Partida Rol por web

Nieve Carmesí III

La Mansión

Cargando editor
18/03/2009, 19:00
Grüber

Grüber se sacudió las manos, se limpió en el uniforme y se secó el sudor con el hombro, lograr aquello en la campesina no había sido fácil pero lo había conseguido y eso era lo único que importaba. Se puso de pie lentamente, mirando a Dieter, parecía que no tenía ganas de salir solo y no lo culpaba, él tampoco habría tenido ganas. Así que haciendo gala de sus últimos esfuerzos, se emparejó con el soldado y le hizo una seña con la cabeza, indicando que le seguiría. Más cuando estaba a nada de empezar a caminar, comenzó a sonar aquella musica. Como un recordatorio de los días felices junto al hogar, los días al lado de los padres y los hermanos, de las comidas en casa contando lo acontecido durante el día en el campo, nuevamente se estremeció. Aquello era una broma, una broma macabra con la que apenas podía pensar. Se giró y miró a todo el mundo alrededor de él, debían hacer algo porque no pareciera que la casa estuviera sola, se acercó hasta la puerta sin dudarlo más, luego de que la música cesara con el obús explotando de fondo; sin embargo, no es que estuviera envalentonado, no, era sólo que estaba muy cansado y quería comer algo, así que puso la mano en la puerta para empujarla y miró a los demás.

-Deberíamos ir todos...

Cargando editor
18/03/2009, 20:51
Pieter

Pieter se sobresaltó después de escuchar aquel sonido proveniente de una cajita de música.

Llantos de mujer, casita de música...es poco probable que estemos aquí solos...-pensaba mientras se le erizaba la piel.

Pieter ante todo, mantenía las formas, tenía que demostrar que pensaba que todo aquello era fruto de algún gracioso que intentaba asustarlos, pero estaba claro, aquello no tenía ninguna gracia.

Observó que Dieter se había dirigido hacia el lugar de donde provenía el sonido, seguido de Gruber que mostraba que lo mejor sería ir todos juntos.

Pieter miró al sargento Karl, pidiendole con los ojos una respuesta a todo aquello.

Cargando editor
18/03/2009, 21:13
Hans

Hans no podía estar más de acuerdo con las palabras airadas del médico. Ni el mismo reconocía a la persona en la que se había convertido su hermano. Esta guerra es como una bestia que nos transforma y cambia, nos tritura y nos escupe hasta que ya no queda nada de nuestro antiguo yo en nuestro interior...Meneando la cabeza preocupado su atención fue requerida por Octavius que parecía haber vuelto en sí y les miraba a todos con cara de confusión.

-Ehhh...¿cómo te encuentras?-preguntó inclinándose hacia él solícito mientras cerca de ellos el médico comenzaba a ocuparse de la campesina. Pero no hubo tiempo para ninguna respuesta. De repente una alagre musiquilla comenzó a sonar desde detrás de las puertas dobles que se abrían al recibidor y no pudo evitar que los pelos se le pusieran de punta. Allí en medio de ninguna parte, rodeados por la muerte y la guerra, aquel sonido lejos de resultar alentador y reconfortante tenía un toque tétrico e inquietante. No estamos solos...Nervioso miró a sus compañeros y vio reflejados sus propios pensamientos en sus rostros. Sin saber qué hacer vaciló mientras se colocaba mejor el fusil en el hombro y observó cómo el médico y Dieter se acercaban a las puertas un tanto inseguro. Sus ojos se desviaron hacia su hermano que miraba al sargento esperando órdenes y luego bajaron a Octavius inseguro de cómo reaccionaría ante la música. Parecía que al menos ya no era presa de ningún ataque así que finalmente se decidió por acercarse él también al origen de la música. Agarrando sin mucha convinción el arma ante él se situó detrás de Dieter y Grüber.

