Partida Rol por web

Jordan bajó y entró en aquel lugar. Esbozó una sonrisa de medio lado, nunca le habían gustado los sitios éstos cool en los que se penalizaba la comodidad con mesas bajas, sillas antiguas restauradas y otro atrezzo para estar a la moda. Pero sabía que ese pensamiento salía de su pragmatismo y decidió no compartirlo.

- Un sitio encantador, y lejos del radar de la escuela, así nos ahorramos personal del instituto que nos controle - dijo riendo levemente recordando la anécdota.

- Me pensaré el atuendo, aún tengo tiempo. Le pedí a León que me mandase el suyo así para tener otra referencia.

Pensó sobre la lista, que casi le harían hasta un favor si no le dejaban entrar, así tenía la excusa perfecta, aunque luego sería la comidilla de Gossip Girl por ello y eso tampoco le hacía demasiada gracia, pues ya había entendido las indirectas que le lanzaba en sus mensajes: prefería no ser interesante para ella y que lo dejase en paz.

Miró la carta y pidió un Frapuccino de Mango y DragonFruit.

- Te vi un poco triste esta mañana, pero tampoco pudimos terminar de hablar... va todo bien?

Al ingresar le señaló una mesa que está junto a una ventana, era bonito contemplar por momentos el paisaje urbano, las expresiones de las personas que caminan por la acera o simplemente el movimiento que constante ofrece una amalgama de situaciones ajenas a la cafetería pero que tienen ese complemento único que encierra ese todo. Allí estaba Tues que pidió su Oreo Frappuccino, le encantaba el chocolate y más allá de que de por sí solía ser muy dulce los instantes con Jordan, nunca estaba de más. 

—Al insti hay que tomarlo por lo que es, que no te raye. Igual estaré para ayudarte—respondió sonriendo y agregó—. Vale, a tu estilo. No te olvides de ser tú mismo, eso es lo que sirve... ¿Por cierto sigue en pie lo de ir juntos a la fiesta?

Tras preguntar aquello, bebió un poco de su bebida y cerró los ojos como niña pequeña al disfrutar de los sabores, tan intensos, dulces y reconfortantes. Incluso durante segundos se deleitó con ello y cuando la pregunta surgió, no pudo evitar el suspirar un poquito antes de responder. 

—La verdad es que había comenzado la mañana super bien, pero es pisar el instituto y ver que tengo a mis dos amigas metiéndose con nuestra salida, cuando para mi fue algo bonito y me molestó—confesó al bajar la mirada, usando el sorbete para girarlo en el batido—. Luego fueron a ti, no es forma de dar una bienvenida a alguien que recién comienza. No sé, noto que se olvidan de lo importante... Al fin de cuentas es mejor meterse con alguien, burlarse de los buenos momentos y mostrar superioridad. No soy así, Jo. De verdad que no. 

Y lo soltó todo, con ese deje de tristeza que conlleva. 

—Me siento muy diferente a ellas, al ambiente en sí y siento que cuanto más soy yo, más me alejo de una Mena que es una copia de Clem y de Clem que prefiere su imagen, estar por encima de los demás que ver si su amiga está bien o la necesita. No sé. Perdón que te he soltado todo. 

Jordan escuchaba mientras saboreaba aquella extraña combinación de frutas tropicales. Aprovechaba para mirar a su alrededor entre sorbo y sorbo, deleitándose con la diferencia y lo que había cambiado su mundo en cosa de unos meses.

- Entiendo lo que dices.. Bueno para mi es todo nuevo y por un lado no me quiero meter en esos rollos de la gente, pero pienso que esa "gente" van a ser mis compañeros durante todo este tiempo, así que quiero hacer el esfuerzo en conocerlos. - comentó y luego se río.

- Bueno no a todos, hay algunos que prefiero no acercarme a 10 metros a la redonda, peor ya sabes. Por ejemplo he hecho buenas migas con León, a pesar de lo diferentes que podamos parecer por fuera. A los otros aún no los tengo tan calados, pero me la jugaré.

Luego cambió el semblante a mas serio cuando escuchaba relatar a Tuesday sus pensamientos. Asentía tras sus palabras y esbozaba una sonrisa afable.

- No me pidas perdón, yo te lo he preguntado, porque me interesa. A veces lo mejor es soltarlo todo y pasar página. Yo creo que es el primer día y sentían todos la necesidad de hacer su entrada triunfal... así que ni caso.

