Partida Rol por web

- 2 de enero de 2008, despacho de Vincent Deline -

El ruido del casino era totalmente apagado por la eficiente insonorización de la sala, a pesar de encontrarse solo un piso por encima. Una tranquila melodía sonaba, en cambio, procedente de unos altavoces ocultos en el techo.

- ... así que en resumen podríamos decir que todas las actividades de fin de año fueron un éxito rotundo, Don Deline.

Vincent Deline escuchaba acomodado en su elegante sillón los detalles de las fiestas de fin de año que se habían organizado en sus locales.

"Tommy", como era conocido Tom Gordon, uno de sus subordinados más competentes y experimentados, le informaba al otro lado de la gran mesa de caoba que presidía su despacho. Un pequeño sobre color salmón reposaba aún cerrado sobre ella, esperando el fin de la conversación para ser atendido. El nombre completo del "Don" podía leerse en él, con caligrafía pulcra y algo recargada.

- Solo ha habido un problema... - el rostro de Tommy se volvió serio automáticamente: a pesar de la confianza, nunca era bueno tener que dar malas noticias... - Parece que Linda no ha venido hoy y está ilocalizable...

Sus ojos, enmarcados por un ceño fruncido, le miraron esperando una respuesta. Linda era una de sus bailarinas estrella y Vincent Deline no solía ser de los que dejaban pasar detalles como ése...

Observé el sobre de mi mesa sin mucho interés. No sabía lo que había, pero las palabras de Tommy habían calado hondo en mí. Mi mano derecha, en quién confío, me estaba diciendo que Linda, mi mejor bailarina, mi protegida, no había aparecido. No eran capaces de encontrarla. Mi cara era digna de pertenecer a un jugador de Póquer experimentado, sin embargo por dentro algo empezó a revolverse y no eran mis tripas.

Si viniera de cualquier otro pensaría que no se ha molestado lo más mínimo, pero viniendo de él estoy seguro de que ha hecho todo lo posible por encontrarla, de ahí mi preocupación. -Sé que lo has hecho, pero... comprenderás que es mi obligación preguntártelo. ¿Has mandado a alguien a su casa? y no me refiero a llamar a la puerta, sino a entrar a ver donde puede estar. Quizás esté muerta o haya alguna pista de su paradero. En cualquier caso esto no son buenas noticias. Espero que te encargues de localizarla esté viva o muerta.

Me levanté de la silla y me dirijí a la gran cristalera de espejo que hay en mi despacho. Por el lado interior es un cristal y por el lado exterior es un gran espejo que refleja la sala. Es una buena manera de ver sin ser visto. Observé mis dominios como el león que observa la sabana africana desde un risco y le dije sin mirar -Encuéntrala.

- Si, si, por supuesto - contestó Tommy - Envié a dos hombres cuando no contestaba a las llamadas... Nada, su casa está como si no hubiera vuelto desde anoche.

El ligero reflejo que formaba la silueta de Vincent en el cristal le confería un aspecto aún más imponente, incluso para él, que lo conocía desde hacía tiempo ya. Tommy dejó escapar un leve suspiro.

- Ya tengo a gente siguiendo sus pasos, Don Deline. Le informaré tan pronto como sepa algo. La encontraremos.

Si alguien cumplía siempre lo que decía, ése era Tom, y más cuando afectaba a su jefe.

- Si no hay nada más pues... - comentó (por educación, más que nada) sin esperar respuesta, mientras se disponía a salir.

Las últimas notas de la melodía terminaban de sonar en aquél momento.

Levanté la mano para indicarle que no necesitaba nada más y que podía marcharse. -Tommy -dije antes de que saliera por la puerta -entérate de quién era el encargado de acompañarla a su casa anoche y tráemelo.

Cada noche varios de mis guardias se encargaban de recoger a las chicas en los locales y acercarlas a su casa. Cada guardia se encargaba de varias chicas y recorría la ciudad dejándolas a cada una en su casa. Eran buenos conductores y gente espabilada, así que esta desaparición me sonaba un tanto extraña.

-Nada más Tommy, gracias.

