Partida Rol por web

Desde La Ciudadela, habéis embarcado en una lanzadera individual con rumbo desconocido. Lo único que os han dicho es algo acerca del "Proyecto Kursk". Vuestras identidades han sido enterradas en lo más profundo de un enmarañado océano burocrático. Toda base de datos, todo expediente, todo documento con el que se os pueda vincular ha sido restringido o borrado. Prácticamente, os han hecho desaparecer. Nadie con un nivel de acceso más bajo que el propio Consejo podrá volver a saber de vosotros. 

La lanzadera, que ni siquiera está identificada, sale junto con un grupo de transportes civiles completamente anónimo. Vuestros permisos, identificaciones y expedientes han sido destruidos. Ni siquiera os han dejado hablar con nadie. De hecho, la misma lanzadera es un vehículo sin piloto, controlada por una IV, de archivos restringidos. No se os ha dado el destino, ni la misión, ni ningún parámetro. Ni siquiera sabéis quien os acompañará en lo que quiera que sea que os acabáis de meter. 

Sentados en un poco confortable banco de metal, solo podéis ver pasar el universo, a través de la estela azulada, entre los dos relés de masa entre los que os movéis. Tras unas horas de viaje, finalmente salís de nuevo al espacio, a un sistema densamente poblado. La lanzadera va directa hacia un planeta de tonos violáceos, que desde la órbita, ya parece una joya, bien pulida, que brilla al reflejo del sol. La lanzadera frena en seco en la órbita y se mantiene allí por unos minutos, hasta que, finalmente, se le da permiso para entrar en el planeta.

Tras unas leves sacudidas, se os abre un paraje extraño, pero hermoso. Varias estructuras metálicas, ornadas con extrañas capas de cristal y mármol, se alzan majestuosas, formando una gran ciudad, entorno a una enorme construcción de varios kilómetros de altura, vigilada por una enorme escultura de metal, dos turianos, uno macho y otro hembra, que sostienen a la vez el símbolo de la jerarquía turiana. Es entonces cuando reconocéis el palacio de la Jerarquía, el centro de Palaven, el hogar de los turianos. 

La lanzadera se para en un hangar, junto a otras cinco, que aterrizan a la vez. La puerta se abre, y salís, cada uno de vuestra lanzadera. Una humana y un turiano os salen a recibir. El turiano os resulta familiar, lo habéis visto en algún sitio, pero no sabríais localizarlo. A la humana, sin embargo, de cuarenta y muchos o cincuenta y pocos años bien llevados, de pelo canoso y largo, bien cortado a la altura de los hombros, y con el uniforme de La Alianza, rango de Capitán, si la reconocéis, casi al instante. Es la Capitana Hannah Shepard. Es difícil no saber quien es. 

Seguida por el turiano, que viste de civil, aunque con ropas de etiqueta, la Capitana os mira, a todos y a cada uno de vosotros, a los ojos. Finalmente, toma aire. 

-Damas y caballeros, bienvenidos a Palaven, y al proyecto Kursk. El secreto con el que han sido traídos, aunque poco confortable, era necesario. Aún así, os pido disculpas. Sé que no ha debido ser un viaje agradable. Sin embargo, hay un motivo para todo este secretismo. Nuestro... Objetivo...- Titubea, y se nota. Cierra los ojos con fuerza tras pronunciar la palabra "objetivo". Le cuesta proseguir. -Nuestro objetivo es de gran importancia, para La Ciudadela, y también para La Alianza.- De nuevo se detiene. Suspira, y trata de mantener una postura formal. 

-Supongo que tendrán muchas preguntas. Síganme, por favor. Les daremos toda la información necesaria sobre el proyecto y la misión, y contestaremos a todas sus preguntas. Y una vez más, bienvenidos.- El turiano tras ella la mira, pero sin decir nada, y sin variar su expresión. La Capitana espera unos segundos a que lo dicho cale para girarse y empezar a andar, hacia la única salida del hangar, una puerta doble abierta que da a un pasillo. 