-Yo os acompaño

Cargando editor
18/03/2009, 21:39
Octavius

Octavius estaba paralizado. La artillería bombardeando sin parar, la sangre y otros desperdicios dispersos por todas partes, suponían demasiado caos para su ordenada mente alemana, y por encima de todo esa sensación, de algo maligno que llenaba la casa y aplastaba sus ánimos. -Pero no puedo quedarme aquí parado esperando la muerte, y de paso permitir que mueran también mis compañeros alemanes, y esos prisioneros. Tengo que hacer algo, o al menos intentarlo. No puedo huir y dejarles aquí, aunque por dios que es lo que más quiero hacer, salir corriendo y no volver nunca. - Mientras intentaba controlar el temblor que sacudía sus manos, y procurando dar una imagen de serenidad, posó primero una rodilla en tierra y ayudándose con las manos se levantó. Se dirigió hacia donde estaba el sargento a un paso tranquilo pero decidido, y le dijo - Señor, tiene que escucharme,esto es muy serio, señor. - hacía todo lo que podía pero aún así el gran nerviosismo que sentía por dentro a veces aparecía en sus palabras. - Señor, debemos marcharnos, debemos salir de esta casa cuanto antes, señor. Va muy en serio, señor, debemos marcharnos o… o…. o moriremos todos, señor. No le estoy engañando, señor, yo, yo, lo sé, señor. Debemos irnos, irnos ya. – y se quedó esperando con impaciencia a la respuesta de su superior, frotándose las manos impulsivamente,mientras le echaba miradas de vez en cuando a la puerta por donde habían entrado.

Cargando editor
18/03/2009, 22:03
Karl

Karl miró al soldado. Después miro por la ventana y se estremeció.

Soldado... no podemos salir de esta casa. Eso de allí fuera... no son obuses normales... ese humo... eso es gas mostaza. Dijo el Sargento, soltando las palabras una a una para que todos las escucharan y las entendieran.

Aquí estamos seguros... por lo menos por ahora.

Notas de juego

PNJ

Cargando editor
19/03/2009, 02:22
Alexeva

Alexeva comrpobó hasta que punto podía flexionar la rodilla, y esta bastante mejor de lo que hubiese esperado. Había que reconocer que el médico alemán era bueno. Ahora le quedaba a ella caminar con cuidado y tratar de no cargar el peso en esa pierna.

La musiquita había puesto a los alemanes aún más nerviosos que antes, y Alexeva estaba igual de asustada que ellos. A su mente comenzaron a acudir las aterradoras historias de "La Casa Pavlova" o de "Piotr el Atormentado" que cada tanto se contaban en los fogones como cosas que le habían sucedido a algún conocido de un amigo o a un habitante de un poblado lejano.

Solo que esta vez era real.

Cargando editor
19/03/2009, 11:18
Director

Grüber apoyó su mano contra la puerta y lentamente la abrió. Cuando las puertas se abrieron de par en par, Grüber no tardó más de un segundo en levantar su arma y apuntar a lo que sea que haya dentro.

Dieter y Hans lo cubrieron desde detrás, uno a cada lado, con las culatas de sus rifles apoyadas en sus hombros, listos para disparar ante cualquier signo de peligro.

Todos los demás miraron la actuación de los soldados con intranquilidad. El sonido provino de esa sala... allí tiene que haber algo...

En cuanto la puerta dejo ver su interior... las luces de la sala comenzaron a parpadear... algunas estallaron... pero las pocas que quedaban alumbrando, dejaron ver el interior de la sala...

Notas de juego

Localización Nueva:

Salón de Baile:

El Salón de Baile es una enorme sala rectangular, que seguramente era dedicada tanto a bailes como a organizar fiestas de todo tipo. Grandes ventanales pueblan toda la pared del frente, desde unos veinte centímetros del suelo llegando casi hasta el techo, algunos, cubiertos con gruesas cortinas oscuras, anudadas a la pared por sogas doradas en bastante buen estado. Junto a una de las paredes, se apilan sillas y más sillas, las cuales serían utilizadas seguramente por las damas, para descansar entre pieza y pieza. Por todo lo demas, la habitación está completamente vacia.

De los tres, los que decidan investigar la habitación, por favor, una tiradita de 1D8 + Inteligencia.

