Partida Rol por web

Hace unas semanas volviste al Cuartel General. Nadie sabe dónde has estado los últimos días. Volviste en muy mal estado físico. Drogada, deshidratada, sucia... montaste un numerito, borracha, en la cubierta principal de los Muelles, en el muelle en el que solía estar atracada la Valkyrie. Varios guardias te cogieron y te encerraron en el calabozo. Más tarde, cuando supieron quién eras, te ingresaron en el hospital del cuartel para iniciar tu rehabilitación. Has estado varios días en cama. Y hoy ya puedes levantarte. Nadie ha venido a verte, y un soldado hace guardia en la puerta. Estás sola en la habitación. Te sientes fuerte, estás mejor. Llevas ropa de hospital, estás aseada. No tienes ninguna de tus pertenencias contigo, no las ves cerca, no están.

Gritos

El sonido metálico de las sierras de disco de los calamares abriendo el casco.

Su cara, dormido, inconsciente, sin enterarse de lo que pasa a este lado de la realidad.

¡Sácalo ya, no podremos aguantar más!

Algo me coge de la cintura y atravieso volando el puente de mando.

Él abre los ojos.

Abro los ojos.

Lo veo todo borroso, con demasiada luz. Durante un segundo dudo, ¿dónde estoy? Entorno los ojos intentando ver algo de código, mirando de reojo por la ventana. Y suspiro.

Me incorporo y me quito la sábana de encima. Con un gesto de desagrado, desconecto las dos agujas que salen de los puertos de conexión de mis brazos. Miro a mi alrededor, reconociendo la habitación. Me pongo en pie y la bata se me escurre por un hombro, sigue desabrochada. Camino hacia el baño y, sin encender la luz, me lavo la cara, me coloco el pelo, me miro en el espejo en la penumbra. Las ojeras me dan aspecto de drogadicta y tengo los pómulos hundidos. Sonrío, "Si mis padres me vieran..."bueno, "mis padres".... Cierro los ojos y me vuelvo a echar agua en la cara.

Me asomo por la ventana, apoyándome en el alféizar con los brazos y, al no encontrar ningún entretenimiento, abro la puerta de la habitación.

¡Buenos días! ¿Mike? ¿te llamabas Mike? ¿Qué tal el día? ¿No te apetecerá traerme un café, por casualidad? Llevo días sin café, y ya sabes cómo somos las mujeres, en cuanto no tenemos nuestros caprichitos nos ponemos insoportables..., me poyo en el marco de la puerta, enseñando hombro y poniendo una ridícula pose de coqueteo, consciente de lo absurdo de mi conversación. La última vez que tomé café tenía 15 años y aún pensaba que eso era café de verdad.

Veo cómo la Primera Oficial Crash se levanta, me cuadro y saludo. Llevo varios días aquí y hoy es cuando con más energía la he visto. Se pone la bata ella sola, aunque torpemente, y va hacia el baño. Aprovecho el momento para hablar por radio:

- Señor. Aquí Phil. Ya se ha levantado.

Mi tono es seco, y el mensaje breve. Soy un buen soldado. Novato, por eso me han encargado estar aquí, vigilando a esta paciente. He oído hablar de ella, era una gran oficial, pero desde el ataque a la Valkyrie se le fue un poco la olla y despareció. La encontraron hace unos días, borracha, en el Muelle. ¿Cómo llegaría allí?...

- Mi nombre es Phil. ¡Señora! No me está permitido abandonar la habitación. ¡Señora!

Contengo una carcajada cuando se cuadra y me trenzo el pelo mientras me contesta. Bostezo estirando bien los brazos,

-Tranquilo, no esperaba que lo hicieras. ¿Qué día es?

Asomo la cabeza y miro a un lado y a otro de la puerta, buscando una cara conocida a mi alrededor. O una cara, en general. Qué aburrimiento. Odio aburrirme. Con la cantidad de trabajo que tengo que hacer.

-¿Cuánto tiempo más me van a tener aquí? Creo que no he roto ninguna norma, ¿no? Me pondrán una multita y ya está. Barrer el muelle, echar aceitito en algún cacharro o algo así.

