Partida Rol por web

Meditas sobre los cambios y mejoras a realizar en tus esbirros cuando, de repente, suena nuevamente el portero automatico.
Al observar la pantalla ves a un hombre vestido con traje y gorra de chofer.

- Buenas tardes. Vengo a recoger a la señorita Grim para su cita en el Paradise Garden.

Te resultó curioso que no hubiese usado el nombre de Katherine, aunque Ivan anteriormente tampoco lo habia nombrado hasta estar cara a cara con Libbie.
No te sorprente tanto que conozcan tu nombre actual, si saben donde vives logicamente conocen como te llamas y quien sabe cuantos datos mas. Puede que tambien sepan donde trabajas, lo cual podria ser un gran problema para llevar a buen puerto tus planes.

Tras responder te asomas por la ventana para comprobar que efectivamente hay una enorme limusina frente al portal de tu edificio.

 - Elegante... - Se dijo mientras acomodaba su cabello por sobre el hombro y cogió su cartera para salir del departamento al encuentro de la limusina. Antes de salir del departamento se acercó al desayunador y cogió un celular de dentro de una de las cajoneras.

Bajó los pisos que la separaban de recepción en el ascensor maldiciendo al maldito y lento aparato, por muy lujoso que fuera, y taconeó contando los golpetazos por cada piso.

Al llegar a la recepción se encontraba con uno de sus esbirros a su lado, una anciana elegante que parecía a punto de romperse la cadera por su propio peso. Karyne llamó con su dulce voz a la secretaria desde el otro lado de la mesada de recepción y le comenzó a preguntar toda clase de tonterías a la recepcionista.

- Discúlpame querida, a qué hora sirven la cena aquí? ya son las cuatro de la tarde y mi pequeño estómago no puede más.

Aprovechando la distracción de la mujer Serna dejó el celular que había cogido del cajón minutos antes en la esquina más desordenada de la mesada. Luego se retiró dejando a la vieja que hablase con la recepcionista por unos minutos y que después desapareciera cuando su trabajo estuviese completo.

Serna salió por la puerta principal y se dirigió a la limusina al encuentro de quien fuese que la escoltara hasta el restaurante. 

Tras tu pequeña operacion con la secretaria y el telefono sales a la calle. Frente a la entrada de tu edificio te espera la limusina. El conductor, uniformado como tal, te abre la puerta para que puedas subir al vehiculo comodamente.
En cuanto lo haces compruebas que te espera una cara botella de champagne y una sola de fino cristal con los bordes bañados en oro.
El conductor arranca y ves que realmente el camino que esta tomando es el de Brooklyn.

Apenas quince minutos despues la limusina se detiene frente al restaurante. El Paradise Garden es un lujoso restaurante que ocupa casi toda la planta baja de un edificio de apartamentos. A traves del gran ventanal que da a la calle puedes ver algunas personas comiendo, sin embargo no reconoces a Pancratius en ninguna de las mesas. No obstante parece haber mas mesas al fondo del local, tras un par de biombos que otorgan algo de intimidad a esa zona.
Cuando vas a entrar la puerta se abre, el mismo maitre te abre la puerta y te invita a pasar.

- Bienvenida al Paradise Garden. ¿A nombre de quien tiene la reserva?

 Serna se debate entre qué nombre dar, Oleg Pancratius no parecía una buena idea. Si el hombre estaba realmente esperando dentro, dudaba que mencionara su nombre tan abiertamente. Al fin y al cabo esa misma mañana había aparecido en la portada de los diarios de mitad del país. O al menos la mitad de los americanos verían su cara allí. 

- A nombre de Grim - Dice sécamente buscando a la estirada que la llevaría al hombre.

El maitre cambia de cara cuando escucha tu nombre. Como si hubieses acertado la respuesta del millon se estira aun mas y le pide que le acompañes.
En tu camino te cruzas con un hombre que sale del local, su mirada recorre tu cuerpo y estas casi segura de que en su imaginacion ya no llevas el vestido.
Te guian hasta el final del local, tras los biombos. A medida que te acercas adivinas la figura de un hombre sentado solo en una mesa. A su alrededor el resto de mesas han sido vaciadas y retiradas.
Cuando estas mas cerca lo reconoces, se trata de Pancratius, con exactamente el mismo aspecto que en la portada del periodico.

