bailando en torno al monolito dedicado a oscuros dioses. A veces, los efectos de sus texturas hacían parecer a las nubes remotas y lejanas, o cercanas, tanto que casi parecía que se podían tocar. A veces eran leves y vaporosas, dejando entrever cien mil matices en la gama del verde más alocado. A veces, sus profundidades de ébano con reflejos púrpuras las hacían parecer sólidas y bruñidas, iluminadas por un fuego interior que sobrecogía el alma.

La fortaleza era como un diente de cristal de cuarzo negro como la noche, que absorbía la luz casi en su totalidad, devolviendo apenas los reflejos suficientes como para adivinar vagamente su forma. Tenía varias caras unidas por aristas irregulares que le daban forma de prisma, como un colmillo de cristal de muchos metros de altura, distorsionando, por su convergencia desigual en diversos puntos de fuga, toda la perspectiva. Una de esas aristas se abría en la base de la torre para formar un arco de dimensiones gigantescas por el que se podía entrar. No había puerta alguna, solamente un enorme vestíbulo que se iba empequeñeciendo hasta llegar a una entrada con forma de arco de medio punto. Dicha arcada tendría unos cinco metros de altura por tres de anchura y daba entrada a un corredor sin luz. No había más que una superficie continua entre la llanura de piedra y la fortaleza, así como entre las diversas partes de la fortaleza. Estabais en un lugar hecho de una sola pieza. Os atrevíais a imaginar, bajo vuestros pies, que todo era una sola pieza. Llanura y torre. Ambas sin solución de continuidad, formadas de la misma única roca oscura.

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24/11/2015, 21:28
(Barsmeier Falken) Herman Baumann

Sigamos hacia el interior. El asombro había relajado bastante la vigilancia de Baumann, que ahora apuntaba al suelo con su ruger.

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24/11/2015, 21:33
Guardián de los Arcanos

El túnel suficientemente ancho para cuatro. Algo apretados, pero cabrían.

Había una niebla no muy densa pero perceptible a la luz de las linternas. Un hielo quebradizo, casi agua, cubría el suelo, el aire parecía más y más cálido. Si había algún adorno en el pavimento, no podía verse.

El túnel continuaba recto y aplomado hasta llegar a una sala circular con techo semicircular. Tendría unos diez metros de diámetro y unos siete de altura en el centro. Carecía de iluminación, las paredes y el suelo eran lisos. Había restos de hielo, y se tenía que andar con cuidado para no resbalar. La temperatura seguía subiendo.

A la derecha conforme habíais entrado había un nicho pequeño con grandes bultos informes amontonados en él. Una vez iluminados, asegurándoos que no parecían algo peligroso pudisteis comprobar que eran una serie de prendas estrafalarias: abrigos cuidadosamente confeccionados. Fundas alargadas de piel de foca con el pelaje por dentro y dos aberturas a los lados, cuellos altos tento en la parte superior como en la inferior y botones de hueso. El corte y confección de las prendas sugería, cómo no, una especie de óvalo abierto por arriba y por abajo. Había tres prendas de esas. La superior, que es la que examinasteis primero, tenía varios agujeros redondos, pequeños y regulares repartidos de manera caótica e incomprensible.

Muy cerca había apilado también bastante equipo mucho más mundano: mochilas con el logotipo cosido de las tres expediciones: la vuestra, la Lexington y la Barsmeier-Falken. Dentro había comida, mantas, un hornillo, algo de keroseno... Por las huellas de botas en torno al montón, parecía que los que os precedían habían dejado ahí parte del peso, y a la vez habían dejado un pequeño campamento base para las posibles huidas precipitadas.

Frente al arco por donde habíais entrado, al otro lado de la sala, había otro arco idéntico, pero el pavimento subía con una inclinación de unos treinta grados y una ligera curva. Una pendiente resbaladiza de piedra negra cuyos primeros metros fueron peligrosos de cubrir, hasta que el calor se acrecentó y desaparecieron tanto el hielo que cubría el suelo como los restos de humedad. La piedra de la rampa estaba cruzada de lado a lado por muchas hendiduras perpendiculares a la trayectoria del túnel que facilitaban la subida. Habría como un palmo de separación entre una y otra, y en el centro del pasadizo aparecían muy desgastadas. Dado el escaso aire de la meseta polar, se hacía penoso subir, y el camino, sin duda, pareció más largo de lo que en realidad era.

