Partida Rol por web

Hiroto aceptó la píldora que le tendió Okazaki y se la tomo al instante. Enseguida notó sus efectos al instante. El dolor remitía y parte del cansancio comenzó a desaparecer de su cuerpo. Respiro con cierto alivio antes de que Oka le enseñase el pergamino con el que tenía intención de sellar la esfera. -En mi mochila. Ni se te ocurra tocar la esfera aún con la tela por encima.- Advirtió a su compañera cuando se disponía a activar el pergamino.

- Deja caer la bola al suelo y la intento meter en el pergamino.- Extendió el pergamino en el suelo y leyó los sellos que activaban su función.

Normalmente el proceso implica tomar el objeto, apoyarlo en el pergamino e influirle una cierta cantidad de chakra (acorde al tamaño y poder del objetivo), para de este modo “sellarlo” dentro.  No es una técnica fácil; si bien casi cualquier ninja bien entrenado puede usar pergaminos con objetos simples como pequeños suministros o armas, los mas complicados (como objetos cargados o grandes volúmenes de algo) requieren de una manipulación mucho mas delicada del chakra. Y crearlos requiere mucho mas conocimiento.

Okazaki no tiene mucha idea de cómo proceder con un objeto con el poder de la gema, pero hace el intento. Solo que la piedra no coopera… todo lo contrario. Un fuerte dolor acude a la cabeza de la kunoichi, impulsando su mano hacia la luz azul!

La tensión se mascaba en el ambiente y Okazaki, como siempre, mascaba granitos de arroz para tratar de pensar con claridad. De pronto, como un fuerte dolor de muelas, un dolor agudo taladró su cabeza.

- Aaaaah....

Hiroto observó el cuidadoso procedimiento de Oka, pero parecía que ese exceso de precaución sería lo que abocaría el intento al fracaso. Torció el gesto con cierta decepción por no haber podido sellar la esfera. Sin duda, de haberlo logrado, su regreso sería mucho menos complicado. 

Estaba a punto de dedicarle unas palabras de ánimo y consuelo a su compañera cuando vio en su rostro un brillo que le resultó terriblemente familiar. Pudo ver cómo la esfera comenzaba a ejercer su influencia sobre Oka, aunque ésta parecía resistirse mejor que él lo hizo en su momento a sus efectos. Sin darle más tiempo al objeto, Hiroto se apresuró en recuperar la esfera recogiéndola por el trozo de tela sobrante del envoltorio improvisado para devolverlo a su mochila. -Valía la pena intentarlo.- Le dijo a la kunoichi. -Será mejor que nos vayamos.- No podían seguir allí por más tiempo.

Irse. Se piensa muy fácil, pero... ¿hacia donde o como?

La oscura aldea ofrecía muy poco cobijo. Tan solo rompía las tinieblas los brillos que quedaban de la casa rápidamente abandonada donde habían descansado, así como los rescoldos que todavía ardían del pasado ataque. 

Si todo había salido como se planeara (y poco de lo mismo se había cumplido hasta ahora) los aldeanos y la genin Valea estarían en los botes rio abajo. Sunauto, Nadeshiko y Hamachi, huyendo por el bosque en distintas direcciones. Pero el peso que arrastraba consigo Hiroto, hacia bastante difícil aquella ultima opción.

Mientras lo deciden, ambos escuchan ruidos suaves… provenientes del Oeste, es decir desde la casa.  ¿El eco de voces quizás?

No hay mucho más que volver con paso lento al caserío destruido,  para reconstruir desde allí el camino de los demás. Dado que al separarse el resto huyo al Este, será mas sencillo por el bosque…

Sunauto no dice nada por un buen rato. Hace tiempo  no siente la presencia del Oni, desde su aviso, y el cerrojo sobre sus motivos para acceder le impide pronunciarse abiertamente. De seguro Nadeshiko siente esa barrera fría que interpone… pero es por su bien. Incluso si mas tarde debe derribar ese muro.

Recién cuando están llegando a las casas, cierra los ojos para intentar concentrarse en sentir el rastro o alguna señal del chakra de sus compañeros. Sorprendentemente lo encuentra, y no muy lejos, sino dentro de la misma aldea.  ¿Acaso sus sentidos también mejoraron?

-Parece que Hiroto y Okazaki no llegaron demasiado lejos, o se regresaron…+dice en tono bajo, buscando levemente la mirada de la kunoichi.

Aintió a su líder aún sin quitarse la decepción pro el fracaso de su idea. Tenían que moverse pero llevar a cuestas esa cosa no era tarea fácil. ¿Cuánto aguantaría Hiroto así? La oscuridad reinante, mientras fuera al aire libre, no era problema para Oka, acostumbrada a estar bajo tierra. Cuando se escucharon unos ruidos procedentes del oeste Oka se tensó como una gata erizada.