 

Cargando editor
19/03/2009, 16:30
Grüber

Grüber mantuvo la posición, esa posición que cuando se la habían enseñado por primera vez, se había sentido muy estúpido pero que ahora le daba una cierta seguridad, aunque se repetía mentalmente que el sentirse tan seguro nunca es lo mejor, pues sabía que se perdían los reflejos. Como sea, miró en todas las direcciones, sentía a sus dos compañeros detrás de él, casi podía oír sus respiraciones aunque quizás sólo fuera la imaginación del médico, como quizás lo fuera todo lo demás. Abrió muy bien los ojos, si había alguien allí, una persona normal estaría vuelta loca; quizás como el propio Octavius y entonces recordó las palabras de este. Claro, una cosa tenían segura: todos iban a morir pero el pobre soldado parecía estar convencido de que sería en esa casa. Grüber sonrió de manera involuntaria, sería demasiado irónico que en lo que aparentaba ser el mejor refugio, terminaran peor que en el campo de batalla. Pero pronto su sonrisa se perdió recordando aquella canción que también era una ironía si se le escrutaba con buenos ojos y no con otros menos avezados, nuevamente sintió un escalofrío; sólo una mente perversa podría entender la suma de aquellas notas en ese momento.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+6)
Motivo: Investigar
Resultado: 3(+6)=9

Cargando editor
19/03/2009, 16:49
Hans

Hans no pudo evitar que su respiración se acelerase cuando empujadas por Grüber las hojas de la puerta se abrieron a ambos lados. Notando cómo su corazón latía acelerado agarró con fuerza el fusil al tiempo que sus ojos se paseaban por lo que parecía ser un salón de baile. Una sobrecarga de tensión...esos obuses han debido de dañar algo de la instalación eléctrica se dijo cuando las luces parpadearon y comenzaron a estallar en el interior de la misma. Interiormente tenía muy presentes las palabras de Octavius así como la extraña musiquilla y el lamento que habían escuchado instantes antes, pero intentaba con todas sus fuerzas no sucumbir al profundo terror que amenazaba con dominarle y hacerle perder el control. Tiene que haber alguna explicación, algún mecanismo activado, alguien que se ha refugiado aquí como nosotros...intentando convencerse de ello dio unos cuantos pasos hacia la derecha y entró en la estancia. Mientras mantenía ante sí el fusil listo para enarbolarlo y disparar en caso necesario, comenzó a avanzar a lo largo de la pared de la derecha deteniéndose allí donde algo interesante atraía su mirada.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+5)
Motivo: investigar
Resultado: 4(+5)=9

Cargando editor
19/03/2009, 17:19
Alexeva

Ahora, después de lo de las luces en la sala de baile, Alexeva estaba segura de que no debían estar allí. Por supuesto que salir era un suicidio, pero algo le decía que quedarse iba a ser aún peor.

"Si al menos tuviera mi fusil" pensaba la rusa, sabía que le iba a servir mas bien de poco contra lo que probablemente se les vendría encima, pero al menos se llevaría a algunos enemigos con ella.
Y podría defenderse, que nada era peor que estar allí, casi con las manos atadas ante lo que fuese a ocurrir.

Y lo que era peor... recibiendo órdenes de una panda de inútiles.

Notas de juego

Nota aclaratoria:

Cita:

... recibiendo órdenes de una panda de inútiles

Esto no es por nada en particular ni por nadie, pero es lo que pensaria cualquier prisionero de guerra desarmado en una situación similar ("Hasta el más tonto de los míos lo haría mejor")

Cargando editor
19/03/2009, 20:42
Director

Los soldados revisaron con cautela la sala y allí pudieron ver un par de cosas:

La primera:

Tres marcas en el suelo, como de patas. En ese sitio había algo pesado sin duda, pero ahora ya no se encuentra en ese lugar.

La segunda:

Hojas de partitura cubiertas de polvo, esparcidas por el suelo. "La novena sinfonia" reza el título.

Cargando editor
19/03/2009, 21:02
Karl

Soldados... ¿que habéis descubierto? Gritó el sargento a viva voz para que escuchen todos.

Esto iba de mal en peor... al principio los obuses, la muerte del teniente, el gas mostaza y ahora... esta puñetera mansión.

Será nuestra tumba si no hacemos algo... y rápido.

 

Notas de juego

PNJ by Director.

