Partida Rol por web

La flecha rozó la pierna de la kunoichi la señal que esperaba para salir de la nube de humo. En cuanto salió divisó a su enemigo con la aguja clavada y supo entonces que el veneno haría su efecto. Tenía que escapar de allí. Si había más guerreros en el campamento estaría perdida. Pero antes deslizó otro de los kunais explosivos e, imprimiéndole una gran cantidad de chakra, lo lanzó a su enemigo.

¡¡BOOOM!!

El apellido te suena. La familia son shinobis guerreros de carácter bastante temperamental. La chica ve tus atuendos, y sin duda reconoce el emblema que portas, pero ni por eso, ni por el gesto o el tono baja la katana.

- Entonces estabas huyendo, senpai?+ cuestiona en tono claramente despectivo+ ¿Dónde están mis compañeros?...¿Y que ha sido de esa...esa cosa?

Su mirada tiene mucho fuego combativo. Te recuerda un poco a alguien… Lo cual puede ser muy útil ante el peligro, pero tiene de malo que también la hace poco dispuesta a confiar, incluso ante palabras razonables.

La niebla de la bomba de humo y la explosión te impiden ver el éxito o fracaso del ataque, pero un  grito de “HUAGH!” y que ninguna flecha te persigue de inmediato, dan pie a que lo fue.

¿Huir o seguir? ¿Cuál es el camino ahora?

Del campamento seguramente no tardara en venir alguien. Es imposible que sea de otra forma. Pero las palabras del muchacho…

Hiroto frunció ligeramente el ceño con cierto disgusto ante las palabras y el tono de Osha. -Hamachi organizó el plan. Nos hemos retirado y dispersado para despistar al Oni y que los aldeanos, guiados por Valea, pudiesen huir sin peligro. El enfrentamiento solo era una distracción para ganar tiempo.- Puntualizó adoptando una postura firme y menos amable ante la kunoichi de grado inferior. Se cruzó de brazos en un gesto de claro disgusto y se dispuso a hablar nuevamente. -En cuanto a esa bestia, conseguimos hacerle daño pero enseguida se regeneró. Tuve que lanzarla fuera de la aldea para poder marcharnos de allí.- Explicó brevemente todavía de mal humor.

-Ahora baja tu arma y sigamos el camino hasta la siguiente aldea.- Su voz sonó más como si le estuviese dando una orden que como una sugerencia. -Y mientras avanzamos, cuéntame qué has estado haciendo este tiempo en el bosque.- Añadió esperando que la chica se relajase un poco y abandonase esa pose tan agresiva.

¡Vamos Oka!- Se apresuró mentalmente para darse ánimos y no quedarse paralizada. El tiempo era oro. Lo más rápido que pudo rodeó la neblina de la bomba de humo y buscó el cuerpo del arquero. La explosión debía haberle dado de lleno y esperaba que hubiera acabado con él. Por si acaso tomó un kunai entre sus manos.

Su espada no baja un ápice. Al contrario, se hace más firme el agarre.

-No pienso obedecer a un maldito cobarde, ni tampoco huir. Si Hamachi dio esa orden, el también es un cobarde. +responde, con la voz tensa.+ Esa cosa mato a Ramio y lo pagara. Ya lo estuve pensando y se cómo vencerla. Si ustedes tambien son unos cobardes y débiles, sempai +replica con una marcada burla en el tono+ huyan. Yo me quedare a luchar.

Retrocede un paso, sin bajar la guardia. Realmente pareciera que prepara un Jutsu… o que ya lo ha usado.

-Te dejare escapar con el rabo entre las piernas. Pero recordare tu rostro cuando vuelva a la aldea con la cabeza de ese monstruo. Ahora vete. Ni siquiera quiero verte!

Encontrar el cuerpo no es nada fácil, entre todo el humo de la bomba y la explosión, aunque tienes una idea de más o menos donde debe estar. Pero al aproximarte en dirección al campamento para buscarlo, escuchas una voz de mujer y pasos aproximándose.

-Jizan?! Hijo?! DONDE ESTAS?!... ¿Eres tú?

La figura es apenas visible, pero viene en tu dirección. Es posible que distinga tu figura en la oscuridad, aunque no mucho más. Todavía estas a tiempo de aprovechar la ventaja de la cobertura que brinda el ambiente tras la pelea para escapar. Aunque por otra parte… es una victoria algo sosa sin obtener mas respuestas...