Miró un par de veces su smart-watch al recibir un par de notificaciones pero no les hizo demasiado caso. Luego se quedó pensativo unos instantes, no se olvidaba de la pregunta de Tuesday, solo que sentía la necesidad de pensar las cosas antes de decirlas. Cuando le daba por improvisar, acababa castigado en dirección, je.

- Sigue en pie, yo cuento con ello vamos - dijo sonriendo. - Lo que.. si te soy sincero, no me apetece pasar por casa hoy, cuando entro ahí me traga la espiral de cosas que tengo que.. gestionar. Tu tienes la casa libre? A lo mejor puedo mandar a alguien que recoja mi ropa para la fiesta y salimos desde ahí. Se te ocurre un plan mejor? 

Siguió con su batido, disfrutando de los sabores y la compañía de Jordan, siempre era agradable hablar con él porque se entendían sin necesidad de hablar demasiado o dar mayores explicaciones. Ante su opinión, ella en primera instancia asintió y luego meditó un poco la respuesta. 

—Eso mismo, me gustaría que le dieras una oportunidad a cada uno que tengas tu propio concepto de ellos. Ni yo, ni nadie tiene que influir en ello, es más te apoyo—dijo decidida con una sonrisa—. Básicamente porque las personas se comportan diferentes dependiendo de quien tengan delante o lo que provoque su presencia. De mi parte, ya te digo estoy un poco quemada y hay cosas en mi vida que me hicieron cambiar demasiado rápido de perspectiva, entonces no son ellos, soy yo que estoy diferente. 

No pudo evitar el confesar aquello, era parte de su esencia misma y como la vida misma, las experiencias te permiten crecer a base de tropiezos o pequeños saltos bonitos. La adolescencia era a fin de cuentas una montaña rusa y depende del momento en que te encuentres, puede ser vertiginoso. Luego asintió con lo otro, sonriendo un poco más. 

—Toda la razón, vaya comienzo pero no temas a los monstruos del insti—comentó entre risas—. Ya sacarás el tuyo. 

Le sacó la lengua por ello y bebió un poco más del batido. ¡Estaba buenísimo! Ya cuando le confirmó que seguía en pie, no pudo evitar el que esos ojitos azules se iluminen de felicidad y ante la pregunta, rápido se encargó de responder. 

—Claro, tengo a mis padres de viaje. Mi hermano mayor se ocupa de sus negocios y no está nunca en casa, luego mi hermano del medio tampoco creo que esté porque iba a pasar tiempo con sus amigos. Así que la casa está sola, puedes venir conmigo—respondió y agregó—. ¿Me quieres contar sobre tu casa?

En ese momento, extendió su brazo para que su mano esté a disposición de Jordan y buscó el contacto con la del chico. Estaría para él, siempre. 

Asintió contento y cogió el teléfono móvil. Con un gesto pidió "un momento". Escribió rápidamente en el teclado y guardo el móvil en el bolsillo, como indicando que no iba a ser una distracción.

- Le he dicho a mi hermana que le de los trajes al chófer que tienen.. tenemos contratado y que me lo deje en tu casa. - comentó rápidamente. Aún había ciertas palabras y conceptos que le chocaban cuando las pronunciaba. Su vida había dado un cambio muy rápido y aún no estaba del todo acostumbrado a esos lujos.

Se anotó mentalmente preguntarle a Tuesday acerca de lo que parecía un desafortunado evento que le hizo cambiar de mira algunas partes de su vida. No quería abordarla, ya lo había pasado suficiente mal hoy como para acabar de hundirla. 

- Supongo que todos tenemos nuestro monstruito dentro, aunque cada uno saldrá por diferentes motivos. - comentó sin darle importancia. Aunque realmente se quedó pensando unos instantes acerca de su propia afirmación. Hizo una mueca al pensar en el suyo.

- No te quiero aburrir con mis cosas, sobretodo hoy que estamos de fiesta - dijo con una repentina sonrisa. - Ya te comenté un poco por encima.. no me fío de mi padre, no se hacía donde esta la lealtad de mi hermana y mi madre... creo que está perdida con está nueva vida, se ha convertido en un maniquí - dijo con cierta malicia, denotando la acidez de sus palabras.

