Partida Rol por web

7 de septiembre, 2018

-10°

08:12 hs.

Mavet comienza a sacarse uno a uno los guantes ensangrentados y su uniforme médico, para luego dirigirse hacia una pequeña oficina ubicada al costado de la morgue de donde ahora habían salido.

- Pues, para ser un lugar realmente extremo, son pocos los casos que llegan en comparación a otros lugares, la tasa de mortandad es realmente baja, imagino que los factores criminológicos de la temperatura influye bastante, es decir, es más normal toparse con suicidas que con homicidas en lugares así, – te dice mientras se dirigía a su oficina – el Creador ha formado el cerebro humano de tal forma que la violencia sea directamente proporcional a la zona donde vive, es curioso cuanto menos… - una vez ambos adentro, rebusca entre sus cajones su teléfono móvil y rebusca entre sus contactos - …si, aquí esta, dame un minuto intentare comunicarme con ella –

Espera que la cainita atienda y luego comienza a hablar.

- Muy buenas Aurora, que bueno que me atiendes, recuerdas a mi socio al que te había mencionado de Londres, pues me ha dicho que está muy interesado en atenderte el día de hoy, también, otro compañero desea reunirse contigo y tu líder, así que estaba pensando realizar un combo donde conoces a mi colega londinense y con mi líder el señor Knox también nos reunimos... ¿te parece correcto? –

La vampiresa le responde, al parecer negativamente.

- Comprendo, igualmente, puede ser a la noche o mañana, usted me dirá...la dejo ahora mismo, avíseme vía mensaje de texto por favor, saludos -

Corta la llamada y luego vuelve a marcar.

- Buenos días Shamil, puedes recibirme dentro de…- mira su reloj – … ¿quince minutos aproximadamente? –

El tal Shamil contesta con mejor suerte esta vez y Mavet levanta la mirada asintiendo.

- Perfecto, estaré ahí pronto –

Dicho esto, corta nuevamente la llamada, se coloca su traje a medida y te dice.

- Aurora no puede atendernos ahora, pero…tengo una cita con un viejo colega de Londres, me gustaría mucho que me acompañes, quizá te interese de igual manera tratar con su gente hermano –

Mavet te dice eso y luego salen hacia la salida donde Martin los recoge.

-10°

09:22 hs.

Martin pone en marcha el vehículo mientras Janos le va indicando que dirección tomar, luego de un rato conduciendo, llega hasta el Edificio Morgan-Lamer, una impresionante estructura, símbolo del progreso de la ciudad.

El guardia de Knox, introduce el vehículo al estacionamiento y desde ahí sube por un ascensor hasta el segundo piso donde el tal Shamil tenía su despacho privado.

Una vez cruzada una de las tres puertas ubicadas en ese pisto en particular, para ser precisos, la puerta derecha, acceden a una pequeña habitación que servía como sala de espera.

No había nadie, ni siquiera un asistente, aunque el puesto sí que se encontraba ahí vacante.

En ese lugar podían dejar sus abrigos para poder pasar al verdadero despacho del colega de Mavet.

Se trataba de un lugar impresionante, con muy poca iluminación, pero la suficiente para no estar a oscuras.

Había un escritorio en el centro mismo de la habitación, la cual estaba reservada para el psiquiatra, frente a ella, dos sillones amplios de cuero marrón con dos mesitas circulares a su lado que servían para colocar agua, anotaciones o pañuelos.

Existía un pequeño entrepiso rodeado de libros a los cuales se accede mediante una escalerilla metálica.

Había otro escritorio parecido al central, solo que ahí reposaba una notebook. También había otra puerta que daba acceso al baño.

Cruzada la puerta, el que parecía ser el dueño del despacho, estaba sentado en el sillón central, era un hombre alto, realmente alto, con cabello largo, aunque no al mismo nivel de Knox, tenía la particularidad de que, a pesar de no haber mucha luz en el lugar, usaba lentes de sol, aquel ser se levanta y saluda a Mavet con un cálido abrazo.

- Buenos días – saluda el Mavet - Shamil Ler, este es mi compañero Frederick Knox de quien te había hablado hace un tiempo, espero no haber llegado tarde –

Janos mira a otros dos individuos que se encontraban en el lugar, esperando que Shamil los presente, uno era un hombre de piel caucásica, de cabello encrespado y levemente rubio, mientras que el otro era mucho más fornido y con aparente pinta de ser un militar o quizá un policía.

