Partida Rol por web

Casi muerta, si no hubiera logrado hacer el cambio, lo hubiera estado, pero cayó al suelo, el dolor era enorme, y apretó los dientes, para no chillar del dolor. Pero en medio de eso, lo escucha, hablaba, ¿qué quería decir?. Nadeshiko, se puso de costado, mirándolo, pero solo con un ojo. todo el cuerpo le dolía.

- ¡ ¿quie... quieres seguir jugando con nosotros?!- se pone de pie, a duras penas, temblando - ¿qué... Qué quieres?!- le reclama, e intenta ponerse en posición de ataque, sacando su arco, pero apenas puede tensar la cuerda - ha... Habla... Oni- se impacienta, pero siente que así, gana tiempo, para que los aldeanos escaparan.

La kunohichi junta sus manos y comienza a usar su habilidad para comenzar a curarse de las heridas que le han producido aquel ser.

Reconfortada por sentir la presencia tan familiar de Hiroto, Okazaki se dirigió hacia donde él se encontraba. Un rápido vistazo le sirvió para ver que se encontraba bien, aunque cansado.

- ¿Qué haces aquí?- Le espetó nada más verlo. Si cada uno había salido hacia una dirección diferente no entendía cómo podían acabar encontrándose.- ¿Has visto algo? ¿Y los demás?- Sin dejarle contestar, Okazaki se dispuso a comentarle lo que ella había sufrido.-  Yo me topé con un extranjero que me atacó. Le dije que era de la aldea y me atacó diciendo que se alegraba de que el monstruo no hubiese acabado con todo porque así él podía cabar con alguno. Tuve que deshacerme de él. Había más en un campamento, civiles...- La kunoichi parecía realmente incómoda pues durante el combate había herido, incluso matado, a algún que otro civil.- ...pero tuve que huir. Ya casi no me queda chakra. ¿Seguimos con el plan?.

En el camino hacia el lugar de donde había escuchado la explosión, Hiroto terminó por encontrarse a la estratega. Oka no tardó en preguntarle con ciertos tintes de reproche a lo que el espadachín le respondió con una mirada que pretendía hacerle entender que él podría preguntarle lo mismo. Pero la kunoichi no le dio tiempo a réplica pues enseguida comenzó a relatarle brevemente qué le había ocurrido. 

-¿Un extranjero?- Preguntó incrédulo. -Yo me tope con Osha, una de las gennin del equipo de Hamachi. Esa cabezota está empeñada en acabar con el Oni ahora que conoce su punto débil.- La mirada del shinobi se posó brevemente en el destello de las llamas del granero. -La seguí hasta aquí para evitar que hiciera una tontería, pero sabe moverse y temo no haber llegado a tiempo.- La mirada de Hiroto era seria acorde con la situación en la que estaban envueltos. A pesar de haber llevado a cabo un apresurado plan de huida, finalmente se vio interrumpido en más de un modo. Tras una breve pausa, Hiroto sacó una esfera pequeña de color rojo y se la tendió a su compañera. -Ten. Tómatela si ves que llegas a tu límite, aunque realmente espero que no llegue ese momento.- El guerrero siempre llevaba consigo alguna píldora del soldado por cualquier emergencia o si un combate se extendía más de lo debido. Hiroto tenía mucho aguante pero siempre había que tener un plan B para estos casos. -Me preocupan esos extranjeros de los que me hablaste, pero creo que Osha es más importante ahora mismo.- Retomó nuevamente la conversación. -No tienes que venir si no quieres, pero no me vendría nada mal tu ayuda.- Casi de modo inconsciente, Hiroto relajó su tono de voz esbozando una ligera sonrisa ante la ironía de su situación. Habían querido alejarse de ahí lo antes posible y ahora estaban otra vez donde habían empezado. En el linde del bosque buscando una manera para acercarse a la dichosa aldea...

Mientras Sunauto la alcanza, el oni serpentea, aproximándose a Nadeshiko lentamente. Abre y cierra sus garras, en alerta ante un posible ataque subsecuente de cualquiera de los dos. Aunque para el daño que le han hecho…

- Jugarr… no… Comer… sssi!+su boca se abre en una sonrisa+ Usstedess tienen mass Chakra… masss jugo, que los otrosss. Esso sse ssecaria ssi mueren… Pero vivosss… me alimentaran mucho tiempo….

Afirma su musculosa cola, alzándose en todo lo alto.

-Pueden evitar el dolor e inclusso aprenderr… sssi me ssirven…

Aprieto los dientes aguantando el dolor.

- ¿A que te refieres? - pregunto al Oni.

Los ojos del Oni relucen como gemas rojas, mirándolos a ambos. El tono de la voz baja varias octavas, haciéndose más profundo. Su guardia no baja (si acaso empeora, quedando lo bastante cerca para usar sus garras sobre cualquiera) pero luce, de alguna forma, calmado.

- Mass… ess mejor… Hay otross como usstedess… Suss vidass por las ssuyass… Ssimple…

Estira las afiladas extremidades, como si fuera a cortarlos, o quizas, acariciarlos. ¿Quien sabe que se oye peor?

