Partida Rol por web

Pancratius te mira fijamente durante unos segundos. No sabes en que esta pensando. De repente comienza a hablar con su tono serio y directo.

- ¿Que sugiere señorita Grim? Me refiero para ponernos en contacto.

Tras tu propuesta entra de lleno en el asunto que ha motivado el encuentro.

- Lo estudiare. Bien, tengo una tarea para la que usted y su equipo deben estar sin duda bien cualificados. Uno de mis Vor, Ilari, controla los muelles, desde los que dirige un negocio de distribucion del que no le dare detalles. El dinero de ese negocio pasa por varios gimnasios. Mi intencion es que robe uno de esos gimnasios, y se lleve todo el dinero que encuentre alli. Su pago sera el 50% del botin que obtenga. Le dare todos los datos de que dispongo, y le ayudare en lo que necesite, pero hay condiciones. Nadie mas que usted debe saber que yo soy quien promueve el golpe. Necesito saber la cantidad exacta de dinero, y le aseguro que si trata de engañarme lo sabre. Pero lo mas importante, quiero que quede claro que el golpe se ha organizado desde dentro, es decir debe ser muy directo.

Espera un instante para que vayas procesando la informacion antes de concluir.

- Nadie sabra nunca que fue usted quien dio el golpe. Este es un trabajo realmente importante, espero no equivocarme al ponerlo en sus manos. Y le aseguro que si cumple con mis espectativas, tendra un futuro muy brillante. Brillante como el oro.

En otras condiciones robar en una propiedad de la mafia seria un suicidio, pero si tienes el apoyo de su lider el trabajo parece facil y bastante bien retribuido.

 - Me atrae mucho el negocio y un 50% suena muy bien teniendo en cuenta que trabajo para usted - Serna se relame internamente saboreando el momento al saberse una parte importante del proyecto que Oleg tiene entre manos.  - Por supuesto que lo haré, pero antes que nada déjeme expresarle lo obvio, no será necesario que averigüe si cumpliré mi parte del acuerdo, cualquier relación interpersonal se construye bajo la normativa de la confianza. Y créame que soy una persona de confiar. El dinero me interesa poco, pero siempre es un medio hacia mis objetivos y lo aceptaré de buena manera. 

La mujer de pálida piel y rasgos redondeados se tomó un segundo para respirar profundamente y analizar los duros rasgos de Pancratius. Acarició la mesa en un acto inconsciente y luego intentó continuar con la parte importante del plan. 

- ¿Cuál es esa información de la que dispone? Imagino que no encontraré tan sólo empleados dentro del gimnasio. Nada de lo que me pueda asustar, claro está. Por otro lado imagino que el dinero que encuentre allí no será efectivo puro, a menos que se utilice el negocio para lavar dinero y a su vez como escondite. Una vez que tenga el dinero ¿Qué desea que haga con él?... pensemos en transporte, vías de movilización.... 

Serna dejó un espacio para dar a entender que los detalles administrativos eran demasiados y que no iría a ciegas a robarle a la mafia para luego tener que pensar qué querría Pancratius que haga con aquellos tipos o su dinero.

Manteniendo su habitual actitud seria e impasible Pancratius te responde.

- El negocio se utiliza para blanquear dinero proveniente de actividades de la Bratva, por lo que habra mucho efectivo, y tambien proteccion, aunque en general sera encubierta. Quiza el punto perfecto para el golpe seria en el momento de la entrega, donde un golpe rapido podria llevarse a cabo antes de que nadie supiese lo que ocurre, aunque seguramente habria menos dinero de esa forma. Eso puede valorarlo usted misma.

Te habla sobre un tal Ilari, lider de la bratva en Brooklyn, y su habilidad para los negocios. Tambien te adelanta que seras informada con mas exactitud en las proximas horas, para asegurar informacion de ultima hora sobre ubicacion del dinero y personas a su cargo, asi como lugares de entrega y sitios seguros.
El lider mafioso se relaja momentaneamente despues de concretar el plan.

- Soy una de esas personas a las que le gusta la confianza, probablemente pensara que soy un viejo anticuado, pero creo en el valor de mi palabra. Pero a veces me siento desubicado, la gente joven no tiene respeto, no saben lo que es, por eso suelo ser precavido. En cualquier caso, si no confiase en usted Serna, no estariamos teniendo esta conversacion.