7 de septiembre, 2018

-10°

09:22 hs.

Shamil pone en marcha el vehículo mientras conversa con sus camaradas, luego de un rato conduciendo, llega hasta el Edificio Morgan-Lamer, el cual le pertenecía al Barón.

Introduce el vehículo al estacionamiento y desde ahí sube por un ascensor hasta el segundo piso donde tenía su despacho privado.

El edificio Morgan-Lamer consiste de unos veinte pisos, estando en el último lugar la oficina de Dante.

Una vez cruzada una de las tres puertas ubicadas en ese pisto en particular, para ser precisos, la puerta derecha, acceden a una pequeña habitación que servía como sala de espera.

No había nadie, ni siquiera un asistente, aunque el puesto sí que se encontraba ahí vacante.

En ese lugar podían dejar sus abrigos para poder pasar al verdadero despacho del Nagajara.

Se trataba de un lugar impresionante, con muy poca iluminación, pero la suficiente para no estar a oscuras.

Había un escritorio en el centro mismo de la habitación, la cual estaba reservada para el psiquiatra, frente a ella, dos sillones amplios de cuero marrón con dos mesitas circulares a su lado que servían para colocar agua, anotaciones o pañuelos.

Existía un pequeño entrepiso rodeado de libros a los cuales se accede mediante una escalerilla metálica.

Había otro escritorio parecido al central, solo que ahí reposaba una notebook. También había otra puerta que daba acceso al baño.

Luego de un tiempo, llegan los primeros invitados, uno era un hombre de edad media, casi entrando a los sesenta, con traje impecable y peinado corto, pero bien pulcro, mientras que el otro era un hombre mucho más joven, de cabello largo y pintas de ser un empresario exitoso.

- Buenos días – saluda el hombre de cabello corto, mientras se acerca a saludar a Shamil a quien abraza cálidamente – Shamil Ler, este es mi compañero Frederick Knox de quien te había hablado hace un tiempo, espero no haber llegado tarde -

Shamil mira a sus compañeros mientras conducía y contesta cada una de sus preguntas.

- Tranquilo Martin, estas son personas completamente ajenas a la guerra y son personas de fiar –

Cuando Rick le cuestiona sobre sus amistades, le responde con completa serenidad.

- De hecho, Engel ha demostrado ser más leal de lo que muchos vampiros han demostrado ser, ha sobrepuesto un tratado a una amistad de hace años –

Recuerda su primer encuentro, fue curioso, quizá era un buen momento para comentarlo.

- ¿Saben acaso lo que son las perdiciones?, – pregunta sinceramente, aunque estaba casi seguro que responderían negativamente, por lo que prosiguió con su historia – son una especie de espíritus malignos capaces de crear híbridos peligrosos entre vampiros y wraiths, formando así una criatura realmente dañina llamada fomori, aunque los cainitas son difíciles de poseer, no es algo imposible, este fomori en particular es capaz de depredar en enormes a mortales, el problema es que cuando cazan, no termina simplemente ahí, estas criaturas son capaces de transferir su mal con el simple hecho de atacar a un humano, es decir, algo muy cercano a la vieja creencia de que los vampiros, pueden convertir a humanos solo con morderles la sangre, en fin, este fomori o Draugr como realmente son conocidos, apareció en Londres y fue una de mis primeras misiones encargadas de Anne, le di caza por casi dos meses y finalmente me topé con ella, se encontraba en Docklands, en un edificio abandonado que alguna vez sirvió como punto de atraque, había formado un verdadero nido de vampiros demacrados sedientos de sangre –

Gira hacia la derecha mientras atiende a que no haya más vehículos cerca.

- En fin, curiosamente o por suerte mía, en ese tiempo Engel aún no había sucumbido a la corrupción de lo que ellos llaman Wyrm, era un Colmillo Plateado que junto a su manada había llegado en ese mismo lugar, en ese preciso momento y juntos luchamos para destrozar a aquellos seres…Sangre-de-Plata o Engel, desde entonces resulto ser distinto a los de su clase, nunca me vio como una criatura maligna, a pesar de bueno, tener mis hábitos, – golpetea sus dientes afilados con su uña del dedo índice – quizá porque estaba en proceso de ceder a la corrupción o simplemente, porque vio en mi algo que me había dado la oportunidad de seguir en pie – levanta los hombros – así que aquí estamos, hablando de mi pasado con alguien que actualmente es un Danzante de la Espiral Negra –

Llegan al edificio y se dirige a su despacho.