En cuando accedes a esa peculiar zona exclusiva el maitre se marcha y es el mismo Pancratius quien te indica un asiento. Logicamente frente a él, ya que no hay otra opcion.

- Me alegro mucho de que aceptase mi invitacion señorita Katherine.

Mientras habla con total tranquilidad te sirve en una copa de vino blanco. Ves que él esta bebiendo lo mismo, un vino de apenas doscientos dolares la botella.

- Estoy convencido de que verá que soy un hombre razonable y generoso con aquellos que trabajan conmigo.

Serna observa al hombre desde arriba antes de sentarse con una sonrisa en los labios. Deja su cartera a un lado y se sienta erguida con elegancia, cruza una pierna sobra la otra. El hombre no era para nada su tipo pero por lo que no continuó con el típico registro de su cuerpo.
Cogió la copa desde la fina base de cristal y sacudió la pierna hacia adelante jugando con sus zapato. Revolvió el vino y luego lo olió alzando una ceja.

- Mmmmh, ya lo puedo saborear - Mientras comenzó a hablar le tendió la copa en un gesto de brindis.- Eso lo sabremos bien cuando trabaje para usted, por el momento no sé de qué trata el negocio y ciertamente que me tienes intrigada Pancratius, ¿Puedo tutearle verdad? - Serna esbozó una nueva sonrisa confiada.

El gran lider mafioso te habla en un tono suave y amable.

- Me alegro de que aceptase mi invitacion señorita Grim. La propuesta que quiero hacerle es sencilla. El mundo esta cambiando, y ahora mas que nunca debemos colaborar. Deseo contar con usted en el futuro, para trabajos que le puedo asegurar estaran bien remunerados. A cambio de estar disponible solo para mi y de no interferir en asuntos de la Bratva, tendra inmunidad, informacion, apoyo y sobretodo proteccion. La era de los heroes llega a su fin, Katherine, es hora de elegir bando.

Te llama la atencion que use tu nombre antiguo y el actual, aunque a estas alturas supones que su red de informacion le ha puesto al dia.

- No es que me queje por ello pero, ¿Puedo preguntarte qué has visto en mí? Digo, fuera de mis antecedentes bajo mi antiguo nombre dudo que me reconociera ni mi madre.

Se acomoda en su asiento relajada frente al mafioso.
- De más está decir que soy toda oídos. - Se apoya sobre su puño muy interesada.

Pancratius continua hablando contigo como si ninguno de los dos fueseis delincuentes. Visto desde fuera se podria pensar que es una simple entrevista de trabajo.

- Señorita Grim, o Katherine, si prefiere ese nombre - se detiene tras pronunciar tu antiguo alias - Su experiencia en todo tipo de... "trabajos" es la mejor carta de presentacion. Hace tiempo que vengo siguiendo su carrera, y me ha admirado su versatilidad, robos, estafas, atracos.

Oleg da un trago de su copa de vino y prosigue.

- Sin duda es una mujer de recursos, y con su propio equipo, al que por cierto me gustaria conocer si llegasemos a un acuerdo. Atractiva y peligrosa, el tipo de mujer con la que me gusta tratar.

Que conozca la existencia de tu equipo es algo logico, en las camaras de seguridad y las declaraciones de los testigos siempre se ha hablado de varias personas. Lo que desconoces es hasta que punto te han vigilado y si saben algo sobre tu poder.

Serna mira instintivamente a ambos lados para corroborar que nadie esté escuchando como si realmente importase, aunque también estaba algo extrañada de que nadie le viniera a ofrecer la carta. Lo dejó pasar y prosiguió oyendo a Oleg hasta que terminó con sus halagos. Genial, no le creo ni una sola palabra de lo que me dice. Todo sería mucho más fácil si pudiera confiar en él. Ten mucho cuidado Grim, mucho cuidado.
- Entonces endulcemos los oídos, soy partidaria de saber primero la recompensa para esperar los datos del trabajo con aún más interés y la motivación acorde a la paga conocida.