Mientras hablaba, de manera distraída iba tocando con su índice cada uno de tus dedos, yema con yema. Cuando acababa una frase, pasaba al siguiente. Como si mentalmente le diese al "Intro" entre frase y frase.

Bajó la voz y se acercó con la silla unos centímetros.

- Te contaré un secreto: me estoy planteando contratar un detective privado, para vigilar sus movimientos. A mi propia familia. ¿Acaso no soy un monstruo yo también? - puso los ojos en blanco y miró hacia el techo. Que triste era que la cosas hubieran acabado así, por la pura avaricia y celos.

No tuvo problema cuando explicó lo de su hermana, incluso aprovechó esos segundos y respondió a un mensaje que venía ya vibrando dentro de su bolso, algo que tampoco tuvo problema en explicar. 

—Genial, en todo caso si tienes dudas con el atuendo mi hermano River es de tu estilo—dijo a modo de propuesta y aclaró algo—. Recibí mensajes de Dino, está con ansias de liarla y le he dicho que tenga cuidado. No sé que pretende, sólo pienso que un corazón herido es muy peligroso...

No quería revelar mucho sobre la intimidad de su amigo, pero sí que no pudo evitar soltar aquel comentario ya que el mensaje le robó una mueca impregnada de preocupación. Cuando comentó lo de los monstruos, sí que sonrió con cierta picardía y lo miró a los ojos. 

—Me gustaría conocer ese monstruo. 

Lo señaló y bebió un poco más de batido, distendida por ello. Ya cuando habló de la familia, se quedó un tanto pensativa ya que de alguna manera todo le resultaba demasiado familiar. Casi su día a día con la suya y por ello, es que se atrevió a comentar sobre ello. 

—Primero, no me aburres con esto y si puedo ayudar cuenta con eso—comentó sonriendo, ya disfrutando de las caricias de Jordan—. Es normal, pero... ¿Cómo es tu relación con ella? Te lo pregunto porque yo tengo un hermano totalmente perdido y otro que es todo lo opuesto. Es más no vive con nosotros y estudia fuera, lo comprendo la verdad pero duele un poco no verlo seguido. 

Ante la pregunta, se mordió su labio inferior y bajó la mirada. Detectives privados, los mejores amigos de su madre y realmente si lo creía conveniente lo apoyaría. 

—No, no eres un monstruo. De alguna manera tienes que saber la verdad, si ellos no la comparten hay que llegar a ella de alguna manera—dijo —. Además, hablando de secretos... No sé si Gossip te escribió, a mi sí pero cuando lleguemos a mi casa te cuento, me da cierto reparo los lugares públicos porque esa mujer se entera de todo. 

Jordan se terminó el batido. No podía negar lo bueno que estaba, pero 10$ por eso? Si era el precio de un full-meal. El mundo era muy loco, por suerte de momento se había quitado de encima una preocupación: el dinero. A cambio había ganado muchas otras. Pensó si le había salido a cuenta.

- Conozco poco a Dino, pero parece buena gente, se disculpo por privado conmigo por si me había sentado mal lo del levantamiento. Me pareció bastante honorable por su parte y .. respeto que no quiera mostrar su lado mas caring delante de todas esas arpías.

Luego negó con la cabeza varias veces. Pensando que tenía que recomponerse y caer en acciones precipitadas. Quizá había visto demasiadas películas de pequeño.

- Intentaré.. hablar las cosas con mi padre. Quizá seamos capaces de entendernos, lo que ahora mismo hay un gran elefante en la habitación y es difícil ignorarlo. No me quiero precipitar con detectives y espionaje industrial de momento, no sé que me pasa por la cabeza.

Llego a tocar finalmente el dedo meñique y finalizó el contacto, tras los 5 saltos entre sus dedos. Fue tan solo al llegar al final que puso su mirada en sus manos. Le salía sin querer, era como una especie de reacción natural, esperó que no le sentara mal a Tuesday.

- Gossip Girl no habló conmigo, de hecho en sus comentarios no me nombra directamente, aunque si por indirectas. - Luego bajo la voz de nuevo y miró a su alrededor, como si alguna de las personas que estaban tomando algo pudiera ser un espía ruso trabajando para el enemigo.

- Claro, claro. Mejor hablemos en un sitio seguro. Yo ya estoy - dijo señalando su batido - Cuando tu quieras.

