Partida Rol por web

Inevitable...

Luca había provocado la inevitabilidad. Por qué lo había hecho? Cuando sentí sus manos sobre la mia, el forcejeo sorprendido me obligó a apretar el gatillo en aquel momento. Y la bala buscó la sangre prometrida.

Inevitable...

Después del primer estallido, los gritos y las formas se entremezclaron en mi cabeza. Yo solo podía ver el rojo de la niña brotando como un manantial nuevo; uno deseado. Uno propicio. Madre la recibiría gustosa, incluso allí, incluso lejos del altar, su sangre regaría la arena sagrada del lugar y llegaría a ella. Y Bast sabría. Y Bast respondería...

Mi aliento se había relentizado, volviéndose espeso y profundo, obligando a mi pecho, que también sangraba, a oscilar acompasado. E inclinaba la cabeza afeitada levemente a un lado mientras la pistola pendía tranquila de mi mano. Las pupilas se afilaban sobre el corazón de aquella niña que se apagaba regalando su esencia a la Diosa. Y fue tan solo a las palabras de Ragab, cuando desperté de la ensoñación que parecía poseerme. Y parpadeé un par de veces, lentamente, para girar aún más lentamente la cabeza y enforcar los ojos, negros de pozo, del guía.

-No fui yo, Ragab.- negaba lentamente con la cabeza - Si hubiese querido mataros aquí lo habría hecho al veros aparecer.... No lo hice. Nunca quise disparar aquí. Debistéis confiar en mi... pero no lo hicistéis nunca.- volví ahora a mirar a la familia que se marchitaba. Rebeca dejaba de respirar pero en realidad morían todos. Sería suficiente para la Diosa? Una vida y tres almas?... Tendí con suavidad la pistola al guía - Luca ha derramado la sangre y pesará en su juicio. Debio ver lo sincero de mi corazón. Pero su corazón no es menos pesado que la pluma, Ragab. El mío sí. - Volví a mirar al guía con una intensidad muy lejos del velo anciano que cubría mi piel. - El mío sí. Y no te engañes, amigo mío. La Diosa quiere la sangre.- apaté levemente el velo que me cubría para mostrarle el profundo corte que abría en dos mi costado derecho, no era difícil imaginar su gemelo en el costado izquiero. Ambos aún manaban tibios -Tomó la mía y pensé que sería suficiente.... Ahora sé que no lo fue....

Ragab escuchaba sorprendido, y un tanto atemorizado, las palabras de la egiptóloga. Seguía sin poder entender cómo una mujer tan culta, tan apasionada por su trabajo, con tantos años a sus espaldas había llegado a ese estado de locura tan repentino. O quizás no lo fuera tanto y siempre había estado en su interior aletargado, esperando el momento oportuno para salir a la luz y mostrar al mundo hasta qué punto una persona podía perder la cabeza.

—¿Confiar en ti Nerthus? ¿Cómo íbamos a confiar ciegamente en alguien que entró aquí con una cara y ahora nos muestra otra tan distinta? No, Nerthus, no podemos confiar ciegamente en alguien que sólo desea sacrificios y sangre.

Ragab se daba cuenta que estaba entrando en un terreno pantanoso, pero tenía que conseguir que la mujer entrara en razón, tenía que lograr salir de aquella maldita pirámide con vida, tenían que salir todos, aunque para la niña ya no hubiera opción alguna.

—Porque me temo que te han engañado Nerthus. No es a Bastet a quien crees servir sino a su hermana. Bastet no exigiría tanta sangre. Bastet sólo es vengativa cuando se la hace enfadar. Pero tú has hecho tu sacrificio —apuntó a las heridas sangrantes de la mujer antes de apuntar a la niña muerta en el regazo de su madre—, ella ha hecho su sacrificio, ¿y aún quiere más? No te engañes Nerthus, quien solicita tanta sangre es Sejmet y no su hermana. Sejmet “La Terrible”, cuya sed de sangre es difícil de saciar… Nerthus, vuelve a nosotros, ayúdanos a salir de aquí. Tú eres seguidora de Bastet, de la cálida Bastet, no de la cruel Sejmet.

No sabía qué más podía decir o hacer así que Ragab se quedó mirando a la egiptóloga con súplica, con los brazos colgando a los costados y la cabeza ligeramente hundida en sus hombros pues lo sucedido hacía tan solo unos minutos le habían dejado bastante abatido. Ni siquiera era capaz de mirar la rosa roja en el pecho de la niña, ni a la madre llorando o al padre silencioso que no dejaría nunca de culpabilizarse.

Luca apartó la vista de su familia, de lo que quedaba de ella después de lo que aquella vieja había hecho, después de que su hija no hubiera hecho caso y una bala perdida hubiera segado su vida. Estaba pálido y temblaba mientras unas gruesas y ardientes lágrimas bajaban de sus ojos....ajeno a casi todo, menos al llanto de su mujer y a las palabras de yaquella mujer, de aquella asesina, justificando la muerte de su hija, pidiendo sangre para su Diosa.... Había cometido el error de no ser brusco por su avanzada edad y lo había pagado pero no cometería el mismo error dos veces.

