Maldita sea... Aquí hay algo oscuro, algo... Vacilo, y comienzo a andar hacia atrás, alargando el brazo, como intentando apartar al monje de... "eso". Noto como se me humedece el ojo sano, me gito hacia Bernardo y simplemente niego con la cabeza mientras lo miro a los ojos
Motivo: irr
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 68 (Fracaso)
-¿Qué os sucede, mi señor? –inquirió alarmado el benedictino.
Viendo el atribulado rostro de don Bertrán y al oír sus balbuceos sobre poderes malignos, Bernardo tomó en sus manos el crucifijo que portaba al cuello y empujó la puerta con su mano libre murmurando:
-Dixitque Deus: “Fiat lux”. Et facta est lux.*
Motivo: IRR.
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 84 (Fracaso)
*Y dijo Dios: "Hágase la luz". Y la luz se hizo.
Je. Creo que los Cielos nos protegen y no nos dejarán tomar contacto con la inmundicia al otro lado de la puerta.
Andando por los pasillos, y aún pensando de qué o quién era la figura femenina vista, llegásteis hasta un buen portón bien cuidado y grande. Nada más adentraros (la puerta no estaba cerrada), vísteis una habitación grande y muy lujosa. Tenía en sus paredes símbolos critianos (cruces de diferente tamaños, algunas pinturasa con pasajes bíblibos y algunas velas como lacradas en sus laterales con bonitas cruces), y un gran escritorio sobre alfombra y con una silla, sobre el cual había diversos objetos de oro (una copa, unas cruces, orfebrería devota, etc.). Tras la pared, en uno de los laterales, había un inusual tapiz extendido, cuyo dibujo y decoración hacía formas muy complicadas. ¿Sería aquella la habitación del Abad?
Las tiradas de "Descubrir" abarcan las antiguas competencias de "Otear" y "Buscar", asique de tirar algo, sería "Descubrir" (PER).
Quizá la luz se haría en tiempos de Cristo, pero no en aquel antro tan lleno de crímenes y maldades, ya que algunas habíais visto... Y tal que Bertrán parecía bien razonable al decir algo así como que la bondad no habitaba allí, que vuestro cuerpo se descompuso, como cuando los humores del estómagos se revuelven y los hombres han de ir hacer las necesidades más de lo habitual. Y vuestra alma parecía compungida, triste, temerosa, casi vacía, alerta... Eso si: todavía ni rastro de Bertrán o Gabriel...
Sois libres de entrar, pero vuestras Racionalidades os están alertando ahora mismo.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 14 (Exito)
¡Por fin una tirada buena, ya era hora!
¡Maldita sea Bernardo!
Lo agarro por la túnica con violencia y trato de arrastrarlo por donde habíamos venido.
No temo a hombres, pero esto... no es de este mundo... Salgámos de aquí de inmediato antes de despertemos los infiernos.
Todo me hacía querer de allí, la extraña sensación, el maniente en penumbras, la anterior habitación quemada, ese olorcillo, acrecentado por el hecho de estar bajo la inmensidad de un monasterio, podía sentir cada una de las piedras sobre mi alma en este momento.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 14 (Exito)
Ídem :D
Oteásteis la habitación y vísteis cómo el tapiz estaba colocado de forma rara, como su estuviera colgado y superpuesto a algo. Efectivamente, tras levantarlo con la mano, vísteis una puerta en plena pared, hecha de madera. Pero no fue lo único que os sorprendió: os girásteis hacia la entrada de la habitación debido unos enormes chillidos comenzaban a internarse en la habitación del Abad (por el mismo lugar por donde habíais accedido allí), y en vuestros oidos. Procedían de alguna zona de los pasillos o habitaciones del monasterio... y cada vez... ¡Cada vez se oían más fuerte! Estaba claro que venían raudamente... ¡parecían viajar tan rápido cual rayo de sol! Los tremendos gritos no eran de uno, ni de dos... ¡parecía aquello de una masa enfurecida, una masa QUE LLEGABA como avando rapidamente hacia vuestra posición! ¡ ¡ Y A L L E G A B A N ! !
