Partida Rol por web

Cuando la puerta se cierra, la música y los sonidos del exterior se cortan de golpe. Te das cuenta que el servicio tiene doble capa de aislamiento por lo menos y dudas que, de gritar, tus compañeros fuera lleguen a escuchar nada.

El primer aseo, vacío. El segundo aseo, vacío. El tercer aseo, vacío pero una bolsa de basura negra cubre la taza del WC y, sobre ella, un folio escrito "fuera de servicio". Entrad en el segundo o el tercero haciendo el paripé. Tiras de la cisterna y el agua corre.

La rubia deja de maquillarse y te mira. Guarda silencio unos segundos antes de dirigirte una palabras. -¿Una audiencia con Tatiana? Ja, lo tienen difícil. Ponte a la cola, yo llevo esperando para hablar con ella meses.- Guarda silencio observándose de arriba abajo -¿Por qué crees que ella querría hablar contigo antes que con cualquier otro fan que llegue adulándola?- tras la pregunta, vuelve al espejo y a sus maquillajes.

Gaia tras observar los tres aseos y la pared blanca determina que de haber una abertura escondida en aquel espacio, desde luego no sería en los aseos 1 y 2, siendo curioso que el tercero se encontrara no disponible. Querría investigar con tranquilidad, pero la rubia estorbaba. Debía tener cuidado, si le metía un bufido la muchacha podría salir corriendo del lugar y tener a medio local en su contra. Debía ser sutil.... Joder cómo le costaba eso....

- ¿Meses?... - la felina enarcó una ceja, ¿le tomaba el pelo? -... Yo creía que era mucho más sencillo poder hablar con ella... Ya veo que no... En cualquier caso estoy segura de que ella preferiría hablar conmigo a con...otros muchos fans... - comenta mientras piensa como justificar su seguridad -...Quizás porque tenga una cosa muy interesante que decirle... algo que sin duda agradecerá...  o también puede que le interese hacer negocios..., conmigo y con mis amigos... - Gaia sonríe mirándose al espejo -...Está claro que a Tatiana los negocios le gustan, tiene un local precioso y muy bien cuidado, así que supongo que soy de su interminable listado de fans, la más interesante de todos, o puede que la más productiva....

La intuición de la hembra le indicaba que alguien estaba al tanto de aquella conversación. Elegía muy bien sus palabras para que no la considerasen insulsa, o peor, una base de problemas.

- Algo he aprendido de mi mentor... - pensaba ahora mismo en Krampus -...nunca hay que despreciar un buen negocio, nunca se sabe cuánto puede enriquecerte o... darte aún más poder.... - mira a la rubia con interés -... ¿Y tú? ¿Para qué quieres hablar con ella? ¿Solo por un autógrafo?....

-Sí... Sólo por un autógrafo- contesta la muchacha volviéndose a mirar de arriba abajo.

-O cuando un negocio puede matarte- la voz ronca e indudablemente masculina resonó en la estancia. Pareció como si la rubia se encogiera inmersa en su fachada de inocente que se maquillaba frente al espejo con tanta contundencia que parecía que no estuvieras allí. La puerta del WC roto se abrió suave y lentamente.

Gaia miró a uno y otro lado, aquella voz había remarcado su presencia de manera contundente, y su instinto, una vez más no fallaba. La conversación había sido seguida de cerca por Tatiana, o puede que por su coterie, el caso era que había avanzado hacia la dirección correcta, solo esperaba seguir estando acertada en su proceder.

- Oh sí también..., hay negocios de toda índole, una suerte que la muerte últimamente no esté entre mis prioridades... - comenta sonriendo mientras se encamina hacia el baño roto -...pero tampoco es el peor de mis miedos, si así fuera, nunca saldría a la calle pero eso tampoco sería vivir... irónico... - comenta con voz agradable, segura, no buscaba enfrentamiento, solo intercambiar opiniones que denotaran que ella no tenía miedo, de lo contrario, jamás habría llegado al territorio de la diva. En el mundo gangrel, era una muestra de respeto, que alguien llegara a tu zona con sumisión y prudencia a pesar de que no temblase ante tu presencia

-Una muñequita- La joven que apareció ante mí me llamaba a la altura del pecho. Con el primer vistazo ya supe que sabía defenderse. Estaba bien entrenada. -Habéis entrado en la última canción de Tatiana. Sois cinco. Al haber entrado por la zona mortal sabemos que no habéis Sido invitados.- La pongo al corriente tal y como me ha indicado Tatiana -Deduzco que tú eres su líder. ¿Habéis venido sólos. Los cuatro de ahí fuera y usted, señorita?¿Sois vampiros todos? ¿Los cinco queréis bajar a verla?¿Lleváis armas encima?