—Es un sol de persona, ya lo conocerás y no por nada es mi mejor amigo—dijo al terminar su batido—. Pero está muy quemado con todo y es normal que esté así, lo entiendo. Aunque me preocupa. 

Ya con su batido y el dulzor en la boca, se acostumbró de alguna manera a los acercamientos-alejamientos de Jordan. No entendía la razón, pero de alguna manera para Tuesday le resultaba tierno porque ella tenía sus pequeñas barreras invisibles aunque no lo demostrase y quizás tenían más en común de lo que esperaban. Luego con la propia reflexión de su compañero de aventuras, asintió contenta era un gran paso y se apuntó el detalle de que no respondió sobre su hermana. 

—Hm, déjame ser tu Watson, Sherlock.

Le hizo cejitas y adoptó actitud de investigador básicamente para cortar el hierro y reírse un rato. 

—Nada, lo normal y se te pasan cosas lindas por la cabeza. Así que no te arrepientas que voy a despeinar más esos rulos que tanto me gustan—dijo y al incorporarse se acercó peligrosamente al rostro de Jordan para mirarlo desde esa corta distancia y decir—. Tú tranquilo que sino te molesto. 

Era una de esas amenazas con sabor a miel y sumamente inocente, quizás se sintió como una chiquilla de primaria por ello pero es que le salían de forma natural. Luego al recuperar las distancias, que estaban en una cafetería y no quería incomodarlo para nada. Eso sí, se sorprendió cuando Jo comentó que no le había escrito a él y entrecerró los ojos pensativa. 

—Vaya, tienes suerte—susurró y le cogió la mano sin permiso—. Mejor que sea así, créeme. 

Y asintió a lo último ya saliendo con Jordan todo lo que le vaya a permitir de la mano y al llegar al auto, desactivó la alarma y le preguntó. 

—¿Sabes conducir?

Sobre lo de Dino concluyó:

- Espero que todo quede en un susto, pero vamos si ya está quemado el primer día de instituto, empieza mal la cosa. 

Luego, tras unos instantes y el acercamiento, Jordan se quedó en su posición como paralizado, simplemente se puso firme, como si intentase ganar unos milímetros de distancia para no quemarse. No pudo no fijarse esta vez en las pecas que tenía en la mejilla, parecía un personaje sacado de un mundo de fantasía. Bajó los ojos y miró sus labios mientras le bromeaba, que estaban a escasos centímetros.

«Respira» se dijo cuando Tuesday se volvió a su posición. Soltó un suspiro disimulado, como intentando conseguir oxigeno de nuevo sin que se le notara mucho.

- Suerte o no dijo - mientras notaba el contacto de la mano, no pudo evitar entrelazar los dedos, como recordando aquella complicidad que habían tenido por la mañana, delante de todos pero a escondidos. Continuó: - A veces mejor ver al enemigo de cara que tenerlo escondido a las espaldas.

La siguió afuera cogido de la mano, como dejándose llevar por su iniciativa y energía.

- Sé conducir patinetes, scooters, hoverboards, segways, monocycles, longboards, drones.. coches? No, de eso no se - dijo haciéndose el resabido para acabar en tono de humor. Cuando todo el mundo hacía practicas a los 16 para sacarse el carnet, el había estado encerrado trabajando en su proyecto.

- Así que vuelvo a estar a tu merced, señorita Watson.

—Hm muy mal, aunque mira...

No pudo evitar el mostrar aquel mensaje de Gossip y suspiró. 

—Es una mentira, ayer Dino me contó su secreto y estoy segura segura de que es imposible que tenga una ETS—confesó aunque no entendió que hacía allí—. Comenzó con ganas GG. 

Tras decir aquello, cuando sucedió aquel instante de cercanía provocada por ella misma sintió esa tensión en él y no sabía si era innato o la misma pelirroja se lo provocaba así que después se apuntó hablar sobre ello. No obstante ya de la mano—muy ilusionada por ello—salieron de aquel lugar que ya tendría un recuerdo de los dos. 

Si que asintió sobre el asunto del enemigo y se acordó de una frase del libro Los juegos de Ender quizás Jordan lo había leído. 

—"Cuando comprendo a mi enemigo tan bien como para vencerlo, también lo amo", eso dijo Orson Scott Card y creo que es así. GG deberá tener un motivo para esto y me gustaría saberlo... Para terminar con esto. 

Ya luego de dejar el instante friki de la salida, en el auto se encontraban y cuando mencionó Jordan que no sabía conducir, se encogió de hombros. 