El hombre parecía estar tallado en piedra, no podía ser que no demostrara ninguna reacción, tanto por su propia seguridad como por el hecho de no saber si ella aceptaría sus ofertas. Era lógico pensar que verdaderamente sabía demasiado de ella, no sólo lo del dinero sino también lo de su poco reconocimiento entre los, ahora denominados, villanos.

La conversacion continúa mientras cada uno intenta descubrir las intenciones del otro.

- No se si me he expresado bien Señorita Grim.

El ligero carraspeo de Pancratius parece inidcar cierta molestia, puede que simplemente se aclare la garganta o puede que realmente le moleste la falta de entendimiento entre ambos.

- No le estoy ofreciendo un unico trabajo con un unico precio. Deseo disponibilidad. Su disponibilidad a hacer determinados encargos en determinados momentos por un precio que usted considere suficiente, sin preguntas.

Te mira fijamente para dar mas importancia a sus palabras.

- Digame su precio señorita Grim. ¿Que quiere por su disponibilidad ademas de que le permita seguir operando en mi territorio?

Pese a que la ultima frase pueda sonar como una amenaza su tono relajado descarta que se trate de algo ofensivo.

Serna esboza una pronunciada sonrisa al oír las palabras del hombre. Perfecto, sus nervios no son de acero. Algo más para añadir a la lista.
- Quizá resulte más barata de lo que se espera. El dinero no me interesa en lo más mínimo. El dinero se consigue con poder, y es esto lo que quiero. Poder público y seguro. No me interesa ser la más temida entre todos los villanos de este agujero quiero ver mi nombre en los diarios, mi cara en los medios. No lo tomo por un tonto, no me malinterprete, pero sé que sabe exactamente todo lo que debe sobre mí. Cuando comenzaba a ver un poco de aquel glorioso reconocimiento Batty Crobs se echó hacia atrás arruinando no sólo mis planes sino que mi carrera como la conocía. Es allí donde dejé de utilizar el nombre de Katherine.

Serna tomó aire para evaluar la reacción del hombre, ya no era necesario ocultar información dado que era evidente que él lo sabía todo sobre ella, o al menos lo importante. Lo que pudiese revelar no empeoraría las cosas bajo ningún punto de vista.

- Tiene mi tiempo y mis habilidades a su disposición, sin preguntas. Sólo quiero asegurarme el renombre a nivel nacional y la seguridad. Por comenzar veo de suma importancia lograr limpiar mi nombre y mi cara de los registros policiales.

Pancratius parece aceptar el acuerdo.

- Considerelo hecho señorita Grim. Su expediente quedara limpio, y cuenta usted con la proteccion de la Bratva Pancratius. Ha tomado una decision acertada, y estoy seguro de que esta relacion sera muy productiva para ambas partes. Si necesita cualquier cosa de mi organizacion podra contactar con Bietka, es una de mis personas de mayor confianza, y si fuese necesario ella le pondria en contacto conmigo.

Hace un gesto y se acerca el camarero. Os entrega una carta a cada uno, los precios estan muy por encima de la media, aunque no llegan a niveles excesivamente lujosos. Tu acompañante observa la carta mientras inicia una nueva conversacion.

- Queria hablar con usted de otro tema. ¿Ha oido alguna vez el nombre de Rayden? ¿Y de ser asi que puede contarme de ese sujeto?

Mientras respondes hace un gesto para que regrese el camarero. Pide un Solomillo Strogonof al tiempo que te pregunta sobre tu eleccion culinaria.

- ¿Desea acompañarme?

Tras tu respuesta devuelve la carta al camarero y sin variar su expresion le comenta su preferencia con respecto al solomillo.

- Deseo la carne poco hecha. Si el solomillo no sangra bajo mi cuchillo, tendre que buscar un sucedaneo.

