Partida Rol por web

En el momento que decides cambiar de dirección, tu armadura emite un leve chasquido metálico contra una rama, delatándote para un oído atento…

Esto no es bueno. Pero es el precio que a veces se paga por una buena protección.

No tienes forma de saber si te ha oído, pero difícilmente no lo haya hecho.  La cosa es que hacer a continuación. Tampoco es que tengas muchas certezas de donde están tus compañeros ahora. La aldea más próxima está a unos 50km al sur, bajando por el rio o el camino. A menos que se te ocurra como llamarlos… estas solo.

-Erei de la aldea…+frunce el rostro, estudiándote+ Noi vide ninguna asi de pelo…

El arco se alza, apuntando a tu pecho firmemente.

-Bah, noi importai. Mei alegro quei mostro no matara a todos! Ansi deja algunos parai mi!

Su voz está llena de una mezcla entre odio, alegría y rabia. Podra ser... En la penumbra, sus ojos recorren tu figura. Ciertamente no tienes la bandana, pero nota los cintos, los protectores y los kunai… Es difícil dejar de parecer un shinobi o al menos un guerrero, de la nada.

- Vos sei una de asesinoi…+añade, tenso como la cuerda que se apresta a soltar.

Ya en ese punto, Nade se detuvo, algo agotada, con el cuerpo tenso por la adrenalina que aún corría por su cuerpo. Nade miró hacia atrás, no podía ver nada, ni sentir nada. La chica arrugó el ceño,  acariciando su barbilla. La chica tomó por le hombro a su compañero.

- debemos volver con los aldeanos, debemos ver cómo están, ¿te sientes mejor?, quizás debería curarte más - puso su mano en el pecho de Sunauto - aún está abierta la herida - lo miró a los ojos - eres... un tonto - se lo vuelve a decir.

- Eso ya me lo has dicho. - le comento. ¿Acaso quieres que me crea que realmente lo soy? - añado con una sonrísa.

- Pongámonos en marcha. - digo levantándome trabajosamente.

Las palabras de marcado acento del arquero helaron la sangre de la kunoichi. De ellas se desprendía que muy posiblemente no sólo conocieran el ataque a la aldea, sino que podrían haber sido los instigadores y organizadores de ello. Tenía que salir de allí y dar la alarma a la aldea oculta de la hierba. Sus dedos acariciaban el kunai explosivo que tenía oculto tras su espalda.

Hiroto se detuvo en el mismo instante en el que notó el ruido de su armadura cuando se disponía a cambiar el rumbo. Su oído se agudizó al instante tratando de captar cualquier señal de que lo habían oído... y algo le decía que lo más probable es que así haya sido. "Mierda... justo ahora." Se lamentó mientras pensaba rápidamente en cómo reaccionar en una situación tan complicada.

Rápidamente sus manos formaron una serie de sellos que ya había invocado antes. -Bushin no jutsu.- Susurró para invocar un nuevo clon que ocuparía su lugar mientras Hiroto se apresuraba a esconderse. Primero debía asegurarse de si le habían detectado o no. Lentamente sacó un kunai de su funda, preparándose para atacar si era necesario. Mientras, su clon se mantendría parapetado al árbol más cercano esperando cualquier reacción del misterioso perseguidor haciendo de señuelo.

La pareja cambia la dirección de su huida y parte rumbo al Sur, entre el linde de los campos con el rio. De momento no hay señales de persecución, aunque quizás es solo cuestión de tiempo…

Llegan a tiempo para ver varias figuras corriendo hacia el lugar, sus ropas claras y menudos tamaños, identificándolos como los niños. Una más grande la lidera, sin duda la joven Genin. ¡Todavía no han abordado!

Si el Oni apareciera ahora…. Las especulaciones son vanas no obstante. El grupo de refugiados no aminora el paso, por lo menos. O no los han visto o prefieren seguir escapando. Sea como sea el caso, se encontraran en breve, casi enfrente al Molino. Un sentimiento extrañamente ominoso recorre las espaldas de ambos, al ver el lugar en la oscuridad...

