Partida Rol por web

Memorias de Idhún

El Unicornio

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05/04/2015, 11:36
Ceya

"El Séptimo". La simple idea le recorría como veneno en las venas, haciendo que el bello se le erizara. Tenía los ojos alegados de lágrimas ante la pérdida de un ser tan magnífico, tan único. La vida... o la muerte... La diferencia era muy fina, a veces confusa. 

Estaba ocupada pensando en eso cuando todo el mundo comenzó a alborotarse. El chico que poco antes se encontraba en una rama algo más baja ya no se encontraba en su campo de visión. Había desaparecido en la marea de gente. Quizás había bajado a curiosear... Se sentía totalmente inútil desde que salió del bosque. Creía que era mayor, que había madurado... Pero ahora se daba cuenta de lo equivocada e insegura que se encontraba. 

Apretó el puño alrededor de la ropa de su pecho, en el mismo lugar donde se encontraba el collar, tratando de encontrar algún punto de apoyo. Pero todo lo que encontró fue un tirón en el pie. Por suerte consiguió aferrarse a la rama con fuerza, pataleando en el aire para no caer, consiguiendo soltarse tras un forcejeo bastante incómodo -¡¡suéltame asqueroso!!- con el pie que tenía libre le dio una patada en la cara, consiguiendo zafarse y ponerse a gatas en la rama, mirando hacia abajo. 

En ese momento el chico volvió a subir, lo que hizo que soltase una especie de bufido, ¿o era un suspiro de alivio? Con tanta confusión ni siquiera ella lo sabía. Se acercó saltando de rama en rama, colgándose de alguna y evitando las más débiles hasta llegar a su altura. Le miró con gesto serio -Eres idiota. No sé para qué bajas-. Ceya tenía los ojos rojos, pero parecía hacer fuerza por no seguir llorando, por intentar asimilar lo que había pasado mientras sacaba ungüentos de su bolsa para tratar de curar las heridas superficiales del chico, y quizás tratar de que no le saliesen hematomas.

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05/04/2015, 11:36
Khazlian

Y los gritos y las acusaciones infundadas, movidas por el puro racismo, hicieron que el caos se apoderara de la plaza. Hubiera renunciado al conflicto si hubiese sido capaz, si hubiera podido ceder amablemente mi sitio a otro que quisiera formar parte de la gresca que se había montado. Hasta que un golpe alcanzó mi espalda, imposible saber quien había sido, demasiadas manos moviéndose a la par, todas buscando algo con lo que pagar la muerte del unicornio.

Haber recibido un golpe no era motivo suficiente para unirme al salvajismo, pero la tensión que se respiraba en el ambiente, sumado a presenciar la muerte de la criatura, sacaron a flote lo peor de mí. Lanzaba golpes a todo lo que estuviera a mi alcance, llevado por la ira que se contagiaba al ver a algún feérico cerca.

Todo se acabó tan rápido como empezó, y me encontraba flotando en el interior de algún tipo de magia. Dolorido recupero la compostura, avergonzado por lo que había pasado, y de lo que había hecho.

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05/04/2015, 11:37
Meerelu

Hasta para alguien con el perfecto autocontrol de Meerelu, los acontecimientos suceden de forma demasiado rápida e inexplicable. Nada la había preparado para la visión del unicornio muerto, con sus perladas crines teñidas de un color oscuro. -Esto no debería ser así... esto no debería estar pasando...- Sin poderlo evitar, en un gesto reflejo, alzó la mirada hacia los cielos como si esperara que estos le fueran a entregar una respuesta a sus preguntas, pero estos permanecieron mudos.

Pronto se desató el caos, y quedó atrapada entre el cuerpo de las distintas sacerdotisas que se movían desordenadamente de un lugar a otro. Las voces sonaban por todos lados, todos se acusaban mutuamente, aunque nadie sabía realmente que es lo que había ocurrido. Algunas incluso comenzaron a acusar al Séptimo de lo ocurrido.

