Partida Rol por web

Nieve Carmesí III

La Mansión

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03/04/2009, 09:35
Alexeva

Alexeva estaba pálida, lo que conjugado con su ya de por si blanca piel la hacía parecer un cadáver. La escena de la niña parecía heber sido demasiado para ella y lucía quebrada, ni siquiera reparó en el sargento gritando órdenes a su lado y su mirada se perdía en als profundidades del nuevamente oscuro pasillo. Abrió la boca y la cerró un par de veces, y recién al tercer intento articuló una palabra apenas audible:
-¿Katerina?-

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03/04/2009, 16:00
Octavius

Los acontecimientos no pillaron a Octavius totalmente desprevenido,al haber notado que la sensación de maldad se iba acrecentando en su interior. Aún así eso no significaba que estuviera preparado para lo que ocurrió. Las luces, las llamas de intenso calor, y finalmente la voz, esa voz que no podía ser natural, por mucho que pareciera provenir de una niña.
Octavius notó como el pánico se iba adueñando de su mente, aunque físicamente estuviera indemne.
Sentía como las paredes de esa casa cada vez estaban más cerca, los techos bajaban a su encuentro, las ropas le apretaban, le costaba respirar, necesitaba aire, necesitaba salir... pero esto ya le había ocurrido alguna otra vez, empezó a repetirse en su cabeza, una y otra vez, una frase que le impidiera pensar y volverse loco. No es real, no es real, no es real, ...
Cuando finalmente la voz y las llamas habían desaparecido, dejando sólo el calor del ambiente, empezaron a escucharse las palabras del sargento dirigidas hacia el soldado de artillería Octavius. La cara del soldado pareció serenarse y alegrarse un momento, pero después el color rojo que había adquirido su piel por el intenso calor fue desapareciendo progresivamente hasta que la cara se puso de un blanco lívido. Empezó a boquear como si fuera un pez fuera del agua y echó a correr de vuelta a las escaleras mientras sollozaba Nooo, no quiero morir,yo nooo,
Cuando llegó a las escaleras, al gran espacio de la sala, pareció haber encontrado el aire que le faltaba, y se detuvo, agarrándose a una de las columnas.
Se deslizó por la columna hasta acabar sentado en el suelo desesperado, y comenzó a balancearse atrás y adelante mientras seguía murmurando entre sollozos Nooo, no quiero morir,yo nooo,

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03/04/2009, 17:29
Pieter

Pieter había seguido durante todo el camino al resto de sus compañeros, se mantenía al lado de Gruber, al final de la cola.

Al llegar a la parte superior de la mansión, Pieter comenzó a notar calor, el cual se iba acrecentando por momentos. Tras algunos minutos, pudieron observar al final del pasillo una llama que se iba acercando a ellos.

Su corazón se estremeció y dio un gran vuelvo; cuando las llamas llegaron hasta ellos, hasta el punto de rozarlos, se dieron cuenta de que esas llamas no quemaban, no les hacían ningún daño. Pero no podían confiarse, aquello que estaba pasando era obra de la casa, y ya habían comprobado sus continuas intenciones.

De repente, la figura y las risas de una niña pequeña resurgieron de las llamas. Era imposible, ¿cómo podía estar pasando todo aquello? Nada tenía sentido, los fantasmas no existían, o al menos, eso creía Pieter hasta hace unos días.

Pero aquello era inexplicable, tanto como lo que terminaría ocurriéndoles a cada uno de ellos si no salían de allí. Pieter, a pesar de los nervios, pensaba todo lo que estaba pasando de manera rápida, y en ese momento la niña y la llama de fuego desaparecieron.

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03/04/2009, 19:05
Grüber

Las manos del médico comenzaron a sudar, no podía creer lo que sus ojos le estaban mostrando y es que llevaba tanto tiempo autoconvenciéndose de que aquello no era real, que casi poder tocar a aquel fantasmal y tierno espectro le había golpeado con salvaje violencia. No escuchó nada, era como si estuviera flotando en aquel gran pasillo, con las palabras de la pequeña clavándosele en el pecho de alguna manera que no dolía, como sí él quisiera abrazarla y decirle que todo estaría bien.

