Partida Rol por web

Cuando el jefe de cubierta es abordado de nuevo por uno de vosotros, esta vez H, pone los brazos en jarras con cara de haberse tragado una granada de medio lado. Al parecer, es el típico cretino que se cree que es el rey de algo por tener un mando miserable.

- Vamos con retraso, pisabarro. - Gruñe de malas maneras al comando. - Ya tendríais que estar iniciando la secuencia de despegue. Este hangar no es solo para vosotros, niños bonitos. Tengo toda una lista de lanzaderas que aprovisionar y ni siquiera he empezado con el papeleo. Si quieres lectura para tu retrete espacial, usa holoporno del malo, como todos los putos soldados. Y ahora, déjame en paz.

Y sin mas comienza a vocear a un par de tipos con armazones de carga hidraulicos que deben haber hecho una rozadura en uno de los contenedores.

Karl se coloca cerca de H cuando escucha las malas maneras del jefe de cubierta y mira a su compañero con cara de "una palabra tuya y le parto la boca" así como haría un perro guardián bien entrenado.

Yo, que le conozco bien y sé que es completamente capaz de partirle los huesos allí mismo sin importarle las consecuencias, corro a agarrarle de un brazo y darle tirones hasta que consigo que ambos subamos a la nave.

- Grandullón, tenemos una misión que cumplir. No te metas ahora en líos. Vamos, vamos.

Una alarma comienza a resonar en todo el hangar, mientras dos hileras de luces se encienden a lo largo del todo el techo.

- Atención, atención. - Resuena por la megafonía la serena voz de una IA. Las grandes pantallas de información ubicadas en los laterales pasan a llenarse de mensajes de emergencia y una cuenta atrés. - Secuencia de despegue en 3 minutos. A todo el personal de tierra, finalicen operaciones de abastecimiento y reporten su estado al jefe de cubierta. Tripulación de vuelo OEM, ocupen sus puestos y confirmen luz verde para despegue. Apertura de compuertas a su señal.

Con velocidad fruto de la práctica, los grupos de trabajo abandonan la enorme sala hacia las exclusas laterales. Las grúas y pasarelas laterales adosadas a los costados de la nave se retiran con el gemido de los pistones hidráulicos rechinando a toda potencia. Amoroso salta por la compuerta lateral y como un enorme simio, se desliza por las barras de una escalerilla para desaparecer tras un burlón saludo militar.

En la zona de carga, el ritmo se vuelve frenético mientras el jefe de cubierta, que a pesar de ser un rancio hijo de puta parece saber que hace, grita hasta que todas las venas del cuello se le marcan como cables. En menos de 30 segundos, la carga restante es embarcada con rapidez mientras los insultos y las maldiciones resuenan incluso por encima del sonido de la alarma.

Todo listo para que Bravo 2 selle todas las compuertas y de comienzo la verdadera misión.

- Damas y caballeros sientense en su sitio que el despegue será movido. - dijo alzando la voz por encima del sonido de la música que había comenzado a sonar. Enseguida la cabeza de Tic-Tac comenzó a balancearse al ritmo de la música como un metrónomo mientras el soldado empezaba a hacer las comprobaciones rutinarias. - Espero que no te importe Anubis, este es mi protocolo particular desde que me monté en mi primer coche cuando tenía trece añitos. - le dijo a la IA de la nave sin dejar de revisar cosas de la nave. 

A/C Status & LOGBOOK. Comprobado. Interruptores de control de vuelo encendidos. ANTI-SKID comprobado. Luz de acceso al segundo motor apagada. Interruptores de encendido de los motores apagados. Luces interiores y exteriores encendidas. Luces de navegación listas. Sistemas de alerta para fuego en el motor comprobados. Sistema de localización aeroespacial comprobado. Luces indicadoras de APD comprobadas. Sistema de radar comprobado y listo. Alerones arriba. Piloto automático apagado. Sistema de radio y navegación comprobado y listo. Presurización de la cabina comprobado. - fue enumerando en voz alta a Anubis. - Comprobaciones terminadas, listos para despegar. 

este es mi protocolo particular desde que me monté en mi primer coche cuando tenía trece añitos.

La voz de Snow suena crepitante en el canal radio de misión, el cual está disponible sólo para Bravo-2.

- No engañas a nadie Talley, querrás decir desde que robaste tu primer coche a los trece, jajaja. - Después de intentar quitar hierro al asunto del despegue, el reciente Capitán comunica de nuevo.