Pero eso no podía ser cierto. ¿O sí? Poco a poco, trató de separarse del resto de sus hermanas deslizando su cuerpo escamoso hacia los límites de su burbuja. Una única duda, un único pensamiento le martilleaba la mente y la obligaba a avanzar a pesar de los posibles peligros.

Finalmente, un pensamiento trató de hacerse oír por encima del griterío hacia la mente de los szish, un pensamiento que trató de ser calmado y frío, pero que realmente era vibrante a causa de la emoción. Del cúmulo de emociones que la joven sentía en ese momento. -¿Ha sido vuestro Dios? ¿Es Él quién ha hecho esto?

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05/04/2015, 11:37
Namib

Namib bajó rápido para ayudar a los Celestes a controlar la situación.   ¿En que ayudo?  ¿Que sigue?   Se movía de un lado al otro, nerviosa.  ¿Piensan encarcelar a los Szish?  Ayudó a calmar a la gente, dirigiendo a los torrentes de gentes por las calles, sin que se atropellaran. 

Por allá, avancen hacia los barrios de hospedaje.  Se hará una investigación.  Se reunirán representantes de cada pueblo para decidir que hacer.  Si.  Manténganse tranquilos.  Así se ayuda más. Avancen por favor.  Esa niña, si, ahí está su mamá.  Por favor avancen.   Era amable, firme, coordinada.

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05/04/2015, 11:38
Aylandris

El caos se desató tan rápido que Aylandris se vio envuelta en él antes de tomar plena conciencia de lo que estaba sucediendo a su alredor.

La maga, ¡la maga!. No la puedo perder...

Aquel pensamiento se fijó en su mente como su objetivo inmediato. La miró, junto al unicornio, lamentando su muerte. Y entre ella y Aylandris decenas de individuos en plena pelea. Alcanzarla era tarea complicada, pero no imposible.

Se agachó, poniéndose casi a cuatro patas, y comenzó a deslizarse entre la muchedumbre. Más de una vez la pisaron, muchas veces más tropezaron con ella, haciendo que varios seres terminaran con el trasero sobre la arena, y perdió su rumbo más de lo que había deseado. Pero cada vez que se incorporaba un segundo para ver hacía donde tenía que seguir caminando, corregía su trayectoria, volvía a agacharse y a reptar hacia su objetivo... hasta que sin saber porqué sintió que sus pies y sus manos perdían el contacto con el suelo. Pestañeó, sin saber qué era lo que estaba viendo. Levantó la vista del suelo, mirando rápidamente al exterior para intentar buscar respuesta.

-ARRRRRRRGGGGGGG -exclamó asustada cuando vio que estaba rodeada de una especie de burbuja que la hacia flotar, alejada del suelo. Dio un respingo e intentó incorporarse, pero perdió pie y terminó sentada, flotando, a unos escasos metros de la maga.

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05/04/2015, 11:38
Re-Min

Suspendidos todos en el aire, una celeste caminó hasta el centro del lugar. Un mago se acercó a ella e hizo unos movimientos cerca de la cara de la celeste. Acto seguido, su voz llegó amplificada a todos los rincones de Rhyrr.

Ciudadanos de Idhún, por favor, mantengan la calma Al principio su voz estaba quebrada, pero poco a poco recuperaba la cordialidad. Aquellos que tenían algo de empatía comprendieron lo que suponía para los celestes aquella situación. De hecho, muchos de ellos se habían alejado de la zona.

La celeste empezó a levitar para estar visible a todos los allí presentes Soy Re-Min, la líder de los Celestes se presentó para aquellos que no la conocían. Y no voy a permitir estas alteraciones en mi ciudad. Todos estáis aquí pacíficamente, todos nos hemos unido a un hecho que iba a ser único... Y lo ha sido terminó la frase mirando hacia el unicornio, que seguía en el mismo lugar.