  - Yo probaré la tan mencionada pasta de Calamar. Eso es todo en lo que a mi respecte - Dijo Serna para luego ver marcharse al camarero. 

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Pancratius hace un gesto que en su caso debe ser lo mas parecido a una sonrisa que puede ofrecer. Responde a tu brindis no sin antes hacerlo en tu honor.

- A su salud señorita Grim.

Sorprendentemente la comida no tarda en llegar, el solomillo de tu anfitrion parece estar a su gusto ya que sangra como si estuviera vivo. La pasta de calamar esta sencillamente exquisita, al contrario que en muchos sitios de supuesto prestigio en este restaurante la comida vale cada dolar que se paga por ella.

Continuais comiendo y conversando de temas triviales, carentes de informacion y que no puedan desvelar mucho de vosotros. Tras los postres llega la hora de separarse, Oleg cortesmente te ofrece transporte para llevarte de vuelta a tu domicilio o donde tu quieras.

Pancratius abandona el restaurante protegido por sus hombres. Una vez se ha marchado aparece una limusina para llevarte a donde desees. Optas por regresar a tu apartamento para aprovechar lo que te queda de tu dia libre.
Una vez frente a tu edificio el chofer se baja a abrirte la puerta, cuando sales te cruzas con dos vecinas que te miran sin poder ocultar su asombro ante repentina demostracion de lujo.
Subes en el ascensor hasta tu planta y entras, por fin, en tu domicilio.

Te dispones a cambiarte de ropa para ponerte algo mas comodo, cruzas la sala para llegar a tu dormitorio pero de repente ves algo que hace que te detengas. En el sofá de cuero que gobierna la habitacion hay sentada una persona.
Se trata de un hombre con un uniforme de policia, pistola incluida, que lleva su cara tapada con una extraña mascara similar a las tipicamente usadas por los sadomasoquistas. Apenas puedes ver los ojos y la boca a traves de diminutas aberturas con cremallera.
El hombre, al menos por su corpulencia parece un hombre, esta cruzado de brazos y sentado en el sofá como si esa fuese su casa. Te mira unos instantes y despues habla, su voz es desagradable e incomoda. Habla como si le faltase aire en la garganta, como los recien operados de las cuerdas vocales.

- No intentes huir, preciosa. Yo tambien he venido a verte para hacer negocios. Solo que los mios estan mejor pagados y ningun poli de esta ciudad te perseguirá por ello.

 - Huir? de quién? de ti? - Serna se contrae con una carcajada.  - Fuera de mi departamento seas quien seas, ya dos en un día es más que suficiente. No me interesas, ni vuestros negocios ni vuestras condiciones. Soy mujer de un solo hombre. 

La mujer camina hacia la cocina y pone agua a calentar esperando la reacción del nuevo visitante. 

Tras reirte del intruso te diriges a la cocina. Comienzas a calentar el agua y al girarte ves la puerta del horno abierta, cuando vas a cerrarla descubres que hay algo dentro. Al agacharte para observarlo mas detenidamente descubres una caja metalica con una pequeña pantalla led. En la pantalla puedes ver una cuenta atras, ahora mismo se encuentra en un minuto y veinte segundos.
La caja no parece adherida a la bandeja del horno, a priori parece que solo esta apoyada.
Al levantarte para mirar al hombre ves que sigue en el sofa. Sin mover el cuerpo, tan solo la cabeza, te mira fijamente. A traves de la cremallera de la mascara puedes ver sus dientes, esta sonriendo.

- ¿Aun quieres que me marche, muñeca?

 - A decir verdad sí, aún quiero que te marches, pero no contaba con un detonador en mi horno con un contador de un minuto veinte que en este momento dice exactamente... 58 segundos. Imagino que no se trata de que la cena estará servida en poco tiempo verdad?

Serna da un nuevo vistazo al timer y luego al hombre sentado y riendo frente a ella. 

- Desactívalo y hablaremos

Se cruza de brazos y mira al hombre desafiante.