—Vale, yo conduzco y un día de estos me tienes que acompañar a comprar un skate. Quiero aprender así salimos juntos en ello. ¿Te gustaría?—preguntó haciendo carita de porfi porfi di que si.

Una vez encendió el auto, ya el destino era su propia casa y no dudó en señalar la pantalla. 

—Elige música porque sino pondré la canción cursi. 

Revisó su móvil al ver la cara extrañada de Tuesday.

- Ah, pues parece que yo también lo recibí, no le hice ni caso. Lo de la ETS es una acusación fuerte.. si se lo ha inventado.. vaya tela. - dijo arrugando las cejas. Esa gente jugaba juegos peligrosos.

Alzó las cejas en señal de reconocimiento al entender la referencia hacía ese libro que había devorado hacía unos años. Sin duda hoy en día todos los problemas que giraban a su alrededor eran por supuesto enemigos invisibles que no veía pero los presentía. Miró a Tuesday de soslayo, como asustado. Ahora mismo se sentía indefenso con ella, si luego le bitcheara como esas arpías del St. Judes lo dejaría devastado. 

Negó con la cabeza y se quitó esa idea de su mente.

- Claro, la verdad que yo no soy muy pro con los skate, se lo básico, pero los uso como método de transporte mas que por hacer flips y stunts. Pero podemos probar a ver que tal se te da.

«Aunque me dolería ver como te hicieras una herida en esas piernas tan delicadas» continuó la frase en su mente. Sabía que los inicios del skate eran duros.

Se subió al coche y se quedó pensando unos instantes, mirando hacia el cielo, que canción poner.

«Algo tranquilo para la tarde»

«I tried to be chill, but you're so hot that I melted» siguió la letra en su cabeza.

—Horrible, si. 

No le gustaban aquellas cosas, pero es que entrar al juego de GG era en parte esto y agradeció que Jordan no estaba involucrado en ello. Más quisiera la pelirroja que ni se vea salpicado por ella, intentaría cuidarlo lo suficiente para que no se convierta en un infierno todo esto. Después lo miró un tanto sorprendida y le revolvió un poquito el cabello, había cambiado de actitud de repente y no entendía el motivo. Aunque solo regresaba. 

—Jo—dijo al comenzar a conducir—. Relax. ¿Si? No te voy a morder. 

Luego asintió con su cabeza con respecto a lo de los skates y inició el camino de regreso hacia su casa que estaba ubicado en uno de los barrios más top de Manhattan. No obstante le encantó la elección de canción y no pudo evitar el ponerse a cantar. No lo hacía mal, pero tampoco estaba para ser cantante era más bien normalita y al parecer le divertía el ritmo, así que daba golpecitos sobre el volante marcando el ritmo y entonó al mirarlo:

So, I won't hesitate no more
No more, it cannot wait I'm sure
There's no need to complicate
Our time is short
This is our fate, I'm yours...

Le cogió la mano y agregó en medio de la parte instrumental. 

—Canta conmigo, venga... 

Do you, but do you do,
But you don't want to come on
Scorch on over closer dear
And I will nibble your ear

Ante aquello, se rió con ganas y le guiñó un ojo, la canción era sugerente. 

Jordan tampoco era de cantar mucho pero animo por el momento y empezó a cantar la letra de la canción que se sabía de memoria y siguió con el tarareo del estribillo

A-soo-da-ba-ba-ba-ba-bum
Whoa-oh-oh
Whoa-oh-oh-oh-oh-whoa-whoa-whoa
Uh-huh, mmm-hmm

Agitaba la mano contento siguiendo una coreografía imaginaria de aquella canción. Al ver el guiño se quedó pensando y cayó en la cuenta en el nombre de la canción. Automáticamente se puso rojo como un tomate y aprovecho una distracción para desentrelazar los dedos de la mano y mirar hacia la ventana.

- Vaya, nunca he estado por esta zona, que pasada.

Clem se perdió, con ojos soñadores, en el paisaje de los edificios lindantes. Torres centenarias que se alzaban, imponentes, por encima de toda la sociedad. Su hogar estaba en una de esas torres, como si fuese una princesa atrapada. Se abstrajo por unos momentos de la conversación con León, perdiéndose en sus ensoñaciones, ¿en qué momento se había convertido en la villana de su propio cuento de hadas? Ella, que había llegado a Nueva York siendo apenas una sombra de quién era.