Llegasteis a la siguiente sala sudando abundantemente, tanto que no tuvisteis más remedio que deshaceros de parte de vuestras ropas más gruesas.

Al igual que la "pequeña" sala de más abajo, esta gran cámara era redonda y abovedada. Tenía como 30 metros de diámetro, empero, y podía tener hasta doce metros de altura en el centro. Había cinco entradas que penetraban en la cámara a lo largo del perímetro, como si fueran los cinco vértices de un pentágono que estuviera inscrito en su planta circular.

No había signos de vida aquí, aparte vuestros cuerpos ya cansados de caminar y bastante sudorosos.

El aire era caliente y seco, con un leve y pegajoso hedor. Aun tras haberos quitado la ropa estabais sudando profusamente. Un brillo rojizo emanaba de un pozo circular en el centro exacto de la sala iluminando débilmente la bóveda; había luz suficiente como para comprobar que todas las superficies del lugar estaban espléndidamente decoradas con frisos y ornamentaciones en el mejor estilo de las etapas más tempranas de la ciudad que habíais dejado atrás. Un estilo maduro, ordenado, claro y sencillo, pero a la vez hermoso y lleno de sutilezas.

Todo el suelo era un mapa tallado en piedra con la orografía en bajorrelieve preciosamente detallada y policromada, según se podía apreciar a la luz blanca de vuestras linternas. Se veían enormes montañas vistas desde arriba, con una regularidad en su disposición que llenaba de asombro. Tras caminar un poco quedó claro que el mapa era de los alrededores de la fortaleza, y databa de una fecha en la que los fríos tan intensos de la latitud actual no habían hecho su aparición. Además de la policromía, que estaba lograda mediante el método del taraceado, las sombras de las montañas y otros efectos estaban remarcados mediante texturizaciones maravillosas. Todo mostraba una consumada habilidad y maestría. el efecto era tan vívido que a primera vista el suelo parecía tridimensional, como si estuvierais volando, mirando desde el aire, y estuvieseis a punto de descender hacia sus profundidades. Colinas, valles, un río azul, caudaloso. El mismo río que luego iba a parar a la gran ciudad, tras atravesar la llanura. El pozo en el centro parecía representar aquello que pudiera haber en las gargantas opuestas al lugar donde habíais aterrizado. La Fortaleza estaba representada por un extraño símbolo tallado en una piedra negra cuidadosamente encajada a mitad de camino entre el túnel por donde salisteis y el mismo pozo central. Las montañas colindantes, verdaderos gigantes que habíais visto como muros en vuestro camino que se elevaban hacia el mismo cielo, estaban muy juntas y formaban un pentágono alrededor del pozo central de la sala. Tal y como dijo Moore en su momento, las montañas parecían haber sido talladas, pero ahora se hacía obvio que había algo más que eso. En las alturas de estos gigantes había talladas formas cúbicas y túneles redondos formando grupos de cinco muy parecidos a los que visteis en la primera cordillera.

Había zonas del mapa profundamente marcadas por la erosión: sobre todo una franja de algo más de un metro de ancho que discurría desde la rampa por la que habíais entrado hasta el pozo central, bordeándolo y dirigiéndose hacia la entrada situada a oriente. El camino evitaba cuidadosamente la zona donde estaba representado el pequeño valle donde estaba la fortaleza. Dentro de todo el trayecto las tallas carecían de detalle o habían quedado alisadas. Era evidente que se trataba de un camino que se recorría a pie desde hacía mucho tiempo, y en cuyo centro el tránsito había desgastado el suelo casi en un palmo de profundidad.

El arco de la bóveda estaba decorado con un conjunto de bandas en espiral que comenzaban en los bordes coincidentes con los puntos intermedios entre las entradas y con las mismas entradas (diez en total) y que se iban curvando grácilmente hacia el interior, hasta llegar a un gran fresco que había en el centro del techo. La forma central  era austera y poderosa en sus simplicidad: representaba una esbelta y alta torre que tocaba el cielo con relámpagos mientras que desde un profundo foso que había debajo, una inescrutable forma nudosa era el origen de delicadas líneas que emanaban en todas las direcciones. La punta de la torre apuntaba en vuestra dirección.

Las paredes que había bajo la cúpula relataban una historia. En ellas, los murales estaban dispuestos en una serie de cinco grandes paneles, separados por grupos alargados de la escritura punteada de los antiguos.