Basta de peleas y de declaraciones de guerra. Nadie sabe quién o quiénes han podido causar esta atrocidad. Y repito, NADIE las palabras eran claras Si alguien tiene hechos que demuestren que una raza o persona lo ha hecho, estaré dispuesta a escucharle, pero si son sólo acusaciones sin argumentos, no quiero escucharlas.

Re-Min hizo un gesto a los magos, y éstos bajaron los brazos, haciendo descender a todas las razas hasta el suelo, liberandolos de sus burbujas. La celeste seguía levitando, quedando encima de todos los presentes.

La situación nos pide tomar medidas complicadas. Nadie puede abandonar la ciudad hasta que se resuelva este asunto o demos instrucciones diferentes Re-Min notó en su interior las miradas de odio que había en el lugar, incluso algunas iban dirigidas a ella, pero continuaba sin inmutarse Los representantes de las dos Iglesias, así como los magos y miembros de las razas de Idhún se reunirán conmigo en la Sala Transparente de la Biblioteca. Si alguien más quiere acudir, será bienvenido, pero siempre respetando a todo el mundo. Sugiero que todos vayan a las posadas a descansar, además se habilitarán nuevas zonas para el descanso de los visitantes. Magos y sacerdotes patrullarán juntos la ciudad, para evitar cualquier altercado.

Re-Min ascendió todavía más y se alejó, directa a la Biblioteca. El murmullo se hizo otra vez presente, pero ahora nadie se atrevía a gritar ni a decir nada directamente. Algunos miembros representativos se movieron camino a la Biblioteca.

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05/04/2015, 11:38
Narrador

Tu voz llegó hasta los Szish, y sólo uno de ellos te miró directamente a los ojos. Algo te decía que podía ver tu interior, saber la verdad de tu conciencia. Pero tu descubriste en su mirada que estaba desconcertado y asustado. Si había sido obra del Séptimo, él no lo sabía. Su curiosidad por la llegada del Unicornio era sincera, y ahora sus vidas corrían serio peligro.

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05/04/2015, 11:39
Kail

¡Ay,huy,dueledigo a la chica mientras me cura las heridas  ¿qué yo bajé? ¡aaaayy! , ¡ese animal me enganchó por el pie, el muy bestia. Ay!

 Cuando escucho a la celeste hablar me pongo en movimiento, todavía estoy dolorido, pero no todos los días se forma parte de la historia, aunque sea trágica, de Idhun. ¡Vamos, quiero ver que hacen en la biblioteca! Todavía estoy triste por lo del unicornio, mas aún por los golpes, pero tengo un ánimo renovado y parece que las heridas duelen menos. Me pongo pues camino de la biblioteca.

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05/04/2015, 11:39
Ceya

-Tch, ¿todos los hombres sois tan quejicas?- le miró con una ceja levantada mientras una sonrisa burlona se asomaba en sus labios. 

Ya habían vuelto al suelo (el simple hecho de "volar" le había encogido el estómago en un puño). Miraba con los brazos cruzados a la Celeste. No lo podía evitar, le transmitía cierta calma, tranquilidad y seguridad... Pero por dentro seguía llena de dudas, aunque no se atreviese a expresarlas en voz alta.

-¿Te vas a la biblioteca?- miró al chico de nuevo con esa expresión de "¿eres tonto?", sacudió la cabeza a ambos lados y le puso la mano sobre el hombro para acercarse y susurrar -no sé tú, pero yo no quiero quedarme encerrada en este lugar- y sin más se dedicó a caminar esquivando a las personas, casi como si bailase, ocultándose detrás de unos y otros. 

Se disponía a salir de la ciudad y olvidarlo todo. El viaje había sido un error. Volvería... ¿pero a dónde? Si volvía así, su tía y su prima la mirarían con desaprobación, y el resto de feéricos no serían menos. 

"No... no puedo volver así"- se paró en seco y se giró mirando las caras distintivas de cada raza -"además, le prometí a esa bárbara que le ayudaría a encontrar al ladrón de Wash". 