— Este es mi mundo, León, esta es mi vida. — Le miró a los ojos cuando él se lo recriminó, ya no era aquella mirada de acero que utilizaba con el resto de sus compañeros. — ¿No lo ves? Somos un puñado de niños privilegiados que nos aferramos a la reputación, al respeto, debemos pagar las consecuencias de nuestras indiscreciones en todo momento. — Nadie le había explicado las reglas del juego cuando ella llegó a Nueva York, tuvo que aprenderlas por la fuerza. Pero al igual que Mena le rescató en más de un sentido, sentía que debía devolerle, de cierto modo, el favor a León.  — Tenemos a una loca ventilando cada paso que damos para que el mundo pueda verlo y juzgarnos, cada error, cada indiscreción, todo queda documentado en Gossip Girl.

Le mira a los ojos, distante y lejana, amable y elegante, todo a la vez. Pero sobre todo, increíblemente triste. Eran las filtraciones de su máscara perfecta que empezaba resquebrajarse. Un mensaje de texto desvía su atención y Clem dirige su atención a su móvil, evitando la mirada juiciosa de León. Lo que vió, el mensaje de Jade, le hizo volver a levantar la guardia. La princesa se convertía en dragón. — Perfecto. — Masculló en su interior, con la rabia tiñéndole la voz. — Dino me las está jurando otra vez.

— Estos dos meses conociéndote sí han significado algo para mí, y creo que ya sabes lo que siento por tí. — Volvió su vista a León, no era ya la muchacha frágil que orillaba a quebrarse frente a él. — Pero las cosas son distintas ahora. Lo único que necesito saber en estos momentos, León, es si estás conmigo... — Escribió algo en su móvil, a una velocidad increíblemente rápida. Una guerra empezaba a desatarse en el Upper East Side, como unos nubarrones negros que avecinaban de las peores tormentas. — O en contra.

Otra vez sucede. Ese choque entre lo que Clementine dice con su cuerpo, con sus maneras y sus palabras, y lo que cuentan sus ojos. Es por eso que León intenta encontrar otro tipo de respuestas tras ellos, aunque la chica se muestra esquiva en su mirada porque debe saber también que es su “punto débil”; los ojos son el espejo del alma, y por ende lo único que puede delatar incluso al mejor de los mentirosos.

Ese empeño del chico en mirar “más allá” de lo que Clem deja ver, es lo que le hace captar la tristeza en sus ojos claros. Tiene muchas preguntas, mucho que decir. Además, técnicamente, acaba de decir que siente algo por él, ¿no? Claro que no sabe si quiere tener ese tipo de conversación ahora. Ni de coña está preparado, menos con la amenaza de Gossip Girl revoloteando a su alrededor, y decide que ese “ultimátum” que ella le da al finalizar su “discurso” debe ser la prioridad. 

— Si es lo único que necesitas saber, es fácil: estoy contigo — responde él, serio, buscando con insistencia sus ojos para intentar seguir leyendo tras ellos. Es absurdo, pero es como si creyera realmente que así podría indagar en su mente, leerla. Como ese rollo de Harry Potter, el pensadero, donde mágicamente puedes nadar y pasear entre los recuerdos de alguien; a León le encantaría poder hacerlo entre la vida de Clem. Pero, desgraciadamente, Harry Potter es sólo eso, una saga, ficción, y en la vida real sabe que la única manera de conocerla de esa forma profunda, íntima, es mantenerse a su lado y estar ahí para ella. Sonríe de lado — Y si tengo que partirme la cara con Dino por ti, me importa una mierda que tenga músculos que yo no — intenta bromear aunque enseguida vuelve a hablarle con seriedad — No sé qué pasa pero estoy y estaré contigo — repite — Ahora cuéntame qué coño está pasando.

Un brillo nuevo aparece en los ojos de Clementine, y sus labios dibujan una de sus mejores sonrisas. Esa sonrisa magnética suya, deliciosa, esa que la mayoría de las supermodelos se pasaban la vida intentando perfeccionar, a Clementine le salía de aquella manera sin siquiera intentarlo. — Necesitaba escuchar eso. — Clem sostiene su iPhone con una mano mientras coloca otra sobre la rodilla de León, en señal de reconcilación.