Seguís a la Capitana, hasta una cercana puerta doble, que os deja en una sala, de forma semicircular. La pared del fondo es una gran cristalera, a través de la cual se puede contemplar una magnífica vista de la ciudad, coronada por el palacio de la jerarquía. El suelo de la sala es escalonado hacia abajo, y cada escalón está formado por un banco frente a una pequeña mesa. Es muy parecida al aula de cualquier universidad. Al fondo, abajo, sobre una tarima, una mesa y una pantalla. Junto a la mesa del fondo, un oficial de La Alianza, cpn el rango de Navegante, espera. Cuando os ve entrar, se cuadra, y espera que os sentéis para dar comienzo. 

La Capitana os abre las puertas, pero ella no entra. En vez de eso, llama la atención del Sargento Stegenno y del Capitán Riggs, y se marcha hacia otra sala. El turiano que os ha recibido si entra, y se sienta junto al Navegante de La Alianza. 

La Capitana os lleva hasta un despacho, no muy lejos, pero si bien protegido y debidamente incomunicado. Ella entra primero y os hace pasar. El despacho es una habitación modesta, sin ningún tipo de ornamento, ni mobiliario, a excepción de una mesa metálica, dos sillas a un lado de la mesa y un sillón algo más cómodo, al otro lado. La Capitana se sienta en el sillón. Casi como un acto reflejo, os sentáis en las sillas. La Capitana os mira, seria. De un estante bajo la mesa saca una carpeta con varios documentos de carácter oficial, y de alto secreto. 

La Capitana abre con cuidado la carpeta. En ella, hay diversas órdenes de detención. 

-Le alegrará saber, Sargento Stegenno...- La Capitana clava la mirada en el Sargento, y le pasa la carpeta. -...Que los mandos se han decidido acerca de su... Digamos ligero desliz en su última misión, a bordo de una nave turiana. Al parecer, su defensa les gustó.- La Capitana cruza sus manos, y apoyando los codos sobre la mesa, inclinándose ligeramente hacia delante, sin dejar de mirar a los ojos al Sargento. -Tiene diez consejos de guerra, Sargento, uno por cada víctima. Diez acusaciones de asesinato, una acusación de crímenes xenófobos, y otra de alta traición. Sus compañeros, muy probablemente coaccionados, han declarado en su contra. Aún siendo declarado inocente de los cargos más graves, estaría condenado a casi tres cientos años de cárcel, o a cadena perpetua, directamente. Y dadas sus... Habilidades bióticas, sería recluido en un psiquiátrico de máxima seguridad. Para el resto de su vida.- La Capitana pone un énfasis especial en esta última frase. -No es un futuro muy prometedor. Sin embargo, Sargento, parece que alguien de arriba le quiere, y por eso le han asignado a esta misión. Su expediente es ejemplar, y por ello, se le ofrece una oportunidad de redimirse. Durante esta misión, yo, y el Capitán Riggs, a quien informaremos debidamente.- Miró un momento al Capitán, para volver a clavar la vista en el Sargento. -Nos encargaremos de llevar un muy cuidadoso informe sobre usted, y su actitud, así como sus esfuerzos en la misión. Si el informe es favorable, y la misión tiene éxito, esos cargos desaparecerán.- La Capitana esperó unos segundos a que lo dicho pudiera ser digerido, antes de añadir. 

-¿Algo que decir, Sargento? Y a poder ser, ¿Que no empeore su situación?- 

El Navegante espera que todos se haya sentado para empezar. Reclama la atención con un carraspeo, y, con una expresión seria, activa la pantalla. En ella, se dibuja una extraña nave:

-Damas y caballeros, les presento la SSV Kursk. Desarrollada en paralelo, durante un tiempo, a la SSV Normandía, y recientemente actualizada, bajo el mayor de los secretos, con la última tecnología humana, turiana y salariana, ensamblada aquí, en Palaven, esta es la fragata más avanzada de cualquier flota de la galaxia. Esta nave, originalmente, se construyó con los sistemas de silencio de la Normandía como parte de un proyecto de La Alianza para ayudar a sus colonias en los sistemas Terminus. Preparada para responder como una nave mercenaria, esta nave debía apoyar la defensa de las colonias contra ataques de esclavistas y piratas batarianos.- Se toma una pausa de un par de segundos y prosigue. 