- Ademass… ssi sse posstran ante mi… less ensseñare de mi poder… para que puedan aplastar a ssuss enemigoss, como yo loss he ssometido.

¿Ella sola?- Se abstuvo de mostrar su incredulidad en alto. Ella era una combatiente nefasta, como había demostrado en los entrenamientos y en la vida real, pero que una gennin se viera con capacidad para vencer ella sola aloni era un sonaba pretencioso....a nos ser que el punto débil fuese uno muy crítico.

- ¿Y ese punto débil es...?- Preguntó Okazaki con sorpresa mientras se la veía dudar sobre si tomar la pildora o no. Al final rechazó el ofrecimiento del siempre atento ninja.- Yo tengo también.- Le mostró las píldoras que ella había comprado: una como la que le enseñaba Hiroto y otra curativa.- ¿Tú cómo estas?Aún estás herido...- Okazaki reflexionó sobre las intenciones de Hiroto y al final asintió con la cabeza.- Tú eres el jefe.- Le guiño un ojo y sacó la lengua..- No voy a abandonarte.

Habìa intentado someter a los demás, no matarlos, pero su poder es excesivo, y no podía controlarlo, era un vuelco casi curioso, Nade, aun de frente aquel oni, sabía que era imposible  detenerlo, era imposible acabar con èl, por lo menos, los que estaban ahí, y a medida que se acercara a la aldea, se habìa más y màs poderoso, Sabìa de onis que se encerraban los cuerpos, para poder contener su poder, ¿este seria el caso?. 

- Sunauto, dile a mi abuelo, que lo amo...- le dice a su amigo, y da unos pasos hacia aquella criatura, cada minuto que ganaran, harìan que el resto escaparan, ¿donde estaban sus amigos?- veo que nos necesitas vivos - alza la voz, para que el Oni la escuche mejor.

- si es asì, nada vale acabar con nosotros... en ese caso... yo... accedo, mi vida por la de todos, las de mis amigos, y las de los aldeanos, ellos, ninguno accederá, los conozco... -  acabarìa con ella, solo ganaba tiempo, ¡acaso era estupida!, parecìa que sì. 

Niego con la cabeza.

- No estarás sola. - digo poniéndome a su altura. Juntos hasta el último aliento. - añado agarrando su mano.

Las garras del oni se encienden. El fuego arde en ellas, pero son llamas que danzan de un modo extraño, tiznadas de azul y negro. Es sencillo sentir que está mescladas con Chakra.

- No hay ningún trato… ni vidas perdonadas por otras. Los que se sometan vivirán para servirme, y a cambio les brindare poder… Poder para aplastar a sus enemigos. Poder para vengarse!….+dice con tono que retumba en los huesos. Aproxima las garras a los vientres de ambos+ Los que no lo hagan, morirán. Regaré la tierra de este mundo con su sangre. Tan simple como eso...

Así responde a la propuesta de Nadeshiko. Evidentemente, solo toma la parte de la aceptación, e igual para Sunauto por su gesto. Nada de tratos ni de perdones o sacrificios. Servidumbre o muerte. No hay otras opciones para con un demonio...

Hiroto respondió al gesto de Oka con una sincera sonrisa. -Sabes que no me gusta que me llamen jefe.- Respondió con fingida molestia a su compañera. -Pero gracias por tu ayuda.- Acentuó su expresión en un gesto amable. -Y no te preocupes por mi. Hace falta más que una embestida para acabar conmigo.- Añadió devolviéndole el guiño continuando con el tono desenfadado. Aun en un momento de tensión e incertidumbre como aquel, la amistad entre ambos chunnin era suficiente para relajar la situación.

-Bien. Entonces tenemos que adentrarnos en la aldea de la manera más discreta posible.- Hiroto habló esta vez adoptando una actitud más seria con una voz acorde. -Antes de encontrarme contigo he visto que algo o alguien ha provocado un incendio en la torre del granero. Lo mejor será aprovechar la distracción que supone el fuego para poder acercarnos al poblado desde un punto opuesto. Una vez dentro será más sencillo servirse de los edificios para ocultarse y observar qué es lo que ocurre.- Propuso a la estratega mientras guardaba de vuelta la píldora que le había ofrecido en un primer momento. -¿Tú qué opinas?- Le preguntó a Oka. Después de todo ella era una persona con una mejor disposición táctica y con mejor visión para un planteamiento estratégico. 