Cargando editor
19/03/2009, 23:18
Octavius

- Nooo, señor, no estamos seguros - le dijo Octavius a Karl, su sargento, con voz llorosa, mientras su nerviosismo se hacía cada vez más visible. La desesperación se adueñaba por momentos de él – no me creen,no me creen y vamos a morir todos... pero claro! Ellos no me conocen - Cogió aire para volver a hablarle al sargento, pero entonces por el rabillo del ojo observó algo que le dejó helado. Grubber, el médico abría una puerta y empezaba a adentrarse en la casa acompañado por otros dos. Abandonando su intención anterior echó a correr hacia ellos y cuando se aproximó lo suficiente les empezó a decir a voces - NOOO, DONDE VAAAIS, VOLVED,VOLVED- y luego, girándose y hablando hacia todos en general dijo - ¿Pero es que no lo véis? ¿Os parece normal lo que pasa aquí? No, no me digáis que ya soy muy mayorcito para creer en fantasmas. Estas cosas existen. Ya sé que no me conocéis,y probablemente penséis que he perdido el juicio, pero yo siempre he notado estas cosas, desde pequeño. Por favor, hacedme caso y salgamos de esta casa o todos lo lamentaremos. - Cuando terminó de hablar su respiración estaba agitada. Dejó caer a los lados los brazos, con los que había estado gesticulando para apoyar sus palabras, y fue mirando uno a uno a todos los presentes.

Cargando editor
20/03/2009, 15:55
Pieter

Pieter observaba atentamente a Gruber, en el momento en que abrió la puerta.

Ante sus ojos se vislumbraba un gran salón, del que seguramente provenía aquella extraña música. Un sudor frío recorrió la espalda de Pieter cuando pensó que podría estar pasando allí, y no encontró ninguna respuesta realista.

Armado con su fusil, decidió dirigirse hacia donde se encontraban sus compañeros, para ayudarles a encontrar comida, pero...cuando se encontraba a medio camino, Octavius se acercó a ellos gritando que no entraran o morirían.

Pieter se hizo el despistado y se dio la vuelta, dirigiéndose de nuevo a su lugar.

Cargando editor
20/03/2009, 16:23
Hans

Alarmado por los gritos de Octavius Hans apartó la mirada de los papeles que estaba examinando y contempló la entrada de la habitación mientras un escalofrío le recorría. No hagas caso...ese hombre está alucinado intentó convencerse. Sin contestar a la advertencia del soldado se dirigió hacia la puerta al tiempo que hablaba.

-Sargento...aquí dentro no parece haber nada...esto debía de ser un salón de baile o algo así...de hecho hay las marcas de un piano de cola en el suelo...-informó en voz alta para hacer oir por encima del ocasional estadillo de los obuses en el bosque.

 

Cargando editor
20/03/2009, 16:48
Grüber

Grüber observó todo en silencio, nada parecía moverse o tener vida pero vio lo que parecían ser huellas, huellas de animales. Resopló furioso, se estaban volviendo todos locos pero aquello no era una sorpresa, era normal durante las guerras. Si alguno quedaba vivo, seguramente sería inservible al volver a casa, imposible de hacer nada que valiera la pena, nada productivo. Mientras Hans respondía, Grüber observaba atento, no quería alguna sorpresa, convencido de que aquello tenía que ser humano y no sobrenatural como sus malditas mentes les estaban haciendo creer. Él era un hombre de ciencia pero los gritos desaforados de Octavius, le helaban la sangre; dio un paso hacia atrás, sin dejar de mirar dentro del salón y escuchó con atención al soldado.

-¿Y si dice la verdad? ¿Y si ve cosas que nosotros no? No, no, no, eso no puede ser... Lo único que falta es que yo empiece a alucinar también...

Pero el médico no estava convencido de Octavius estuviera mintiendo o alucinando, algo en su corazón le decía que tenía razón, el corazón se le oprimía como si un puño pesado y enemigo lo sacara de su pecho para apretarlo hasta casi impedirle latir.

-No me falles ahora...

Pensó en su familia en la lejanía, en las familias de cada uno de los presentes. Quizás Octavius tenía razón y era mejor salir o quizás no.

-¡Dudo que haya comida aquí, sargento!- la voz de Grüber resonó como hueca, acompañada de un ligero eco, todo lo normal de aquel lugar. -Normal...