-No obstante, este proyecto se abandonó. Hasta hace seis meses, cuando, bajo supervisión del Consejo, volvió a activarse. La SSV Kursk, bajo la tapadera de la nave mercenaria Pripyat, tendrá la misión de dirigirse hacia los sistemas Terminus y capturar a la espectro renegada, y ex-comandante de La Alianza Jane Shepard.- Mira a todos los presentes en la sala. 

-Hasta aquí, ¿Alguna pregunta?- 

Riggs juguetea con algo en su bolsillo mientras el transbordador que lo lleva hasta Palaven se prepara para atracar. No tiene idea de por que esta ahí... con que fin, y por que justamente a él, después de tantos malabarismo por parte de sus superiores por alejarlo de cualquier actividad delicada en los últimos meses. De hecho, hasta hacía minutos atrás no tenía idea siquiera de hacia donde estaba yendo, y después de haber desistido de interrogar a la IV de la nave pudo finalmente encontrar respuesta a sus dudas al ver el paisaje a través de la ventana del transbordador. Nunca había estado ahí, pero aquel lugar no era precisamente desconocido, al menos para los oídos de los demás habitantes de los sistemas del consejo, e incluso de los de afuera.

Las chapas de sus tres compañeros caídos en Edem Prime tintinean a medida que la nave atraca en el hangar. Le habían quitado cualquier cosa que lo pudiera identificar, prácticamente era un fantasma el que abordaba en aquel transbordador, horas atrás, pero había usado sus trucos para no separarse de aquellas chapas, como una carga a la cual no esta dispuesto a abandonar.

Aquel tintineo incesante finalmente se detiene y la puerta de la nave se abre. Riggs baja de un salto, rígido, manteniendo el porte de un oficial de la Alianza, aunque crea que sus supuestos anfitriones no estén demasiados complacidos con su presencia, así como con la de cualquier soldado de los suyos.

Da unos pasos fuera del transporte, e inmediatamente se da cuenta de que no es el único convocado en aquella situación. No solo ve a otros soldados de la Alianza, si no también a representantes de otras razas del consejo. Todo aquello no hace mas que desorientar a Riggs respecto de su situación, pero apenas tiene tiempo de analizar la imagen, cuando el turiano y la oficial de la Alianza hacen acto de presencia para recibirlos.

El Turiano le es familiar, por alguna razón, pero no puede reconocerlo... tal vez por la idea de que la mayoría le son todos iguales. La oficial, sin embargo, es fácil de reconocer, y al verla siente la certeza de que definitivamente están ahí por alguna razón mucho mas importante de lo que podría esperar.

Riggs se cuadra en su lugar y realiza el saludo correspondiente. Parece un buen soldado, obediente, de pie y firme, mirando al frente y con su uniforme en un estado impecable, aunque por dentro piense que diablos esta sucediendo.

Escucha atentamente a la Capitana, aunque sus palabras no le den mas pistas acerca del sentido de todo aquello, salvo tal vez por lo de “proyecto Kursk”, pero nada que le pueda decir la razón de por que están ahí.

Se mantiene en silencio mientras los sacan de paseo por las instalaciones. Camina a paso firme, con los brazos a los lados, y una de las manos metida en el bolsillo, jugueteando con las chapas, hasta que junto a otro sargento de la Alianza lo separan del resto. Supone entonces que les van a dar algunas explicaciones.

Toma asiento y se queda con las manos sobre los muslos, la espalda firme, y la mirada fija en la capitana mientras esta habla al sargento que le acompaña. Lo que escucha no es del todo de su agrado. Si bien es de la filosofía de cumplir una misión, “hacer el trabajo”, sea como sea, incluso Riggs tiene sus limites, y aquel sargento parece haberlos cruzado, según puede entender por la información que deja escapar Shepard. Aquel hombre parece inestable, según lo que puede escuchar, un sujeto peligroso, y al parecer no solo para sus enemigos... y aun así la Alianza parece decidida en retenerlo, según puede interpretar las palabras de la capitana. Si bien la información que tiene es escasa, a Riggs le es suficiente como para penar en ir con cuidado con el sargento, aunque de momento lo único que hace es mirarlo de reojo, mientras espera una respuesta por parte de este.