Esperé a que Tommy saliera del despacho y me giré para mirar a la mesa y aquel sobre que se encontraba sobre ella. Lo habían entregado escasos segundos antes de que Tom llegara y aún no lo había abierto. Me dirigí hacia la mesa y lo recogí. Observé la letra recargada del sobre, lo sopesé y lo abrí.

Tommy salió del despacho después de asentir levemente y cerró la puerta tras de sí.

Vincent abrió el sobre con ayuda de un elegante abrecartas. La nota que había en su interior estaba escrita con una precisión y caligrafía espléndida a pesar de parecer estar hecha a mano. El tacto era suave y aterciopelado, desprendiendo un muy ligero olor floral.

Me senté cómodamente en mi sillón y abrí con delicadeza la carta. Un olor a flores surgió del interior y observé que la carta que se encontraba en su interior tenía la misma letra recargada y distinguida que había en el exterior del sobre.

Leí con atención lo que ponía y una media sonrisa sarcástica se dibujó en mi rostro. "Nuestro" futuro dice. Mi futuro me lo trabajo yo solo, no necesito de pedantes políticos con ansias de poder para que yo viva tranquilo mi "vida". Aunque nunca está de más evitar que se metan en mis asuntos si con presentarles mis respetos ya se dan por contentos.

Paseé por la sala con la carta en la mano pensando en Linda y en qué podía ir mal. Las chicas saben siempre que deben avisar de cualquier imprevisto. Procuro cuidarlas bien, son mis chicas.

Me acerqué al minibar y saqué de un cajón un mechero. Sin prestarle atención sujeté la carta con dos dedos y le prendí fuego. Ví como se consumía antes de tirar el resto a la papelera. Hice lo mismo con el sobre dejando que consumiera el aire de la habitación. Ese aire que yo hacía años que no necesitaba para vivir.

Alrededor de 2 horas después, uno de los empleados del casino picó a la puerta del despacho de Don Deline y tras ser invitado pasó. Su porte y vestuario llevaban la elegancia que definía al casino.

- El señor Vólkov ha venido al casino, junto con un compañero polaco. Por lo que parece se ha encontrado la señorita Duft. Se preguntaba si querría usted invitar a alguien más y jugar una partida improvisada de póker con ellos, aprovechando que está en la ciudad.

Justo entonces, el móvil de última generación de Vincent sonó con su característica melodía. El nombre de "Tommy" brillaba en la pantalla.

Escucho mi móvil sonar mientras el empleado espera una respuesta por mi parte. Lo saco del bolsillo y veo que es Tommy. Parece que hay noticias, quizás ya la han encontrado.

-Dile al señor Vólkov que estaré encantado de jugar con ellos y que enseguida estaré allí. -Miro el minibar y añado -Que preparen la Gold Room y les sirvan algo de beber mientras.

Le hago un gesto con la mano para que se marche mientras descuelgo el teléfono y me lo llevo al oído.
-Cuéntame.

Tras escuchar las órdenes, el empleado asintió con la cabeza y se retiró.

La rasposa voz de Tom sonó al otro lado del teléfono, enmarcado por el lejano sonido de la calle; a Tommy le gustaba encargarse personalmente de los temas importantes.

- Tengo buenas y malas noticias, Don Deline. Las buenas son que Linda está viva. Cuando hemos descubierto dónde podía estar nos ha conseguido llamar.

Las malas son que por lo visto está encerrada en casa de un ex-novio suyo, que la maltrataba y... en fin, ya le daré detalles cuando vuelva, solo que tal vez no pueda trabajar en unos días...

Nos ocupamos de ello, Don Deline, sólo informarle.

Me rasqué la barbilla y me pasé la mano por la cabeza mientras escuchaba a Tom. No eran buenas noticias desde luego, pero al menos habíamos dado con ella y seguía viva. Está claro que algo falló y acabaría por enterarme sin duda.

-Muy bien Tom, me alegra que la hayamos localizado y que haya sido a nosotros a quienes ha llamado al estar en apuros. Ehm... -Hice una pequeña pausa -asegúrate de que ese tipo no le pone la mano encima a nadie más. Creo que con la mano buena bastará, que aprenda a comer con la otra para el resto de su vida.

