Partida Rol por web

Me levanto de la cama. Había estado pensando en lo ocurrido, y Aayla se merecía una disculpa. Voy hacia la cabina, todavía sintiéndome mal por aquello y me paro frente a ella.

-Lo siento...no debí tratarte mal... De verdad lo lamento... Necesitaba alguien con quien hablar y no pensé que tal vez te hiciera sentir incomoda con lo que te decía... Lo lamento Aayla...-

Le digo yendo a mi asiento y sentándome. Antes de abrochar mi cinturón y observar por la ventana. Sin mirar a los demás.

"Esa visión me ha dejado demasiado intrigado... ¿debería buscarla? ¿Y en qué idioma hablaba, y por qué lo conozco? Son demasiados interrogantes... demasiados..." Any-Wan mira hacia adelante, tratando de mostrar serenidad

Aayla observa a Miraka sin entender su reacción y tan sólo la sigue con la mirada mientras se va. Asiente cuando llega el Maestro y le acompaña a la cabina, Bueno, no entiendo por qué se ha ofendido..., se sienta junto a él, esperando para alcanzar la hipervelocidad, pensativa. No pensé que lo que dije fuera a incomodarla...

Se gira al notar la presencia de Miraka y baja un poco la mirada, Discúlpame tú también, no comprendí bien a lo que te referías, creo. Asiente con la cabeza, dando a entender que todo está de bien.

Los padawans aprietan los cinturones de sus asientos contra sí, el maestro hace lo mismo. Los jedis estaban listos para su mision, la nave retumba, el espacio abieto ante ellos empieza a moverse con velocidad...la hipervelocidad habia dado comienzo.

Durante unas cuantas horas el silencio y la tension reinante, o quizas los nervios del viaje y lo que podrian encontrarse asustarian a los mas debiles, po no a los jedis del Halcon de Ébano, ellos, esrios y firmes, seguros y determinantes, miraban al frente, habian llegado.

El viaje de mas de 8 horas habia terminado. Un plante bastante grande de boscosos parajes, se muestra ante vosotros. Felron no dice nada, el silencio se apoderaba de él. hasta que os dais cuenta donde mira...Escombros de una nave flotaban cerca de vosotros en el espacio....Un trozo de metal cercano da vueltas sobre sí, y veis un simbolo.....

Lo reconoceis como el perteneciente a la Orden Jedi. Era la nave de la avanzadilla.

-Miraluka.....

Musitó el maestro. Sabiais el nombre que pronunció, una maestra adorada por tdos, que siempre os habia tratado como hermanos pequeños, os protegia de las riñas de Felron guareciendoros entre sus brazos o en su habitacion, donde sabia Felron nunca entraria. Ella habia sido como una madre desde que erais niños, y al crecer, era una hermosa hermana.

Observo la nave totalmente perpleja antes de quitarme el cinturón. No podía ser... ¿Acaso estaba...? Ni siquiera me atrevía a pensarlo por miedo a que fuera realidad. Seguramente la encontraríamos viva. Teníamos que ser positivos. Me acerco al maestro apoyando una mano en su hombro.

-Debe estar en algún lado...estará bien...-

Le digo consolándolo. Seguro le dolía ver aquello. Pero eran palabras de consuelo para mi también. Preparo mis cosas para ser la primera en bajar de la nave.

Miraka, sientate, aun no hemos entrado en la atmosfera, no quiero que te hagas daño, sientante y ponte de nuevo el cinturon.. La caida será movidita.

Felron empieza a tocar todos los botones a gran velocidad, con prisas, queria llegar ala superficie del planeta cuanto antes. Queria saber que habia pasado.

La nave parece descolgarse de algun gancho que la agarraba desde arriba al quitarle el piloto automatico, y la gravedad hizo el resto, la nave se fue hacia e planeta como una abeja a la miel.

El maestro controlaba bien la nave, no era la primera vez, el boscoso lugar empezaba a acercarse mientras dejaban en el vacio del espacio los restos de la nave Jedi. Seria la nave nodriza, si llegó a bajar otra nave debe haber en el lugar, la de Miraluka. Debia estar alli.

Con sutileza y sin contratiempo, el Halcon de Ébano aterriza en un claro.

 -Ahora

Fue lo unico que Felron dijo a Miraka, para luego él empezar a quitar el cinto y poner su tunica Jedi, sobre la armadura y la capucha en la cabeza,

Me vuelvo a sentar cuando el maestro me lo dice y me pongo de pie cuando lo avisa. Subiéndome la capucha sobre la cabeza, con el rostro inexpresivo. Tomando la pistola de la pistolera que colgaba sobre mi pierna y me paro frente a la puerta, apuntando hacia afuera lista para bajar.

-Cuando diga Maestro...-

Le digo en voz alta aunque el ya sabia que estaba lista.

 Asiente. Teclea el codigo de apertura de la puerta de salida de la nave, haciendo un sonido de los sistemas hidraulicos de apertura. hasta un gran Clock! al caer al suelo suavemente.

El maestro baja tas la inspeccion de Miraka, no notaba nada extraño en las cercanias, pero la tension de su cuerpo era patente. 

¿Como no notar presencia de Fuerza cuando las Brujas de la Fuerza vivian en aquel planeta? Aquello era extraño.

-El poblado de las Brujas se encuentra a dos kilometros de aqui hacia el sudeste. Demonos prisa, quizas alli sepamos algo.

Empieza a caminar mirando los soles del planeta, para saber donde ubicar el sudeste.