No sabes muy bien que quiere decir con todo esto, aunque puede que solo este desvelando algo de él para que sepas como es.

 La conversación continuó ultimando detalles importantes para el golpe. Horario... día y tantas otras cosas, entre ellas pidió un número de contacto por el cuál comunicarse con Oleg.

- En negocio saldrá según lo planeado, me encargaré de que así sea. - Finalizó Serna. Tendría que hacer unos cuantos preparativos. Si el dinero era efectivo tendría que primero encargarse de tener un camión blindado a su disposición para cubrirse, eso implicaría que tendría que ver si existía algún banco cercano donde poder estacionar el camión sin ser sospechosa, o averiguar si el gimnasio contaba con un galpón para ingresar con el camión una vez el dinero estuviese listo para ser transladado.

El golpe no estaba del todo planeado pero ciertas ideas se estaban incubando en su cabeza y ya podía relamerse con la victoria.

Pancratius dice que se encargará de que recibas informacion mas actualizada durante el dia, logicamente él no conoce todos los detalles del gimnasio en cuestion.
Tambien parece quedar algo pensativo sobre un metodo de comunicacion directa entre vosotros dos, pero a priori no parece un tema urgente.

La reunion concluye y el lider mafioso queda a la espera de que solicites o comentes algo mas, de lo contrario se marchará. No cabe duda de que el estado de alarma en la ciudad no es una situacion muy segura para él, permanecer fuera de sus dominios siendo el hombre mas buscado no es precisamente seguro.

 Serna se despide del hombre con un apretón de manos y su típica sonrisa amigable tan falsa como billete de tres dólares. Se puso de pie y caminó hacia la salida del café. Afuera debería estar esperándola uno de sus esbirros con el auto después de haber sorteado los obstáculos humanos y haber esperado como todo un ciudadano. 

Inhaló fuertemente y se concentró en los altos edificios que decoraban el marco del Central Park, bonitas fachadas de mugrientos departamentos con sus mugrientos ocupantes y sus mugrientas vidas. Todos ellos sintonizarían la televisión cuando Serna Grim fuera presentada en todos los canales locales y nacionales como la revelación del año. Todavía no se había decidido en qué clase de famosa sería. La actuación no era para ella, probablemente los negocios y productoras recaudaran mucho dinero, y sobre todo podría tener sus uñas metidas entre los medios para poder canalizar la información más beneficiosa a aquella sociedad mediocre.

Un guardaespaldas con anteojos negros ceñidos a las sienes, traje negro como la noche vestido de camisa blanca y corbata bordeaux a rayas diagonales, iba detrás de ella acercándose a la calle. Serna no era una celebridad, no aún, pero debía acostumbrarse a la vida de una. 

Le hizo un gesto al hombre para que la siguiera y cruzó la calle esperando a su 307cc. Su autoestima no podía estar aún más arriba, unos milímetros más y creía que tocaría el sol.

Abandonas la cafeteria tras despedirte cordialmente de Pancratius.
En cuanto llegas a la calle ves tu coche esperando frente a la puerta. El trafico parece haberse vuelto ligeramente mas fluido, aunque todavia se ven coches de policia pidiendo paso con las sirenas encendidas.

Dejas atras la cafeteria a tiempo para ver como los hombres de Pancratius preparan la salida de su jefe. Uno de tus esbirros conduce hasta tu apartamento, tarda un poco mas de lo normal en llegar pero viendo el caos que impera en la ciudad parece que es todo un exito haber llegado en menos de una hora.
Haces que primero entren en tu apartamento los esbirros, una vez se han asegurado de que no hay nadie ni hay una coleccion de bombas entras tú.
Empieza a atardecer y recibes en tu telefono la informacion requerida para dar el golpe que te han encomendado. Una caja fuerte situada en la sala de mantenimiento guarda la recaudacion. A partir de las doce de la noche el local se queda vacio con el sistema de alarma activado. Diez minutos antes aun hay un par de hombres dentro recogiendo el gimnasio.
Se estima que el dinero se pueda transportar en bolsas de deporte o sacos. A priorio tan solo debes robar el dinero y llevarlo a tu casa o donde consideres oportuno, una vez concluido el golpe te daran instrucciones para entregar la parte que no te corresponde.