- Saludos Anubis, como de momento y espero que en todo el viaje no hay ningún fiambre a bordo, te agradecería que mantengas una temperatura más caldeada y agradable para estándares humanos en las zonas habitables al menos. Soy Snow, Capitán asignado a este OEM para Bravo-2, ¿todo correcto? - Snow no parece estar muy bregado con temas tecnológicos, pero trata que la IA comente si algo raro está pasado.

- Bueno soldados, tengo el manifiesto del carga, cuando salgamos de aquí y sea seguro, haremos un repaso por ver qué está en orden y si la han cagado en algo. Tic-Tac, comienza el despegue a discrección, y comunica con la torre de control para la maniobra. Tenemos un objetivo. Cumplámoslo y volvamos de una pieza. Quiero a todos amarrados en su asiento preparados para despegar en cero coma. ¡Al lío! - El propio Snow toma el asiento que le corresponda, mientras observa las evoluciones de Tic-Tac con las consolas de pilotaje.

Todo correcto, Capitan Snow.

Transmita por favor las órdenes a través del piloto asignado, el soldado Talley. No estoy autorizado para obedecer a otro miembro del pelotón. La temperatura por debajo de cinco grados frena su descomposición. Pero puede ser ajustada si lo desean.

No eso posible, porque estas cosas no tienen tono, pero se diría que tiene un tono, algo forzado...

Soldados ajusten todos los anclajes por favor. Señor Talley, para el enlace con la Perseo: ¿desea automático o manual?

¿Para robarlo tuve que montarme no? - preguntó con una carcajada el soldado. - Hágalo Anubis, joder he estado en congeladores de carne más cálidos. - le dijo sin perder la sonrisa. - Tiene mi permiso para volver a bajarlo en cuanto subamos un cadáver a bordo o si el repentino aumento de temperatura afecta de alguna manera al rendimiento de la nave. - dijo después cediendo un poco. 

Yo me encargo del enlace Anubis, tu relájate y disfruta. - añadió antes de cambiar el tono por completo. - Control de misión aquí el piloto Talley  desde el Alpha 6-747, confirmando luz verde para el despegue. Iniciando el encendido de motores. - dijo el soldado con voz mucho más profesional al tiempo que iba apretando botones. - Sellado de compuertas completado. Motores encendidos. Solicito permiso para despegar.

- Ya era hora- sonrió Mansell a Baghi- no soporto los preliminares.

Baghi sonrió y no sin cierto aire de perplejidad. No era nada frecuente que Mansell sonriera, y aún mucho menos que bromease.

H. estaba poniendo en practica las técnicas de meditación zen que había practicado para la ceremonia del té que había celebrado con Sasuke, pues parecía que todo el mundo quería metérsele en el culo, sin lubricación ni cariño. El danes no sabía si tenía un cartel de "por favor no me haga ni puto caso y, de paso, putéeme a gusto" porque en la última media hora habían pasado de sus amables sugerencias pero ¡Eh! eso si, ninguno de los tres se había olvidado de meterle un poco de caña. Bueno el comando esperaba que se hubieran quedado a gusto, porque estaba claro que no les habían dado suficiente placer anal la noche anterior. Así que con un humor de perros se dirigió hacia el interior de la nave cagándose en todo el árbol genealógico de McGriff, Harada y el puto gilipollas del jefe de cubierta. 

-Genial, encima tenemos a una IA graciosilla. Lo que me faltaba para rematar la jugada- murmuró para sí mismo, mientras se planteaba si pedirle a Loreen que suprimiera la voz de la IA de abordo. Al menos a Snow parecía estar yéndole todo de perlas, había conseguido el jodido manifiesto de carga, tenía un ascenso y Harada le dejaba pasar todo y más. La próxima vez que tuviera que pedir algo a un ser vivo, se lo pediría a él y así se ahorraría problemas. Esperaba al menos poder hablar libremente sin que lo mandaran al carajo cuando se habilitara la sala "sin jefes" que había pedido el capitán.

Mientra estaba anclándose a su arnés de descenso, su humor mejoró un poco mientras veía como Tic Tac pedía que se conectase el clúster de IA's que le había propuesto. Con una serie de órdenes rápidas a su propia IA, la preparó para integrarse a la gestalt que iban a formar durante el trayecto. 

Stronghold entró en el hangar con paso firme, segura de sí misma y con muy pocos nervios. La comando había pasado por aquello varias decenas de veces y una cacería de bichos no la iba a achantar. En seguida comenzó a saludar a algunos perros viejos que estaban reparando algunas naves. Durante su dilatada carrera militar, había coincidido con muchos de los técnicos que se habían metido en la misión Nexus, que la habían visto partir en sus naves y volver de una pieza. La militar se había ganando el respecto de muchos, pese a su ausencia de implantes, y que no le faltaban ovarios para darle una buena hostia a aquellos que la despreciaban por ello. 

