Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Viena, el principio

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29/07/2008, 00:01
Liesel Van Troy

Se deja llevar... No se siente segura, va de brazos cruzados y su gesto de tristeza no se marcha de la cara.

- Gracias... - es lo único que dice, susurrando, más por no salirle la voz que por otra cosa...

Camina en silencio a su lado, secándose de vez en cuando alguna lágrima que surge de aquella nostalgia, aquella inquietud terrible...

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29/07/2008, 13:14
Josef Herzog

El silencio es la única compañía mientras seguís caminando un par de calles, hasta que finalmente Joseph detiene a un taxi, pronuncia una dirección y el taxista arranca a una velocidad razonable, el hombre, un tipo que no para de hablar desde el momento en que os montáis a pesar de las miradas frías de tu acompañante.

Pero su voz se va apagando conforme pasa el rato, así como va desapareciendo esa sensación de pena que tanto te inquietaba, sintiéndote mucho más relajada, más tranquila, sentada junto a aquel desconocido que mira por la ventanilla sin demasiado interés en el exterior. Cuando el taxista se detiene, hace rato que dejo de hablar. La casa que se muestra ante ti es realmente hermosa a pesar de la oscuridad de la noche, una hermosa mansión de la época dorada de los austrias, pero casi no tienes tiempo de disfrutarla, pues los pasos acelerados de Joseph te conducen al interior de la casa por una puerta lateral.

Subes una escalera de caracol, parece que es la cocina el lugar por donde habéis entrado, al llegar arriba, recorres un largo pasillo lujosamente decorado, y finalmente el joven abre una puerta a su derecha, y una habitación grande, bien amueblada, y espaciosa te recibe, una ventana grande tapada por las cortinas corridas, y una decoración masculina, también hay otra puerta, Debes descansar te señala la cama mientras rebusca en uno de los cajones, El baño se encuentra allí, tras la puerta al fin extrae lo que parece un pantalón de pijama de color azul, largo, claramente de chico, y una camiseta blanca y lisa, Yo bajaré a por algo de comer, que falta te hace sonríe y vuelve a salir, dejándote sola en aquella curiosa habitación donde se mezclaba lo antiguo con lo moderno, lámpara de crista, una televisión de pantalla plana en la pared es sólo un ejemplo de los contrastes.

Sumida en estos pensamientos, de repente, una extra excitación te invade, como si estuvieras disfrutando de alguna sensación, son ellos, son tus hijos, los sientes cerca, casi puedes oír sus risas, pero no hay nadie a tu alrededor.

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06/08/2008, 02:04
Liesel Van Troy

Liel se abrazó a sí misma, estremecida... Miró la puerta del baño, como si pensara que tenía ahí mismo a sus pequeños...

- ¿Ethan... Johanna...? - tragó saliva, con los ojos de nuevo empañados. Caminó hacia la puerta, abriendo lentamente y mirando el interior de la estancia. Al no verlos se dejó caer de rodillas y finalmente se tumbó en el suelo en posición fetal, manoseando el pijama que tenía en los brazos.

Un gemido algo más alto de lo normal le salió de la garganta antes de que un llanto sordo y desesperado surgiera contrayendo su rostro, enrojecido. Cuando pudo volver a tomar una bocanada de aire, sonó como si la estuviesen ahogando...

- Dónde estáis... Ethan... Cuídalos... Cuida tú de nuestros pequeños... Por favor, Ethan... Por favor...

Un hilillo de saliva le corría por la comisura, las lágrimas le empapaban la cara... Era increíble que aquel rostro perfecto, portada en alguna ocasión de revistas de cine y belleza, estuviese en aquel estado tan patético. Al final, una madre es madre ante todo... Poderes y fama al margen.
Se echó las manos a la cara, dejando que el pijama cayera sobre su pecho mientras se despejaba, agarrándose la cabeza. Finalmente agarró dicho pijama y se levantó para echarse agua a la cara y cambiarse.
Cuando ya estaba más cómoda, se recogió el pelo con una goma de su bolso y siguió sintiendo aquella euforia... Estaban cerca... Tenían que estar ahí...

Impulsada por su subconsciente, Liesel empezó a abrir armarios, a mirar debajo de las camas y a abrir puertas de una casa que no era la suya, gritando los nombres de sus hijos, totalmente desquiciada...

- ¡Están aquí...! - dijo tragando aire - ¡Lo sé...! ¡Los puedo sentir...! ¡Ethan! ¡Johanna...!