Hiroto suspiró al escuchar el encendido discurso de Osha. Sin duda estaba dolida por la muerte de su amigo y no le iba a tener en cuenta el desaire. Además, no se podía esperar menos de una miembro de la familia Makino. -No voy a discutir contigo si soy o no un cobarde. Nuestra prioridad era poner a salvo a los aldeanos y no iniciar una batalla campal contra un monstruo del que no sabemos nada.- El tono del shinobi continuaba siendo serio. -Y nadie mejor que tú debería saber que no se puede subestimar a esa criatura.- Dijo haciendo clara referencia a su reciente pérdida.

La mirada del espadachín se clavó en la de la chica con decisión. Hiroto tenía muy claro cual era su deber y su objetivo como shinobi de Kusagakure. Por lo que no iba a dejar que las palabras de una imprudente kunoichi lo alterasen. -Si, como dices, has descubierto un punto débil del monstruo, entonces debemos reunirnos con el resto para trazar un plan y contraatacar.- Le sugirió. -Por mucha sed de venganza que tengas, no voy a dejar que desperdicies tu vida inútilmente. Así que vas a volver conmigo junto a tu capitán te guste o no.- La voz de Hiroto sonaba firme y decidida. No conocía a esa chica de nada pero no por ello la iba a dejar inmolarse contra un ser que sobrepasaba sus habilidades.

La chica enseña los dientes. La idea es realmente lógica. Casi parece convencida, hasta que mencionas lo de volver junto a Hamachi quiera ella o no. Sus ojos oscuros relucen. No le gusta en absoluto la forma en que la expresas… o algo más.

Finalmente habla y lo hace en un tono neutro, calmado. Todo lo contrario al aura que irradia

-Como si pudieras obligarme, okuby-sempai.

Tras la réplica, salta hacia arriba a una velocidad impresionante y se funde en el follaje! Conoces la técnica… Sunauto la utiliza también. Es el Aumento de velocidad. Si antes era rápida y hábil ahora lo es mucho mas…

Fueron las palabras de la mujer las que decidieron a Okazaki a actuar en consecuencia. Con un rápido movimiento de las manos realizó los sellos necesarios para el jutsu de transformación aprovechándose de la neblina que comenzaba a disiparse.

Lo más rápido que pudo se dirigió hacia el cuerpo del que ya creía conocer el nombre, Jizan, y comenzó a registrarlo. En cuanto tuvo a la vista a la mujer le hizo un gesto para que detuviera su avance y se llevó la mano a los labios para que se quedase callada. Okazaki ocultaba con su cuerpo el rostro del chico yse preparaba para la reacción que pudiera tener la mujer.

Haciendo caso omiso, la mujer se aproxima, pisando con cuidado sobre las ramas rotas y el desigual suelo del bosque. Sus rasgos son más visibles a cada paso, un pelo rubicundo y cuerpo robusto, que ya ha pasado la juventud. Lleva un sencillo atuendo campesino, y un gran cuchillo para carnes en la mano. Desde luego la mujer no parece una ninja ni una guerrera. Si no fuera por sus rasgos, pasaría sin problemas como alguien de la aldea.

-HIJO! ¡Han herido a Furya y Vili!+ te apremia, al parecer todavía sin ver a la figura que imitas.+ Creo que también a la familia Balek y los Hugen, sus tiendas se desmoronaron… ¿Qué ha ocurrido? ¿Que fueron esas explosiones??

Se nota la ansiedad en el tono. Y los daños que describe sin duda se deben al primer kunai explosivo… ¿Familias dice?

Con una velocidad endiablada y de sobra conocida, Hiroto ve cómo Osha salta de nuevo entre los árboles. -¡Eh! ¡Vuelve aquí!- Le dijo a la vez que también él saltaba hacia la espesura con la intención de seguirla. Había esperado que si se mostraba firme y directo, la gennin, aunque a regañadientes, accedería a seguirlo para reunirse con el resto de sus compañeros.

Pero no fue así. El orgullo de la chica tenía completamente dominado a su sentido común y así lo demostró saliendo a toda prisa para cobrarse su venganza. Hiroto se esforzó por seguirla con la esperanza de evitar que hiciese alguna locura. Los jóvenes como ella eran el futuro de la aldea y no podía dejar morir inútilmente a alguien que tenía toda su vida por delante.

