Partida Rol por web

No existe persecuciones fáciles y esta no es una. Incluso sabiendo donde ir, sigue siendo un amplio terreno a cubrir… Solo. Regresando a la vista del claro en ruinas donde solía estar la aldea, queda muy claro. Ella tiene toda clase de posibilidades, rodear por el Este o el Oeste, donde la línea de árboles es más cercana a las estructuras, o quién sabe. Conoce el terreno mucho mejor.

Notas algo de inmediato, sin embargo. Es bastante difícil pasarlo por alto. La torre del silo.

Ahora hay llamas en ella. En su costado, todo un circulo de madera todavía quemándose, trayendo el olor de los granos tostados. Ahora que los demás incendios de la aldea se habían apagado, ¿se abre este nuevo? Tú mismo revisaste esa zona y estaba apagado…

La mujer podía estar sacando fuerzas de flaqueza ante la visión del cadáver de su hijo pero, por mucho que se esforzara, no era una guerrera. Quizá fuera eso o que, mentalmente, no era fácil combatir contra la viva imagen de tu propio hijo. Okazaki logró desembarazarse e la madre coraje para poner algo de distancia y volver a atacarla con una de sus agujas. No era un arma muy poderosa pero la kunoichi la manejaba con precisión y podía así alcanzar órganos de vital importancia. Además el somnífero aún podía hacer su efecto.

La aguja se clava en el seno de la mujer, tiñéndolo de rojo... Esta se tambalea sobre sus pies, un momento, para luego desplomarse boca abajo junto al cuerpo de su hijo. Temblorosamente su mano busca tocarlo mientras agoniza…

De las luces algo más allá se escuchan más voces viniendo, sin duda alertadas por los gritos. Pero ahora lo que tienes ante ti es otra cosa… una escena muy diferente.

Matar al chico era una cosa. Algo que sucede en la lucha, incluso si no fue buscado, puesto que valía más vivo para información. Pero matar a su madre también… eso es algo torpe. Inclusive perverso. ¿Que diran Hiroto o Nadeshiko, cuando se enteren?

Sabes bien que el mundo, pese a la “paz” que reina, tiene muchos monstruos. Ahora eres uno de ellos.

Okazaki ve caer a la mujer aliviada por no ser la primera kunoichi que muriese a manos de una civil. No tenía tiempo que perder así que se puso a rebuscar primero en el cuerpo del chico y a coger todo lo que le fuera útil, incluido el arco y flechas. Si le daba tiempo haría lo mismo con la mujer pero ya comenzaba a escuchar voces. Necesitaba encontrar cualquier pista que hiciera que valiera la pena esas dos muertes. Una vez realizado el rápido registro salió corriendo internándose en la espesura del bosque.

Ayudándose de la espesura, Hiroto podía observar desde la distancia la aldea. No hizo falta mucho esfuerzo para ver que el granero estaba en llamas cuando él mismo había verificado que no había riesgo de incendio. Aunque todavía no sabía qué había causado aquel agujero que encontró después en uno de sus muros... "Demasiadas incógnitas y tan pocas respuestas..." Todo aquel misterio estaba empezando a sacar de quicio al disciplinado shinobi pero hizo un esfuerzo por mantener la calma y actuar con precaución ante el peligro que amenaza la zona.

Tras una breve reflexión decidió rodear la aldea para tener una mejor perspectiva de lo que ocurría en el granero y, de paso, ver si Osha realmente era tan inconsciente como para atacar de frente al monstruo. Rápida y sigilosamente, Hiroto avanzó manteniéndose dentro del límite del bosque para rodear la aldea por la parte sur hasta llegar al lado este desde donde podría ver mejor el lugar de las llamas.

Encontrar el arco es fácil, pero esta arruinado tras la explosión. La cuerda ha desaparecido y se ha rajado todo un lado. Un rápido registro confirma que el chico no lleva otra cosa encima que las flechas (rotas muchas, pero sirven una media docena), y un cuchillo pequeño. Teniendo el campamento a metros, lógicamente habrá dejado la mayoría de sus cosas ahí.

No hay tiempo de recuperar las agujas incrustadas en la madre. Se ven sombras y figuras aproximándose a medida que el humo se disipa rápidamente, barrido por la brisa nocturna. A saber cuántos aldeanos habrán oído los gritos y vendrán…

Desde el lateral se ve mucho menos. A medida que giras, queda patente que el daño al granero está del lado interno o sureste, solo bien visible desde la misma aldea. Mientras permanezcas en el bosque no podrás examinarlo y aparte a esta distancia, no es mucho más que un hueco colorido recortado parcialmente en la estructura.

En eso el silencio es roto por un estruendo distante, al Sur de donde te encuentras. Un trueno? Apenas tienes tiempo de prestar atención cuando llega el segundo. No, no es un efecto de las nubes. Es algo mucho más mundano, aunque no por ello menos preocupante.

Explosiones.