Breil estaba sentado en la lanzadera cabizbajo meditando en el posible destino a donde lo querian mandar.

¿Que diablos pretenden con toda esa mierda? ¿Borrar mi historial? ¡Ja! Como si el corredor oscuro le importase una mierda todo ese papeleo estúpido ...

Miró por la ventana con apatía mientras entraban en el planeta, apenas prestando atención, volvió a bajar la cabeza.

Ademas, que co... - Sus pensamientos se detuvieron en seco.

El soldado volvió a levantar la cabeza para mirar con los ojos abiertos de par en par, concentrando su visión en las estatuas turianas.

N o m e j o d a s ... hijos de ... - No pudo evitar decir en voz alta.

El resto del viajo lo hizo con la mano en la frente, intentando pensar que habría hecho mal en su reencarnación anterior para que lo enviasen a ese planeta.

Cuando la lanzadera aterrizó Breil tardó unos segundos en bajar, parecía nervioso, respirando profundamente en su banqueta metálica ... parecía musitar algo en voz baja, ¿Quizá estaba rezando?

Finalmente tomó las fuerzas suficientes para salir y bajar, un poco encorvado, cabizbajo y frunciendo la nariz.

Dios que pestazo que hace aquí. - No pudo evitar puntualizar en voz baja.

Cuando la capitana y el turiano se presentaron, Breil enarcó una ceja ... luego vio como Riggs se cuadraba y hacia el saludo militar típico. Miro hacia el cielo como recordando su posición y hizo el mismo saludo, solo que carente de forma y ganas, mas como si saludara a un compinche que a un superior.

Escucho las palabras de Shepard en silencio hasta que esta les ordenó seguirla a Riggs y a el. Cuando se va detrás de la mujer, no puede reprimir mirar a los ojos al turiano en una mirada que parece de todo menos agradable.

Finalmente llegan a un despacho mas privado, y al contrario que Riggs, Breil se sienta con holgura ... inclinado y un poco de lado, como si estuviera en casa de sus suegros.

Cuando la capitana suelta los papeles sobre la mesa, el deja una sonrisa de compromiso y aparente desdén por la burocracia. No comenta nada en todo el discursito aparte de mirar al despacho con mas interés del que presta a la conversación ... parecía que desde luego, las maneras no eran lo suyo.

Cita:

Stegenno abre la boca para decir algo ...

Cita:

... luego se calla, sonríe, y dice - No capitán. - acompañado de un saludo militar fingiendo compostura.

- Muchas preguntas... - Contestó Inara.

Había salido de la lanzadera en cuanto las compuertas se abrieron, preguntándose qué será el proyecto Kursk y por qué los habrían enviado a un mundo Turiano. No le sorprendió ver que no estaba sola en el hangar. Un turiano, un salariano y tres humanos, uno de ellos mujer. Tomó una rápida nota mental al ver al resto de personas que desembarcaban casi simultaneamente.

Mientras seguía a la capitana Shepard, no dejaba de observar a su alrededor, preguntándose de qué conocía al turiano que les había recibido. Le sorprendió que no fuese él quien tomase la palabra cuando se sentaron.

- ...aunque supongo que no tardaréis en contestarlas. ¿Estás diciendo que el Consejo quiere que vayamos más allá de sus fronteras en busca de una espectro que se supone lleva muerta dos años?¿Y que la comandante Shepard, heroína de la Alianza y de la Ciudadela, se ha rebelado contra el Consejo? Sí, desde luego que tendremos preguntas.

¿Serán también ciertos los rumores de que Shepard está con Cerberus? Inara mira a sus acompañantes y después a sus anfitriones, esperando que el turiano hable por fin para intentar reconocerle por la voz.

El Navegante asintió, pero antes de que pudiera siquiera decir nada, el turiano le tomó la palabra. El navegante no dijo nada, y le dejó hablar. 