Soltó un bufido desdeñosa. No le gustaba sentirse así. Sentía que era demasiado débil para negarse a hacer lo que prometía "tengo que aprender a que todo me dé más igual". 

Deshizo sus pasos para volver junto al chico igual de rápido que se había marchado. 

Antes de que al pobre le diese tiempo a abrir la boca, Ceya ya estaba estirándole de los mofletes.

 -¡Que sepas que eres un pequeño niño idiota y cabezón! 

 

 

 

 

JUM!- apretó los labios mirando "indignada" hacia un lado. Fue cuando vio en la lejanía a los yan. ¿Ellos también sentirían curiosidad por lo que estaba pasando?, ¿sería verdad que su corazón ardía como el fuego?, ¿se quemarían si los metes en una hoguera? 

-¿Crees que sacaremos algo en claro en la biblioteca? Es que no estoy ahora mismo como para meterme entre cuatro paredes. Además, he oído que es un sitio lleno de libros... ¡¡habrán muchos símbolos de esos raros a nuestro alrededor!! Qué mareo con solo pensarlo... 

Además, tengo curiosidad. ¿Has visto a alguno de esos magos estirados que parezca sospechoso? Como si hubiese robado algo... ¿sabes lo que son los wash? Son bichos asiiiiiiiií de grandes- estiró ambos brazos hacia los lados indicando el tamaño de los animales -muy peludos y que comen hierba. Quiero saber para qué lo puede querer utilizar alguien.

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05/04/2015, 11:39
Khazlian

Las palabras de la celeste sonaban reconfortantes y, en cierta medida, me hacían sentirme un poco mejor tras lo que había pasado en la plaza. Pero eso no le quitaba la gravedad al asunto que se estaba tratando, el unicornio había muerto delante de todos los ojos que allí se había concentrado para verle en su máximo esplendor.

Poco a poco, la burbuja va bajando hacia el suelo, mientras la celeste termina con su discurso. Invitando a todo el mundo que quisiera asistir a la reunión que se iba a celebrar en la biblioteca. Me hubiera ido por dónde había venido sin dudarlo, pero la restricción impuesta por la que nadie podía salir de la ciudad me impedía irme. Además, aunque no se lo mereciera, no podía abandonar a Shela a su suerte. Por muy cínica que se hubiera vuelto, no dejaba de ser Shela, en algún punto, oculto entre tanta magia, debería estar la yan que yo conocí hace mucho. Suelto un desganado suspiro. Estaba claro que no podía dejarla sola.

Si tenía que volver con ella, en el caso de que ella quisiera volver claro, tendría que esperar a que todo esto terminase. Puede que colaborando con ellos se resolviera antes, y para eso tendría que acudir a la reunión. Debí haber previsto que una petición así por parte de la maga traería malas consecuencias, pero no lo vi.

Suelto otro suspiro y me uno al torrente de gente que se va dirigiendo a la biblioteca, con la sacerdotisa celeste a la cabeza. Espero que Shela recapacite cuando todo esto haya pasado.

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05/04/2015, 11:40
Namib

Namib corrió adelante para la reunión en la biblioteca.  Quería encontrar un buen lugar.  Quería además ver la reacción de las distintas razas ante lo acaecido.  Espero no estalle una guerra.   Sus trenzas largas y anudadas bamboleaban sobre su espalda.  El tamaño corto de gnoma, y la agilidad natural de esta raza le daban una ventaja.  Llegar primero para escuchar.  Sentarme junto a una ventana para escapar.  Uno nunca sabe si es que quienquiera que lo hizo quiera que regrese el caos.  Venía viendo a unos y otros tratando de identificar chispas de odio antes de que se escaparan y encendieran las mechas tendidas por años de separación e incomprensión.  Grande es la magia de los celestes.  Quien fuera una de ellos.