El clon explota cuando recibe un kunai que lo atraviesa. Habría funcionado, si el kunai no viniera desde detrás de ti.

Puedes oír el metal raspando a tu espalda contra las placas de la armadura, demasiado cerca de tu nuca para que sea cómodo. Seguidamente, una voz femenina aunque algo agresiva se manifiesta apenas un metro o dos detrás de ti, seguramente al extremo de otra arma. Es buena con el sigilo.

-Buen intento, pero te vi hacerlo desde arriba... ¡No te muevas! +ordena con aspereza+ ¿Quién diablos eres?

El cuerpo de Hiroto entró en tensión en cuanto sintió el acero aproximarse a su cuello, dispuesto a responder a la amenaza. Pero la pregunta de la chica que lo estaba persiguiendo le hizo detenerse y actuar con precaución. -No quiero ser descortés, pero esa pregunta me correspondería hacerla a mi. Eres tú la que me lleva siguiendo un buen rato.- Respondió para tantear la actitud de la desconocida. Si de verdad quisieran matarlo, ya lo habría intentado sin duda alguna. No obstante, Hiroto estaba preparado para actuar al menor descuido si la situación se tornaba peligrosa.

El sonido metálico indica un cambio en la postura de la persona detrás, aunque todavía sentís demasiado cerca el frio metal. Aparte no se puede saber si es para bajar la guardia… o preparar una estocada. Parece pensarlo unos segundos antes de responder.

- La ventaja la tengo yo, así que no vamos a andar con tonterías. +replica con un tono firme que contradice su silencio anterior+ ¿Quién eres? Siempre puedo revisar tu cuerpo…

Okazaki lanzó un kunai explosivo, una táctica que siempre le gustaba mucho, buscando no a su enemigo sino impactarlo con la onda expansiva. Nada más lanzarlo se retiró para ponerse a cubierto.

La tensión o el cansancio se cobran su precio, y el disparo de Okazaki falla totalmente su blanco, yendo a perderse más atrás, entre los árboles, y estallando en el campamento…

Un coro de gritos agudos se alza. Al parecer habia mas gente alli y los ha lastimado...mujeres, por las voces.

-¡MALDITA!+grita el muchacho, desplazándose de lado para revelarla y disparando. La flecha es certera, alcanzando a la kunoichi en el costado…

Su torpeza en combate a veces no tenia límite pero incluso así podría aprovecharse de la situación. Su enemigo se desplazó para tenerla a tiro y una flecha fue lo siguiente que pudo sentir horadando su tierna carne. Apretó fuerte la mandíbula y usó el dolor para contraatacar. Veloz como un rayo tomó una fina y puntiaguda aguja que sujetó entre los dedos de la mano y la impregnó de veneno ralentizante.

Te la juega ahora, Okazaki.- No era buena en combate, eso lo tenía asumido. Sin embargo sus tretas podrían sacarla del apuro. Lo primero sería envenenar a ese desgraciado para poder huir hasta la aldea oculta de la hierba y contar lo que habían descubierto. 

¡PFFFFIUUU!

La aguja cruzó veloz el aire buscando un pequeño hueco para inocular el veneno en el arquero. Mientras tanto Oka no se quedó quieta. Lanzó una bomba de humo en las proximidades esperanzada en que la pérdida de visibilidad provocada la sirviera para facilitar su escapatoria. No tardó ni un segundo en internarse en la artificial neblina.

La determinación de la chica no parecía flaquear en ningún momento. Hiroto chasqueó la lengua a modo de disgusto al ver que no había el menor atisbo de duda en sus palabras, por lo que quizás fuese momento para ceder ante la sencilla petición de su captor. -Mi nombre es Hiroto Aizawa, shinobi de Kusagakure.- Respondió al fin ante la demanda. 