- Déjame ir a ver.

Ni siquiera habían llegado a decidirse por una ruta para salir de aquella aldea maldita cuando unos ruidos llamaron la atención de los shinobi. -Vale, pero ocultémonos primero.- Respondió a Oka. Con la cantidad de escombros no sería complicado encontrar un lugar donde esconderse y a la vez poder observar a lo que quiera que se esté acercando.

Sin poder hacer nada al respecto, el cuerpo de Hiroto se tensaba ante el temor de que se tratase nuevamente del Oni. No dudaría en enfrentarse a él una vez más si se daba la situación, pero todavía tenía muy reciente el recuerdo... el sueño y la extraña visión se habían grabado en su mente al igual que las garras de la bestia habían marcado su cuerpo.

fue un silencio pesado, eran dos desconocidos caminando, y aunque ella sentía ese calor en su corazón por el joven, ahora no sabia como tratarlo, si era la misma persona o si seguiría siendo el mismo, no sabía a qué lo obligaría ese Oni a hacer y si ella podría soportarlo. Una barrera se había levantado entre los dos, y no sabia si sería un obstáculo que podría o quisiera sobrepasar.

- ¿los has sentido? ¿A todos?- preguntó rápidamente, estaba sujetada de su mano, su piel se sentía de la misma manera que antes, igual que su calor. - espero que no haya matado a más ...- sin ánimos pensó en los demás compañeros, no veía forma de vencer a una criatura como esta. 

-Siento a dos…+responde, meneando la cabeza en asentimiento. Aunque la intensidad de ambos es muy baja. Deben estar agotados. Vuelve a intentar concentrarse para ser mas preciso, pero no puede más que adivinar que estan bastante cerca, aunque no demasiado.

Seguro deben estar alerta y escondidos. Es lo que el haría. Y en otras circunstancias el también seria precavido, pero que rayos… Junta las manos sobre la boca, a modo de bocina.

-HIROTO! OKAZAKI! SOMOS NOSOTROS!! VENGAN A LA LUZ!! +grita en voz alta, sin importarle que esta resuene entre las vacías paredes. Si el oni esta cerca sin duda lo oyo, pero no lo siente. Y de todas formas la criatura puede tener otros métodos.

Efectivamente estaban ocultos y agotados. Okazaki fue la que apareció primero e hizo un gesto a Hiroto para que se esperase.

- Chicos, ¿sois vosotros?- Dijo esperanzada en que al final algo saliera bien.- Hiroto necesita ayuda.

Aquella sería la primera, y seguramente última, vez que se alegraría de la temeridad de Sunauto. No porque fuese una decisión acertada por parte del explorador, si no por el hecho de saber que seguía con vida. Hiroto salió de su escondite detrás de Okazaki. -Me alegro de ver que estáis bien.- Dijo con una sonrisa que no ocultaba su cansancio ni el dolor de sus heridas. Aunque en aquel momento no le preocupaba en absoluto lo penoso que fuera su estado. Sus compañeros estaban a salvo.

Enseguida se centró nuevamente en lo que debían hacer antes de nada. -Primero debemos salir de aquí y llevarnos la esfera.- Dijo tajante. -Después ya tendremos tiempo de ponernos al día y de recuperarnos. Tenemos que regresar a la aldea cuanto antes e informar del verdadero mal que escondía esta aldea.- En ese instante se dispuso a llevar al grupo hacia el bosque nuevamente para iniciar el camino de vuelta. 

no puede creer lo que acaba de pasar, no puede creerlo, Nadeshiko queda paralizada, pero logra reaccionar.

-¡ Huyan! ¡Es una trampa! Nos ha capturado... el nos ha... Marcado, quiere hacerse de personas como nosotros pero no sé para qué,¡ deben irse ahora de aquí, antes de que llegue!  - avanza y se pone delante de Sunauto, extendiendo sus brazos, sabía que sería su fin, pero no puede creer lo que él acaba de hacer, si él los sentía, el Oni los sentía también, - ¿qué has hecho?...- le pregunta al joven con la voz quebrada... 

Las palabras de la kunoichi pronto van perfilando otra imagen, una que se completa a medida que ambas parejas pueden verse en las penumbras que envuelven la aldea. Puede que lleguen demasiado tarde.

Por un lado, Okazaki y Hiroto pueden ver que sus compañeros exhiben tambien señales de graves heridas. El hombre en el pecho, mientras que ella en el vientre. Ambas veces son marcas mezcladas de garras y quemaduras, dejando poca cabida a la imaginacion de como se produjeron. No obstante eso, a ambos se les ve sanos, en especial al explorador. Son las marcas en sus ropas y pieles las que delatan el daño, asi como la sangre, pero no parecen haber mermado sus fuerzas.