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05/04/2015, 11:40
Entu

-¡La ciudad cerrada! entonces no podré salir al río.- La idea de estar atrapado entre las mareas de gente que le rodean asusta al varu. La batalla campal que se ha formado ya ha sido una mala experiencia para él, pero quedar atrapado en la ciudad sería aún más duro. A pesar de ello, no se plantea huir de forma "ilegal", cuando llegue la noche ya tendrá ocasión de intentar razonar con los guardias.

-Yo quiero ir también a la biblioteca.- Además de querer enterarse de lo más que pueda sobre la desgraciada muerte del unicornio, Entu tiene otra razón para optar por la biblioteca: cree que allí estará algo más a salvo del caos que probablemente se forme en la ciudad en las próximas horas. Busca con la mirada quienes del grupo que estaba viendo la llegada del unicornio con él comparten su deseo de ver qué pasa en la biblioteca. -¿Os importa acercarnos antes a una fuente? Necesito refrescar mi piel.

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05/04/2015, 11:41
Narrador

Aunque la situación parecía anunciar lo contrario, muchas personas decidieron resguardarse en posadas, bosques y fuentes. No querían estar presentes en esa reunión de la Biblioteca, pues era demasiado con la visión del Unicornio muerto como para debatir todo lo ocurrido.

Los magos ayudaron a que todos se sintieran cómodos. Lanzaron conjuros a los lugares de cobijo y, aunque todo pareciese igual, no lo era. Aquellos que entraban en esos hogares improvisados podían ver cómo la magia les había hecho crecer por dentro. Los estanques se habían convertido en grandes lagos donde los varus tenían todo el espacio que quisieran (donde Entu pudo refrescarse todo lo que quiso). Los habitantes de los bosques disponían de muchos más árboles de los que sus ojos podían llegar a ver en el exterior. Y las razas que decidierion acudir a las posadas, encontraban que tenían un sinfín de habitaciones. Todo el mundo tenía mucho espacio para pensar, dolerse en silencio y, sobre todo, no molestarse los unos a los otros.

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05/04/2015, 11:41
Narrador

Unas impresionantes puertas transparentes separaban la ciudad del gran edificio que era la Biblioteca. Unas escaleras llevaban hasta ellas, que estaban abiertas de par en par. Un gran flujo de gente entraba y, aunque ese lugar sería la alegría de muchos, en esos momentos nadie podía sonreir.

Al entrar, era más maravilloso de lo que se podría imaginar. El techo era todo de cristal, dejando penetrar las luces de los tres soles en sus ocasos. Las paredes, de mármol blanco, sostenían miles de libros, pues habían creado estantes naturales de la piedra. Estos estantes nacían casi a ras del suelo y ascendían hasta esos magníficos ventanales.

Los libros estaban separados por categorías, anunciadas en las mismas paredes por unas caligrafías perfectas y totalmente bellas.

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05/04/2015, 11:45
Bibliotecaria

Para aquellos que habían visitado la Biblioteca con anterioridad, podían reconocer a los celestes que ayudaban en ella. Pero allí pocos quedaban, y su rostro ya no se mostraba sonriente, si no lleno de dolor y lágrimas. Con la cabeza agachada, indicaban a los que entraban para acudir a la reunión el camino a tomar.

En el fondo de la estancia, unas escaleras blancas de marmol, acorde con las grandes estanterías del lugar, subían a una estancia supieror. Los que se aventuraron en ellas sintieron cómo cada escalón significaba un paso a aceptar la realidad de la muerte del Unicornio, un paso más para comprender que la oscuridad estaba llegando de nuevo a Idhún, un paso para comprender que llegaban momentos duros. Era una escalera que, sin duda, invitaba a la meditación.

Al llegar a la sala superior, ésta no tenía paredes. Todo eran ventanales ampios, que dejaban ver todo Rhyrr y las tierras más próximas. Esa vista podía dejar sin aliento a cualquiera, pero en esos momentos, pocos se quedaban observando todo más allá. La mirada se centraba en Re-Min, que estaba situada en el centro de esa gran sala, esperando que todos los que quisieran se reunieran a su alrededor.