Me acerco mucho a Phil, mirándole fijamente. Huele a novato desde lejos pero, en fin, habrá que portarse bien. -¿No puedes llamar a alguien para que me dejen salir ya? -me acerco a su radio y le doy un par de golpecitos con el dedo - Holaaa, aquí la Primera Ofici... la capitana Crash, mandad a alguieeen, me aburrooo y este rookie no me da conversación. Levanto la cabeza para volver a mirarle -¿Y mis cosas?

¿Capitana? ¿Ha dicho capitana? Creo que los rumores sobre que ha perdido un poco la cordura son ciertos... Habla como desquiciada, dice cosas extrañas... ¿cree que colarse en el Muelle no es grave? ¿Una multita? Debo guardar la compostura, es una superiora. Se acerca mucho, toca mi radio.

Cedo para que no sigas tocando mi radio.

- ¡Señora! Es siete de marzo del noventa y ocho. Dos mil ciento noventa y ocho. ¡Señora! Sus cosas fueron confiscadas. ¡Señora!

No sé cómo actuar. Debo vigilarla. No debo dejarla sola bajo ningún concepto. Pero no se comporta, se acerca mucho, incluso diría que... ¿coquetea conmigo? No sé cómo reaccionar ante eso. ¿Y si es una prueba? ¿Y si me abren un expediente? ¿Y si...

- El co-comandante Lock está en camino. ¡S-señora! Debe esperarle a-aquí. ¡Señora!

Noto mi voz temblar.

-¿Confiscadas? ¡Pero que mierda! ¿Confiscadas por qué? ¿Están mal de la cabeza o qué? No soy yo la que ha hecho algo malo, joder.

Mi actitud cambia por completo. Phil parece haber desaparecido de mi vista y frunzo el ceño, intentando disimular la ira. O contenerla. Camino por la habitación, haciendo recorridos aleatorios, deprisa, descalza, de brazos cruzados y negando con la cabeza.

-No tienen ni puta idea, novato. No tenéis ni idea de lo que es estar allí. Verlos con tus propios ojos.

Me acerco a él y le levanto el pelo, la ropa, buscándole enchufes.

Cierro fuerte los ojos y, finalmente, me siento sobre la cama, moviendo las piernas de adelante a atrás, con las manos apoyadas sobre los muslos.

¿Va a tardar mucho?- pregunto bruscamente.

Intento mantener la calma. No tengo enchufes, soy Hijo de Sion. Pero algún día espero poder servir en un aerodeslizador. Esto no lo digo.

- No. Señora. Ya está en camino.

Cambio mi tono de voz a algo más tranquilizador. Empiezo a entender que su estado se deba a una experiencia traumática. No debe ser fácil perder a casi toda la tripulación en unos segundos. Esos malditos calamares...

Suspiro de nuevo, medio desesperada. Miro a mi alrededor, tamborileo con las manos en las piernas, miro por la ventana... El tiempo pasa despacio y la habitación empieza a hacérseme cada vez más pequeña.

¿Ni siquiera mi ropa? - me froto los ojos con las manos y me recoloco la bata.

Valoro durante un momento la opción de reducir al novato e irme de allí, pero la descarto enseguida. No estoy segura de en qué lío me he metido pero si me han puesto vigilancia mejor esperar. Pero por qué mierdas me han confiscado hasta la ropa. Cada día se ponen más tontos. Cada día más mierdas.

Me subo algo más a la cama y cruzo las piernas, en una postura algo infantil. Me tapo con la sábana hasta el regazo.

¿Estás casado? No eres muy bueno dando conversación, ¿no?- entorno los ojos y le sonrío, mas relajada.

Mientras esperas, un soldado llega a la habitación con un uniforme en sus manos. Entra y se cuadra. Deposita el uniforme sobre una mesa, hace el saludo militar y se dirige a ti:

- Esto es para usted, Señora. El Comandante Lock llegará en cinco minutos.

Se cuadra de nuevo y sale de la habitación. Es un uniforme nuevo de Primera Oficial.