— Jade me ha mandado un mensaje diciéndome que ha escuchado a Dino intentando que Gigi le ayude a vengarse de mi, o algo así. — Le explica a León, frunciendo su ceño mientras releía el mensaje. La pequeña J.J era impredecible, y Clementine prefería mantenerla a raya, pero aparentemente ahora estaba eligiendo su bando. No sabía si confiar cien por ciento en ella, pero quería poner ese pajarito a cantar . — Supongo que nuestra tregua ha terminado.

— No es necesario que te vayas a los golpes. — Aunque había algo en la idea de León en un enfrentamiento físico con su ex que le parecía sumamente atractivo. La sonrisa de Clem se tornó maliciosa. — Y aunque me gustaría verlo, en el Upper East Side nos manejamos de otra manera.

El coche empezaba a acercarse al edificio donde vivían. Clem guardó su móvil en su bolso, preparándose para bajar. — Mena, J.J y Tyler vendrán a mi departamento a beber algo y prepararnos antes de ir al Sapphire en el coche de Mena. Puedes venir... si quieres.

— ¿Qué…? ¿A vengarse de ti? Me parece absurdo, ¿qué le pasa a ese tío en la cabeza? ¿Tan poco ha durado la tregua? En serio, me parece increíble lo que llega a hacer por llamar la atención: ese chaval tiene serios problemas — hace una mueca, pensativo, aunque ahora mismo parte de su atención está en la mano de Clem sobre su rodilla. De hecho, alarga su propia mano para cogérsela y estrecharla, en señal de aceptar la reconciliación y de apoyo. No va a preguntarle si hay alguna razón por la que Dino quiera vengarse de ella porque eso a él no le importa; le ha dicho que estaba de su parte, y es suficiente haber visto el comportamiento de su ex por la mañana y durante las clases como para saber que es un idiota de manual — Necesita un psicólogo — bufa y luego sonríe ante su invitación — Ahí estaré — le asegura — Voy a mi casa, una ducha rápida y voy a tu apartamento. Desde luego, te prefiero cuando no estás de morros conmigo… — juega, y le da un beso en la mejilla mientras el coche se detiene: ya han llegado.

León duda por un momento si retenerla un momento en el coche para contarle lo de Gossip Girl, ya que después ya no estarán a solas, pero es tan delicado…porque sería abrir la caja de “¿Con qué secreto te extorsiona nuestra querida amiga GG?”, y si es el que él piensa, el obvio, no está nada preparado para eso. Aún no. Es pronto.
Así que sencillamente no lo hace. Ya improvisará después, o quizás tenga una idea maravillosa bajo el agua de la ducha que se dará en cuanto llegue a casa. Las duchas inspiran, ¿no? León es positivo. 

Le dice a Credence que no se baje, y es él mismo el que sale por su lado del coche y le abre la puerta a Clem para que salga.

— Hemos llegado, señorita — le sonríe y espera que se una él para entrar juntos en el edificio.

Las palabras de León le orillan a reflexionar sobre Dino y su errático comportamiento. Al llegar al Upper East Side años atrás, Clem era nueva y estaba encandilada con el brillo del nuevo mundillo que ahora le rodeaba, el mismo efecto se extendió hacia el vínculo que mantuvo con su ex. Su relación con Dino había sido neblinosa y turbulenta, y aunque habían decidido terminar las cosas de manera amigable, parecía ser que el chico aún estaba resentido en cierta forma.

— Necesita que alguien le enseñe cuál es su lugar. — Añadió Clementine, con el semblante oscurecido.

No era el típico estereotipo de ex despechada que te destruye el coche, pero de alguna forma Dino había vuelto a sacar lo peor de ella. El beso de León le saca de su ensimismamiento y del lugar oscuro hacia donde se dirigía su propia inquieta mente. Clem se ruboriza y se prepara para bajar del coche. — Genial, te espero, creo que ya sabes cuál es mi piso. — Realmente lo que Clementine necesitaba en aquel momento era un buen trago junto a sus amigos, como para olvidarse de aquel catastrófico primer día.

La rubia bajó del coche, ayudada por León actuando como todo un caballero. Mientras se adentraban a su edificio, prefirió desviar la conversación a cosas más triviales como profesores, asignaturas o compañeros de clases, porque de momento no quería seguir dándole vueltas al asunto. Aún así, todas aquellas elucubraciones quedan en el fondo de su mente, como una idea residual.