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05/04/2015, 11:55
Re-Min

Con las manos entrelazadas, Re-Min observaba con mirada paciente y serena a todos los que aparecían por las escaleras. Su rostro denotaba tranquilidad y serenidad, seguramente con el único fin de transmitirla a los allí presentes. Respiraba pausadamente y, de una manera inconsciente, todos imitaron esa respiración. Cuando quisieron darse cuenta, los ánimos estaban algo más tranquiilos.

Re-Min esperó unos minutos cuando el flujo de gente se había reducido. Al decidir que nadie más iba a llegar, tomo aire y comenzó a hablar.

Os agradezco vuestra presencia aquí en contra de lo que muchos podían haber pensado, muy poca gente se había presenciado en la sala. Pero a Re-Min no le pareció importante, seguramente se sentiría más cómoda. Esto que ha ocurrido es un hecho oscuro y siniestro. Muchos de nuestros pensamientos se mueven hacia el Séptimo Los szish allí presentes se removieron, intranquilos Pero la maldad no tiene por qué estar ligada a él, habita de muchas formas en los corazones de todos los miembros de Idhún. Estamos aquí para buscar soluciones, no para culparnos los unos a los otros. Debemos mantenernos unidos para no sucumbir como nos ha pasado en anteriores ocasiones.

Re-Min caminó hacia atrás, incorporándose al grupo de gente.

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05/04/2015, 12:09
Shela

Shela dio unos pasos y se colocó en el mismo lugar que Re-Min hacía unos segundos. Miró con profundidad a todos los allí presentes, quedándose unos segundos más en Khazlian, antes de empezar a hablar.

Poco sabemos de los Unicornios, salvo que son criaturas bellas, veloces y que sólo se aparecen a aquellos que ellos deciden. No conocemos de su anatomía nada, pero podemos asemejarla a otras criaturas. Se detuvo, desviando la mirada al suelo. Respiró hondo y volvió a mirar a todos, llena de determinación.

El Unicornio tenía el cuerno y una pata trasera rota. En uno de sus muslos interiores, además, tenía un desgarro, como si le hubiesen mordido. Y no sólo eso la mirada de la joven maga se quebró, vibró ante las numerosas lágrimas que parecían acudir a sus ojos su cuerpo tenía numerosos pinchazos, como si le hubiesen extraído la sangre.

El color negro de su cuerpo no sabemos si se debe a una maldición o que, al morir, se les cambia el cuerpo. Siendo sinceros, no sabemos cómo muere un Unicornio, si puede si quiere, o tiene que ser asesinado... Hay muchas cosas que desconocemos, desgraciadamente. Creemos que lo mejor es que el cuerpo de la criatura sea custodiado por los feéricos, que lo entierren en sus bosques, pues allí fue donde lo encontraron por primera vez.

Shela fue a retroceder, pero algo le vino a la mente. Volvió a mirar a todos antes de volver a hablar.

Magos y sacerdotes estábamos preocupados por lo que la llegada del Unicornio podía suponer. En la ciudad había mucha gente que, como poco, se convertirían en semimagos, si la criatura no transformaba en magos. Hemos estado hablando y haciendo preguntas a diferentes grupos. Nadie ha recibido la magia. Nadie ha sentido el don. El Unicornio no ha transferido a nadie su poder. Lo que significa... Que llegó a nosotros sin magia. Que alguien se la arrebató.

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05/04/2015, 12:18
Bibliotecaria

Unos pasos rápidos por las escaleras alertaron a todo el mundo, que estaban asimilando las palabras que acababan de escuchar.