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06/08/2008, 10:29
Josef Herzog

Los pasos apresurados de Josef subiendo la escalera al escuchar los gritos de la joven dan muestras de su preocupación por el asunto, al ver lo que está haciendo, se queda parado al pie de la misma, como hipnotizado por la escena, la imagen de aquella chica, llorando, correteando por la casa, gritando el nombre de sus hijos, vestida con su pijama, llega hasta el corazón del austriaco, malditos hijos de puta, tenía que ayudarla.

Por fin reacciona y se acerca a la joven, LIESEL, la sujeta por los hombros, zarandeándola ligeramente, Aquí no hay nadie, ellos no están aquí, tienes que tranquilizarte aquellos vidriosos ojos verdes brillaban por las lágrimas, eran hermosos, mucho, pero, era complicado para aquel hombre definirlos.

No iba a abrazarla ni a confortarla, él no sabía de eso, por eso la mantenía firmemente sujeta, llevándola hacia la habitación de nuevo, Te traeré algo para que te calmes y puedas descansar, ¿de acuerdo? preguntó mientras andaban.

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06/08/2008, 10:41
Liesel Van Troy

- ¿Porqué...? ¿Porqué no están...? - preguntó, sollozando, sin entender realmente porqué una madre no podía estar con sus pequeños ni saber dónde estaban en ese momento. Se dejó llevar por Josef, y una vez entró en la habitación se sentó y se dejó caer hacia un lado, desmadejada, tomando aire y sorbiendo algún moquillo transparente que apareció por el llanto. Cuando él le ofreció traerle algo para calmarse, Liesel no contestó a eso, salió con otra cosa mucho más escabrosa, sin ánimo de hacer daño, sino con una sensación terrible de pena e inquietud - ¿Dónde está la gente a la que quieres...? - la voz temblorosa, casi patética... Es lo malo de las personas que son todo corazón.

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06/08/2008, 11:18
Josef Herzog

Aquella pregunta lo descolocó por completo, incrédulo, volvió a mirar a la muchacha, ¿a qué jugaba aquella?, buscaba un doble sentido en sus palabras, pero veía su aspecto, mucho más parecido al de una niña llorosa, y, en cierta manera, lo que le preguntaba cuadraba con esa imagen, los niños suelen hacer preguntas impertinentes.

Extrae de su bolsillo un pañuelo de papel, limpio, y se lo tiende a la alemana, sus seres queridos, sintió un dolor casi físico cuando le preguntaron por ellos, uno que se traspaso a Liesel que lo observaba.

Están muertos afirmó con calma aparente, casi con indiferencia para un observador externo, pero la joven sabia que era lo que realmente sentía, Yo no quiero a nadie, no necesito a nadie, pero en cambio, seguía viviendo en aquella casa, pasó la mano por su cabello, luego la introdujo en el bolsillo, tentado de sacar un cigarrillo, pero tras sopesarlo, lo desechó finalmente,

Mi trabajo es ayudarte, y eso es lo que hago

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06/08/2008, 11:28
Liesel Van Troy

- Oh... Dios mío... - sin pensárselo ni reparar en la supuesta indiferencia de aquel hombre, Liesel le llevó una mano temblorosa a la cara, acariciándole con ternura y mucha parte de comprensión, hipando por el llanto - Lo siento tánto... Es tan horrible... Es... - se incorporó un poco y le dió un abrazo. Había sintonizado con sus sentimientos y no podía pasarlo por alto, aunque hubiese fachadas y gestos impertérritos de por medio - Gracias por ayudarme... Ojalá hubiese algo que yo pudiera hacer por tí, algo verdaderamente bueno como es traerles de vuelta para tí... Ojalá... Ojalá fuese ese mi poder... - se sentó de nuevo y se incorporó... La calidez, el hogar, la cercanía... Se levantó de la cama y de nuevo caminó por la habitación, buscando la sensación de cercanía, de calor familiar, cruzándose de brazos y notando cómo la piel se le erizaba en cada recoveco de su precioso cuerpo - Sigue aquí... Ellos te necesitan tánto como tú a ellos... Eso... ¿Es malo...? Yo hablo con mi amor... Él me oye... Estoy segura... Y sé que nos necesitamos como el primer día... Es el amor... Es el fantasma siempre corpóreo... Una nana sin la que es imposible dormir... La única voz que la muerte no calla... ¿Es malo necesitarla...? - no era una lección, era realmente una pregunta... - Siempre he creído que si no hubiese quedado embarazada me habría quitado la vida al morir Ethan... No sé qué se siente al no tener nada... Si lo supiera podría decirte que al menos te comprendo... - de nuevo arrancaron las lágrimas y sollozos confusos y frustrados - Pero no quiero comprenderte... ¿Soy una mala persona...?