...y, por último, ¿Con qué motivo debo anunciaros?-

Soy consciente de que mi tamaño y mi voz imponen, pero el tono es cordial, incluso amable. No hay motivo para hostilidades, pero no dudaré si es necesario.

Aprecias que el WC ha desaparecido. Tras el hombretón sólo hay oscuridad pero puedes intuir unas escaleras que bajan.

Inevitable mirar hacia arriba cuando el tipo se presenció. Gaia supo que él era en su manada lo que ella representaba para la suya, la fuerza bruta y que ambos estaban midiéndose visualmente. La hembra estaba en territorio ajeno y allí las reglas de la toreadora eran las válidas, así que la fémina intentó ser lo más sincera posible en aquel encuentro. Gaia no soportaba las mentiras, no llegaría al espacio de otra coterie con engaños o argucias si no con su propia perspectiva.

- Sí hemos entrado con la última canción de Tatiana y sí somos cinco... - comienza a afirmar -... No hemos sido invitados... Y no soy la líder de la gente que viene conmigo, solo la única que podía entrar en los baños femeninos sin crear una hecatombe en el local... - comenta con sencillez, sonriendo débilmente -...Todos somos vampiros, aunque yo solo respondo por las acciones de dos de ellos que son mi manada, el de feo aspecto y el del pelo rizado, sus afrentas serán las mías... Los demás si hicieran algo impropio no quiero ser responsable de ello.... Pero sí es cierto que los cinco tenemos  asuntos que tratar con la líder de esta zona... Yo no voy armada pero soy un arma en mí misma.... Desconozco si los demás llevan armamento y de qué tipo es... Y sí, somos solo cinco los que hemos venido a hablar con Tatiana, sería de agradecer que mis compañeros pudieran venir... El propósito es... informar y negociar... Mi nombre es Gaia, soy chiquilla de Raider, no sé si habréis oído hablar de él, aunque ya me muevo como vampira independiente...

La hembra había sido muy amable, específica en las respuestas y sincera, concretando incluso los puntos donde dudase. Tenía claro que si allí se liaba algo gordo con Oystein o Cathrain, no era su culpa, pero Krampus y Ovillito sí eran asunto suyo, tanto que moriría por ellos.

La gangrel transmitía seguridad en su voz, pero no estaba tensa frente al hombre, si hubiera querido matarla, ya lo habrían hecho.

-Puedes llamarme Bahuman o Bahu, si lo prefieres- sonrío -He oído hablar de tu sire. No siempre los rumores eran buenos pero tiene mi respeto, algo que extiendo hacia su chiquilla- le hago una leve inclinación a modo de saludo, ahora, sabiendo con quién estoy tratando. -Pasa- me apartó del acceso dejando ver el descenso -Sois muchos por lo que entraréis poco a poco. No te preocupes, cuando tus compañeros se alteren les haré saber que estás entre amigos- mis palabras son sinceras. No podía decir abiertamente que Raider me caía bien por guardar las apariencias, pero sí que era respetado por muchos y aún más los que temían cruzarse en su camino. En cualquier caso, estoy seguro que Gaia no sufrirá más daño que el que ella quiera infringir y, tras haber hablado brevemente con ella, no he percibido hostilidad -Un consejo. Cuando conozcas al Oráculo del Sur, relaja tu mente, mantén firme tu voluntad y piensa con sinceridad.-

- Es un placer conocerte Bahuman... - inclinó la cabeza devolviendo el saludo respetuoso tras haberle conocido. Ella no estaba allí para pelear, su intención distaba mucho de aquello. Tenía claro la mujer que tanto valías como aliados te rodearan y en esos instantes se podían contar con los dedos de la mano, abrir su círculos beneficiaría a su coterie, Krampus así lo dijo, y así lo tendría el Nosferatu, la hembra no deseaba defraudar a ninguno de los dos cainitas que deseaban ser parte de su manada, por eso se mantenía tranquila, abierta a expectativas y sobre todo, con actitud educada.