-En cuanto a eso...- El turiano se levantó. Al oír su voz, una voz peculiar para un turiano, lo asociáis. Es Hierax Turin, ha sido el encargado, desde la embajada de la ciudadela, de mediar entre la embajada turiana y la humana. Ha protagonizado actos bastante polémicos, a favor y en contra de los humanos y turianos por igual. Es un personaje bastante peculiar, y sus motivaciones siempre han sido un misterio. 

-Shepard sigue viva. El Consejo lo sabe. Si fingió su propia muerte, si fue herida pero no muerta, o por qué se ha ocultado durante estos dos años, nadie lo sabe. Ni nadie sabe que ha hecho últimamente. Solo se sabe que, por algún motivo, ha revolucionado los sistemas Terminus. Una justiciera Asari ha desaparecido, una torre ha sido asaltada a la fuerza en Illium, un operativo turiano se ha cargado a las principales organizaciones de mercenarios que operaban en Omega, para luego desaparecer. La activación reciente del relé de Omega-4. Colonias humanas han desaparecido. Eso por no decir el ataque que sufrió la colonia de Horizonte, a manos de una nave de tamaño imposible y de origen y diseño desconocido, y que los habitantes achacan a los "colectores"... Y eso solo lo principal. Tenemos pruebas, imágenes y grabaciones que demuestran que la ex-Comandante Shepard estuvo presente en todos esos actos. Esos datos los adjuntaremos junto con el dosier que les daremos una vez concluida la reunión.- 

El turiano se dirige hacia el Navegante, y hacia la pantalla. El oficial de La Alianza se aparta. 

-No obstante, eso no es lo peor. En todas estas imágenes, se muestra a la ex-Comandante Shepard junto con operativos de Cerberus. Obviamente, no podemos estar seguros de nada. Realmente, es difícil de creer que una hembra hu...- Rectifica. -Que una mujer con semejante historial, que salvara La Ciudadela, y en cierto modo, al consejo, trabaje ahora con Cerberus.- 

La pantalla se enciende de nuevo. 

-Sin embargo, hace poco, el consejo recibió esto.- La pantalla empieza a mostrar planos técnicos increíblemente detallados de La Ciudadela, con diversas señales e información sobre varios sistemas. -Son planos de la Ciudadela, planos muy exactos, que señalan la ruta exacta de un asalto sobre La Ciudadela. De hecho, si el asalto que se postula aquí llegara a realizarse, La Ciudadela podría ser tomada en cuestión de horas. Se hace referencia a sistemas que, de hecho, desconocíamos, y a túneles que ni siquiera sabíamos para que servían.- La pantalla se apaga de nuevo. 

-Junto con estos archivos, se adjuntan datos sobre los "colectores", y los llamados "segadores". Estos planos fueron conseguidos por uno de los agentes del Consejo hace poco, y por casualidad. El mensaje que lo encabeza dice, textualmente.-

DE: El Hombre Ilusorio

PARA: Comandante Shepard.

-El Hombre Ilusorio es el líder, o quien creemos el líder, de Cerberus. La codificación de este mensaje fue alterada. Es la primera vez que alguien ajeno a la organización de Cerberus logra recuperar un mensaje así. Fue casi como ponerle un cartel brillante de Neón en la Extranet. Quizás Shepard tratara de decirnos algo, o quizás fue un error muy grave. En cualquier caso, es algo que no podemos dejar pasar. Últimamente, Cerberus ha pasado a la inactividad, y ha estado muy ocupado reuniendo armas y personal, y construyendo naves. Nos tememos que traten de asaltar La Ciudadela, y dar un golpe de estado, que podría provocar una guerra a nivel galáctico. Es algo que, simplemente, no se puede permitir. Al llamado Hombre Ilusorio no podemos encontrarle, pero a la ex-Comandante Shepard, sí. Sus pistas son fáciles de seguir, y en los sistemas terminus, tarde o temprano encontraremos a alguien dispuesto a hablar. Trabaje o no para Cerberus, Shepard está en medio de algo muy importante. Por eso vamos a encontrarla. Y a preguntárselo.- 

 Veigon había visto fotos del punto de origen de su raza, Palaven. En persona era aún más hermosa de lo que los hologramas proyectabam. Las sensaciones, los olores, todo era tan nuevo, y al mismo tiempo tan... adecuado.

