Partida Rol por web

Nieve Carmesí VII

La Mansión

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31/03/2009, 08:22
Hans Müller

Por un instante, y tras las palabras del oficial, los puños de Hans Müller palidecieron por la fuerza con la que empuñó su fusil. El ambiente entre sus forzosos compañeros se le hacía cada vez más hostil, más insoportable. Abrió la boca para gritar, para señalar que ya no era un soldado, al igual que tampoco lo eran los demás, y para negarle su derecho a dar órdenes, a imponer su criterio, a dictar una ley de silencio. Pero con un último esfuerzo, calló, tomó aire y fue a ocupar su posición. La semilla que hacía no demasiado había arraigado en la mente de Hans Müller, empezaba a crecer con fuerza. Y sonrió.

 

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31/03/2009, 08:51
Dieter

Dieter avanzó sin mucho entusiasmo hacia la puerta, cubriendo al sargento Karl. Confiaba en él, pero su actitud demostraba abiertamente que no estaba contento con como se estaba llevando a cabo la maniobra. Demasiadas dudas, demasiados requiebros...la disciplina militar comenzaba a fallar. Sin duda, Karl no era Diederick, pero era el oficial al mando y no iba a ser él quien le restase autoridad.

Apoyado sobre uno de los marcos de la puerta, apuntó hacia la habitación contigua, dispuesto a disparar si fuese necesario y así esperó a que Karl entrase.

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31/03/2009, 09:12
Director

Grüber se acercó a la puerta del fondo comprobando que se abría hacia fuera de la biblioteca. Sin embargo, estaba cerrada.

Los dos campesinos permanecieron sentados con resignación, vigilados por la atenta mirada de Pieter.

Mientras, Karl, Hans y Dieter se asomaban a la puerta abierta, que conducía a un espacio grandioso y regio, a doble altura, presidido por una doble escalinata que ascendía por ambos lados, uniéndose en un rellano a media altura, para subir entonces una sola hasta el piso superior, que se adelantaba sobre el inferior en una balconada. La barandilla era de piedra y recorría las escalinatas  en toda su longitud, incluyendo la balconada que se asomaba sobre el piso noble. En ambos lados la escalera daba un pequeño giro, y allí las barandillas se engrosaban, formando sendas bases de columna en cuyos capiteles se levantaban lámparas de múltiples brazos.

En el suelo era evidente que había habido una gruesa alfombra granate, pero ahora sólo persistían girones de ella, manchados y llenos de mugre, algunos conservando el color original, y otros salpicados de colores indefinidos.

Sobre el techo, colgaba una enorme lámpara de araña. Sus numerosas velas estaban ahora encendidas e iluminaban por completo la habitación.

Notas de juego

Parece que nos falta Pieter. ¿Estás por ahí?.

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31/03/2009, 11:00
Octavius Dietrich

Octavius observó a Hans con la sorpresa reflejada en su mirada, pues ambos sabían, aunque el soldado Müller no hubiera querido admitirlo en un primer momento, que la orden del sargento iba destinada a él y no a su hermano.

Cita:

- No crea que va a salirse de esta sin haberme respondido, Dietrich, al menos no porque él haya pedido silencio - le señaló en un murmullo solo audible para ambos, mientras con la cabeza hacía un gesto hacia el oficial -. Así que dígame, si cree en la naturaleza sobrenatural de este edificio y en la firme amenaza que conlleva permanecer dentro de él, ¿por qué no se va de aquí?

Al parecer el artillero estaba más que dispuesto a desobedecer la orden por el mero y sencillo hecho de conseguir una respuesta a su pregunta, y aquella reacción, por extraño que pudiera parecer, intrigaba al soldado Dietrich. Y por ello, su mirada pasó de la sorpresa a la seriedad antes de hablar en un tono aún más bajo que el de su compañero.

Por que no es tan sencillo, Hans. Lo que hay fuera es tan peligroso como lo que hay dentro, y la prueba de ello es la muerte del teniente. Se que no me cree, pero no fue la explosión… puede estar bien seguro de ello. Y además, si la prisionera no ha mentido, creo que ahora no tenemos la posibilidad de hacerlo. Yo, a diferencia del resto, si creo en esa historia, por lo que me aterra tanto quedarme como intentar salir. - afirmó, haciendo gala de una tenacidad que rara vez había logrado esgrimir, y en la cual tan solo había un pequeño lunar, ya que no se sentía ni era capaz de encubrir totalmente el miedo que lo atenazaba desde la llegada a la mansión, y este había logrado manifestarse en su voz, en especial en su última frase. - Tienes que...

Cita:

¡Me refiero a usted soldado!, su hermano está bien donde está.

