Hace siglos, cuando el velo entre mundos era delgado como la niebla de los arrozales, los mortales convivían con seres invisibles: dioses del bosque, espectros, objetos poseídos, bestias parlantes y criaturas nacidas de emociones humanas. Les llamaban... Yokais.
En el mundo moderno, estos seres no han desaparecido. Solo han cambiado de formas: se ocultan en el sistema eléctrico, en pantallas, en edificios abandonados o en la sombra de las grandes ciudades. A veces, atacan. Otras veces, sufren. El crecimiento urbano, la pérdida de fe y la contaminación han alterado el equilibrio espiritual, provocando apariciones violentas, maldiciones persistentes y catástrofes inexplicables.
Para enfrentarlos —o protegerlos— nacieron las Sociedades de Cazadores de Yokai, alianzas secretas de humanos valientes, armados con sabiduría ancestral y poder espiritual.
Algunos exterminan. Otros purifican. Algunos sellan y estudian. Pero todos luchan para preservar el equilibrio.
Los civiles no suelen saber nada. Pero existen aquellos llamados “Granos de Arroz”: personas comunes que han visto demasiado y ahora ayudan desde las sombras. Policías, enfermeros, políticos, maestros.
Todos ellos responden al símbolo del Komainu, el león-guardian de los templos sintoístas, emblema de los verdaderos cazadores.
El mundo está en peligro. Pese a sus diferencias, todos respetan la jurisdicción del resto.