Cuando el Dr. Janos entra por la puerta, rápidamente Shamil se levanta y lo abraza con cariño, el psiquiatra demostraba ser de una gran estatura, tanto asi que casi sobrepasaba por una cabeza al forense.

- Mucho gusto – dice sin casi mostrar sus dientes, mientras mira a Knox – estos son mis compañeros Rick Dawson y Martin Black, por favor caballeros, tomen asiento –

Dice Shamil mientras se dirige a una esquina del despacho y busca algunas sillas rusticas para que todos puedan acomodarse.

- Disculpen que no tenga nada mejor, es que he diseñado esta oficina de tal manera que solamente este yo y algún paciente, – acomoda cada silla de tal modo que todas se encuentren frente a su escritorio – entonces, mi buen amigo y doctor Janos, tengo entendido que tu camarada está muy ansioso de realizar negocios con mi gente, me gustaría mucho que mi superior se encuentre aquí, pero he intentado comunicarme con él aunque imagino que ahora mismo no pueda, así que puedo responder por él mientras tanto –

Shamil tenía colocadas las gafas de sol a pesar de que en su despacho apenas había iluminación, pero todo era a modo de evitar sorpresas ya que no sabía la verdadera naturaleza del tal Knox.

El comentario de Rick puso a la defensiva a Shamil, algo que después de todo resultaba comprensible... Rick no conocía mucho a Shamil pero parecía realmente atormentado por alguna experiencia o sentimiento. Rick no le dio mayor importancia ni transcendencia, estaba seguro de la valía del del misterioso vampiro.

No pongo en duda su amistad y mucho menos que haya sido más leal que algunos vampiros, solo espero que tengas claro que llegado el caso estará del lado de los suyos y no de ningún vampiro por mucha amistad que pueda tener.

Finalmente llegaron al despacho de Shamil en la torre, parecía que se había concertado una nueva cita. Aquel hombre no se hizo esperar, según parecía era un empresario que se había hecho asi mismo su apariencia no era ajena a aquella descripción por lo que se podía ver en un primer vistazo.

Rick Dawson

se presentó al darle pie Shamil

Una vez habia comenzado está nueva reunión Martin volvió a comportarse como ya parecía costumbre. Ignoro la oferta de Shamil negando con la cabeza mientras agradecía. En lugar de sentarse se quedó de pie a la derecha del mismo, totalmente recto, como si quisiera que lo confundiesen con una columna. Cuando fue el momento de presentarse dijo en un tono neutro --Soy Martin, encantado.- 

Al llegar al lugar al cuál Janos me llevó noté lo bien cuidado y ordenado que estaba y como su dueño parecía preocuparse por cada detalle.

Al presentarnos me encontré con un sujeto sumamente agradable, o al menos de buenos modales, precavido como pocos al tener lentes de sol en tan poca claridad y en interiores y preocupado por ser un buen anfitrión a sus invitados.

-Es un placer Señor Shamil- dije estrechando con firmeza su mano para luego tomar asiento- caballeros- saludé asintiendo levemente con la cabeza a medida que se presentaban los otros dos, el hombre de cabello crespo y el de porte marcial- Frederick Knox, un gusto-

-Su superior no puede salir hasta el anochecer?- pregunté directamente, evidenciando que estaba al tanto de varias cosas de Erebo, después de todo de no ser así no se hubiera concertado esta reunión en un principio - si usted puede hacer de intermediario entonces eso basta, a decir verdad lo que más me interesa es poder mantener en paz a esta ciudad-

Shamil atiende a las palabras de sus invitados.

- Para nada doctor, llegan justo a tiempo, ¿desean beber algo? ¿Un café quizá? – dice cordialmente, realizando un pequeño amago de intentar levantarse ante alguna afirmación –

Cuando Knox pregunta por su superior, el simplemente levanta los hombros.