- Puede que el incendio sea el rastro del Oni de fuego.- Dijo pensativa.- Si buscas a Osha, y ella al Oni, puede ser un buen punto de partida pero...- La kunoichi arrugó el gesto visiblemente incómoda, haciendo cálculos en su cabeza.- ...no me salen las cuentas, Hiroto.- Sentenció al fin.- Yo soy nula en combate y tú, tu elemento es aire. No pinta nada bien. Si nos acercamos será discretamente, con el único objetivo de buscar a Osha, sin enfrentarnos al oni. No podríamos con él.- Sin embargo había algo que hacía a Okazaki seguir adelante.- Si pudiéramos recabar información sobre su punto débil...- Tampoco tenían a sus compañeros con ellos. Les faltaba el explorador y la curadora, no pintaba nada bien. quizá seguir el rastro, ahora que habían identificado al enemigo fuera más fácil, pero en opinión de la estratega, el combate estaba vetado. Rebuscó entre sus cosas para sacar una píldora similar a la que le había ofrecido Hiroto.- Vayamos pues. Si no somos capaces de encontrarlos quizá pida ayuda de nuevo a las hamakis, pero esta vez, a una más pequeña, espero.- La boca se le torció en una sonrisa cínica. Aún recordaba la inmensa cigarra que había logrado invocar en la aldea y que había sembrado el pánico entre los aldeanos.

Hiroto enseguida se apresuró a responder a Oka al ver su preocupación por el terrible desenlace que podría suponer un nuevo enfrentamiento contra el Oni. -Evitaremos el combate todo lo que sea posible.- Dijo para tratar de tranquilizarla, aunque no estaba totalmente seguro de poder hacerlo. Osha había mostrado una determinación imparable para acabar con aquel monstruo y si no pudo convencerla de lo contrario antes, dudaba que pudiese hacerlo ahora. -Con suerte quizás podamos encontrarla antes de que haya cometido ninguna locura y así pueda decirnos lo que sepa sobre el punto débil de la bestia.- Sin duda la posibilidad de trabajar en una manera de derrotar a ese terrible ser era algo a tener en cuenta para informar cuando estuviesen de regreso en la aldea y también como último recurso si se veían obligados a enfrentarse nuevamente...

El espadachín desechó cualquier pensamiento funesto de su cabeza y se dispuso a iniciar la marcha. -Vamos. El tiempo juega en nuestra contra.- Dijo antes de comenzar una carrera hacia la aldea. Primero corrió siguiendo el linde del bosque para poder acercase a la aldea por una zona lejana al fuego que resplandecía. Debían actuar con rapidez pero no por ello sin precaución. 

Los dos cansados chunin regresan una vez más a la aldea en ruinas. Sus cuerpos y espíritus piden tregua, pero no hay tiempo para dárselas. Descansar equivale a rendirse prácticamente.

Tras una marcha de varios minutos*, por fin aparece el claro ante ellos. Desde luego, reina la oscuridad en la minúscula aldea, salvo por los restos ardientes casi frente a ambos, a unos cientos de metros, que deben ser lo observado por Hiroto. Y a la derecha, la casa donde durmieron, todavía con las luces prendidas. No hubo tiempo de apagar nada antes de la apurada marcha.

No hay oni visible, como así tampoco la genin. Aunque en ambos casos es de esperarse. Igualmente se puede decir por la pareja y por los otros shinobis de la aldea… ¿Dónde comenzar a buscarlos?

¿qué opciones quedan?, ninguna, aunque ruega que el tiempo sea suficiente, pero una vez que ese pacto se lleve a cabo, iría por los demás, ¿cómo detenerlo?. La cabeza de Nade intenta encontrar una respuesta, pero no hay nada, ni sabe como enfrentarse a un ser así, era imposible enfrentarse a un ser así, menos sola, y menos con Sunauto tan herido. Ella lo mira con rabia, debía irse, debía hablar de lo que pasaba... pero decidía quedarse ahí. 

- ¿no dejas muchas opciones, no? - exclama, - no quedan muchas...- cierra de nuevos sus ojos, y lleva sus manos a sus labios, - y ninguna evita un final, sólo lo retrasa...- hizo un jutzu en ese momento, formándose una esfera blanquista de su boca, que es expulsada por su boca como una enorme cascada. Apenas haga eso, correría lejos, llevandose a Sunauto consigo. 

Al percibir como Nadeshiko actúa decido ayudarla.

- Kanashibari no Jutsu. - digo justo antes de salir corriendo tras Nadeshiko.

La doble combinación quizás hubiera funcionado en una situación diferente. El genjutsu de Sunauto había sorprendido la primer vez al monstruo, pero este se concentra y rompe con determinación la sujeción que intenta imponerle esta vez. ¿De frente? Ja. No obstante, unido con el agua que se opone a su elemento, esa parálisis pudo ser peligrosa.

Pero el ya estaba alerta ante un posible ataque tras las tensas palabras. Los humanos no se tomaban a bien cooperar. No es de extrañar que el Oni se desplace rápidamente de lado, esquivando el torrente de Nadeshiko, aunque este humea en forma de vapor al rozar su aura ardiente… Su cuerpo se siente tenso, ya que el genjutsu no deja de tener un efecto residual aun roto. Falto poco para darle un golpe directo…

Sera divertido tener a estos humanos.

Enseguida comienza la persecución, sin cerrar los sellos en sus garras. Despues de todo, no necesitan ser voluntarios para recibir su marca… Y el muchacho no corre rápido. Es el que esta herido… En un instante lo supera y se interpone entre el y Nadeshiko, imponiendo su mole serpentina y llameante....

-Entoncess... donde lo desseass?