Partida Rol por web

Respondió dándose unas palmadas en los muslos, indicando que se subiera. Cuando estuvieron en posición, alzó el brazo y empezó a disparar varios selfie.

Primero con pose de fotografía mirando ambos, luego besó su mejilla y finalmente, la última con un beso en la boca. Acercó el móvil para que pudieran ver los dos las fotos, rodeando con un brazo la cintura de Tuesday.

— Vaya par — dijo riendo mientras examinaba las imágenes.

Miró el reloj y vio que ya iba siendo la hora.

— Bueno se acerca la hora... — se quedó pensativo  — Creo que dejaré el patinete aquí y ya me lo traerás mañana. Para volver de la fiesta ya cogeré un taxi o lo que sea.

Rápidamente se sentó sobre el regazo de Jordan y cruzó una pierna sobre la otra mientras miró a la cámara sonriendo, estaba más que acostumbrada a ello porque solía ser modelo de la marca que creó la amiga de su madre. Luego cuando tocó la del beso, puso cara de enamorada y con el beso ya, pues sólo manifestó ternura. 

—Me encantan todas, salimos bonitos—comentó y le regaló un beso en la mejilla—. Después envíamelas así las tengo yo también. 

Ya cuando comentó sobre la hora, lo miró a los ojos y le dejó un beso en el cuello. 

—¿Nervioso?—preguntó y luego, asintió—. Puedes tenerlo en el baúl del coche, a la vuelta puedo llevarte o como quieras. Yo llamo al chófer y viene. 

Le envió las fotos al móvil de Tuesday. Las había sacado en modo ráfaga por lo que había decenas de ellas por elegir por cada una de las poses.

— Muy nervioso, me siento como las estrellas de Hollywood al ir a los Óscars. — dijo riendo nervioso.

Luego acarició aquellas lindas piernas que aún tenía encima.

— Pero yo soy así, una pizca de ansiedad social y otra pizca de ser el nuevo. Normalmente me gusta tenerlo todo bajo control, conocer todos los escenarios posibles, pero ésta fiesta, desde que Tyler la público en Twitter, me ha generado una sensación de caos sin igual. — concluyó.

Y había sin duda otra cosa que le preocupaba, era una posibilidad muy baja que sucediera, pero su mente analítica le repetía que "muy baja" no era lo mismo que zero. No quería preocupar de mas a la pobre Tuesday que ya había tenido un día suficientemente complejo.

En cuanto escuchó aquello, lo llenó de besos y caricias. Básicamente porque quería animarlo, darle confianza de que todo iba a estar bien. 

—Es solo una fiesta Jo, cualquier cosa que suceda estaré yo ahí a tu lado y siempre nos podemos ir si te sientes incómodo. 

De alguna manera con GG podía pasar cualquier cosa, era algo que le temía porque más allá de que le dio lo que básicamente le pidió, estaba el asunto de lo que haría con algo tan grande entre manos. Lo cual el riesgo era demasiado alto, pero la pelirroja estaba dispuesta a asumirlo. Después cuando escuchó a Jordan, lo miró comprensiva. 

—Entiendo, de verdad que si. Pero esto es zona segura—dijo y señaló a los dos—. Si sales de aquí y te sientes mal, vuelves, que al fin de cuentas es conocer el ambiente. Es pasarlo bien, ya verás.

Quería animarlo, aunque le preguntó:

—¿Malas experiencias has tenido con las fiestas?

Se dejó querer por la pelirroja. Aprovechó para quedarse abrazado a ella y apoyó su cabeza en ella con ternura.

— No te preocupes, nada traumático. El año pasado es cuando empezaron las fiestas de verdad en mi instituto, ya sabes: 16-17 años, alcohol, drogas, sexo.. vamos el pack básico. Quizá no eran fiestas con tanto estilo como aquí, pero la gente se lo sabe pasar bien igual. Yo el año pasado me lo pase encerrado en mi cuarto todos los momentos libres que tuve, trabajando en mi proyecto.

Se quedó pensando un momento de cómo enfocarlo.

— Me volví un hermitaño, durante un año, lo que me costó perder o alejar la mayoría de amistades de mis compañeros. A la cuarta o quinta invitación que deniegas, la gente ya deja de invitarte y te da por perdido ¿sabes?. Por eso en parte aproveche el punto de inflexión y porque decidimos mudarnos, a moverme al St. Jude.