Antes de colgar añadí -Gracias Tom. Si necesitas algo o a alguien dímelo en seguida. -Colgué el teléfono y me dirigí a la sala VIP del casino donde debían estar esperándome ya para jugar al póquer.

- Por cierto, Don Deline - comentó Tommy antes de colgar - Ya le he dicho a Steve, el encargado de acompañarla, que vaya a verle al terminar su turno, aunque por lo que parece la dejó, como siempre, en casa correctamente, así que no sea muy duro con él, si me permite el atrevimiento.

Vincent Deline se dirigió entonces a la Gold Room, donde le esperaban ya sus invitados. El señor Vólkov paseaba curioseando por la sala con su Baileys con hielo en la mano, mientras su supuesto colega le miraba distraídamente sentado en el sillón. La señorita Duft estaba ya sentada, con sus esbeltas piernas cruzadas, en una de las sillas de la mesa, dónde ya había preparado algún empleado el tapete, las fichas y las cartas de póquer. Lo que parecía un Martini la acompañaba.

- Buenas noches, señor Deline. ¡Cuánto tiempo sin vernos! - se presentó Adam con su habitual jovialidad, tendiéndole la mano.

- Le presento a mi colega, el señor Djizarliev.

- Buenas noches, señor Deline. Encantado de conocerle - se presentó éste levantándose y tendiéndole la mano. Su voz sonaba con un marcado acento ruso.

- Vaya, ¿No se ha apuntado nadie más? Tal vez seamos pocos... - preguntó dirigiéndose ya a la mesa.

Un escueto "Buenas noches" contrastado por una impresionante y sensual sonrisa fué la salutación de la señorita Duft. Ella solía necesitar menos que eso, y estaba acostumbrada.

Entré en la habitación donde me esperaban ya mis invitados. El señor Vólkov curioseaba por la habitación pese a que no era la primera vez que se encontraba allí, mientras su colega parecía menos interesado en la estancia y esperaba sentado en el sillón.

Me acerqué al señor Vólkov y con una amplia sonrisa le estreché la mano y le puse la otra en el hombro en señal de aprecio. -Don Vólkov, es un placer tenerle por aquí. Espero que esta noche no me desplume sólo a mi y que su suerte cambie hoy. -sonrío alegremente y me giro para saludar a su amigo. Un -Señor Djizarliev, un placer conocerle -fue acompañado por un gesto firme de mi mano al estrechársela. Aún no había confianza para tener más detalles con él.

Por último miré a la siempre exquisita y bella señora Duft. -¿Pocos para qué señor Vólkov? si tenemos con nosotros a la mujer más bella de todo el casino para acompañarnos. -Me puse justo a su lado y me agaché para sujetar su mano -Siempre es un placer tener su compañía señora Duft -dije de la forma más zalamera posible mientras le besaba la mano. La miré fijamente a los ojos mientras me retiraba con una sonrisa en los labios y cedí los asientos contiguos a los dos hombres mientras yo me sentaba en frente de Sarah.

-¿No le apetece nada de beber señor Djizarliev? -Levanté la mano llamando al camarero personal de la sala para que se acercara. -Póngame un whisky solo con hielo por favor.

Sarah acentuó su sensual sonrisa al besar Vincent su mano, aunque un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo al notar la frialdad de su piel. Pero no serían "unas manos frías" las que le harían perder su compostura...

- El placer es mío, señor Deline.

Cuando todo el mundo se hubo acomodado, un croupier se acercó a la mesa, salido de no se sabe dónde y empezó a barajar las cartas de forma realmente espectacular

- No, gracias - respondió Dimitri a su pregunta - tal vez más tarde.

La expresión de Dimitri era totalmente cordial y tranquila en cada uno de sus gestos y en cada situación, como si todo fuera rutina para él. Su mirada era penetrante por momentos, aunque acorde con la parsimonia del resto. Vestía americana marrón (que se quitó al sentarse), un poco anticuada tal vez, pero no llevaba corbata en su camisa.

- Empecemos pues! - exclamó Adam con su habitual sonrisa desenfadada, al ver que el croupier empezaba ya a repartir las cartas.