Paso el tiempo que pudo hablando con aquellos que estaban más cerca y "amenazándolos" con las consecuencias de que la nave fallase. Cuando la alarma sonó y llamó al personal al interior. La veterana se despidió, entró en la nave y realizó su pequeño ritual en el que comprobaba su equipo una última vez, lanzaba una breve plegaria y se anclaba al arnés. Hizo un rápido asentimiento a sus compañeros para tranquilizar a aquellos que estaban un poco nerviosos por el descenso y apoyó su cabeza en el respaldo del asiento, relajándose y aprovechando para dormitar un poco. 

Las abrazaderas laterales se soltaron con chasquidos que se sintieron incluso dentro del casco presurizado del Ataud. Nuevas luces se encendieron dentro del hangar, un carril luminoscente en el suelo que conducía hacia la compuerta del fondo de la sala.

- Aquí Control de misión, - resonó por el canal de comunicaciones una voz enérgica - todas las luces en verde. Repetimos, todas las luces en verde. Operaciones de abastecimiento completadas. Vía libre para iniciar secuencia de despegue. Comenzando tránsito a pista 3.

Con un estruendoso retumbar, la puerta dentada del hangar se abrió mostrando el gigantesco pozo de tránsito, con las diferentes compuertas de los niveles de hangares dibujando un patrón parecido a un panal de abejas. Docenas de hangares, casi todos cerrados conformaban un recordatorio palpable del poder militar de Nexus y de los hombres y mujeres que albergaba en su interior.

El Ataud se puso en movimiento, deslizándose por los raíles que discurrían entre las luces de guiado, hacia el enorme montacargas que les llevaría hasta la pista asignada. Los drones de vigilancia revoloteaban por delante iluminando con luces blancas o con el destello carmesí de sus scaneres de seguridad.

- Iniciado tránsito Ataud. - Musitó la voz de Control. - Tiempo estimado para llegada a pista, 7 minutos. Ponganse cómodos y aprovechen para familiarizarse con los controles y subsistemas. Su oficial de adiestramiento quiere hablarles un instante. Canal 0714.

Se produce un sonido de campana fúnebre en la megafonía de abordo.

- Sintonizando canal 0714 - Tarareó la voz de ultratumba de Anubis. - El coronel y esta humilde IA son viejos conocidos, sus discursos funerarios suelen ser memorables. Por defencia a nuestros viajes pasados, me permito la libertad de sintonizar sus inspiradoras palabras. Antes de partir hacia la muerte, y todo eso.

Un chasquido y en las pantallas aparece un rostro conocido.

La cara marcada de Mc Griff llena las pantallas con su cara agria habitual.

- Saludos Bravo 2. Ya les he deseado suerte, así que soltarles un montón de chorradas solo serviría para que pensasen que me estoy ablandando con los años. Lo harán bien o pateare sus culos cuando vuelvan. Porque van a volver. Es una jodida orden. - Tuerce el gesto, una mueca, una sonrisa irónica, es difícil decirlo. - Sin embargo, todos sabemos que les han dado un hueso duro de roer. Así que he decidido hacer una pequeña excepción, en su honor, y acceder a la petición personal de una compañera. - Ladea el rostro, mirando fuera de enfoque. - Cuando quiera, soldado.

El ovalo del rostro de Cutter se dibuja en la holopantalla, con semblante adusto.

- Hola cabronazos con suerte. Parece que al final se han atrevido a ensuciar el espacio con vuestros culos afortunados. Quería echaros una última mirada antes de que ese capullo de Snow os meta en algún lío. Por cierto, enhorabuena vejestorio. La vas a cagar como capitán fijo, pero seguro que al menos sabrás hacerlo divertido. Intenta que Tic tac no os estrelle antes de salir de la estación. - Desvía la mirada un momento, dubitativa. Algo impropio de ella. - En fin perdedores. Intentar volver, ¿vale? Todo esto sería mucho menos divertido sin vosotros. Y mirad a la derecha, pasmados. Esto solo va a pasar una vez en vuestras putas vidas.

Echáis una ojeada perplejos a través del amplio mamparo de observación de la cabina. Casi a vuestra altura, hay una galería panorámica protegida por un translúcido cristal hololítico. Tras el, podéis ver perfectamente alineado a Bravo 1, con Cutter a la cabeza, en primera fila, y La Torre justo a su lado. Juraríais que ese ceporro de Markus tiene los ojos humedecidos, pero debe ser un efecto de las pantallas de aislamiento.