Cuando vió el pequeño grupo de bienvenida se alegró de ver a uno de los turianos, al cual le hizo una venia respetuosa y a la humana le saludó asintiendo la cabeza, reconociendo su rango como oficial.

Al escuchar en el "briefing" que van a perseguir a una espectro renegada, el turiano parpadea rápidamente un par de veces. Según los reportes había sido la misma Jane Shepard quien persiguió y dió de baja al renegado Saren quien a su vez, según Shepard había asesinado a su mentor, Nihlus. Esto sin duda le ponía sentimientos encontrados y dudas. Pero si algo le había enseñado su trabajo era calcular fríamente las posibilidades.  Según los reportes Jane Shepard estuvo perdida en acción sobre el planeta de Alchera en la nebulosa Omega hace dos años, pero tanto secreto y una nave prototipo no se desarrollan tan rápido si no es porque encontraron una seña que pudo ser un ardid.

Luego viene la confirmación del navegante de sus dudas y asiente en silencio. Al terminar su acertada intervención, recuerda un hecho básico y lo expone ante el resto del personal:

Los colectores son casi tanto material de mito como los segadores. Sin embargo Shepard ha estado envuelta con ellos desde aquel ataque en Eden Prime. No se si esté trabajando para ellos o contra ellos, pero lo cierto es que Cerberus trabaja supuestamente por la superioridad humana sobre las otras razas y estos ataques de colectores están enfocados en colonias humanas, así que se están armando para atacar a los colectores y si ganan, podrían volverse contra la ciudadela. Hay que sopesar la situación, Shepard tiene métodos poco ortodoxos pero como SPECTRE he aprendido que las cosas nunca son como las ponen los informes oficiales. 

El viaje no había sido especialmente agradable y los pocos datos y el secretismo que envolvía todo no hacía presagiar nada bueno. Bajó del transportador con la mirada inquieta, tratando de asimilar dónde estaba. Saludó formalmente a la gente que le rodeaba sin perder la inquietud que la asaltaba. Siguió a la comitiva hasta la sala de briefing donde escuchó atenta las primeras informaciones que arrojaban algo de luz y mucha oscuridad al mismo tiempo. Emocionada por descubrir que la Comandante Shepard estaba viva no pudo reprimir un gesto de extrañeza al volver a escuchar acerca de los rumores sobre su vinculación con Cerberus. Tras mirar a los interlocutores se atrevió a pronunciar palabra:

- Con todo respeto, señor. De ser cierto ¿Cómo es posible Cerberus haya obtenido toda esta información? Por otro lado me cuesta creer que la Comandante Shepard tenga contacto con un grupo terrotista como Cerberus.

Una parte de ella no quería creer lo que escuchaba, Shepard nunca se uniría a Cerberus sin una buena razón. O al menos eso creía Alex.

-A todos nos cuesta creer algo así, pero las pruebas hablan por sí mismas.- Dijo el Navegante, que estaba en un segundo plano. El oficial Turin lo miró, pero no dijo nada, solo asintió. 

-Puede ser que Cerberus, o quizás el susodicho Hombre Ilusorio, use la leyenda de los segadores como una excusa para ganarse el apoyo de la Comandante Shepard. Recordemos que esta se obsesionó con esa... Historia de los segadores desde su lucha contra Saren.- 

La Capitana asiente. 

-Bien. En ese caso, vaya a la sala de briefing. Allí le darán el dosier con todos los detalles, y solventarán sus dudas.- Dicho lo cual, se volvió hacia Riggs. Esperaba a que Stegenno se fuera para hablar con el Capitán. 

Si capitán. - Finalizó Stegenno para levantarse e ir a la sala donde le habían dicho.

Inara no pudo evitar una media sonrisa al oir hablar del asalto a la torre de Illium; el destino de Nassana no le era desconocido. El que Shepard hubiese estado involucrada en ese evento la sorprendió, pero le parecía justo.