Con toda esa informacion tienes dos opciones: El asalto por la fuerza o el robo nocturno. O tambien puedes personarte en el gimnasio y buscar algun tipo de alternativa.
Sea como sea tienes horas por delante para meditar y tomar una decision con respecto a la ejecucion de tu primer trabajo para la mafia.

 Serna entró al auto y le indicó al conductor que se dirija directamente a el centro comercial más cercano. Debía comprar algo de ropa deportiva y hacer una visita a un gimnasio. 

Sin pensarlo dos veces eligió una calza bastante holgada y una remera que, si bien era de reconocida marca, no le hacía mucho favor a sus curvas. Pasaría por una gordita más que decepcionaría a su entrenador al mes de darse cuenta que no bajaría esos gramos que le sobraban. 

Una vez hechas las compras decidió presentarse en el gimnasio para anotarse y pagar su cuota inicial. 

Acudes al centro comercial  para visitar la tienda de ropa deportiva de una conocida marca. Sin miramiento alguno por el gasto adquieres el equipo de mayor calidad pero no el que mejor te queda.
Abandonas el centro comercial para dirigirte al gimnasio. La alarma de incendios empieza a sonar cuando comienzas a alejarte, no tardas en ver como todo el mundo sale por las puertas con mayor o menor urgencia. Te alegras de haber salido de alli justo a tiempo, segun estan las cosas eso podria ser un autentico caos.

Cuando llegas a tu destino te encuentras con un gimnasio de barrio. Lejos de los tipicos gimnasios elitistas de estetica lujosa y precios abusivos que has frecuentado en el pasado ahora estas frente a un lugar sucio y sombrio. Las paredes y el suelo son grises y la iluminacion es insuficiente. La maquinaria esta obsoleta y, aunque desde la entrada no puedes ver los vestuarios, apuestas a que la higiene no es su fuerte. Te llama la atencion la ausencia total de clientes, si bien apenas es mediodia no hay ni una sola persona ejercitandose.
Nada mas entrar te acercas a recepcion, donde no hay nadie. Esperas pacientemente a que aparezca la tipica recepcionista con un cuerpo diez, pero en su lugar te atiende un hombre de unos cuarenta años cuya barriga le impide sentarse mas cerca de la mesa.

- Buenos dias señora. La cuota de alta son cuarenta dolares y cada mensualidad son veinte. Abrimos a las 10:00 y cerramos a las 20:00. Puede usar todas las maquinas excepto las que estan rotas, esas tienen un cartel colgado.

Mientras habla deja sobre la mesa un cuestionario y un boligrafo. Ves que apenas pide tu nombre y telefono, el resto son casillas donde exentas al gimnasio de cualquier daño o lesion que puedas sufrir en su interior.

 Serna observa al rechoncho hombretón disimulando un profundo desprecio y vuelve a dar un vistazo en busca de mayor concurrencia. 

- Creo que será una muy buena idea anotarme hoy mismo. Veo que no hay mucha gente molesta, al menos a esta hora, odio hacer fila para utilizar una máquina. A propósito, como dije no me gustan los gimnasios repletos de modelitos cotilleando por los rincones. Cuál sería el horario en el que la concurrencia aumenta? Trataré de evitarlo todo lo posible. 

Esperó la respuesta y una vez el hombre le da su opinión, la doctora le pide una pequeña visita guiada por las instalaciones. Necesitaría un entrenador que le arme una rutina, mencionó, a menos que aquél gordinflón creyera que podía armarle una, lo cual no parecía posible. 

Una vez terminado el recorrido pidió pasar al baño en donde utilizó su poder de "desintegración ocular" - así era como le gustaba llamarlo - para salir cual mosca imperceptible a escuchar un poco si el hombre tenía alguna actitud llamativa, tanto por su presencia allí como para sopesar si él estaba enterado del negocio.

Ante tu pregunta sobre la hora punta el hombre se limita a encogerse de hombros.

- A veces vienen dos o tres personas a hacer pesas. Hay muchos clientes inscritos que no vienen, nunca he visto el local lleno.