Cargando editor
20/03/2009, 17:18
Alexeva

Ante la duda en los alemanes Alexeva sonrie mientras piensa "Yo estoy dispuesta a morir desde que tomé el fusil para defender a la Rodina, y como lo que sea que hay aquí va a matar a más alemanes que rusos, no dejará de ser una victoria"

Cargando editor
21/03/2009, 04:40
Grigori

Todo sucedía demasiado rápido, o tal vez sucedía demasiado lento. Los nervios de todos estaban extremadamente tensos y los de Grigori no eran la exepción. El campesino intentaba de todas maneras alejar el pánico y la paranoia de lado, para un "mejor" momento, trataba de convenserse a si mismo de que todoera real y no una pesadilla, a pesar de que fuera una oscura realidad. Pero toda oscuridad se forma por una luz, un camino de esperanza, esto era lo único que lo mantenía cuerdo, mas no tenía muchas opciones como para seguir pensándolo.

Los alemanes se movían por todos lados, alterados, se gritaban entre ellos cosas casi incomprensibles para los rusos, uno lo hacía desesperadamente, como si estuviera loco. Fue cuando comenzó a sonar una caja musical, que hasta cierto punto era misteriosa y macabra. Sin embargo, Grigori no le prestó atención a ésta y siguió agachado en el suelo esperando algo. Luego, algunos de sus captores entraron por una de las puertas de la casa y el prisionero se quedó expectante, con curiosidad para saber que ocurriría. Alcanzó a retener algunas palabras en alemán, pero no pudo conectarlas entre si. Se levantó del suelo, se acercó e intentó echar un vistazo para adentro, al parecer era una pista de baile.

Cargando editor
23/03/2009, 14:50
Karl

Esto es una puta mierda. Pensó el sargento mientras escuchó a sus hombres y sopesó las opciones que había para sobrevivir.

Muy bien muchachos, creo que es hora de salir de este lugar y buscar algo de comida y agua. Si vamos a pasar mucho tiempo más en esta mansión, tendremos que buscar provisiones. Dijo el sargento mientras se acercó a la puerta que abrieron sus hombres y echó un vistazo dentro.
 
El sargento vio el salón y se pasó la mano por la cara y se dirigió a la otra puerta del recibidor y alzó su arma mientras la empujó hacia dentro.
 
Vamos a movernos todos juntos. Dijo mientras echó un vistazo a la nueva sala y se colocó a un lado de la puerta. Vamos. No perdáis de vista a los prisioneros.

Notas de juego

LOCALIZACIÓN NUEVA:

BIBLIOTECA:

La sala es una gran habitación dedicada tanto a la lectura como a la música. Hay estanterías, un piano y un arpa. Las estanterías están repletas de libros, la mayoría bien ordenados, uno junto a otro mientras que algunos en algunos sitios, los libros están tumbados y desordenados. En el centro de la sala podéis ver un gran piano, junto a un arpa, la cual parece ser antigua. En el piano hay un pequeño banquito, y sobre sus teclas, podéis ver una hoja de partitura.

Una gran lámpara cuelga del techo, con muchas de las bombillas fundidas. Sólo un par de ellas alumbran la sala, dandole un aire lobrego y mortecino.

En la pared del frente podéis ver una puerta y justo en la pared de la izquierda a donde se encuentra el sargento, otra puerta.

PNJ by Director.

 

Cargando editor
23/03/2009, 15:22
Pieter

Pieter asintió a las palabras del sargento Karl, por fin alguien había dado indicaciones exactas de lo que era mejor hacer en aquel momento.

Sin dejar de apuntar a los prisioneros con el fusil, se encaminó junto con sus compañeros a la búsqueda de provisiones para poder pasar el tiempo suficiente en aquel lugar.

Pieter entró en aquella nueva sala, la biblioteca, aunque hizo que entraran los prisioneros antes que él. Observó minuciosamente la sala, la colocación de los libros, los muebles. Todo tenía un aspecto misterioso, lúgubre e incluso fantasmal.

Pieter notó como un escalofrío recorría todo su cuerpo, erizándosele el vello. Tras entrar, se mantuvo al lado del sargento, esperando que el resto de soldados entraran y las nuevas órdenes de Karl.