- No será un problema, entraremos cuando consideréis, al fin y al cabo estamos en vuestro territorio, por tanto vuestras normas... - más que razonable se mostraba, asintiendo cuando le comunicó que hablaría con sus compañeros para que no se preocupasen -... A estas alturas deben estar mirando las puertas del baño con más curiosidad que la que siento yo por saber qué hay debajo... - bromea con tiento, intentaba esforzarse en ser amable y no le costaba, el hombre sabía corresponderla de buenas formas, la hostilidad se descartaba completamente en aquel encuentro.

- Agradezco el consejo pero... ¿El Oráculo del Sur?... ¿Quién es?.... - Gaia pregunta intrigada, anotando mentalmente lo que le decía Bahu, decidiendo que seguiría su consejo. Ser sincera para ella no era complicado y mantener firme su voluntad tampoco, así que esperaba no surgieran conflictos de ningún tipo. Le preocupaba Oystein en ese aspecto, con ella no había sido muy sincero,  al menos según las visiones y desde el suceso del tren sentía que le debía mucho, además de para qué negarlo, sentía cierta atracción personal por el vampiro, a pesar de lo terco que era.... Krampus y Nicholas no le preocupaban tanto, estaba convencida de que podían hacer cualquier cosa mejor que ella, todo menos pelear, por supuesto, una visión muy sobrevalorada de su coterie, pero es que el amor por ellos superaba también límites.... Y Cathrain..., a decir verdad le importaba lo mismo que una cucaracha en el suelo, nada, si desaparecía tampoco iba a lamentarlo, al menos por ahora.

-Es una Malkavian con un don para ver cosas en los demás. Su libro favorito es La Historia Interminable de Ende. Aquí todos la aprecia- responde Bahu mientras te acompaña unos pasos hacia abajo, volviendo a su lugar de guardia, un diminuto habitáculo a tu izquierda con pantallas y un micrófono antiguo y cabezón como el de las películas de espías de los años 50.

Las escaleras son cómodas en su descenso. No son los escalones pequeños que dan a un sótano. Sin embargo, que en esta parte suelo, techo y paredes estén pintadas de negro parece algo opresivo.

Ya abajo, la cosa cambia. Hay una especie de recepción vacía con un mostrador, que parece sacada de un hotel de lujo. Madera de ébano sobre la que descansa una plancha de mármol blanco en el centro de forma que puedes acceder por la izquierda o por la derecha. Detrás puedes ver despachos separados por amplias cristaleras que te hacen sentir como en un museo de muestras de muebles de oficina de varias épocas. Todos decorados de forma práctica pero eficiente. Al fondo, en la sala de reuniones oyes voces amortiguadas pero parece que hablan sobre Berlín, Hyde y algo que salió mal.

Al acercarte guardan silencio. Ves a cuatro vampiros. El primero, Tatiana, llama la atención por su chaqueta dorada sobre tanto blanco y negro de la decoración; otra mujer de aspecto maduro, muy delgada y toda vestida de negro te observa impasible, su mirada provoca escalofríos, un tipo raro, todo tatuado y de cabeza rapada, parece un pandillero peligroso que no inspira ninguna confianza y... Una joven maquillada de arlekín (o parecido), con un paraguas abierto.

La información sobre el Oráculo fue madurado en el interior de la felina. No era de extrañar que un malkavian hiciera predicciones, estaban todos locos. Que le gustase la Historia Interminable no le decía gran cosa aunque le hizo gracia la ironía del título, Gaia no sabía leer y ni siquiera podía valorar los clásicos libros de cuentos pues no los había conocido en su juventud o no se acordaba de ellos. Pero un detalle no le pasó desapercibido, todos apreciaban a la malkavian, así que dijera lo que dijese, no debía mandarla al infierno.

Tras dejar atrás a Bahu la hembra bajó por la escaleras sintiendo que era un sitio estrecho, asemejaba a las bajadas de unas catacumbas, algo que cambiaba al llegar hasta el final, donde había una recepción bastante elegante, no había nadie en esa posición así que Gaia bordeó la mesa por la derecha y continuó el camino, escuchando de fondo una conversación sobre Hyde, las noticias volaban rápido y ágiles en todos los contextos sociales, esto era algo que nunca dejaba de sorprenderla.

Al acercarse encontró a cuatro vampiros, Gaia se quedó a un espacio prudencial para no presionar o incomodar con su presencia. Hizo un repaso visual a ese particular equipo antes de hablar, los cuatro parecían evaluarla, y si no se equivocaba la arlequín debería ser la malkavian, al menos su lógica así lo marcaba.