- La verdad, es raro que no atienda mis llamadas, me había dicho que estaría algo ocupado, pero no sabría decirle en que exactamente, por ahora yo puedo ayudarle en lo que se necesite… - el caballero le habla sobre la paz en la ciudad y Shamil lanza una muy leve sonrisa - …claro, todos deseamos la paz, especialmente cuando una ciudad está repleta de desconocidos con intenciones igual de enigmáticas, así que por favor, agradecería bastante que me diga que es lo que busca conmigo y con esta buena gente -

-Bien, ya que Janos le tiene confianza y por consiguiente yo también a usted iré al punto: La antigua principe de esta ciudad Alana Vodnik planea regresar y seguramente retomar su posición de poder, es muy probable que debido a su naturaleza ustedes sepan de esto, de hecho no sé hasta que punto no la conozcan a la misma en persona, pero más allá de eso también saben que el control de la ciudad ha pasado de manos en cuanto a la estirpe de Caín se refiere hace ya bastantes meses, el fuego cruzado de una nueva batalla y reconquista podría afectar no solo a los mortales si no al resto de la población sobrenatural de Erebo- me acomodé en la silla y suspiré - he hablado con el Alcalde Lichman hoy a la mañana y llegamos al acuerdo de que él se encargaría de la sociedad mortal y yo de la sobrenatural, así que heme aquí, quisiera saber sus posturas y que tan dispuestos están dispuestos a colaborar a fin de mantener la más y bajo que condiciones, claramente-

Shamil se atusa un poco la poca barba que tenía en el rostro, se percata que el tal Knox estaba al tanto de lo que pasaba en la ciudad o de lo que pasaría, no le gustaba, para nada le gustaba la postura que intentaba evocar.

Se saca lentamente las gafas negras y se podía notar que sus ojos eran completamente negros, como un par de trozos de azabache, deja sus lentes sobre el escritorio y con las manos en la boca comienza a hablar.

- He escuchado antes el nombre, Alana Vondik, es sin dudas algunas un personaje bastante curioso, me gustaría de sobremanera que llegue e intente hacerse con la ciudad, sería algo grato de ver, – baja las manos y sonriente muestra sus dientes de tiburón – entiendo que usted ha llegado a un acuerdo con el tal Lichman, pero él no es mi jefe, no es mi Barón, yo ya tengo mi líder al que yo escogí y ese líder no es usted, así que entiendo que usted busca lo mejor para la ciudad, pero lo siento, los miembros de mi agrupación difícilmente decidan apoyarlo…yo mismo, que soy considerado la mano derecha de mi Barón, no estoy dispuesto a seguirlo a usted, así que lo siento mucho señor Knox pero, por mas trato que haya hecho con una persona que no es nadie más que un simple mortal para mí, simplemente lograra conseguir seguidores…ahora…si lo que usted realmente quiere es apoyar a nuestra causa, es más que bienvenido, cualquier ser sobrenatural que desee brindar fuerzas y/o recursos para la organización, como lo decían los viejos: siempre tendrá lugar en mi mesa –

El tono de Shamil trato de ser lo más calmado posible, no quería molestar a Knox con su postura, pero no traicionaría de esa forma a Dante y menos con un completo desconocido.

Rick escuchó con atención las palabras de Frederick y el objetivo de aquella reunión, las sectas y los bandos jugarían un papel principal en el futuro de un convulso Erebo, esto era algo que podía palparse en el ambiente en las calles y sin duda el tal Frederick ya había hecho su apuesta.

Hace mucho tiempo que Alana no es principe en esta ciudad, me pregunto a que se debe tan repentino interés las palabras de Rick pausadas esperaban una respuesta de Frederick.

Esta ciudad lleva lleva tiempo gobernada por una maliciosa secta pero permitame que sinceramente le diga que no creo que ganemos nada en cambiar un tirano por otro.

-Bueno, la verdad es que esa mujer ha gobernado por mucho tiempo y sinceramente creo que el que se va a Sevilla...ya sabe como sigue ese refrán, sin embargo siendo una criatura antigua no le debe gustar nada que otro ocupe el lugar que siente que le corresponde por derecho, más si la envían con refuerzos del viejo mundo- respondí a Rick - En cuanto a su organización señor Shamil, dejeme decirle que desconozco completamente de cuál se trata, sin embargo estoy dispuesto a escucharlo con toda la atención del mundo, por favor ilustreme y es más, convenzame y mi capital y esfuerzos estarán a su disposición, probablemente con mucho más ahínco que con los de esa maliciosa secta a la que su camarada se refiere y que la primera vez que nos vimos nos voltearon la cara...- miré de reojo a Janos por si quería aportar algo más, incluso si creía que estaba equivocado, valoraba el consejo de uno de mis hermanos, mucho más al considerarlo mi amigo.