Estáis en nº 15. ¿Volvéis a la nº 17? ¿Qué hacéis?
Podéis tirar voluntariamente por Escuchar (PER)
- ¡Vámonos de aquí, debemos de salir de aquí y encontrar a los demás, ahora!. - Respondí, asustado, mientras me tapaba los oídos.
No quiero permanecer un segundo más en este sitio, se me crispan los nervios... Bernardo, salgamos de aquí, necesitamos hablar con cierto Abad... Hierro en mano...
Vuelvo a tomar a Bernado por el brazo
Subamos de nuevo por la escalera Bernardo, vamos
Motivo: escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 43 (Fracaso)
Si Bernardo no tiene nada más que decir sobre lo que hay aquí abajo, subir las escaleras del 8
-¡Non hay tiempo! ¡Estamos atrapados! -grité-. ¡Rápido, ayudadme a mover el escritorio para atrancar la puerta!
Empecé entonces a empujar el pesado escritorio con todas mis fuerzas, rezando por que diera tiempo a arrimarlo a la puerta. Fuera lo que fuera aquello, no quería verlo.
Mientras mi compañero corre a mover el escritorio, yo abro lo justo un poco para ver lo que pasa y, si la cosa pinta tan grave, correr a ayudarle con el escritorio, si veo que realmente vienen en nuestra dirección...
Mirando por la pequeña "rendija" que hiciste al abrir la puerta de la habitación, el sonido de los gritos se agrandó, pero aún no veías a nadie venir. Eso si: los pasillos del fondo refulgían luces, como el reflejo de fuego que se acercaba ¿antorchas quizá? Aquellos sonaba cada vez peor: un ligero cálculo de los sonidos serían de diez personas hacia arriba llegando en tropel...
Viendo que la cosa tenía muy mal aspecto, me apresuré a ayudar a mi compañero:
- Por los cajones hacia afuera, debemos de registrarlos antes de ir por la puerta nueva, por ai hay algo que podamos registrar... - Propuse.
-Excusadme, mi señor Bertrán, si os insisto: dejemos atrás este antro que sin duda el demonio mora, mas no perdamos la oportunidad de indagar y descubrir alguna cosa más antes que las mentiras deliberadas del padre abad nos oculten la certeza.
El monje se dirigió hacia la esquina oculta de la sala adelantando la antorcha para iluminarla, mas se detuvo un instante alzando la cabeza, como quien siente un ruido.
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 41-
Resultado: 3 (Exito)
Voy a 15 y luego a 11... según lo que pueda oírse. No sé si es necesario, pero lo preciso: un ruido potencialmente peligroso -pasos, un aullido de lobo, una ballesta que se monta- hará a Bernardo precaver y hasta detener su movimiento.
-De acuerdo, ¡pero aprisa! -grité, mientras empujaba ya el escritorio-. Nin siquiera sabemos si aguantará. Habemos de irnos rápido por la puerta que acabamos de descubrir, ¡et rezad por que esté abierta!
Me dispongo a ayudar a colocar el escritorio contra la puerta, con los cajones enfrente de nosotros, esperando que resistieran:
- Registremos los cajones rápido y veamos si podemos apoyar el armario o lo que sea sobre él, para estar seguros de que no cede...
-Registradlos rápido mientras pruebo yo solo a mover el armario -dije, pues seguramente yo tendría más fuerza para cargar con el mueble y Gabriel más cabeza para dar con algún legajo interesante.
- ¡No seas ridículo, mueve la mesa y luego la registramos, cojones!. ¿Como vas a mover un armario tú solo?. - Pregunte, enfadado. - Solo recuerda que debemos dejar los cajones hacia nosotros. Ahora no perdamos más tiempo en charma inútil, ya casi están aquí...