Nadeshiko y Sunauto, por su parte, pueden notar a simple vista que Hiroto lleva la misma herida que ellos pero sobre su rostro, desfigurandole levemente las facciones. Es indudable que ha sido curado del daño, pero extrañamente todavia muestra señales de estar sometido a algun fuerte dolor o presion, puesto que le cuesta incluso sostenerse bien en pie. La estratega en cambio, si bien tiene sangre manchando sus ropas y algunas heridas, asi como la fatiga en sus facciones, no parece estar muy seriamente comprometida. Y lo mas notable es que no tiene esa marca...

Los ojos del explorador relucen. Realmente, se le ve como siempre, incluso se diria que mejor, si no fuera por las cicatrices. 

No detiene a Nadeshiko de interponerse o intentar avisarles de lo que les pasa. Ella no lo entiende. Es comprensible, él mismo no lo hace del todo. Pero al ver que Hiroto comparte el mismo destino, frunce el labio en una mueca. Dificil discernir si es una sonrisa o de disgusto.

-... Veo que tambien se encontraron con el oni. ¿Como te fue con la propuesta, amigo?+exclama, poniendose firme. Las explicaciones deberán darse ahora. Tambien mira de reojo a Okazaki. ¿Acaso ella no...?...

Hiroto frunció el ceño ante la advertencia de añade aunque una parte de sí mismo sabía que algo había cambiado después de haber luchado contra el Oni... Luego miro extrañado a Sunauto. El explorador hizo aflorar la pequeña tortura mental a la que lo habían sometido. Aquel monstruo había reavivado recuerdos que todavía se manifestaban en forma de pesadillas, solo que esta vez fue como estar allí de nuevo.

-Eso ahora no tiene importancia.- Le espetó al imprudente explorador. -Tenemos que encontrar la manera de informar de lo que ocurre aquí sin poner en peligro a nadie.- Atajó sin darle tiempo a replicar a su excéntrico compañero. Su semblante se tornó pensativo durante pocos segundos y volvió a fijar la mirar en sus compañeros reencontrados. -Hemos encontrado una esfera que puede ser la clave para sellar de nuevo al Oni. O por lo menos parece que la teme.- Resumió de manera muy breve. Ahora su prioridad era llevar ese objeto hasta su aldea para que la estudiasen y descubriesen la manera de darle uso. Entonces miró a Oka, la sujetó con sus manos por los hombros con suavidad pero con firmeza a la vez. -Eres la única que no ha sido marcada.- Constató. -Eres la única que puede llevarse la esfera sin que él Oni pueda seguir tu presencia... Nosotros te cubriremos y te daremos tiempo para que pongas distancia entre tú y esta maldita aldea.- Su voz, aunque serena, tenía cierto cariz apremiante. Aunque puede que estuviese firmando su sentencia de muerte, Hirito daría con gusto su vida si con ello podía proteger a otros de un mal antiguo. No dudaría un segundo en hacerlo.

La alegría inicial que reflejó el rostro de la estratega del equipo ninja se desvaneció por completo ante las palabras de Nadeshiko.

¿Una trampa?- Si el Oni les atacaba ahora, con las fuerzas casi extinguidas por completo, no habría manera de sobrevivir. ¿Acaso les torturaba oculto desde las sombras, como un depredador agazapado a punto de saltar? Con un poco más d eluz y ya localizados, pudo ver como Nade y Sunauto también habían sido heridos pro el Oni.

- ¿De qué estáis hablando?- Dijo cuando Hiroto habló de que el oni podía sentirlos. Su orden le hizo arrugar el rostro de disgusto.- ¿Yo?- Ni siquiera había conseguido meter la esfera en un pergamino  como para llevarla todo el camino.- No quiero separarme de vosotros...- Protestó cada vez con menos fuerza. Si lo que decía Hiroto era cierto poco podría rebatir a su jefe.- Estoy agotada, no creo que pueda conseguirlo. Mis heridas y...no me queda ni una gota de chakra. Si tanto teme a esa esfera puede que podamos llevarla los cuatro juntos.

Bajó sus brazos, y se sintió algo tonta,pero se acercó a sus amigos, ahora, todos estaban marcados, a excepción de una, pero tenía dudas, quizás el oni ya sabía de todo, y podria seguirla, atacando a la aldea, consumiendo a todos los usuarios de chacra.

- sólo tú puedes, los demás estamos unidos al Oni, por decisión o por no ser lo suficientemente fuertes como para evitar la marca, eres la único...- entristeció, no sabía si podría ver a su abuelo otra vez, quizás nunca más. - deberemos hacer lo que dices Sunauto, te cubriremos, mientras tú escapas -  ¿los habrá escuchado?, Miraba de reojo a Sunauto, y luego a Hiroto, él parece que no quería hablar sobre lo ocurrido, quien sabe qué habría decidido, si será como ella o como Sunauto.