Partida Rol por web

Una sala amplia y de paredes blancas, con un gran cristal que hace las veces de espejo. En una esquina hay una cámara con un pequeño acusador que indica que está encendida y grabando. Y, en dos paredes opuestas hay sendas puertas. Una es por la que has entrado y han cerrado con llave, y la otra permanece también cerrada.

En el centro, una mesa como para unas seis personas con sus respectivas sillas.

Al poco de verte en la sala. Introducen a otro tipo en ella con un empujón. Se trata de un tipo que debe estar disfrazado o esta loco: lleva un vestido "lolailo" de ultima moda, morado con topos verdes. Una boca en un tono rosa muy super-fachion, y una diana en la nariz. En lugar de unas gafas de color verde, tiene maquillado con un verde marciano puta que no tiene nombre. Y para colmo, su pelo de rosa cerdo puta.

Una de las puertas se abre para dejar entrar a un segundo tipo que parece estar algo desorientado y aún con las pupilas dilatadas. La luz de la sala parece cegarle. Grande y corpulento, con el pelo rubio, corto y rizado, y unos ojos verdes que jamas has visto. No es especialmente guapo, con cicatrices en su nariz. Tiene un cierto aire de colegial que se desvanece con la proximidad. La nariz gorda y la inexistente barbilla le dan un aspecto agresivo. Viste una cara gabardina y unos pantalones de pana.

Ademas de la sala, ves a un tipo que mide mas o menos metro ochenta, y viste pantalones vaqueros, camisa negra, zapatillas y una gabardina gris.

Una de las puertas se abre para dejar entrar a un segundo tipo que parece estar algo desorientado y aún con las pupilas dilatadas. La luz de la sala parece cegarle. Grande y corpulento, con el pelo rubio, corto y rizado, y unos ojos verdes que jamas has visto. No es especialmente guapo, con cicatrices en su nariz. Tiene un cierto aire de colegial que se desvanece con la proximidad. La nariz gorda y la inexistente barbilla le dan un aspecto agresivo. Viste una cara gabardina y unos pantalones de pana.

Entras en la sala cegado por el rápido contraste de la oscuridad que te proporcionaba la capucha, a la brillante luz de la estancia. En ella hay dos tipos mas.

Uno de ellos, un tipo que mide mas o menos metro ochenta, y viste pantalones vaqueros, camisa negra, zapatillas y una gabardina gris.

Y el otro, un tipo que debe estar disfrazado o esta loco: lleva un vestido "lolailo" de ultima moda, morado con topos verdes. Una boca en un tono rosa muy super-fachion, y una diana en la nariz. En lugar de unas gafas de color verde, tiene maquillado con un verde marciano puta que no tiene nombre. Y para colmo, su pelo de rosa cerdo puta.

Garrafa miró intrigado a los dos tipos que se encontraban en la sala. - ¿Quién cojones son esos dos?. Pensó y se sentó en una de las sillas apoyando los pies en la mesa. - ¿Qué pasa chicos, vosotros también habéis venido al casting?. Y miró al rededor a ver si habían dejado una mesilla con el desayuno. - ¡Qué desconsiderados, no nos han dejado nada para comer!

Silvestre observa cómo aquel desconocido se acomoda a sus anchas, como si nada estuviera pasando... En cuanto salga de aquí me voy a cargar a quien me ha encerrado, piensa.

Coge una silla, le da la vuelta y se sienta. ¿Qué entrevista? Dice con tono de enfado. Esto era un jodido circo antes de volverse una sala de interrogatorios. ¿Quienes sois vosotros y de donde salís? exclama algo nervioso.

-Eso mismo podríamos preguntar nosotros de ti. Soy Ris, Quique Ris -se presentó aunque obvió la parte de estrecharse las manos. Con este tipo de gente nunca era necesario.

Mientras os comenzáis a conocer y presentar, una de las puertas se abre y aparece el típico tío musculitos del circo portando como un saco de patatas a otro tipo que suelta dentro y posteriormente le quita la capucha. Y como resultado de esto, también tiene las pupilas dilatadas.

Cuando os fijáis en él, veis el clásico hombre de los Ochenta, con camisa, vaqueros y botas. Lleva su pelo, entre rubio y castaño en una media melena, al más puro estilo de la época. No parece un musculitos o un experto en artes marciales.  Aunque tiene un punto de guaperas.

Estas cegado unos instantes por el contraste de la oscuridad de la capucha y la luz de una sala amplia y de paredes blancas, con un gran cristal que hace las veces de espejo. En una esquina hay una cámara con un pequeño acusador que indica que está encendida y grabando. Y, en dos paredes opuestas hay sendas puertas. Una es por la que has entrado y han cerrado con llave, y la otra permanece también cerrada.