-Si pudiera...

La imagen de la niña se le remueve en la cabeza, podría tener un rostro dulce pero no alcanzó a verlo y a pesar de la clara amenaza que le supone, Grüber vuelve a la realidad, a aquel pasillo con los otros y escucha las palabras que intercambian mientras se seca el sudor de la frente y piensa que aquellas palabras infantiles y terribles, son sólo un pretexto para llamar su atención; se convence de nuevo de que está bien, de que nada va a pasarle porque confía en sí mismo y en la protección que su madre le da desde casa. Es mejor morir con el corazón henchido de esperanza. Observa a Octavius desde su lugar, sin animarse a apoyar las manos en las paredes, esperando para ver qué tiene que decir.

 

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03/04/2009, 23:59
Grigori

-¿Por qué hace tanto calor? Estoy sudando como cerdo...-. Grigori seguía con los ojos cerrados, asustado pero tranquilo, y lo único que perturbó su mente fue el misterioso calor que empezó a apoderarse de la atmósfera. Sintió cómo el sudor le recorría su cuerpo hasta parecer recubrir cada rincón de su ser. Un momento después, pudo percibir en sus ojos cómo una luz inmensa y potente aparecía en algún lugar cerca de ahí. No se atrevió a abrirlos en un buen rato mientras la temperatura ascendía y sus nervios se tensaban.

Finalmente, abrió sus ojos y no pudo creer lo que vió. El fuego rodeaba su cuerpo, y atónito miraba a sus compañeros, sin saber qué hacer ni decir. Estúpidamente trató de tocarlo con sus manos y se asombró aun más al ver que éste no le afectaba en nada. Finalmente, una niña apareció en medio de la nada y les habló, pero Grigori simplemente no le escuchó. Cuando todo hubo terminado, el campesino se quedó parada, perplejo, viendose la mano, la cual todavía seguía sana. -¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Eh?-. Lo más sorprendente es que no calló en pánico, que hubiera sido lo más esperado.

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04/04/2009, 02:11
Alexeva

Todos pueden ver como Alexeva se inclina hacia e sargento y le susurra algo en un tono tan bajo que no llegáis a escuchar nada, tan solo podéis ver los labios de la rusa moviendose apuradamente, como escupiendo las palabras.
Pero solo eso...

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04/04/2009, 02:12
Alexeva

-Usted la ha visto ¿Verdad?- susurró Alexeva al sargento mientras su mente trabajaba con furia: "No puede ser Katerina, no, no puede ser ella..." -Por favor, descríbamela, descríbame a la niña que ha visto.- terminó tan nerviosa que sus ojos parecían a punto de estallar

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04/04/2009, 03:51
Director

Todos intentaron calmarse durante un momento, pero parecía que las cosas extrañas que sucedían en la mansión no iban a tener fin. El ruido de las pisadas comenzó otra vez... pero está vez provenía de un lugar mucho más cercano... la habitación que se encontraba a la derecha de la gran escalera.

Todos giraron las cabezas para mirar hacia ese lugar y grande fue la sospresa al ver que allí de pie, junto a la puerta, un niño los miraba con expresión triste.

El niño miró fijamente a Karl. El sargento intentaba ser analítico, coherente... Desde luego si aquello era un espectro no resultaba ser como en los relatos de miedo que había leído hace años. Nada de transparencia o aspecto fantasmagórico. Era terriblemente real y sólida.