Veo cómo el soldado le hace entrega de su nuevo uniforme. Sin responder a su pregunta:

- ¡Señora! - digo mientras me cuadro y salgo de la habitación cerrando la puerta, para darte intimidad.

-Gracias - mascullo, y respondo al saludo militar de forma desganada.

Con un gesto rápido salgo de la cama, me pongo de espaldas a la puerta y me deshago de la bata, sin preocuparme de si el novato sigue ahí o si ha escapado muerto de vergüenza. Me pongo los pantalones con un salto pero me detengo al ver la mitad de mi cuerpo desnudo. Los moratones, las llagas, se me notan las costillas. Me toco la hundida tripa con los dedos y me miro el pecho. Me avergüenzo por haber valorado intentar reducir al pobre Phil. Me habría parado con dos de sus dedos. Estoy hecha un guiñapo, y no creo que ellos vean mucho más de lo que veo yo. Me toco los enchufes del pecho, recordando que antes me sentía bella e invencible.

Me termino de vestir en un solo movimiento y me giro hacia la puerta, esperando como un cordero al que están a punto de degollar.

Llamo a la puerta, espero unos segundos, y abro. Te veo vestida con el uniforme que te he mandado hace un rato. A pesar de ello tu aspecto es deplorable. Has estado mucho tiempo por ahí, a saber dónde, pasando calamidades, buscando problemas... hemos detectado drogas en tu sangre, e indicios de peleas en todo tu cuerpo. Has debido pasarlo bastante mal. Todos los informes médicos son confidenciales, y aparte de los médicos sólo los he leído yo. Ningún miembro del consejo los ha leído aún, ni lo harán. Sé lo que Tyr sentía por ti, y voy a protegerte. Se lo debo.

- Me alegro de verte, Crash. Nos has tenido muy preocupados.

Me acerco con la intención de darte un abrazo. Éramos amigos antes de que desaparecieras. Tyr solía traerte a cenar a casa. Vuestra relación era casi secreta, pero él me lo contó.

Me dejo abrazar. Más que un abrazo, lo siento como si me estuviera zambulliendo en la realidad de nuevo, en lo conocido. Cuando has vivido, y entrado y salido tantas veces en algo que se siente como algo real pero no lo es, buscas tu referencia para saber si el lugar en el que estás es "casa". Lock huele como a casa.

Muestro media sonrisa combinada con cara de disculpa. -Qué tontería, sabes que siempre estoy bien, esté donde esté. -Digo mientras me bajo aún más las mangas, intentando ocultar mi cuerpo todo lo posible.

-Entiendo que no supieráis que hacer sin mí, pero bueno, para eso he vuelto-, le guiño un ojo y escudriño su cara, esperando una reacción. No estoy segura de cuanto tiempo sería el correcto para preguntar por la Valkyrie sin parecer una trepa loca insensible e interesada. Pero, joder, he tenido mucho tiempo para pensar y para decidir lo que quería hacer con mi vida. Ya que sigo viva, espero que no sean tan idiotas de no utilizarme para lo que mejor sé hacer: luchar. Sobre todo, porque si no me dejan, no sé qué voy a hacer.

Noto cómo intentas ocultar el dolor y sufrimiento que has pasado con ese velo de humor. Pero no hago nada. Sólo te abrazo y sonrío. Estoy contento de tenerte de vuelta.

- No voy a preguntarte dónde has estado. Pero quiero que sepas que estoy contento de tenerte de vuelta.

Sigo abrazándote durante un largo rato. Noto tu respiración, y los latidos de tu corazón. Estás muy delgada, tienes la cara chupada. Has maltratado tu cuerpo para intentar no sentir tu mente. Pero eso no funciona así.

- Tienes que ponerte en forma si quieres reclamar la Valkyrie. - Digo en un tono burlesco, bajito, y apretando tu cuerpo contra el mío. - vaya numerito montaste en el Muelle, jajaja.

Me separo de ti y te miro a los ojos. Sonrío. Ahora sonrío, pero falsamente. Pienso en Tyr. No sabes que sigue vivo. Y él me ha pedido que no te lo diga. Siento un fuerte dolor por ello. Pero mantengo mi palabra.