- Tatiana..., Bahuman me ha permitido acceso para poder hablar contigo, si tuvieras tiempo... Mi nombre es Gaia, chiquilla de Raider... - dijo a modo de presentación -... conmigo viene mi coterie pero están en el local esperando, Krampus y Nicholas... y otros dos tipos... Quizás pudiéramos hablar de negocios.... - tantea para finalizar diciendo -....Me ha gustado escucharte cantar..., nunca he oído una voz tan hermosa como la tuya... - y era verdad, los sitios que frecuentaba no solían tener música en directo.

A pesar de estar entre desconocidos se intuía en Gaia una mirada segura, valiente y decidida. Su porte elegante chocaba con la naturaleza salvaje de sus gestos y su mirada azul era impactante. Su belleza no pasaba desapercibida.

-Disculpad, queridos. Tenemos visita- todos los ojos se orientan a la recién llegada.

- Tatiana..., Bahuman me ha permitido acceso para poder hablar contigo, si tuvieras tiempo... Mi nombre es Gaia, chiquilla de Raider... - le sonrío y me levanto del asiento -... conmigo viene mi coterie pero están en el local esperando, Krampus y Nicholas... y otros dos tipos... Quizás pudiéramos hablar de negocios.... - entrecruzo los dedos de las manos en un gesto cordial -....Me ha gustado escucharte cantar..., nunca he oído una voz tan hermosa como la tuya... - inclino la cabeza mirándola fijamente. Parece que ya ha terminado. Frunzo el ceño.

A pesar de estar entre desconocidos se intuía en Gaia una mirada segura, valiente y decidida pero ha hecho demasiadas pausa entre las frases, por lo tanto tiene dudas, normal. Alzo una mano para asegurar que no va a interrumpirme.

-Chiquilla de Raider- digo sonriendo incluso con los ojos -Qué encanto. Pero ¿has venido a hablar de negocios? Qué descarada ¿Vienes a ofrecerme una actividad o trabajo que realizarás para obtener un beneficio, especialmente comprando o vendiendo mercancías o servicios? No uses vocablos de otros, no te pega nada.

No. Vienes a mostrar tus respetos a la líder vampira de Berlín ¿cierto? y a mantener una conversación cordial y amable, con más de una risa ¿A que sí?- inspiro satisfecha como si realmente hubiera pronunciado esas palabras. -Ah, ah, ah- alzo un dedo -No digas nada. Lusi, pequeña. ¿Te importa?-

Me levanto, cierro el paraguas, me aliso la falda con ambas manos y doy pasitos cortos acercándome a la nueva. -Llegas tarde- le dije mientras me acercaba. Lo hacía, como lo hago siempre, como lo hace un gato cuando un desconocido le ofrece una sardina. -¿Qué me has traido?- le pregunto emocionada. Sonrío -Yo- y alargo una mano. Puede ver brillar algo en mi palma a la luz artificial de la estancia -Una llave- digo con orgullo, se la pongo en la mano. La coge, puede notar su agradable peso.

Miro a la recién llegada y sonrío cuando escucho que es la chiquilla de Raider. Pero no digo nada, dejo que la anfitriona hable y que la loca use su don. Estoy espectante por saber qué ve en nuestra recién llegada Gaia.

-Gaia- recordaré su nombre. Mientras nuestra querida Lusi hace sus chiquilladas de aficionada yo recurriré a mis propios medios.

La contra respuesta recibida por Tatiana no era la esperada y Gaia iba a abrir la boca para argumentar pero el dedo de la diva le indicaba que mejor no se saltase sus normas, al fin y al cabo era su territorio, ella mandaba. La mirada azul de la hembra se intensificó, hubiera dicho como mínimo que la política no le importaba nada, ¿no quería sinceridad?... Más que esa, imposible... Por eso la parte social no era su fuerte, y mira que se esforzaba. Se mordió la lengua, a pesar de que mínimo hubiera tenido algo que decir.

Lusi se acerca recriminándole su tardanza. Gaia se mantiene callada y coge la llave que ésta le facilita, mira el objeto y la mira a ella, ¿y ahora qué?...

- Una llave..., bien..., ¿qué debo hacer con ella?..... - mantenía la calma, aunque los malkavian eran desquiciantes, iba a dejarse llevar, Bahuman le avisó que Lusi era querida, así que enfrentarse terminaría siendo una locura -... ¿Qué quieres qué haga Lusi?.... - esperó las directrices siguientes, mientras las demás guardaban silencio

Luis la miraba con ojos muy abiertos. -¿Qué me has traído?- volvió a preguntar pero su rostro se ensombreció. -Esos llave es un regalo. Abre la luna.- Aclaró como si fuera obvio. 