Todo estaba inservible como no podía ser de otra manera después de la explosión y tampoco encontraba nada entre las pertenencias del chico que le diera pista de dónde venía o quiénes eran aquellos beligerantes extranjeros. Tenía que salir de allí cuanto antes pues percibía cómo se aproximaban más personas. La kunoichi continuó con el plan que era escapar en la dirección acordada.

A pesar de escuchar detrás de ella las palabras de su compañero, no le obedece, incluso él, aunque quisiera, no podría detenerla. Salió del bosque, aquel ser quería consumir a los aldeanos que quedaban vivos, ellos no podrían escapar, estaban heridos y eran débiles. debía apartarlo. el río pasaba cerca, solo quedaba una opción, no veía una forma distinta, porque el atacarlo directamente era imposible. Se centró en el río, detenerlo justo antes del molino, usaría toda su fuerza para levantar el río y derribar al Oni, justo antes de llevar al molino, levantándolo desde el molino contra aquella criatura.

Nadeshiko usa su desesperación para cambiar un tanto el curso del rio, desviándolo y formando una cascada que intercepte el paso del Oni, entre él y el molino.*

La kunoichi compromete sus magras reservas de Chakra y logra su propósito… Un amplio torrente se separa del ramal de agua y la tierra se alza, escurriendo con fuerza… La criatura es atrapada por el agua, y de inmediato comienza a humear!

Sin embargo, no es suficiente. El Oni opone su cuerpo al agua, que se rompe a los lados y aunque no logra continuar avanzando hacia los aldeanos, tampoco es arrastrado. Sus ojos localizan fácilmente a la kunoichi. Una sonrisa llena de dientes surge en su faz…

El oni no puede avanzar de momento por el torrente convocado por Nadeshiko, pero eso no es inconveniente. Si bien la sangre de sus enemigos en las garras es un deleite, a veces hay otras formas de disfrutar.

Eso se comprueba plenamente cuando hace su cuerpo hacia atrás y cual dragon, expulsa una llamarada violenta hacia la kunoichi! Esta es rápidamente envuelta por el fuego ante la mirada de Sunauto que se aproxima renqueante.

Las llamas bailan en la oscuridad, iluminando todo el escenario, casi ilusorias en la leve neblina...

Al ver el inminente ataque, solo agradece el haber poder darle tiempo a la gente de escapar, sin embargo sabe que no será mucho y pero aun, el ataque va directo a ella. Solo velas llamas contra su cuerpo, piensa rápido, su cuerpo se tensa, y junta sus manos para esperar un milagro con su jutsu.

- ¡Nadeshiko! - grito cuando veo que el Oni la ataca.

Rápidamente reacciono creando nuevamente una ilusión de mi ser la cual proyecto hacia delante con la esperanza de que el Oni se centre en él y deje de atacarnos.

- Gonkaku Yume no Jutsu.

La explosión en el bosque había llamado su atención del incendio de la aldea. "¡Por ahí es por donde se fue Oka!" Pensó alarmado al ver que el ruido venía de la dirección que había tomado su amiga. Todavía le preocupaba Osha, pero no podía obviar aquella coincidencia. Quizás la impetuosa gennin cambió su rumbo o puede que también Oka decidiese regresar por algún motivo.

Simplemente no podía quedarse ahí quieto sin hacer nada. Debía decidir y sin duda la explosión tenía más urgencia que el incendio del granero. Moviéndose sigilosa pero rápidamente, Hiroto avanzó por el bosque hasta acercarse al lugar de donde venía la explosión y averiguar el motivo de la misma. 

La carrera entre las hojas y los arboles es una buena forma de perderse. Especialmente en un terreno desconocido. Pero a veces hay otras formas… No disponibles para cualquiera, por supuesto. Más no por nada han tenido que pasar largos entrenamientos y misiones juntos.

Tras unos cuantos minutos, ambos sienten la presencia familiar del otro, aproximándose a toda velocidad. En poco tiempo, en medio del bosque al Suroeste de la aldea, se encuentra Okazaki y Hiroto. Él por su parte esta como siempre, aunque quizas levemente mas cansado que hace un rato cuando se despidieron. La primera, en cambio, tiene algunas manchas de sangre en su ropa, así como un fuerte olor a humo…

El cambiazo de Nadeshiko, pese a todo, logra su efecto en parte. No alcanza a esquivar toda la explosión, pero si a reducirla un poco… La joven emerge a un lado de donde se encontraba, chamuscada y quemada, pero todavía viva.

Con la aparición de la ilusión de Sunauto, ahora son tres los enemigos. Pero no parece cambiar nada para el Oni. Este salta fuera del torrente ahora que dispone de tiempo, usando su cola para impulsarse. Cae enroscado cual resorte… Sus garras extendidas, listas para atacar.

Más, en su lugar, habla!

- ah… bien. Temí que hubieras muerto... Todavía me cuessta controlarme… y vuestross cuerposss son tan frágiles…+La voz es profunda, y levemente siseante… perfectamente acorde al monstruo. Pero en sus palabras hay algo mucho más inquietante que su mera presencia.