Al solicitar una visita guiada el obeso recepcionista señala cada una de las zonas que puedes ver desde la entrada.

- Ahi estan las pesas. Esas son las cintas para correr y a la derecha tiene el resto de maquinas. A la izquierda estan los vestuarios y los aseos.

Se agacha torpemente y coge algo de debajo de la mesa. Te entrega una hoja con un plan de ejercicios generico basado en pequeñas repeticiones.

- Aqui tiene, con esto se pondrá en forma o se mantendrá en buen estado.

Esta claro que el gimnasio no es mas que una tapadera para blanquear dinero. Aunque este vacio puede tener cientos de socios que paguen cada mes y no pisen el lugar nunca.
Entras al aseo para descubrir un diminuto vestuario con escasas taquillas. Sin separacion alguna estan las duchas y un par de retretes dentro de diminutos receptaculos.
En tu reconocimiento visual no has visto ninguna puerta cerrada, a excepcion de la que se encuentra detras de la recepcion. Esa puerta, pegada a la espalda del unico empleado que has visto, debe dar a una habitacion de unos 5x5 metros. El resto del lugar esta totalmente repartido entre la sala de maquinas, que ocupa gran parte del recinto, y los aseos que completan el cuadrado perfecto que has podido comprobar desde el exterior.
Para entrar en la puerta cerrada debes apartar al hombre. Viendo su poca movilidad puede ser eterno esperar a que se levante.

 Serna observó al gordinflón con problemas de vagueza y no pudo más que... sentirse feliz por lo perfecta que era su vida, su presencia y el dinero que la rodeaba a diario. Un día más en ese hospital y llegaría el día en que no sólo iría por gentuza sin oportunidades de sobrevivir el cancer o cualquier otra enfermedad, sino que comenzaría a matar a otros desgraciados. Pero con la llegada de Oleg Pancratius a su vida, toda esa mierda podía quedar atrás. La prensa le pediría conferencias en las que se quitarían los ojos por hacer una pregunta trillada y sin sentido a su grandiosa perfección, pero antes que eso...

- Este lugar es perfecto para mí, justo lo que buscaba. Quietud, buenas maquinarias y un buen entrenador que me prepare una rutina. Ahora, si pudiera armarme una. Me encantaría empezar hoy mismo. 

Serna comenzó a observar por encima del mostrador para observar los hábitos de aquel simio exedido de peso. Debía haber unas cuantas tazas de café... o una botellita de agua saborizada que habría sacado del refrigerador para la clientela sin poner un peso en la caja. Un viejo sandwich en descomposición o cualquier otro modo de ponerlo a dormir mediante algún fármaco. Tenía varios de ellos al alcance de la mano. 

Cogió su celular y caminó hacia el fondo del gimnasio en una actuación que pretendía demostrar su reconocimiento del lugar. 

Deambulas por el gimnasio fingiendo hablar por el telefono mientras examinas al unico empleado y esperas una oportunidad.
El hombre, ajeno a absolutamente todo, sigue recostado en su silla con las manos apoyadas sobre su voluminosa barriga. De repente se ladea ligeramente sobre la silla levantando su pierna derecha  y un segundo despues vuelve a su posicion origial. Por su gesto parece que algo va mal, abre los ojos de par en par y mira hacia abajo. Su cara cambia y oyes como maldice justo antes de levantarse de la silla.
Al ver que se dirige hacia ti te das la vuelta y sigues paseando para no perderlo de vista. Gira hacia los aseos y es entonces cuando puedes ver una leve mancha marron en la parte trasera de su pantalon.
Cuando cierra la puerta de los aseos masculinos te acercas rapidamente a la puerta que hay detras de la mesa de recepcion. Por suerte no esta bloqueada, aunque cuando estas a punto de empujarla dudas si realmente él es el unico empleado dentro del gimnasio.
No olvidas que todo esto pertence a la mafia y posiblemente lo ultimo que se les ocurra es llamar a la policia para resolver el caso de una intrusa en su local.

Serna se cercioró de la partida del hombre levantando el cogote casi hasta desnucarse luego se acercó al mostrador y desapareció. Abrió la puerta con un golpe fuerte y se escondió tras la pared a la espera de una reacción adversa de parte de los inciertos mafiosos. Espero a oír disparos.