De nuevo fue el sargento el que interrumpió las palabras de Octavius, y ante la llamada de atención de Karl Ziegler, el soldado Dietrich enmudeció mientras observaba la reacción del cuerpo de Hans. El soldado apretaba su arma con saña, e incluso parecía dispuesto a replicar, pero el control sobre si mismo parecía más que aceptable, y como bien hiciera él unos segundos antes, acató la orden, silenció su deseada respuesta y se dirigió hacia la puerta. Octavius no pudo reprimir que las comisuras de sus labios formaran una leve y apenas perceptible mueca de agrado, quizás la primera desde la llegada a aquel lugar, pues aquel hombre, que demostraba una intensa ferocidad y disposición por rebatir sus creencias, era tan soldado como el resto, tenía claro cual era su situación y rango y al parecer no estaba, de momento, dispuesto a sublevarse. Y aquello era bueno, necesitaban estar todos juntos, creyeran o no en lo que realmente habitaba en aquella mansión, si querían salir con vida de allí.

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31/03/2009, 15:31
Franz Grüber

Después de asegurarse que la puerta estaba cerrada, Grüber dirigió la mirada a sus compañeros, alerta por si descubrían algún peligro en su inspección.

Empiezo a pensar que el mayor peligro de esta casa somos nosotros mismos - El joven médico analizaba la situación y los gestos de los que estaban en la sala - Hasta Hans, con lo tranquilo que parecía da la impresión de estar perdiendo la compostura.

No permitiré que nadie me impida volver a casa, sea compañero o no.

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31/03/2009, 16:04
Grigori

Cita:

Alexeva se sentó en la silla siguiendo la orden del alemán y apretó brevemente el antebrazo de Grigori, en señal de compañerismo, para hacerle ver que se encontraba bien y estaba calmada.

Grigori sonrió ante la muestra de afecto de Alexeva, pues hasta ahora habían sido tan desconocidos cómo los mismos alemanes. Si al menos confiaban entre ellos, la cosa no estaría perdida del todo.

Al ver al soldado Grüber, se le ocurrió una idea. Pues empezaba a sentirse incómodo de que lo vieran cómo un estorbo.

Hablando en ruso, lentamente, para que le pudiese entender, y con palabras llanas, le dijo:

-Herr Grüber, todos tenemos frío.¿Hacemos una hoguera?-

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31/03/2009, 20:14
Hans Müller

Cuando Hans Müller, siguiendo al oficial y a Dieter, se asomó al espacio abierto tras la puerta no pudo dejar de parpadear asombrado y su boca se entreabrió. Esplendor, riqueza y elegancia se conjugaban en aquel espacio, apenas afectado por el paso del tiempo salvo por el deterioro de la gran alfombra que se extendía ante él. Pero su sorpresa no se debía a todo aquel decadente lujo. No, su reacción obedecía a aquella gran lámpara cuyas velas encendidas iluminaban la sala.

De forma casi inconsciente, elevó el fusil hacia la balconada mientras se desplazaba, con la espalda pegada a la pared, a uno de los laterales tan pronto como atravesó la puerta, repentinamente consciente de su vulnerabilidad ante cualquiera que se refugiara en aquellas alturas... y tuviera un arma.

 

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31/03/2009, 23:38
Karl Ziegler

El sargento Karl atravesó la puerta con decisión e hizo unos movimientos rápidos al pasar a la otrta sala con el fin de dificultar cualquier posible ataque. Al ver que no había nadie en el piso en el que ellos se encontraban miró arriba hacia el piso superior al que conducía la escalera y que había sido bien cubierto por Hans y Dieter. Karl dio un par de vueltas por la habitación trantdo de descubrir algo o alguien entre los barrotes de la baranda de piedra, esperando ver el rostro sonriente de aquel niño que no hacía mucho habían escuchado reir. Pero no vio nada. Solo entonces comenzó a reparar en la sala en sí.

Una sala que, como lo poco que ya conocían de la casa, rebosaba una reiqueza y esplendor de antaño ocualta bajo el polvo y el paso del tiempo. Sin embargo, aquellas grandes lamparas... encendidas... le hacían estar intranquilo, sabía que algo en aquel lugar no encajaba, aunque no terminaba de encajar todas las piezas. Ninguna de las versiones que había escuchado, más o menos racionales, terminaban de explicarlo todo. - No es posible que esas velas hayan permanecido encendidas durante el tiempo necesario para que se acumule tal cantidad de polvo... debe haber alguien aquí... pero no ha dado la cara así que... o está muy asustado o nos tiene bien vigilados desde algún lugar donde nosotros no podemos encontrarlo... -

Notas de juego

¿Cómo de gastadas están las velas de las lámparas encendidas?

¿Hay más puertas en el piso inferior?

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01/04/2009, 09:29
Franz Grüber

Grüber miraba con nerviosismo la puerta por donde habían salido sus compañeros, consciente de que si caían ellos no tendría muchas oportunidades de salir con vida.

La voz de Grigori hizo que por un momento apartase su pensamiento de los posibles peligros del otro lado de la sala. Se dirigió al prisionero en ruso - Aún no, tal vez luego, cuando aseguremos la posición y si el sargento da su permiso - Franz relajó un poco el gesto y puso su fusil en una postura menos amenazante con el fin de que los campesinos se encontraran más cómodos - De todas formas, aqui estamos mucho mejor que fuera.

Cuando volvió a ponerse alerta y a concentrarse en la puerta volvieron sus preocupaciones - Si hace tanto frio ¿por qué demonios estoy sudando?

