- Mi Señor - digo, intentando mediar en el conflicto surgido entre Don Diego e Iñaki, mientras lanzo una mirada de reproche a nuestro extraño compañero de viaje. - No fagáis caso de las necias palabras pronunciadas por alguien que, al igual que un servidor, no pertenece a una tan digna clase como la vuestra, y centraos en el asunto que ahora nos compete, ayudar a Don Sancho, nuestro anfitrión. -
No siempre la nobleza fue sinónimo de inteligencia. Bien, dejemos al arrogante que quede en ridículo. Pienso mientras esbozo una sonrisa en mis labios ante las brabatas del hombre.
Tras esto, me doy media vuelta y empiezo a encaminar mis pasos hacia el pueblo sin esperar que nadie me siga.
Leed el post del 25/11 Se dice cuando no hay nadie aparte de nosotros. Aparte, se lo estoy diciendo a Euxeo.
Por favor, leed bien los posts de los demás cuando se escriban.
¡¡Estos despojos...!! -gritó el barón tras escuchar vuestros ofrecimientos- ¡¡...no pueden ser sino cosa de esa sorguiña!! -dijo en alto-, Por supuesto que es -y respondiendo a la pregunta de Ladia pero comentándolo a todos los presentes en la puerta- de esa mujer... ¡¡Soldados, id al pueblo a buscar a esa infame!!
Tres soldados salieron corriendo dirección Echauri (que estaba pegado al castillo), por la cuesta que bajaba de éste, a tomar a la mujer. Acto seguido, alertada por los gritos salía con algunas doncellas tras ella la ahora Señora del Barón Sancho.
Ante los gritos y el jaleo exterior, Ontatxu bajó rápidamente, aún sin vestir del todo, aunque muy tapada.
¿Qué ocurre, marido? -decía esto mientras llegaba a él con los brazos extendidos, como para tomarle segundos después-. Tras ello la esposa lo abrazó y le susurró algo al oido, y entonces el Barón esbozó una pícara sonrisilla, mientras miraba con amor a su mujer.
Tras unos diez minutos en los que los soldados relataban cómo habían hecho la ronda, cómo habían descubierto "ese pastel" y después de observar el barón la cabeza negra de gallina clavada en su puerta, los tres soldados volvieron, trayendo alguien consigo. Pero no era la vieja, sino un campesino del pueblo.
Los soldados hablaron nada más llegar y anunciaron que no se encontraba en su casa. Luego dijeron que ese tipo vio a la vieja sorguiña, que era cazador y que la vio entrar en el bosque.
Así es, mi señor Sancho -dijo el tipo-, yo cazo en los bosques, e iba yo a pillar liebres o lo que hubiera y vio a unas varas a una mujer atravesar entre los árboles, metiéndose en lo profundo del bosque...
Ya veo... -dijo con cierto desprecio por aquel tipo-. Entonces miró fijamente a Diego de Zúñiga y luego a sus soldados y siervos, que aún aguardaban allí en mitad del frío patio de armas, a pleno raso...
¡HEMOS DE ENCONTRAR A ESA HIDEPUTA! -dijo con rabia-. ¡Haremos una batida! A ver, ¿Alguien se presenta para hacerlo?
Nadie osaba contrariar ni contradecir al Barón, pero sus propios hombres se miraban intranquilos y callaban con un silencio como culpable. ¿Porqué nadie querría ir contra esa vieja? ¿Acaso conocían a la vieja y tal vez fuera por eso? ¡Pero él era su señor y Barón de Echauri! Un poco exasperado, don Sancho miro de nuevo a Diego, y luego al resto de vosotros.
¡¡Túu!! -señalando al cazador-, ¡Prepara bien tu arco y abre os ojos, serás el guía, si tanto dices conocer los bosques! -luego a Diego- ¿Entonces cuento con vuestro favor y el de vuestros acompañantes, don Diego?
Yo voy a dejar el grupo master. Avisame cuando podamos postear o cómo quieres hacerlo.
El Iñaki primero me trata como un igual, y luego no sólo no me contesta sino que además sonríe desafiante. Mi paciencia se había colmado. Desenfundé la espada con la intención de darle buen escarmiento. - ¡Vos enseñaré pues cual es vuestro lugar Iñaki!. - Con los ojos rojos a causa de la furia que no podía reprimir me lancé contra aquel zarrapastroso.