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06/08/2008, 12:24
Josef Herzog

Aquel abrazo volvió a sorprenderle, una vez más, pero no por quien se lo daba, sino por como era entregado, provocando en él sensaciones que creía olvidadas, ni siquiera fue capaz de corresponderlo, se quedo con los brazos abiertos, como si fuera un muñeco de madera.

Siguió con la mirada los pasos de la modelo, y al oírla hablar así, al moverse por su habitación de esa manera, la descubrió mucho más hermosa de lo que jamás hubiera imaginado, con una coleta mal hecha, un pijama que le quedaba grande y ocultaba sus rotundas curvas, el rostro surcado por los restos de las lágrimas y unos ojos enrojecidos por el llanto, de esa guisa, consiguió apreciar una inquietante belleza que no se veía a simple vista, y eso lo asustó, no quería escucharla hablar del amor, no quería saber nada de él.

Cuando ella comenzó a llorar de nuevo, se levanto de manera instintiva, rodeándola ahora si con sus brazos, No tienes que comprenderme, no debes hacerlo, tú tienes algo, nunca lo abandones, aunque sé que eso no sucederá le hablaba casi al oído, pues ella sólo era un poco más baja, el joven tenia dudas sobre muchas cosas en este mundo, pero la bondad de aquella mujer no era una de ellas, y en cierta manera, eso lo confortó, pues no siempre se tenía porque equivocar.

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12/08/2008, 21:15
Liesel Van Troy

Se apoyó en el hombro de su anfitrión, confusa y cansada, cuando éste la abrazó, escuchándole y renovando sus fuerzas gracias a la comprensión de Josef.

- No podría abandonar... Y tampoco quiero... Gracias... - le acarició la cara, casi maternalmente, y de la misma guisa le dió un beso en la mejilla, transmitiéndole una vez más su agradecimiento. Empezaba a parecerle una protección enviada por Su Ángel... - ¿Qué debemos hacer ahora...? - lo miró, aún confusa y algo ansiosa, deseaba acabar con aquella pesadilla cuanto antes...

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13/08/2008, 00:52
Josef Herzog

Josef no pudo evitar una sonrisa ante aquellos espontáneos y cariñosos gestos de la joven modelo, puso sus manos sobre los hombros de la chica, y la miró, Ahora debes descansar, tus hijos están a salvo, y necesitas dormir porque lo que nos queda por hacer a partir de ahora, será complicado, resopla un poco, no sé lo que pasará, intentaré ponerme en contacto con un amigo mientras descansas

Se levanta y destapa la cama, Venga sonríe de nuevo, metiendo en la cama a Liesel Van Troy, para arroparla, increíble niega con la cabeza, pero si mirada intenta ser agradable, aquella soledad se ha ido, no, se ha escondido, tras esa mezcla de ironía protectora, acerca una de las sillas al borde de la cama.

Me quedaré por aquí cerca, para asegurarme de que todo esta bien hasta que te duermas

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13/08/2008, 01:02
Liesel Van Troy

- Gracias... - Liesel se dejó tender y arropar, necesitaba descansar, pero tenía su bolso bien cogido. Llevaba algunas cosas de Ethan y Johanna y una foto de su difunto amor en él, y abrazarlo como un cojín le daba una sensación de proximidad que la consolaba un poco - No dejes que me pase nada, por favor... Mis dos angelitos no tienen un papá... Y no deben perder también a su mamá... Por favor... - los párpados le pesaban, los labios se le quedaban entreabiertos... Necesitaba un descanso.

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13/08/2008, 01:55
Director

Notas de juego

pasa a la escena selva.

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01/10/2008, 13:41
Director

Dolor…intenso…pena…los ojos de Liesel se abren bruscamente anegados en lágrimas, se siente mal, débil, asustada, ¿Dónde está?, te cuesta un poco recordar los sucesos de la noche anterior, si es que realmente fueron los de la noche anterior, un regusto amargo en el estómago, parece que han pasado mil años.

La habitación se encuentra vacía, el dueño de la casa, Josef, no aparece por ningún lado, sin embargo hay junto a la mesilla una jarra de leche con un dulce a su lado, todo ello colocado de manera no demasiado elaborada sobre una pequeña bandeja. La cabeza de la modelo empieza a dolerle, y los recuerdos de una selva, al principio confusos, empiezan a hacerse más claros, recordando nítidamente el sueño que acabas de tener.