- Supongo que ya habrán intentado contactar con Shepard... ¿no ha contestado a ninguno de sus mensajes o del Consejo? De cualquier forma, si se ha visto involucrada en todos esos acontecimientos parece obvio que estén todos relacionados. Obsesionada o no con los segadores, su historial demuestra que no es el tipo de persona que deja que el azar guie sus pasos. Lo que me preocupa, como han señalado antes, - mira hacia el turiano y la humana - es ¿cómo Cerberus se ha hecho con esos planos de la Ciudadela? ¿Realmente planean un ataque? Si fuese así, ¿qué capacidad tienen para amenazar a la Cuidadela? Aunque pudiesen llegar a la misma cámara del consejo sin ser detectados, dudo que pudiesen resistir un asalto de todas las fuerzas de seguridad de la Ciudadela. No sólo sería un suicidio, sino que también atentaría contra sus propios objetivos.

Maron no había abierto la boca desde que les recogieron hasta que la conversación entre todos comenzó, sin embargo fue el más activo de los 4 enviados para el proyecto SSV Kursk. En cuanto montaron en la nave con la IV se pasó todo el viaje observando la nave de cabo a rabo (y encontrando dos o tres fallas de seguridad que podrían haberles comprometido en un hipotético y sumamente improbable ataque) y sus ojos rápidos curiosearon la arquitectura de Palaven mientras acumulaban datos en su cerebro que seguramente usaría en su tiempo libre para ampliar su 'expediente' sobre los turianos.

El salariano escuchó con atención todo lo que los demás decían (aunque no lo parecía porque no dejó de andar en todo el rato, aunque fuera en círculos) y cuando vió un momento apropiado para hablar paró y miró respectivamente al embajador turiano y a sus compañeros.

- Posibilidad de un plan de Cerberus de atacar la Ciudadela: improbable. Con estos planos Cerberus podría asaltar la Ciudadela en unas horas y con unas bajas aceptables, pero no soportaría la defensa de ésta durante más de unas semanas, falta de efectivos contra toda la fuerza del Consejo. ¿Engaño a Shepard por parte de Cerberus? Difícil de creer. Probablemente ha ocurrido lo que usted dice, Turin, Shepard pudo solo ser herida y más tarde ayudada por Cerberus. Deuda económica. Deuda de honor. Muchas posibilidades. Ninguna más acertada que la anterior con lo que sabemos ahora. - sentenció Maron, volviendo a mirar el plano de un solo vistazo. - Quizás se hayan colado en la red de la Ciudadela. Quizás haya un topo. Quizás sean ambas cosas o quizás ninguna. En mi opinión, ahora mismo no podemos conseguir nada más que conjeturas, lo mejor será planear una misión y tener hechos que nos permitan sacar conclusiones válidas. -

El Turiano bajó la cabeza ante la sentencia del salariano. Maron tenía razón, aún con la mitad de las fuerzas mercenarias, Cerberus no podía hacer frente contra las fuerzas del consejo. No obstante, ahí es, precisamente, donde El Consejo más se equivocaba.  

-Desgraciadamente, El Consejo ha... Digamos contemplado otra posibilidad. Si Shepard está con Cerberus, existe otra posibilidad. La Alianza tiene numerosas células de Cerberus, infiltradas, es un secreto a voces. Y que hay células infiltradas en La Ciudadela es obvio. No obstante, El Consejo teme que El Hombre Ilusorio colabore con los altos mandos de La Alianza, y esto pueda ser un golpe de estado. Teme que La Alianza trate de hacerse con la fuerza con La Ciudadela, usando a Cerberus, y eso justifique el cambio de dirección de Cerberus. Una opinión que yo no comparto, pero que, tanto el Consejo, como la Jerarquía, como la unión salariana y el consejo Asari, si comparten. El Consejo, y el alto mando de La Alianza han reclamado a Shepard por todos los canales posibles. Hasta ahora, sin éxito. No ha habido respuesta. Estas acusaciones mutuas podrían desencadenar una guerra, si todo esto saliera a la luz, sin ninguna prueba que aportar. Por eso es tan importante encontrar a Shepard.- 

Justo en ese momento, entra el Sargento Stegenno, por la puerta.