La madera vieja crujía bajo sus pies descalzos cuando avanzó unos pasos más y ladeó la cabeza escuchando a los rusos. Luego su rostro sonrió. Era una sonrisa horrible de alguna forma extraña. Tenía los dientes de leche de un infante, que en otra situación hubieran causado quizás ternura, pero algo en la forma en la que se dibujaba la mueca de su rostro transmitía una infinita inquietud. Era como si hubiera olvidado como se sonreía y ahora lo estuviese haciendo con un esfuerzo titánico, tirando del recuerdo más que del sentimiento. Sus ojos parecieron cobrar un mínimo de vida para fijarse en el sargento. Levantó su mano y se aproximó al soldado. El tacto era frío... demasiado frío....

 

Notas de juego

Sargento: Una tiradita de Vigor.

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04/04/2009, 04:01
Alma de Dimitri

Ayuda. Dijo al mismo tiempo que extendía su mano.

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04/04/2009, 17:01
Alexeva

Alexeva dejó de hablarle al sargento cuando vió que este tenía la mirada fija ne un punto detrás de ella, y casi al mismo tiempo que se giraba para ver que era lo que llamaba la atención del alemán sintió crujir las tablas del suelo a sus espaldas.

Lo que vió le heló la sangre. Era Dimitri.

La rusa retrocedió insitintivamente uno o dos pasos mientras veía como el fantasma tomaba contacto con el sargento, se giró a mirar al grupo, pero todos estaban pasmados, tan estupefactos como ella...

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04/04/2009, 21:38
Karl

Octavius no respondió al sargento, al menos no como éste quería. La reacción del artillero fue casi idéntica a la mostrada cuando ingresaron a la mansión. Estaba aterrado, o al menos así es como Karl interpretaba su actuar.

-¡¡CONTRóLESE, ARTILLERO!! -vociferó pero Octavius ya había salido corriendo como alma que lleva el diablo hacia las escaleras.

Karl resopló, estaba molesto y ya se disponía a ir por Octavius para de paso darle un buen zamarreo a ver si así lograba hacer que volviera en sí y dejara de contribuir al pánico que ya a esas alturas seguro era colectivo, cuando Alexeva se aproxima a él y le habla en tono confidente.

El sargento la miró extrañado y asintió...

-Que.. ¡Que alguien vaya a por ese hombre! -exclamó antes de responder a la mujer- ¡Grüber vaya usted! ¡Hans no pierda de vista a los prisioneros!

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+4)
Motivo: Vigor
Resultado: 2(+4)=6

Notas de juego

Respondo a Alexeva en post sólo para ella.

Realicé la tirada antes de tiempo, debí realizarla después de responder lo de la rusa y así dejar el mensaje abierto en lo referente a la reacción de Karl ante la aproximación del niño Dimitri, pero lo subsano poniendo ese post a continuación de la respuesta a ella.

Por cierto no tenía la dificultad de la tirada, por lo que desconozco si ha sido Exito o Fracaso aunque intuyo que ha sido lo segundo xD

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04/04/2009, 22:02
Karl

-¿Visto? Sí, claro que la he visto, todos la vimos -le respondió-... No ha sido producto de su imagición -añadió creyendo que por eso era que la mujer preguntaba.

Pero Alexeva quería saber más y le pedía al sargento una descripción de lo visto cosa a la que el hombre no se negó.

-Pequeña, de unos 7 años o 10 como mucho, cabello largo, liso... delgada... el pelo enmarañado le caía sobre la cara...

El sargento guardó silencio, algo que había detrás de Alexeva parecía estar captando su atención y efectivamente así era.

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04/04/2009, 22:36
Alexeva


Cita:

-Pequeña, de unos 7 años o 10 como mucho, cabello largo, liso... delgada... el pelo enmarañado le caía sobre la cara...

-¿De que color era el cabello? ¿O los ojos? Cualquier dato que nos de una precisión.- sigue Alexeva con el sargento.

Notas de juego

Terminamos el diálogo y no posteamos más hasta la reactivación, lo prometo.

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04/04/2009, 23:28
Karl

-Ne... negro... creo -balbuceó sin apartar la vista de lo que estaba detrás de la mujer.