Se levantó en silencio y comenzó a andar hacia Nerthus de forma amenazadora

inviata dalla dea? Tu sei un maledetto demone che ha rapito il mio angelo ... vuoi il sangue per la tua dea? Non ti preoccupare, ora ti daremo di più ... il tuo! Muori diavolo..Muori...(enviada de la diosa?. Tu eres un maldito demonio que me ha arrebatado a mi angel... quieres sangre para tu diosa? No te preocupes, ahora le daremos más...la tuya! Muere demonio...)

En medio de su dolor Megan empieza a escuchar las voces que la rodean.Una furia desconocida la invade y un velo rojo se pone ante sus ojos.Sangre,la sangre de su hija,de su pequeña,de su niña.Esa vieja loca había matado a su niña por una diosa de la que nadie hablaba desde hacía siglos.Y aún se permitía echar la culpa a su esposo,que trata a de protegerlas.

Con infinita dulzura besó la frente de su pequeña,despidiéndose o quizás no,pues tal vez fuesen a reunirse en breve.Con cuidado posó su preciosa cabeza en el suelo mientras se levantaba despacio.Desde su altura miró a la sangrante anciana y con pasos lentos y calculados llegó hasta ella.De un fuerte golpe apartó la mano que sostenía la pistola.Le dio lo más fuerte que pudo para hacer que la soltase.Su siguiente golpe fue hacia los costados abiertos de la mujer.Sin sentir asco ni nada por el estilo Megan hundió los dedos en el interior de las heridas,hurgando,retorciendo y pellizcando músculos y tendones,tratando de infligir el mayor daño posible mientras con su cuerpo empujaba el de la otra mujer,mucho más frágil y vulnerable,hasta dar con la pared donde la presionó,haciendo fuerza con todo su peso y afianzando los pies en el suelo,las rodillas clavadas en las piernas de la otra,inmovilizándola de la mejor manera que pudo

-"Muere,hija de puta"-susurro escupiendo a la cara de la anciana mientras sus ojos enloquecidos disfrutaban del dolor que le estaba haciendo a la asesina de su hija

Ragab intentaba mantener una calma que, en el fondo, no sentía, procurando que sus palabras entraran en la mente de Nerthus para hacerla entrar en razón. Pero todo se precipitó cogiéndolo por sorpresa y, sin darse cuenta de lo que estaba sucediendo, de pronto se vio rebasado por dos almas en pena que buscaban venganza.

El egipcio era un hombre pacífico, nada dado a entablar enfrentamientos y, mucho menos, a buscar un ajuste de cuentas que, a pesar de la tragedia sucedida, no le correspondía a ellos sino a la justicia humana, porque la divina… Esa ya vendría a su debido tiempo.

Fue lento en reaccionar, demasiado lento. Primero el italiano que se acercó a ellos con claras intenciones de buscar esa justicia que no le correspondía por su cuenta. Sin embargo la mayor amenaza vino de parte de su esposa que, abalanzándose sobre la egiptóloga, buscó causarle el mayor dolor posible y, viendo lo que Ragab estaba viendo, lo estaba consiguiendo.

Apartando a Luca a un lado sin demasiadas contemplaciones, fue en busca de su mujer y, cogiéndola fuertemente por la cintura, intentó separarla de Nerthus mientras, con un tono duro e imponente que sólo sacaba en contadas ocasiones, trató de hacerlos entrar en razón, tanto a ella como a su marido.

—No nos corresponde a nosotros hacer justicia, eso tienen que hacerlo los hombres de leyes. La muerte de su hija es un suceso horrible y entiendo el dolor que están pasando, pero serán los jueces quienes dictaminen la condena. Si ustedes la matan no serán mejores que ella.

Dudaba mucho que, dado el dolor y la angustia que veía reflejado en el matrimonio, le hicieran demasiado caso, pero esperaba que entraran en razón y no cometieran más locuras, que bastantes se habían cometido ya.

Las palabras de Ragab cubrieron mis ojos verdes de un profundo pesar. Entonces todo estaba perdido...  incluso él, incluso él renegaba de todo. No podía ser, no podía... Negué con una tristeza infinita a sus palabras.

-Te equivocas, hermano... Bast es dulce con su fieles. Pero solo hay mentiras en vuestros corazones... Solo falsedad y falsa adulación....

Gritos y un movimiento que fue rápido, brutal. Sentí el golpe terrible y los dedos de Megan se hundíeron en mi cuerpo mientras yo, sujetando la sangre que subía por mi garganta hasta la comisura de los labios, me hundían en sus ojos cegados. No entendían nada.. ninguno de ellos... No sabían nada...

Herejes, impíos, sucios....

Con mis manos  sujetaba sus muñecas sin intentar sacar sus uñas de mi costado. Y mientras enredaba mis ojos con los suyos, una media sonrisa me teñía los labios rojos. Dolía como el infierno destinado a aquellos herejes, pero no lo suficiente. Nada! nada era suficiente para mi Diosa.