Siempre había momento para intentar un contraataque si era necesario. Pero hasta ahora quizás pudiesen solucionar sus diferencias hablando. -¿Puedo saber ya quién eres tú y por qué me estabas persiguiendo?- Preguntó unos instantes después ante un posible intercambio de información. Cabía la posibilidad de que se tratase de un shinobi de otro país y fuese destinado a Koani por motivos similares a los de Hiroto. Realmente no podía apostar por esa baza, pero uno nunca puede descartar todas las opciones.

Ya pueden ver el grupo, la joven levanta ligeramente su mano para capte la atención de compañero, ya pueden ver a los aldeanos aun escapando como pueden, temía que los hubiera seguido el Oni, y miró a su compañero.

- ve con ellos, ayúdalos, si hay mucho chacra junto, nos puede atacar, mejor ve tú,estas herido y has gastado bastante, - aprieta su mano - ve... - murmura de nuevo, sin salir del escondite, aunque claro, pronto se encontrarían boca de jarro con el grupo de refugiados. 

- No pienso separarme de tí. - le digo a Nadeshiko. No te dejaré sola.

- Si alguien tiene que sobrevivir eres tú. - pienso.

- Como bien dices mi chakra está casi agotado por lo que no creo que llame mucho la atención.

La aguja alcanza al muchacho, quien no obstante el dolor y el repentino agarrotamiento de sus músculos, no ceja en su empeño por acabar con aquella chica. De todos modos, el repentino humo creado por la shinobi hace casi imposible detectarla. Jugándosela a todo comienza a rodear, regresándose por donde venía para interponerse entre ella y el campamento bajo la sospecha de que quiere continuar su ataque, mientras dispara al voleo justo al centro de la nube.

Resulta milagroso pero acierta. Aunque no tan fuerte como la anterior, la flecha encuentra a Okazaki!

La espada se mueve, con el filo apretado contra tu piel suavemente, mientras la muchacha gira  quedando a tu izquierda, de modo tal que dificulte un poco desenvainar hacia ella. Lleva una armadura parcial de placas y protectores shinobi, logras reconocer fácilmente. Similar a la tuya, pero mas ligera.

-Soy Osha Makino. De Kusagakure. +replica fríamente. En la bandana que lleva puede verse claramente el emblema de la Hierba!+ Y no recuerdo haberte visto nunca.

Ahora bien, en la aldea no son tantos. Quizás unos 300 ninjas en total. Y los jonin y chunin, salvo los que trabajan en la misma, usualmente viajan de un lado a otro del país cumpliendo pequeñas misiones. No sería raro… Pero el apellido si suena del lugar.

Mientras ambos vacilan si ir o no en ayuda de los aldeanos, estos comienzan a arribar al molino, desapareciendo sus figuras en la costa al bajar al muelle poco a poco.

Con algo de suerte, en unos minutos se irán. Pero antes de transcurrido ese lapso, Nadeshiko ve algo más… una sombra enorme, avanzando en la misma dirección. Su figura se recorta contra la línea de árboles, y tan solo capta un destello escamoso llamando la atención.

Pero solo eso basta. El Oni viene en esta dirección! Solo que antes… llegara al molino...

Hiroto sintió una mezcla de sorpresa y alivio al escuchar el nombre de quien había logrado cogerlo por sorpresa. -¿Osha? Entonces eres uno de los genin que iba con Hamachi.- Era mas una afirmación que una pregunta. Dejó que sus palabras calasen en la chica y se incorporó lentamente con las palmas hacia arriba en un gesto inofensivo. -Formo parte del equipo que respondió a tu llamada de auxilio. En la aldea nos encontramos con Hamachi y Valea y nos contaron lo ocurrido.- Continuó relatando para poner al día a la kunoichi. 

Con cierto aire de preocupación, Hiroto oteó en la espesura. -Tambien nos dijo que te habías retirado hacia el este, pero con un Oni suelto nos temíamos lo peor.- En ese momento recordó la muerte de Ramio y lo mucho que le había afectado a la chica. -Es un alivio saber que te encuentras bien.- Le dijo con una sonrisa sincera y amable.