Cuando ya pensaba que no había marcha atrás escuché la voz de don Sancho. Non podía yo ajusticiar a Iñaki, pues aquel no era mi feudo. Tal cuestión recaía sobre el señor del lugar. Frené entonces mis más salvajes instintos y respondía a la pregunta del Barón; - Contad con la mia ayuda, et también con la de quienes me acompañan, mas por Iñaki non respondo, pues non sabe cual es el lugar que le corresponde según el mandato divino. Non sólo non goza de mi confianza, es más, credo que non es persona de fiar. -
Guarde el filo de nuevo en su vaina. - Et perdonad aqueste impulso don Sancho. La ira ha nublado mi sesera, pues non acostumbro a que un plebeyo me desafie et se ria en la mia cara. -
Cierto es que no estaba Sancho delante en ese momento, pero si sólo estamos nosotros, y hablas con Euxeo normalmente (osea, sin susurrar o especificar que hablas sólo para él) entiendo que lo que dices lo escuchamos todos.
Yo voy a dejar el grupo master. Avisame cuando podamos postear o cómo quieres hacerlo.
En cualquier momento puedes narrarlo cómo te apartas, sales del castillo o si quieres entras con alguna excusa. Tienes vi libre. Comunícalo tus compañeros (a no ser que te quieras escabullir sin ser visto) ;)
Sin dar razón a uno y a otro, pero en el caso de que quieras susurrar/decir algo a alguien, postead sólo para esas personas (al igual que si uno hace una reflexión o habla para sí mismo marque "sólo para el director") ;)
- Mi Señor - digo, dirigiéndome nuevamente a Don Sancho, ignorando, a proposito, la discusión acontecida entre Don Diego e Iñaki. - Os ruego disculpéis, una vez más, mi falta de tacto, pero, ¿podríais decirnos por qué la persona que acabáis de nombrar, y a la que deseáis traer ante vuestra presencia, desea causaros algún mal? -
¿QUE PORQUÉEE? -dijo don Sancho a la joven Ladia-. ¿Acaso consideráis oportuno el irrumpir en plena celebración et insultar a la mia esposa? ¡ACASO DIOS ES TAL POSIBLE! -no es que gritara a la joven, sino que hablaba como rabioso por coger a esa tipa lo antes posible para darle justicia divina-. El barón miraba la discusión y malas miradas entre Don Diego e Iñaki, aunque no prestaba atención demasiada por el tema de la cabeza de gallina y la vieja huida al bosque...
Iñaki, espero a que me confirmes en privado qué haces según lo hablado entre ambos. Tras ello, actualizo.
- No, mi Señor, no considero oportuno lo que esa mujer hizo durante la celebración de vuestra boda, y entiendo que estéis furioso, y deseoso de traerla ante vuestra presencia. - digo, en respuesta a la pregunta formulada por Don Sancho. - Pero lo que no sé es qué mal podéis haberle causado Vos, y vuestra esposa, para que ella os odie de esa manera. -
No, no. Yo ya he posteado que me reía y me dirigía solo hacia el pueblo. Post del 27/11/2013
Entonces...
Yo voy a dejar el grupo master. Avisame cuando podamos postear o cómo quieres hacerlo.
¿... esto qué significa?
Pues eso, te informo que dejo el grupo y que voy a seguir haciendo las cosas por mi cuenta. Investigaré la acción y la irrupción, pero por mi cuenta. Sin el noble.......
Una cosa, ¿no lo anuncias en la narración a tus compañeros?
Ok, entonces, yo estoy dirigiendome a Echauri desde el castillo.
- Disculpe a Ladie don Sancho. Non debedes darnos explicación sobre tal asunto. - Intercedí antes que el malhumor del Barón fuera en aumento y pagara su furia y frustración con nosotros. ¿Que motivo podría tener aquella vieja para tal cosa? Ninguno, al menos a ojos del Barón, pues sus parroquianos son algo sobre lo que puede disponer a voluntad y así lo vería él.
Malena aprovechó un oportuno momento para acercarse a Ladia y susurrarle algo.