- Ven. Vamos a comer algo.

Tomo una gran bocanada de aire, respirando tranquila por primera vez en mucho tiempo. Meto las manos en los bolsillos y sonrío, infinitamente más relajada.

-¿Están muy enfadados? Joder, no sé, hay veces que estás un poco... fuera de tu cuerpo, no sé si me entiendes- ni siquiera recuerdo muy bien el numerito que monté, pero me siento un poco como el niño que sabe que ha hecho algo malo pero piensa que no ha sido lo suficientemente malo como para llevarse un castigo porque, sea lo que fuere, estaba justificado.

-Vamos a comer, anda

Le sujeto del brazo justo antes de llegar a la puerta.

-Ey Lock. Gracias.

- Te entiendo perfectamente. Son cosas, situaciones, que hay que vivir para entenderlas. Pero has quebrantado algunas leyes... y el Consejo no está muy contento... ya veremos lo que podemos hacer.

Sonrío cuando me das las gracias, y te toco el brazo. Asiento, y comienzo a caminar a tu lado por la galería del hospital hacia la salida.

-¿Me van a convocar?, pregunta estúpida, pero bueno. Ya cruzaremos ese puente cuando toque.

Salgo de la habitación y echo a andar con seguridad. -Bueno, entonces, cuéntame, ¿algo remarcable que haya pasado en este tiempo?

Camino segura, a su lado, dando la imagen de que absolutamente nada ha pasado. Como si acabáramos de volver de una misión y estuviéramos juntos esperando a Tyr para ir a alguna de esas cenas en familia.

Au. Cómo duele pensar.

Me grapo la sonrisa, pasando por encima de las miradas curiosas y los comentarios de algún conocido con quien nos cruzamos, con las manos en los bolsillos, y la mirada despierta, dando una imagen de normalidad a pesar de mi aspecto demacrado.

INTERLUDIO

-Veintisiete...

-Veintiocho...

-Veintinuuuueeeeveeeeeee...

-¡Y treeinta!

Me dejo caer desde la barra de dominadas que tengo instalada tras la puerta de mi habitación y tomo aire, secándome el sudor con el brazo. Me quito toda la ropa, metiéndola directamente en una bolsa de papel y me meto a la ducha. Ese es siempre el peor momento del día. Mientras cae el agua sobre mi cara, sobre mi cuerpo, es inevitable pensar... y recordar. A veces hasta le veo junto a mí, mirándome con su cara seria y crítica, pidiéndome más.

Me paso las manos por los ojos y cierro el grifo. Me seco al aire, mientras repaso mentalmente frases claves del discurso. Me pregunto si lo que querrán oír es una disculpa, una enmienda, o que me arrodille a sus pies y me deje pisar los nudillos. Sonrío, divertida por la imagen. Me pongo el uniforme y me dirijo, una vez más, a hablar con el IJS Daidalos. Última visita antes de pasar por el matadero.

Sales de tu habitación, caminas por la galería y cruzas la pasarela que lleva a la torre central. Allí coges un ascensor hasta los niveles superiores, los Muelles y los Astilleros. Estoy saliendo de las oficinas de los Astilleros.

- Buenos días Crash. Creo que hoy es un día importante para ti. - te sonrío y trato de darte ánimos. En las últimas semanas te has estado pasando a verme para comentar aspectos técnicos de la nueva Valkyrie. Estás fascinada con esta nave. Sé que fuiste de su tripulación, y que ahora quieres ser su Capitana, pero ignoro lo que había entre Tyr y tú. Continúo: - También lo es para mí. La Valkyrie II está casi terminada, hoy haremos las pruebas de motores, como ya sabes. Supongo que estás aquí porque quieres verlo, ¿no? - Sonrío. Me caes bien, y tienes devoción por este aerodeslizador. Realmente crees que serás su Capitana, aunque yo tengo mis dudas... De todos modos me encanta mostrarte su interior y responder a todas las preguntas que me haces.

Vamos caminando camino del Hangar 07, donde descansa la Valkyrie II.