Pasarón varias imágenes por su cabeza. Su hermana avisándole sobre los rumores que circulaban sobre él, al ser su proyecto secreto la gente hablaba de lo que no sabía. Y luego estaba lo de cuando volvió, ver que había perdido todas las amistades, todos le habían girado la espalda. Fueron los mismos que quisieron retomar el contacto enseguida que él empezó a aparecer en los medios dado a su éxito. Malditos interesados.

Se quedó negando con la cabeza recordando aquellos momentos amargos.

— Así que, ahora a aprovechar el tiempo perdido! 

Cuando comenzó a contar un retazo de su historia, la pelirroja lo abrazaba con fuerza y le dejó un montón de besitos en las mejillas, en la sien, básicamente donde tenía alcance. Lo dejó hablar todo lo que quisiera y se mantuvo allí, escuchando, comprendiendo un poco todo ya que de alguna manera, estaba como ella: comenzando de nuevo. 

—Perseguir los sueños no tiene que ser algo malo, es decir... Si esos amigos no supieron comprender lo que estaba sucediendo en tu vida, es que no lo valían—dijo en un tono suave—. Te entiendo muchísimo porque a mi el violín de alguna manera me aisló de todo y es como un empezar de cero. Aún así, tienes todo y hay gente valiosa en este lugar con la que puedes ser amigo. Sólo hay que conocer y ver donde. 

Entre consejos, mimos, Tuesday intentó ayudarlo. Lo veía un chico muy capaz, sólo era cuestión de ver el mundo desde otro lugar porque ya maduro era de por sí. 

—Eso, es una buena idea—comentó entre risas—. Creo que nosotros somos buenos gestionadores de eso juntos. 

Y le guiñó un ojo traviesa. 

Asintió ante los comentarios de Tuesday.

— Tampoco los culpo, fui yo que los dejé de lado, me olvidé de ellos y cuando quise volver, ya no querían saber nada de mí. Es normal. Exactamente, como tu dices, estoy empezando de zero aquí. Por eso tengo una mezcla de emociones de querer y a la vez temer.

Tan cerca de ella, se estaba embriagando del aroma de su perfume y se dejaba llevar, como si estuviera levitando, entre aquella demostración de cariño que estaba recibiendo.

Luego se rió ante el último comentario y le guiño un ojo, cómplice.

Finalmente cerró los ojos y se recostó un poco en la cama, apoyando su cabeza en los muslos de Tuesday.

— Hmm.. si me concentró un poco me puedo quedar dormido aquí hasta mañana.

—Puede ser, pero en mi caso estaría llevándote un batido para animarte o darte mimos en esos ratitos de descanso. Depende de la persona y la intención, es un 50 y 50. 

Recapacitó con ello, es que tenía a sus amigos que siempre estuvieron a su lado incluso cuando se alejó lo suficiente de todo aquello. Entonces esos recuerdos de que toleraban sus ausencias, que se le aparecían en la casa o compartían de alguna manera un rato, le hizo ver que querer siempre era poder. 

Luego cuando se recostó sobre sus piernas, aprovechó para acariciar el cabello con dulzura. 

—Siempre puedes quedarte, digo a dormir. Estás invitado. 

Y aprovechó para quedarse pensativa, mirando su cuarto y lo loco que era todo. Aprovechó para sentirse bien, para disfrutar de esto porque era la primera vez que podía hacerlo. 

Siguió con los ojos cerrados y se le escapaba una sonrisa de placer.

— Ya sabes que me encantaría, pero debería dormir en casa. Mi relación con mis padres ahora mismo es algo rara, pero aún así creo que debería pasarme por ahí. — luego se rió  — Pero eso lo digo ahora, espero que con 2 copas de más opine lo mismo. Debería ir a casa hoy, sí.

Pasó el rato charlando de cosas sin demasiada importancia y dejándose mimar por Tuesday, hasta que llego la hora.

Se levantó y se alisó la camisa del traje.

— Creo que hay llegado la hora.

Asintió sonriendo. 

—Claro, no hay problema y con dos copas de más si tienes te haré recordar esto. No te preocupes. 

Ya tocaba partir y con ello, todo lo que conlleva. No sabía que le podía esperar allí en el Sapphire pero al menos intentaría pasarlo bien. ¡Eso era lo que importaba! 

Luego se acomodó el vestido y fue al espejo para verse bien, retocando detalles y poco más. 

—Vamos claro. ¡Tranquilo!—dijo y le cogió la mano. 

Solo era subir al coche y salir para ese loco lugar a llenarse de glamour.