Notas de juego

Listo, Karl enmudece y ya si Alexeva pregunta algo más o le dice algo más él actuará como si no la escuchara. Está demasiado ensimismado observando a Dimitri.

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04/04/2009, 23:41
Karl

Las pisadas se oyeron otra vez, pero esta vez venían de detrás del grupo. Karl, que hablaba con Alexeva en ese momento estaba de frente a los hombres por lo tanto lo que todos ellos tenían a sus espaldas él lo tenía justo al frente.

La mirada del sargento quedó fija, casi no parpadeaba. Lo que allí había, junto a la puerta que estaba a la derecha de la escalera, era un niño que los observaba de un modo inquietantemente triste. Las miradas de ambos se cruzaron y ya no volvieron a separarse. Karl intentaba dar una explicación lógica a todo eso. Primero la niña envuelta en llamas, unas llamas que no dañaban pero sí irradiaban calor y ahora un niño, al parecer de edad similar a la de la niña, que también moraba en esa casa, entes que seguramente y gracias al miedo que todos allí sentían se habían fortalecido y ahora podían materializarse.

Materializarse. Jamás imaginó que así fuera. No se parecían en nada a lo que había oído y leído en tantos relatos de infancia, juventud e incluso de vida adulta. Ese niño era real, tangible, cada paso que daba hacía crujir la madera. Ladeó la cabeza, como si escuchara algo y luego sonrió. Su sonrisa hizo al sargento tragar saliva y sentir que una gota de frío sudor le recorría la espalda a medida que la distancia entre ambos se acortaba.

El sargento no apartó la mirada de él en ningún instante, no oía nada, ni a nadie, estaba por completo pendiente, como abstraído en la figura de ese niño que se encontraba ya a escasos centímetros de él. Karl sentía los pies clavados al suelo, su cerebro ordenaba a las piernas moverse pero éstas no obedecían y lo mantenían ahí, inmóvil. La mano del niño entró en contacto con el rostro del sargento, un contacto tan real como cualquiera, pero a la vez infinitamente diferente. Ese niño estaba helado, helado como la muerte...

Notas de juego

Bien, supongo que la reacción del sargento ante ese contacto la va a determinar el resultado de la tirada, así que hasta ahí lo dejo.

Nos vemos el día 14.

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13/04/2009, 16:26
Hans

Hans estaba al final de grupo vigilando sin mucho interés a los prisioneros y por eso al principio no supo explicarse de dónde provenía aquel intenso resplandor. Conforme avanzaban la temperatura del pasillo había ido aumentando y no sin sorpresa descubrió como pesadas gotas de sudor le resbalaban por su tiznada cara y descendían por su nuca empapando el cuello del uniforme. ¿por qué...? Intranquilo se detuvo cuando los demás lo hicieron al tiempo que cegado se tapaba  los ojos con el brazo que portaba el arma. No no mires...se dijo mientras apretaba los dientes y un gemido de miedo se escapaba entre sus labios. Sin embargo algo más fuerte que él se impuso y sin ser consciente de lo que hacía terminó por retirar el brazo para contemplar espantado lo que debía de ser una niña. No...no lo es pensó incoherentemente mientras las llamas la quemaban sin consumirla. A su alrededor todos, rusos y alemanes por igual, se habían quedado paralizados por la visión y el pobre artillero no pudo hacer otra cosa sino imitarles. Con la voz de la niña aún levantando ecos en sus oídos permaneció petrificado en mitad del pasillo una vez que las llamas desaparecieron y la terrorífica visión se esfumó. Ningún pensamiento, ningún razonamiento, ningún sentimiento...nada cruzó por su mente durante los largos minutos que siguieron. Ajeno a todo, no reaccionó cuando Octavius pasó a su lado gritando aterrorizado, como tampoco ningún sonido salió de sus labios cuando una nueva figura se materializó en la habitación de la derecha y un niño cuya sonrisa congelada era una mueca inquietante se acercó al sargento extendiendo su fría mano. Con los dedos entumecidos agarrando el rifle ante él sus ojos desencajados contemplaron la escena mientras su cuerpo inanimado permanecía quieto, como sin vida.