¡Re-Min, Re-Min! gritaba una celeste. Al llegar al final de las escaleras, una bibliotecaria, con la respiración entrecortada, portaba un libro entre sus manos. Se llevó la mano al pecho, y su rostro se quedó blanco ceniciento. La preocupación de todos los allí presentes pudo con ella, que se arrodilló, intentando recuperar la calma. Pero estaba muy exhausta y cansada, no pudo controlar los sentimientos que todos emanaban. La celeste cayó desmayada, con el libro entrelazado entre sus brazos.

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06/04/2015, 14:17
Namib

 

Al ver desmayarse a la celeste bibliotecaria, Namib, que estaba en los estantes próximos, se lanzó hacia ella para que no se lastimara con la caída.  La sostuvo entre sus brazos, como se haría con un niño, mientras la revisaba para ver que era lo que la tenía así.  Buscó con la mirada a los otros celestes médicos que seguro venían hacia ellos.   A la vez, no pudo evitar leer la portada y hojas abiertas del libro que llevaba la celeste entre las manos.  ¿Que decía? 

 

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06/04/2015, 23:59
Aylandris

Nada parecía tener sentido. Todo había cambiado. Absolutamente todo.

Las risas, la fiesta y la expectación habían sido sustituidas por el miedo y la incertidumbre, por la tristeza. Aylandris nunca se había sentido asi, tan perdida, tan vacia. Se arrimó todo lo que pudo a la maga, pues no debía perder de vista, aun a pesar de sus sentimientos, que otro ser estaba esperando su vuelta. Pero ya no sola, sino con la maga, y no podía perderla de vista.

Por lo tanto, cuando la maga comenzó a caminar siguiendo al resto de seres que querían ir a la Biblioteca, la siguió en silencio a corta distancia. No consideraba que aquella reunión fuese lugar para ella, una pequeña yan sin importancia, pero parecía que nadie estaba dispuesto a protestar su presencia y, realmente, tampoco se quería quedar sola. Junto a ella, caminaba Khazlian y un poco más allá, el varu. No prestó mucha más atención al resto, su atención se centró en no perder de vista a Shela.

Caminó por aquellas calles tristes, pero no pudo dejar de sorprenderse por las enormes puertas que separaban la ciudad del edificio de la Biblioteca. Ya desde lejos parecía un edificio impresionante pero, al ir subiendo, le pareció que los escalones eran interminables y que, de seguir subiendo, llegarían al cielo. Y al cielo llegaron, o eso le pareció a Aylandris cuando llegaron al final de las escalinatas. Dio un respingo cuando vio que no había paredes y que desde donde estaba podía ver la ciudad a sus pies y muuuuucho más allá. Se apresuró a separarse de lo que deberían de ser paredes y se dirigió rápidamente hacia adelante, donde ya estaba hablando una celeste a todos los que se habían allí reunido y hacia adonde había visto desaparecer instantes antes a Shela.

¿Donde esta la maga? ¿Donde esta?....

Y de repente escuchó su voz, allí delante. Se agachó y se escurrió entre las piernas de diversos seres hasta quedarse en primera fija. Allí descubrió que Shela se había situado junto a la celeste que había visto al final de la sala al entrar, y ahora estaba hablando. Escuchó atenta y se sorprendió al saber que casi nada se sabía de los unicornios. Se cruzó de brazos, intentando no llorar al pensar en la muerte de aquel ser tan maravilloso.

¿Se puede arrebatar la magia a alguien? ¿o a un ser como ese unicornio? Aylandris intentaba seguir las palabras de Shela, pero había muchas cosas que le estaban sorprendiendo y otras que no entendía, como cuando aquel celeste entró corriendo en la sala e interrumpiendo a Shela. Se la quedó mirando, expectante, casi sin reaccionar y solo pudo pensar una cosa cuando la celeste se derrumbó.

¡Oh! ¡Por los soles! ¿Ahora esa celeste tambien?

Abrió los ojos desmesuradamente. Nunca había visto morir a nadie. Y si había sido duro ver morir al Unicornio, sumarle la muerte de una celeste.... No quería pensarlo.