-Yo no disparé a tu hija. Fuiste tú, fue... él. Si yo hubiese... querido... mataros... - mi aliento le salpicaba de rojos - lo habría.. hecho... al veros aparecer..... Me separé de vosotros para.. buscar a mi Diosa y daros una... oportunidad pero... cof cof cof...- sus dedos buscaban mi esencia más profunda y me obligué a reprimir el grito apretando los dientes mientras seguía apuñalandola con la mirada - Tú.... TÚÚÚÚÚÚ.... codiciosa mujer. Impía!! tú no protegiste a.. tu.. hija... Tú...condenaste a tu familia... Y tú.... TÚÚÚÚÚÚ - y ahora entornaba la cabeza, en un movimiento lento y casi irreal como lo era toda la escena, hacia Luca - Tú... yo no hice... nada... y tú... tú me atacaste...y reaccioné...Por qué arriesgaste a... todos...? Yo... no os... amenacé... nunca... NUNCA! cofcofcof... Tú....  Tú deberías haber muerto...y  no ella.... lo.... sabes... Tú quisiste matarme... primero... y tú deberías... cofcofcof... ser el que.... no... respira... y.. eso... cof cof... - una nueva tos sangrienta mezclada con las palabras - eso os perseguirá... siempre... Siempre.... La Diosa.... castigó.. vuestra... false.. dad. Vivos o muertos.... a los dos os espera el... infierno... a los... dos.... ya os ha llegado... el... infier... no...

El dolor iba creciendo y sentía que el poco aire que aún contenían mis pulmones se tornaba sangre burbujeante. Era aquel realmente mi fin? Mil vidas había buscado mi alma aquel momento, y ahora, tan cerca de la promesa, terminaba todo? Busqué en mi corazón y bajé la vista a los amuletos que pendían de mi pecho. Sol sobre Sol sobre Sol. Diosa y Diosa. Y mi padre, y mi alma milenaria....

Mi último grito, para mi madre. Dame fuerzas, dame vida, dame oportunidad... Bast....

-BAAAAAAAAAAAAST - Ragab hablaba e intentaba convecerles... Qué importaba? No era necesario. Ella me protegería! ella me esperaría! Ella me recompensaría con el poder prometido! - BAAAAAAST DESTRUCTORA DE APOFIS!! DESTRUCTORA DE LO IMPURO DEL MUNDOOOOOO!!!.......... BAAAAAAAAAAAAAAST, DAAAMEE TUUU... FUERZA... TU VALOR... TU... PO..DEEER!!

Pero la Diosa no me escuchó. La vida se escapaba de mí entre las manos de aquella mujer y entonces entendí que, de nuevo, aquel no era mi momento. Había estado tan cerca... tanto...

Padre... te he fallado...

Los latidos de mi corazón empezaron a resonar irregulares en mi pecho maltrecho, en mi pecho abierto para Ella. Y entorné la mirada sobre el hombro para verterla sobre la estatua de la Diosa con una sonrisa, marchita de sangre y muerte, en los labios. Todo mi cuerpo parecía reblandecerse y volverse lánguido; no ser mío. Quizá, realmente, no lo fuera.Quizá nunca lo fue. Quizá cada paso dado, cada plegaría, cada susurro de las Arenas me habían llevado exactamente a ese punto porque así debía ser. Quizá aquello era lo requerido. Y ante la comprensión de Todo, una paz extraña serpenteó por mi espalda entremezclándose con un dolor que cada vez era menos. Mi alma, anciana de milenios, se retorció en mi interior sabiendo que pronto escaparía, que vendría el Juicio y que una vez más, corazón puro, sería aprobado.

Bast....

Un suspiro áspero se escapó de entre mis costillas sin conseguir llegar a mi garganta. Demasiado profunda la herida, demasiado abierta. Y sonriendo, con el verde de los ojos en llamas, solté las manos de Megan para permitir que se hundieran más en mí. La obsevé por un segundo y mi alma se regocijó al ver su destino. Porque yo sabía ahora que todo era como debía ser. La maldición estaba sobre ellos y sus almas... sus almas... ya estaban muertas.

-Recibe la marca, mujer de alma muerta... Recibidla todos... -mis ojos buscaron a Luca-tú... falso padre de falso corazón...- y a Ragab-  y tú, traidor de tu estirpe... -  y cuando mis pupilas turbias se posaron de nuevo en el rostro de Megan, mis manos buscaron su frente para hundir las uñas profundamente en ella, para deslizarlas por su piel suave que se abría ahora bajo mis garras, bajo las garras de Ella... - Recibe la marca y sabedlo... - todo se me nublaba, todo era quietud y calma... - Sabedlo... Ammyt devorarará vuestros... corazones...

Las rodillas me fallaron y me sentí caer y ser recogida para ser acunada. La Diosa me aceptaría, mi corazón sería ligero, la pluma no inclinaría la balanza...

Ya solo había negro.... Y sonreí por última vez mientras sentía la noche de los tiempos, de nuevo, acogerme en su seno...