La abertura circular en el centro de la cámara era un pozo del que no se veía en fondo. Al final, si se asomaba uno, se veía un resplandor anaranjado rojizo. La única fuente de luz aparte de las vuestras. Al que se asomara, le golpeaba el rostro un calor sofocante y un hedor extraño, difícil de identificar. Por las paredes del pozo, un sendero en espiral tallado con delicadeza suprema descendía hacia las profundidades girando en el sentido opuesto a las agujas del reloj.

Las imágenes talladas parecían moverse en el límite de vuestra visión, para aparecer sólidas e inconmovibles cuando dirigíais hacia ellos la mirada. Un sofoco incierto os agobiaba constantemente. Una inquietud tangible sacudía vuestros espinazos a cada momento.

Notas de juego

A partir de ahora, cada post mío, a no ser que sea obvio que representa un paso ínfimo de tiempo, supondrá una tirada de cordura 0/1d2 por lo inquietante de las sensaciones. Antes de escribir nada debes tirar y teñir el post con el resultado.

¿P'a dónde tiras? ¿Arriba? ¿abajo? Si es hacia arriba ¿Por qué túnel? ¿Te demoras leyendo las paredes?

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25/11/2015, 12:29
(Starkweather-Moore, científico) Charlene Whitston

En lo que parecía un esfuerzo titánico, en medio del abrumador estallido de silencio, Charlene trató de ponerse en pie. Apenas acertó a reposar sobre sus rodillas, y aunque sus gritos no pudieran ser escuchados resultaba evidente que el dolor, localizado sobre todo en el abdomen, tenía que ser agónico.

Notas de juego

Pues 2 de 13. La pobre está para que la evacúen, pero me temo que no hemos traido camilla.

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26/11/2015, 11:04
Aramiker Menez
Sólo para el director

Menez jadeaba pro el esfuerzo y sudaba copiosamente. Al llegar a la gran sala abobedada que contenía el mapa y el pozo tuvo que desprenderse de más ropa.

- No puedo dar un paso más sin descansar.- Le dijo a Baumann con la clara intención de pararse unos instantes.- Déjeme descansar mientras estudio un poco todo esto. Es...es increíble, ¿no cree?- Menez sacó una libreta con sus notas y la echó un vistazo pasando las páginas con celeridad. observó con detalle la piedra negra que simbolizaba en el mapa la fortaleza donde se habían introducido siguiendo a los demás y le vino a la cabeza su viaje en el Gabrielle. ¿podría ser el mismo tipo de piedra? No quería comprobarlo en sus propias carnes. Miró a Baumann con los ojos entrecerrados, destilando malas intenciones que ocultó rápidamente.- Cada vez hace más calor y, eso- Volvió a agitar las páginas de su libreta.- Por lo que hemos descubierto no nos augura nada bueno, ¿sabe? El calor llama a los Soggoths... y ese olor que se percibe tan nauseabundo...Danforth describe esa pestilencia, si es que es la misma, en su manuscrito junto antes de que apareciera el monstruo...- Ahí le dejó a Baumman esa perlita. Para que se cagara de miedo.- Y ese pozo.- Asomarse a él era algo demasiado tentador como para no hacerlo.- Charlene habló de que esa piedra podía, de alguna manera, protegernos.- Dijo señalando a la piedra negra que representaba a la fortaleza.- ¿Cree que podrá sacarla de ahí? Yo no creo que tenga fuerza suficiente y ..oh, que interesante esto...- Se hizo la interesada en los grabados y el mapa para dar a entender que estaba ocupada como para hacerlo ella misma.- Me temo que los demás habrán bajado al pozo.- Para ella era obvio que era lo más peligroso. ¿Dónde había leído o escuchado acerca del pozo?¿lo había soñado? Pero seguro que Moore habría presionado para ir por ahí.  Era lo más extraño que podían encontrarse. ¿De dónde salía todo ese calor'

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Se puede recjnocer el olor como el de los carambolos ?

Por mí nos quedamos un rato en lo que descansamos y echo un vistazo. intento engañar a Baumman para que toque la piedra negra y vaya moviéndose por el mapa 3D fuera de la zona erosionada.

Si descubro algo por ahí barajaré otras opciones pero en principio iría al pozo.

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26/11/2015, 16:47
Chester Field

La cabeza de Chester había quedado cubierta por un montón de pequeños pedazos de hielo, caídos desde lo alto de la cúpula que cubría la sala. Al estar sujetando la estrella no había podido cubrirse adecuadamente, pero por suerte los cascotes más grandes habían caído lejos de él.