Notas de juego

posteo porque la última vez que lo hice fue el día 2  y necesito ponerme al ´día :)

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13/04/2009, 17:20
Director

Notas de juego

¿Puedes que Gruber?

No entiendo la pregunta.

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14/04/2009, 17:55
Grüber

Grüber se mantuvo estupefacto, duro en un solo lugar. Intentando mantener todas aquellas fuerzas que hasta ahora había mantenido o aparentado hacerlo pero su corazón amenazaba con salir de su pecho y explotar bañando a todos. No se movió ni un ápice cuando Karl le dio aquella orden pero no era por desobedecer, era porque simplemente no había visto a Octavius, no sabía dónde había ido el soldado o para dónde debía ir él. Además, tenía en la mente, como grabado a fuego, aquella voz infantil pero de ultratumba, pidiendo ayuda y sus ojos, los ojos, todo en él que daba miedo. No había otra explicación, aquel niño era el mismo diablo en persona y debían estar atentos aunque se decía que contra él nada se podía hacer. Quizás las madres, abuelas y los curas, se equivocaran al respecto.  Por n ocasión en lo que llevaba de tiempo en la milicia y en el frente principalmente, estaba deseando volver a casa. Quizás cobardemente con un brazo menos o una pierna pero aún así podría ejercer. Respiró profundo y pensó en las cosas buenas, incluso pensó en Dios y en su mente comenzó a recitar:

*"Vater unser im Himmel, Geheiligt werde dein Name.
Dein Reich komme.
Dein Wille geschehe, wie im Himmel so auf Erden.
Unser tägliches Brot gib uns heute.
Und vergib uns unsere Schuld, wie auch wir vergeben unsern Schuldigern.
Und führe uns nicht in Versuchung, sondern erlöse uns von dem Bösen.
Erlöse uns, Herr, allmächtiger Vater, von allem Bösen und gib Frieden in
unseren Tagen.
Komm uns zu Hilfe mit deinem Erbarmen und bewahre uns vor Verwirrung und
Sünde, damit wir voll Zuversicht das Kommen unseres Erlösers Jesus Christus
erwarten.
Denn dein ist das Reich und die Kraft und die Herrlichkeit in Ewigkeit.

Amen. "

Notas de juego

Master, era para saber si podía postear o no.

Cargando editor
14/04/2009, 19:03
Director

El sargento sentía como un frío invernal se trasladaba de la mano del niño hacia su propio ser. Las venas se contraían con un dolor como el que jamás había sentido. Con ojos llorosos logró desasirse del pequeño diablo y trastabillear hacia atrás, mientras los demás permanecían estupefactos ante la escena.

El niño miraba al Sargento con aquellos ojos carentes de vida, con la cabeza todavía ladeada, mientras volvía a repetir aquella frase misteriosa:

Ayuda.

El niño cogió la mano del sargento, la cual ahora estaba helada por completo y comenzó a tirar de él, poco a poco hacia la habitación que estaba a su espalda.

La puerta se acercaba cada vez más y el sargento no sabía que hacer.

Se escucharon los seguros de las armas, todos al mismo tiempo, dejando los fusiles listos para disparar, mientras el niño continuó acercándose a la puerta de donde había salido...

Cuando Dimitri llegó hasta la puerta con la mano del Sargento cogida por la suya, este la atravezó... como si fuera un espejismo, desapareciendo lentamente tras la puerta, dejando a todos nuevamente, con la boca abierta.

 

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8
Motivo: Daño Frío
Resultado: 4

Notas de juego

El sargento pierde 4 PV. Ya están descontados en la ficha.

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14/04/2009, 19:08
Alma de Natasha

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