- Vuelvei con ellos. ¡Rápido! Me aseguraré de que no haya nadie más. - Okazaki se interpuso entre la madre y el cuerpo de su hijo, preparando una de sus agujas impregnada en veneno en el caso de que la mujer presentase algún tipo de resistencia. No parecía una gran amenaza pero precisamente por ello preferiría no atacarla.

La joven es demasiado rápida y como habías comprobado antes, muy buena ocultándose. Su rastro se pierde enseguida entre el follaje, mientras se aleja a toda velocidad.

Por lógica, la idea de que vuelva a la aldea es la más factible. Aunque a saber hasta qué punto los estuvo vigilando, difícilmente tenga otro lugar desde donde empezar a buscar al monstruo. Por otra parte, si espera o nota que vas detrás de ella, bien puede tomar otro camino… Y así como está ahora te sacara bastante ventaja rápidamente.

Regresar a la aldea, huir, buscar compañeros… Ser líder no es fácil. 

Se detiene. Parece que la has convencido.

O no. Entrecierra los ojos, con un mal presentimiento. Algo no está bien y enseguida sabe que es.

-¿Hijo?...+contesta con un deje de duda, reanudando el acercamiento, aunque lento+ ¿Porque hablas así?

El acento. Olvidaste imitar el extraño deje del muchacho. Ya es demasiado tarde.

La mujer avanza suspicaz y ahora ve, detrás de tus pies, el cadáver del arquero. Sus ojos van del rostro sorprendido en la explosión hacia el tuyo, copia exacta.

-¿¡JIZAN!? …MONSTRUO!!+grita desesperadamente al darse cuenta que con quien habla, no es su muchacho. Sino que este yace muerto en el lecho del bosque.

-¡Madre no!Vuelve con los demás.

En cuanto vio que la mujer comprendía qué estaba pasando, Okazaki le lanzó la aguja impregnada en el veneno somnífero con la esperanza de no tener que matarla. Inmediatamente retrasó su posición hacia el cuerpo del muchacho tendido en el suelo. No deshizo el jutsu con la esperanza de que la madre, al tener en frente la imagen de su hijo, no fuera capaz de vencer su instinto maternal y atacarla.

Como era de esperar, el rastro de Osha se perdió enseguida entre la espesura pero ello no detuvo a Hiroto pues tenía una idea del lugar hasta el que se estaba dirigiendo. "Que no haga ninguna locura..." Pensaba con frustración por no haber podido manejar la situación para que no terminase así. Hiroto era un chunnin pero todavía tenía mucho que aprender para poder considerarse un shinobi digno.

Todo lo rápido que podía, el espadachín se abría paso recorriendo el camino de vuelta y prestando atención a todo su alrededor en busca de cualquier pista o señal de descuido por parte de la impulsiva gennin. También se cuidó de no armar demasiado escándalo a medida que se iba acercando de nuevo a la aldea de la que acababa de huir.

El peor de los miedos se cumple, el oni estaba en aquel lugar, y para el mal de todos, había decidido ir en contra del grupo más vulnerable, como si ellos pudieras ser un rival aceptable par aquella criatura. Nade solo le susurra a su compañero que el Oni está cerca, no había mucho que hacer. La chica aprieta los puños y buscando la espesura del bosque, se alejó del chico, para interceptar al Oni, usaría las cascadas, debía encontrar el ángulo para poder entretenerlo, y darle tiempo a los demás para huir. No había mucho que hacer, solo luchar.

Avanzo sigiloso tras Nadeshiko para unos metros más adelante separarme de ella y adelantarla.

- Lárgate. - la susurro al pasar junto a ella. Y no mires atrás.

Tenía decidido sacrificarme por mi amada. Tan sólo esperaba que ella lo permitiera. Era lo único que podía hacer para mantenerla con vida.

La mujer recibe el impacto de la aguja y se tambalea… Pero su determinación es tremenda. Ni siquiera el somnífero, o la sangre que mana de la herida la detienen Obviamente, su hijo no la atacaría… y además ya lo ha entendido.

-ERES UNO DE ELLOS, ¿VERDAD? ASESINO!!!+grita, y su voz claramente se oye en el campamento. Pero ahora lo importante es que carga en tu búsqueda, cuchillo en mano, con los ojos llenos de lágrimas…En un instante esta encima. Por supuesto, no es una guerrera, y eso se nota claramente en sus movimientos desmañados, aunque llenos de energía. ¿Cómo no comprender lo que debe estar sintiendo?

Quizás por esa rabia que la anima, es que logra alcanzarte con su hoja corta, a despecho de todo.