Lentamente, levantó la vista para ver qué había sucedido. No oía nada, pero no hacía falta oír para darse cuenta de la catástrofe que habían desatado Sutton y sus cartuchos de dinamita. La habitación estaba medio en ruinas, con las paredes agrietadas, y amenazaba con derrumbarse de forma inminente.

Pero al menos parecía que todo el mundo estaba más o menos bien. Chester empezó un recuento: Sutton, Pooster, Meyer, Acacia, Priestley. Sí, todos enteros.

Espera, ¿no éramos siete?

Fue entonces cuando Chester vio como lo que suponía eran un montón de cascotes empezaba a levantarse, y de debajo salía Charlene, malherida y magullada, pero aún con vida.

A la mierda la jodida estrella, hay cosas más importantes.

Chester se arrastró hasta Priestley, que era el que estaba más cerca, y le tendió las pinzas con la estrella en llamas.

TEN, AGUANTA ESTO. SUJÉTALA COMO SI FUERA TU JODIDA CÁMARA, Y NO LA PIERDAS, AMIGO.

Dicho esto, se levantó y se dirigió hacia Charlene, tratando de ignorar aquella misteriosa energía que le impelía a dirigirse hacia otra dirección.

VENGA, LEVANTA. TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ.

Chester ofreció su brazo a Charlene y trató de ayudarla a levantarse. No había tiempo que perder.

ÁNIMO, SALDREMOS DE ESTA.

Chester intentó sonar convencido, pero mientras cargaba con Charlene, no podía imaginar cómo podría acabar bien todo aquel embrollo. 

Si es que no falla. La típica historia: chica conoce a chico, chica se declara, chica vuela por los aires. Hay que ver qué perra suerte tengo con las mujeres, joder.

- Tiradas (3)
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26/11/2015, 20:09
Guardián de los Arcanos

La rampa descendía por el borde del pozo describiendo una curva en el sentido contrario a las agujas del reloj. Era empinada y traicionera. No tenía más de un metro de ancho y carecía de pasamanos. Las únicas medidas de seguridad eran unas estrías transversales dispuestas en el suelo de forma regular y separadas un palmo entre ellas. Estas estrías habían sido recorridas tantas veces que en muchas zonas habían quedado completamente desgastadas. El aire del pozo era sofocante y muy seco, ascendía en una continua brisa desde las brillantes profundidades rojas.

Los muros cilíndricos del núcleo del pozo eran lisos y sin adornos. Nada perturbaba la uniforme monotonía, excepto uyna serie de pequeños nichos vacíos de unos 15 cm de ancho por 25 de profundidad  y 60 de alto dispuestos cada doce metros a lo largo de la rampa- Eran las únicas características visibles hasta alcanzar la primera abertura, que estaba a más de 80 metros pozo abajo.

Tras girar dieciséis veces bajando la empinada espiral, se abría una arcada en la ligera curva que describía la pared. Tenía tres metros de alto y algo más de uno de ancho, con la midma curvatura pronunciada de la mayoría de las entradas de la fortaleza. Una cortina de toscos materiales vegatales colgaba desde arriba hasta el suelo. La cortina no estaba sujeta a los lados, y podía echarse hacia un lado fácilmente con un áspero sonido que recordaba a la hierba seca.

Al otro lado de la cortina la arcada continuaba en una larga y recta entrada. La entrada era alta, pero estrecha, como el arco. El espacio se veía reducido aún más cada seis metros a causa de unos gruesos abultamientos que parecían soportes, dispuestos a los lados de la pared. En los puntos estrechos el pasaje era de un metro de anchura. El aire de la entrada era más fresco que el aire en el pozo y estaba enrarecido con el omnipresente hedor. Todo a lo largo del pasillo se abrían seis entradas, tres a cada lado y en oposición unas a otras. Tras cada abertura colgaba una cortina como la de la entrada.

Estábais los dos observando el pasillo, todavía sin haber decidido si penetrar en él o no profundamente, cuando, del pozo, creíais que de arriba, llegó un trino complejo pero lejano. Era de una cualidad disonante y extraña. Le respondió otro más. Unos diez segundos más tarde...

¡Boooom!