La luz que entra por la ventana indica que es de día, pero uno gris, con las nubes cubriendo el cielo de la ciudad.

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02/10/2008, 10:00
Director

Heller no encuentra ningún problema a la hora de ir cumpliendo la primera parte de las etapas de su plan, tras responder a unas preguntas cordiales por parte de la recepcionista sobre lo que le había sucedido esta corresponde a sus deseos y pone en marcha las ideas del asesino.

El taxista no tiene ningún inconveniente en llevarte a Viena tras avisarte del precio que deberás pagarle para que lleve a cabo tu petición, el dinero es la última de tus preocupaciones ahora mismo, sobre todo cuando un millón de euros que podrían retirarte definitivamente te esperan si logras dar con la escurridiza modelo.

Tras unas seis horas de pesado viaje, durante el cual la pierna de Herman aguanta estoicamente la situación, la hermosa ciudad de Viena se extiende a tus pies…

Y tras adentrarte en sus entrañas, llegas al teatro, y allí, aparcado en una esquina, no demasiado correctamente, tu coche espera paciente.

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02/10/2008, 10:29
Herman Heller
Sólo para el director

Ooo suspiro aliviado... Gracias a Dios Sin pensarlo, me dirijo al coche, y lo abro con la llave de repuesto que tenía. Abro la guantera para comprobar si Liesel a rebuscado en ella encontrando el mapa con los puntos marcados, sin duda eso la habría asustado. Y lo guardo en la americana.

Busco además restos de ropa de Liesel, quizá una mochila o una maleta, algo que indique que va a volver al coche. Finalmente decido dejar las armas donde las había dejado, puesto que están bastante bien escondidas. Sin moverme del asiento del piloto vuelvo a llamar al teléfono de la modelo, esperando que esta vez si que me de tono... Aprovecho para estirar un poco la pierna y dejarla descansando, mientras apoyo mi cabeza contra la cabecera del asiento.

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02/10/2008, 17:47
Liesel Van Troy
Sólo para el director

- ¡OH, NO, VICTORIA, POR FAVOR...! - Liesel despertaba sobresaltada, horrorizada por el conjunto general que formaba su sueño...

Se quedó entonces respirando hondo, observando su entorno, temerosa de que le rodearan hierbas dañinas como las que había puesto Obed a Vi en la herida... Y enconces se llevó una mano al plano y suave vientre, en busca de cualquier daño o estigma de Kreuk. ¿Aquella era una mujer mala, o sólo egoísta...? En todo caso, era una mujer que se acostumbraba a los horrores a una velocidad pasmosa, muy al contrario que ella...

Mareada y sintiéndose culpable, puso sus temblorosos pies en el suelo, quitándose de encima las mantas. Miró a ambos lados, donde, cuando despertaba en su cama, solían estar sus hijos...

Al no verlos, suspira amargamente y deba caer la barbilla sobre el pecho, dejándola así durante cosa de un minuto... Tras el cual, con los ojos brillantes por la pena en general que la invade, come el dulce y bebe algo de leche... Se levanta y busca su bolso, con la intención de llamar a Herman... Tiene su mercedes, a fin de cuentas...

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05/10/2008, 01:20
Director

El telefono de la modelo continua desconectado, pero cuando cuelgas el tuyo fastidiado por este nuevo incoveniente, este suena y es ahora el número de Van Troy el que aparece en pantalla.

Las armas continuan donde estaban, y no hay indicios de que ella haya mirado siquiera la guantera del vehículo, y por supuesto, ningún rastro u objeto personal de la hermosa mujer.

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06/10/2008, 20:46
Herman Heller
Sólo para el director

Suspiro cuando el teléfono da apagado, pero parece que por fin el destino quiere darme alguna alegría... Descuelgo el móvil...

Buenos días, ¿señorita Van Troy? pregunto esperando que al otro lado se escuche su voz.

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06/10/2008, 23:44
Móvil

Buenos días, ¿señorita Van Troy? responde una voz cansada al otro lado del teléfono casi al instante de empezar a sonar.

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06/10/2008, 23:49
Liesel Van Troy

- Eh... ¿Herman...? So... Soy yo - tartamudeó, aún cansada tras la tremenda sacudida onírica - ¿Cómo se encuentra...? Dios... ¡No sabe cuánto me alegro de oírle...! - si hubiese muerto por protegerla, se sentiría horriblemente mal... - Su coche está bien... Creo... ¿Dónde está usted? ¿En Chemnitz? ¿En el hospital...? - hablaba atropelladamente, tenía un remolino de dudas y confusión en la testa...