En el centro, una mesa como para unas seis personas con sus respectivas sillas. Uno de ellos, un tipo que debe estar disfrazado o esta loco: lleva un vestido "lolailo" de ultima moda, morado con topos verdes. Una boca en un tono rosa muy super-fachion, y una diana en la nariz. En lugar de unas gafas de color verde, tiene maquillado con un verde marciano puta que no tiene nombre. Y para colmo, su pelo de rosa cerdo puta.

Uno de ellos mide mas o menos metro ochenta, y viste pantalones vaqueros, camisa negra, zapatillas y una gabardina gris y se encuentra deambulando por la sala.

Otro grande y corpulento, con el pelo rubio, corto y rizado, y unos ojos verdes que jamas has visto. No es especialmente guapo, con cicatrices en su nariz. Tiene un cierto aire de colegial que se desvanece con la proximidad. La nariz gorda y la inexistente barbilla le dan un aspecto agresivo. Viste una cara gabardina y unos pantalones de pana.

- Mi nombre es Garrafa. Se presentó colocando sus manos tras su cabeza. -Con que un circo, eso explica el olor a mierda tan intenso. La puerta se abrió y entró un tipo más a la sala. - La entrevista es para payasos. contestó al tipejo que le había preguntado. - Mira que dejarnos coger de esta forma. Se lamentaba Garrafa. - ¿Alguno de vosotros sabe que coño estamos haciendo aquí?

—Hola a todos, yo el bravo McAuto, héroe de cuento, amo de las nubes y señor del viento. —digo cuando por fin me han soltado a modo de presentación.

Cuando veo si me falta algo, me doy cuenta de que no tengo mi tesoro más preciado (y es que a ese precio, como para no serlo). Así, antes de hacer otra cosa, voy a la puerta por donde me han traído.

Antes de cruzarla, digo—. Si me disculpáis, parece que se me ha caído algo por el camino...

Silvestre ve como toda aquella gente se presenta sin más. Le da la sensación que es el único que está molesto al no saber qué es lo que hacen en esa sala. - Soy Silvestre Estacón. - se presenta mientras hace un gesto con la mano de salutación aún notándose en su rostro su enfado. - ¿Estamos esperando algo o alguien o podemos ir pensando como salir de aquí? No me gusta este sitio... - dice mirando a cualquiera de los individuos en la sala.

—Ahora mismo te lo digo, espera que abra esta puerta —comento al tipo que pregunta mientras miro la puerta que cerraron con llave. Para otro, esto sería una decepción, pero no para mí...

Rápidamente, abro mi kit mecánico. De dentro saco un berbiqui... No, con uno de estos sería demasiado fácil. No sería el estilo de McAuto. Descartando el berbiqui, saco un bote de espuma aislante. Con esto sí. Después saco un alambrito, lo suficientemente fino para que entre por la cerradura.

Con mis herramientas en la mano, introduzco primero el alambre en el ojo de la cerradura. Después echo la espuma, dentro de la cerradura y por encima del alambre. Cuando se endurece, sólo tengo que girar como si de una llave se tratase.

Ahora es hora de buscar mi explosivo plástico. ¡A ver cómo defiendo la naturaleza sin él!

Garrafa mira extrañado al último personaje que entró en la sala. - ¿Este tío que hace?. No había pensado en ningún momento que podían escapar de allí. Esperaba que alguien viniese y les diese una explicación. Miró a través de las paredes con su vivión de rayos x. - ¿Necesitas ayuda?. Preguntó a Mcauto.

—Todo depende de lo que sepas hacer —contesto al tal Garrafa—. Algún sin vergüenza me ha robado una de mis más efectivas herramientas de trabajo. Tiene de forma de explosivo plástico, huele a explosivo plástico, y sabe como explosivo plástico.

Hecha esta aclaración, aporto más datos, diciendo—. No sé si hace "catapúm" porque no lo he probado... Pero si lo hubiese hecho, no lo estaría buscando.

Chicos, revisad los mensajes, pasé un detalle por alto y he tenido que modificar una de las presentaciones. Asi que puede que tengáis que cambiar algo. Echadle un ojo y eliminaré este post.

Silvestre se ve de refilon en uno de los espejos de la sala. Ya se le había olvidado, sigue disfrazado de payaso patético. Tengo que quitarme este vestido cuanto antes, doy pena... piensa. Esos payasos del tres al cuatro me las pagarán; piensa mientras va a empuñar su katana y es entonces cuando... - ¡Mierda, mis cosas! - exclama algo confuso. - Tu, el tío ingenioso de la cerradura... ¿McAuto te llamabas? Te propongo un pequeño trato. Yo te ayudo a buscar tus cosas y luego tu me ayudas a ir a por las mías. Tenía bastantes armas cómo para perderlas por ahí... Además, tengo ganas de empuñar mi katana y quizá atravesar con ella algún payaso... - dice con bastante enfado.