Un sonido hueco de explosión recorrió con numerosos ecos toda la longitud del pozo. Todo quedó como en vilo. Un brillo especialmente malévolo respondió del fondo del pozo seguido de una intensa oleada de calor, para luego descender a los niveles anteriores. Pocos segundos después, el suelo comenzó a trepidar poco a poco, cada vez más, hasta que os visteis en medio de un terremoto en toda regla.

Casi como si fuera un sueño, de las alturas te llegó un grito muy apagado por la lejanía. Te pareció la voz de Chester.

ten, ....ta EST... SUjetalA com... ...uera tu joDIDA CÁMARA, y ... la pierd...  ...migo.

VE...GA, LEVAN... ...NEMOS QUE ...LIR DE AQUÍ

...mo, sal... ... ...sta

El suelo trepidaba en segmentos de tiempo que hacían recordar un corazón enorme latiendo bajo tierra. Cada trepidación parecía más intensa que la anterior. Entre una y otra cima vibratoria durante las cuales no cabía caminar, so pena de terminar bailoteando en el suelo, pasaban unos buenos treinta segundos. Caía arenilla del techo y finas grietas comenzaban a extenderse como a desgana por toda la estructura. La luz roja en el fondo del pozo aumentaba a cada trepidación.

También llegaron a vuestros oídos una serie de trinos a un ritmo frenético, lejanos, muy lejanos, casi inaudibles. Estos trinos fueron coronados por otro, en un tono diferente, simplón, sin sofisticación alguna. Sin embargo, a ti, Menez, te eran familiares:

Tekke Li-li, Tekke Li-li, TEKKE LI-LI, TEKKE LI-LI...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Chan... chan...

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26/11/2015, 20:35
Guardián de los Arcanos

La música de los cristales, que habías estado percibiendo casi sin sentirlo a través de las plantas, te pareció que, pocos segundos después de ser malamente heridas por la explosión, ascendía en una especie de gemido ultraterreno cuajado de dolor y desesperación. Más profundo, muy muy profundo, "escuchaste" (no con los oídos) un casi inaudible bramido procedente de las más profundas fosas del entendimiento y de la locura.

Por extraño que te pareciera, ese bramido no te era completamente desconocido, aunque no podías recordar su procedencia. Era cubierto como por una red, como por una prisión que lo sujetase, por la música de los cristales. Pero la música de los cristales parecía languidecer desesperada y, poco a poco, liberar a la bestia del averno. Todo ello sucedía en segmentos temporales de bastantes segundos de duración, en ellos, la debilidad de los cristales se correspondía con un aullido bestial y con un aumento de la trepidación del suelo, que os impedía siquiera intentar caminar, so pena de iros al suelo.

- Tiradas (1)
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26/11/2015, 20:43
Guardián de los Arcanos

El suelo trepidaba en lo que parecía ser un terremoto en toda regla. Trepidaba en segmentos temporales de unos treinta segundos, y en la cima de la vibración era imposible permanecer en movimiento, tan violento era, so pena de irse al suelo en ese mismo momento. Se escuchaban tintinear los cristales de la cámara de abajo con los temblores.

Un trino emitido en un tono elevado llegó del agujero de donde había venido devuelto el cartucho de dinamita. Otro respondió, también en gran volumen (de lo contrario no los estaríais escuchando, para empezar) desde la misma dirección. Otro más, pero esta vez mucho más sencillo, más primitivo, respondió con la misma urgencia desde arriba.

Por el borde de la rampa que ascendía en espiral alrededor de la columna se pudo observar que algo estaba bajando a toda prisa. Era grande, era informe, sacudía muchos brazos cambiantes y babosos en cuyo extremo había pinzas, bocas, ojos y una especie de azadillas de hueso muy curiosas. Emitía esos pitidos primitivos y poco sofisticados. Tenía toda la pinta de ser una versión para simios del muy complejo idioma de los constructores. Finalmente una determinada secuencia de pitidos se convirtió en una letanía, mientras el ser irrumpía en la sala procurando vuestra ruina:

Tekke Li-li, Tekke Li-li, TEKKE LI-LI, TEKKE LI-LI...

Notas de juego

Todos tiradas de des x5 para preveer el momento en que el suelo trepida más fuerte. Si no pasáis la tirada no os pasa nada grave, pero estáis en el suelo por culpa de las trepidaciones sísmicas, incapaces de desplazaros si no es a rastras hasta que gastéis una acción de asalto en levantaros.

Comienzan asaltos de combate: declaración de intenciones.

Pero, antes de todo eso, necesito una tirada de cordura de 1d6/1d10