Shamil nuevamente se atusa la barba, sonriente comienza a gesticular palabras de asombro ante tales aportes de parte del empresario.

- Es decir, ¿estás dispuesto a ayudar a unos completos extraños en una cruzada a cambio de ocupar el máximo rango de poder dentro de esta ciudad? Déjeme encontrar la lógica dentro de esa secuencia señor Knox – dice Shamil mientras coloca ambos brazos cruzados sobre su escritorio – conozco al Dr. Janos, se de su naturaleza y sé que evita meterse en asuntos ajenos ya que imagino que cada quien tiene sus propios demonios con los que lidiar…pero sigo sin entender su punto…pero, tampoco estoy aquí para juzgar a nadie, cualquier ayuda nos vendrá bien siempre y cuando abogue a la libertad de esta ciudad, un trozo de tierra que no debe tener dueño alguno, ni cainita, ni garou, ni hada…esto debe ser de mortales y para mortales, nosotros solo debemos mantenernos en las sombras, como siempre lo hemos hecho, desde que el tiempo es tiempo, si usted es capaz de entender ese concepto y seguirlo al pie de la letra, entonces, bienvenido sea al movimiento anarquista –

Sonríe y se recuesta en su sillón.

La mirada de Rick resultaba penetrante como siempre solía mirar el cainita, parecía como que quisiera penetrar en la mente de su interlocutor y ver que es lo que esconde tras sus palabras.

Le seré sincero señor Knox, no me gustan las sorpresas y sin duda me guio por mi intuición y por la reputación de la gente... en su caso no le conozco, ni a usted ni a su reputación por lo que para mi respecta puedo ser tan receloso de esa princesa como de alguien que esta dispuesto a cambiar de bando tan facilmente.

Rick echo una mirada a Shamil mientras seguia hablando

No se cual será la opinión de mi compañero, pero en lo que a mi respecta si en verdad quiere participar del movimiento anarkista no creo que deba pedir permiso a nadie pues sin duda este movimiento es voluntad de cada uno.
Otra cosa es que confie en usted... esto es algo que su reputación y sus actos deberan ganarse y no sus palabras.

-Movimiento anarquista eh?- me quedé pensativo sopesando lo que significaban esas palabras, para luego acomodarme en el asiento - la verdad es que conozco algo de su sociedad pero, seguramente la palabra anarquía signifique algo distinto para ustedes que para el resto de los mortales, digo...usted es una persona con un título universitario y no un punky que defeca en la puerta de iglesias o pinta monumentos públicos con frases como "se va a caer". Por ende deduzco que deben tener un objetivo más claro que la caída del estado y status quo- tras eso asentí ante lo dicho por el otro sujeto - si quiere ver mi reputación no tiene más que googlearme, sin embargo por razones obvias no le saldrán los aspectos sobrenaturales, en cuanto a mi afiliación solo sirvo a Erebo y tras lo que pasó hace unos meses realmente no quisiera un baño de sangre por las calles y tener que manipular a los medios para ocultar todo. Estoy aquí para tratar de evitar una guerra señor Dawson, he vivido lo suficiente como para saber cuándo una se aproxima-

Shamil agudiza su mirada junto sus oídos, lleva ambas manos cruzadas frente a su boca y comienza a gesticular algunas palabras.

- Disculpe señor Knox, tanto los miembros de nuestra asociación como casi cualquier ser sobre este planeta por lo general escapa a los arquetipos, por lo que esa visión de gente “punkys” defecando en iglesias es casi igual que asegurar que todos los hosexuales son afeminados y visten de rosa –

Baja una de sus manos comienza a golpetear la mesa con cada uno de sus dedos, en un gesto cuyo sonido se asemejaba bastante al galopar de un caballo.

- Ahora…me encantaría oír lo que sea que signifique eso de “tras lo que paso hace unos meses”, es decir, ¿sería tan amable de indicarnos que es lo que paso realmente? –

Sus ojos negros se posan con suma atención sobre los de su invitado.

Cita:

Son los únicos que me importan realmente... dijo Rick, quien no pudo más que esbozar una pequeña sonrisa al escuchar la referencia a punkys y homoxesuales.

Tras agachar un momento la cabeza para intentar recobrar la compostura ante tales memeces Rick hablo sin rodeos.

Seños Frederick, sinceramente todavía no se a que ha venido, si tiene alguna proposición que hacernos o si simplemente ha venido a ver de que color tenemos las crestas.