El tipo rapado abre mucho los ojos esperando ver qué ocurre cuando alguien no le trae nada a la loca. La mujer de negro permanece imperturbable y Tatiana observa con creciente preocupación.

Gaia creía estar muy segura de sí misma pero Lusi era....era.... malkavian y la gangrel solo veía lo evidente. La mujer del paraguas le había entregado una llave así que esperaba algo a cambio, eso era, quería un presente pero no cualquier cosa valdría. Ella le había dado una llave, con eso podía abrir alguna cerradura pero la hembra no tenía nada de valor encima, ¿o quizás sí?... Los demás la observan como si estuviera haciendo algo mal y Gaia tuvo que emplear todo su ingenio para salir de esta. Se descalzó.

- Lusi, te doy el objeto más precioso que jamás he tenido nunca - dicho esto se quitó el vestido, quedando delante de los demás vampiros en ropa interior, al menos ésta era seductora, negra y de encaje - No solo lo digo por el valor de la prenda solamente, si no porque me presento ante vosotros desnuda, sin artificios ni engaños, sin más verdad que la que porto y podéis ver. Sin temer a salir desnuda de este sitio porque creo firmemente que hay algo más importante por encima de mi propia comodidad. Es mi regalo para ti, un presente para que uses y te haga sentir más bella de lo que eres, pero que a la vez te recuerde que lo importante es lo que hay precisamente debajo, tu esencia.

Definitivamente había pasado mucho tiempo con Krampus, pero ¿qué era un vestido si no? Un adorno que socialmente se ponía la gente para ocultarse. La hembra se despojaba de él sin temor ni duda. Quería ese encuentro por encima de todo y si le ponían más peros le daría los zapatos, el sujetador y el tanga, e iría tal y como vino al mundo por todo el local.

Gaia estaba arrebatadora en ropa interior. Salvaje, fuerte y debidamente adornada. Dio un paso hacia Lusi y la miró a los ojos, jugando cerca, muy cerca de sus labios - Si quieres más de mi, también te lo doy. Pocos te han dado tanta entrega, lo veo en tus ojos - sonríe, la hembra se venía arriba y su seguridad crecía, estaba dispuesta a conseguir ese pacto - Me ha gustado mucho tu llave. Tengo la luna asegurada gracias a ti, es algo que nunca olvidaré.

Lusi coge el vestido mirándolo con seriedad. Luego te mira a ti, en sus ojos ves que te está evaluando. Su mirada se detiene en tu herida, luego alza la vista hasta sostener tus ojos. Asiente con solemnidad. Se echa el vestido al hombro para tener las manos libres, te pone una en el abdomen y aprieta suavemente. Alza la otra hasta tu sien derecha y posa el anular y el índice. La mano del abdomen sube hacia tu pecho, hacia el corazón muerto, mientras sientes como si los dedos de tu sien entraran en tu mente taladrándote el cerebro sin dolor. Sus ojos se tornan de un azul claro infinito. -Oráculo del sur- recuerdas las palabras de Bahu.

De pronto, todo se hace oscuridad... no, oscuridad no. Tienes la sensación de haberte quedado ciega. -Es sincera- escuchas la voz de Lusi muy lejana -Pero tiene una sombra que desconoce. Unos ojos de loba que la observan desde... no está lejos. Es de su misma sangre.- 

-¿Gangrel?- escuchas la voz de Tatiana -Más que eso. Es de su misma estirpe. La sire de su sire le ayuda a ver con rituales primitivos, paganos, tan salvajes como ella misma... tres hermanas. La sire de Raider es Roja, sus hermanas son Venganza y Loba. Las tres fueron creadas por Saiasi el Domador. Que... me ve a través de ella, me observa me...-

Todo se desconecta y vuelves viendo la estancia con un velo rojo. Lusi se ha apartado de ti, le has desgarrado un hombro con tus garras que, al alzar la mano derecha, puedes ver que tus uñas están deformes como nunca antes las habías visto. Poco a poco vuelven a su forma normal. La herida en tu abdomen está sangrando. La sientes en tu mente. -Ojos de loba y cabellos rojos. Es la sire de Raider. Una chamana.-