- Escuadrón Bravo 1. ¡Firmes! - Restalla la voz de Shannae.

Todos vuestros viejos competidores y camaradas se cuadran, saludandoos marcialmente, y quedando lentamente atrás...

El soldado se relajó una vez vio que el Ataud estaba en los railes y se movía con tranquilidad. Siete minutazos de tiempo que iban a tener hasta que llegasen al espacio. Parecía una eternidad. 

La voz de McGriff y de Cutter luego resonaron por los altavoces de la nave. Sus rivales, el equipo Bravo 1, se habían cuadrado marcialmente para despedirlos. Sintió una punzada en el pecho sabiendo que era probable que no volviese a verlos. - Estás hecha una sentimental, Cutter. - dijo el piloto antes de volver a los mandos y dirigir la nave hasta el elevador. 

Una vez llegaron a su lugar de despegue propiamente dicho, Tic-tac se puso serio y salieron de la enorme nave sin problemas. Frente a ellos, la Perseo que les había sido asignada flotaba en el espacio esperándoles. - Comenzamos aproximación a Perseo tiempo estimado de acoplamiento dos minutos treinta segundos. - dijo en voz alta a la IA. - Activando ganchos magnéticos para el acoplamiento. Agarraos chicos. - dijo un instante antes de que las dos naves se acoplasen con suavidad. - ¿No ha estado mal eh? 

IA comparte con Anubis la simulaciones de ruta óptima hasta el sistema Omicron. - dijo en voz alta. - Anubis inicia el trazado de rumbo hacia el sistema objetivo. Tiempo estimado noventa y séis horas. Coordenadas específicas para el salto fijadas. Objetivo fijado en Omicron 2, distancia suficiente para evaluar la aproximación más segura. Comparte también con Anubis las simulaciones de entrada con mayor probabilidad de éxito. - le dijo a su IA. - Como verás hemos estado trabajando en esto. Estamos listos. - dijo a la nave comentando algo saliendo de su tono militar. - Iniciando cuenta atrás para el salto. Desde dies. - dijo el soldado que aprovechó la cuenta atrás para relajar los músculos del cuello con un movimiento de la cabeza. 

Tres... Dos... Uno... Activando Salto. - dijo al tiempo que activaba el interruptor. 

- ¿Vejestorio? Qué cachonda Cutter, pero si todos sabemos que tienes más años que un saco de calendarios, jeje. -

Después de la transmisión Snow se dirige a Tic-Tac, pero lo hace en abierto, de manera que todos los miembros del equipo además de la IA puedan escuchar:

Transmita por favor las órdenes a través del piloto asignado, el soldado Talley. No estoy autorizado para obedecer a otro miembro del pelotón.

- Tic-Tac, es inaceptable que Anubis sólo obedezca tus órdenes. Si quedaras inconsciente o tuvieras un problema para vocalizar, perderíamos el control de la nave. Hay que establecer un protocolo de cadena de mando, pasando por mí, Jones como Segundo Piloto, Tournevis y H., el cual acabararía desembocando en cualquier tripulante de no estar presente ninguno de los anteriores. -

Una vez expresada esa tarea pendiente, el Capitán de Bravo-2 se acomoda dispuesto a entrar en trritorio desconocido.

Según iniciaban la aproximación al nucleo de aceleración de la Perseo comenzó a brillar con el distintivo azul del marzio. El funcionamiento de la catapulta gravimétrica de las enormes naves en forma de anillo es un secreto militar. Simplemente, tenéis la sensación de estar entrando en una versión gigantesca de las recámaras de vuestras armas.

- Iniciando cuenta atrás para el salto. Desde diez. - dijo Tic tac, que aprovechó la cuenta atrás para relajar los músculos del cuello con un movimiento de la cabeza. - Tres... Dos... Uno... Activando Salto. - dijo al tiempo que activaba el interruptor. 

Ninguna simulación te prepara para la súbita aceleración del primer salto. El tremendo impulso os clava en vuestros asientos mientras el Ataud sale proyectado hacia el vacío como una bala de 300 toneladas.

Tras la primera impresión, la sensación cegadora es sustituida poco a poco por un vertigo sordo en la boca de vuestros estómagos. Los sistemas de navegación de la carlinga se activan de inmediato una vez estabilizada la trayectoria, mostrando las estrechas paredes del vector de aproximación trazado por vuestro piloto y la IA de abordo.