Pateas la puerta mientras permaneces invisible. Dentro de la habitacion, de unos 4x4 metros, la decoracion es muy diferente al resto del local. Las paredes estan recubiertas de madera a juego con los muebles y hay una enorme pantalla de plasma frente a un gran sillon de cuero. Una alfombra cubre el suelo y un par de cuadros completan la decoracion.
No tardas en percatarte de un pequeño armario en una esquina, apenas mide un metro de alto pero su puerta metalica y la rueda lo identifican como una caja fuerte.
Sorprendentemente no hay nadie dentro del despacho.

Logicamente el golpe se ha escuchado en todo el gimnasio. No tardas en oir como el pesado empleado se aproxima corriendo a ver que ha ocurrido.

Serna utiliza el poco tiempo que tiene para esconderse detrás del mobiliario y mantener su invisibiliad imperceptible. A la vez que hace eso apoyando la espalda contra la fría pared y agudizando al máximo posible su oído, comienza a crear a una mujer embarazada en su mente. La mujer de vestido floreado y tela de seda cyan con puntos verde agua sujetado con una tira de la misma estampa enmoñada sobre la panza que parecía iba a explotar en cualquier momento. En su imaginación Sonya, su creación, sudaba y cogía el picaporte de aquella puerta aferrándolo con tal fuerza que sentía que podría doblarlo con sólo intentarlo. Un segundo después sintió cómo su creación tomaba cuerpo en la realidad y, sin tener que verla, supo que respiraban el mismo aire.

- ¡Llamen al 911 por favor, no quiero perder a mi niño!!! - Gritó Sonya al entrar desesperada a la habitación en la que se escondía su creadora esperando que el hombretón la oyese o cualquier otro ser viviente en aquél gimnasio.

Una mujer y su marido ya comenzaban a armarse en la cabeza de Serna una vez que supo que Sonya estaba en acción. Ambos miraban desde fuera del gimnasio y entraban por la puerta principal algo agitados preguntando por la embarazada que corría desesperada y se metió en el local.

- ¿Estás bien mujer? - Preguntó ella mientras su marido le acariciaba preocupadamente el hombro - Te vimos correr y...- La actuación continuó con una cara de perplejidad al ver a Sonya sudar y retorcerse contra la puerta abierta detrás del mostrador.

- ¡Voy a perder a mi hijo!- La cara de terror de Sonya fue una de sus mejores inventos. Serna lo veía todo como una película en su cabeza.

Rapidamente da comienzo la pantomima entre tus esbirros. El obeso encargado no puede dar credito a todo lo que ha ocurrido en un momento, o al menos eso refleja su rostro.
Saca un telefono de su bolsillo y marca los tres digitios, pero algo parece ir mal. Se quita el telefono de la oreja y mira la pantalla.

- No hay señal. No puedo llamar a nadie, tienen que llevarsela de aqui. Yo no tengo coche. ¿Y ustedes?

El hombre sale del gimnasio lo mas rapido que pueden moverle sus piernas rechonchas y oyes como grita a un taxi que, si bien no puedes ver, deduces que pasa por alli.
Calculas que tienes unos valiosos segundos para actuar, tu condicion de invisible comienza a perder fuerza y si no te escondes tarde o temprano acabará viendote.

Los valiosos segundos que tenía la mujer invisible fueron rápidamente aprovechados para salir corriendo de detrás del armario. Cogió rápidamente su celular y tomó una foto del reducido lugar detrás de la puerta para analizarlo posteriormente. Todo lo que había hecho una vez dentro del gimnasio no había valido para nada y evidentemente no tenía tiempo para buscar recovecos. La cámara disparó rápidamente tres instantáneas cubriendo la mayor cantidad de lugar posible y Serna se movió con agilidad al lugar más oculto que encontró entre el baño y el mostrador para aparentar que había estado todo el tiempo allí mientras el gordo salía corriendo del baño.
Con su celular en mano hizo puso cara de perpleja y al ver volver al hombre dijo en voz alta:
- Me cortó, malditos trabajadores del estado. Yo estoy llamando - advirtió a la embarazada que ella tenía un celular e intentaba comunicarse con la policía para que envíen una ambulancia de emergencia.