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01/04/2009, 09:51
Octavius Dietrich

La breve conversación de los prisioneros con el soldado Gruber apenas captó la atención de Octavius, el cual se mantenía firme, allí donde se había detenido tras la orden del sargento, con su arma lista y dirigida hacia la puerta por la cual habían pasado tres de sus compañeros, y, anteriormente, el niño. Desde su posición apenas si podía vislumbrar algo de la sala que había al otro lado, pero si se intuía que esta era grande, y lo más importante, que algún tipo de luz brillaba en su interior. Y aquello, como casi todo lo de aquel lugar, le crispaba los nervios.

Inquieto, pues su discusión con Hans lo había alterado un poco más, como si no tuviera suficiente con sus percepciones o la propia mansión, el soldado Dietrich lanzó una mirada al médico, así como al otro de los Müller, Pieter, y tras decidir que ambos no necesitaban de su ayuda para controlar a los campesinos, avanzó con cautela hasta la puerta, donde se detuvo a una distancia suficiente como para poder observar el enorme recibidor que había al otro lado. Octavius no iba a cruzarla, pues no pensaba desobedecer al sargento Ziegler, pero al menos, desde su nueva ubicación, podría ver que es lo que este, junto con Hans y Dieter, descubrían, o quizás pasaban por alto, en aquella nueva sala.

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01/04/2009, 10:39
Grigori

Ante la reacción del soldado Grüber, Grigori se reclinó en la silla dando un gran bostezo al mismo tiempo que se estiraba de brazos para desentumecerlos.

-¡Madre mía!Quánto hacía que no me sentaba en algo tan cómodo...-

Cuando el sargento abrió la puerta, vió de refilón que la sala contigua estaba iluminada. Auqello le puso, si cabe, más nervioso aún. Pues aunque su mente intentaba pensar sólo en la forma de salir con vida de este brete, a ser posible de una sola pieza, los acontecimientos le recordaban demasiado sus miedos de infancia. Grigori intentaba en vano pensar con raciocinio, pues sabía que la locura no es demasiada buena consejera.

-Ya enloqueceré en algún manicomio de Berlín, si hace falta. ¡Estáte por la faena estúpido!- Se reprochó a sí mismo.

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02/04/2009, 04:54
Pieter Müller

Pieter había permanecido en silencio luego de la discución con su hermano. Había notado que su hermano había discutido con sus compañeros, y eso lo inquietaba. Desde que entraron en la casa se habían peleado, y empezó a creer en la leyenda, y que las discuciones eran parte de su sendero hacia la perdición. Aún pensativo, se acercó a la puerta que daba a la sala contigua a la cual sus compañeros se acercaban. Avanzó apuntando con su fusil, el hecho de que estuviera iluminada no le era indiferente. Cuando pasó cerca de su hermano, le susurró unas palabras.-Ya basta hermano, deja de discutir, si sigues así terminaremos actuando violentamente. Ya sabía yo que tu no servías para esto al enterarme de que apuntaste al ejército-. Luego miró por el umbral, contemplando la magnificencia de la escalera que se encontraba frente a él.

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02/04/2009, 09:10
Dieter

Dieter entró en la habitación cubriendo al sargento. Una vez dentro, se echó contra la estructura de la escalera de la derecha, apuntando a la izquierda y luego hizo lo mismo del otro lado. Apuntó hacia arriba también. Parecía que hacía su trabajo a conciencia, esperando que sirviera de algo, de lo cual no estaba demasiado seguro. La casa tenía demasiados puntos ideales para tender una emboscada y si había alguien, era de esperar que los aprovecharía.

 

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02/04/2009, 09:12
Director

Al entrar en la sala, Karl, Müller y Dieter pudieron descubrir que en efecto, había varias puertas. La más cercana partía de la misma pared por la que habían salido, algo más a su izquierda. Y más allá, en la pared perpendicular, se abrían otras dos puertas. Todas ellas eran de doble hoja, hechas en maderas nobles y grabadas con esmero con motivos florales. Una de ellas, la más lejana, se encontraba entreabierta y se movía ligeramente. Una repentina ráfaga de viento frío proveniente de esa habitación les acarició la cara. Su tacto gélido les trajo de nuevo el recuerdo del horror de las últimas horas, acompañado por el retumbar de las explosiones que no cesaba de sonar. 

 

Notas de juego

Aunque donde estais no es fácil verlas con claridad, diríais que las velas están a medio consumir.

Anda Pieter, es bueno verte por aquí. Ya pensé que te iba a tener que sustituir.

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02/04/2009, 12:28
Hans Müller

En la cabeza de Hans Müller, pegado a la pared y con el fusil apuntando hacia la balconada superior, ajeno a las evoluciones del soldado Dieter en la sala, retumbaban los ecos de la voz de su hermano. La sorpresa inicial ante la iluminación se había esfumado sustituida primero por una sensación de pena y después por otra de fría ira. "... si sigues así, actuaremos violentamente". Había esperado un gesto, una palabra de Pieter que hubiera acabado justificando su sacrificio, su generosidad, su altruismo. Había dejado esposa, casa y familia, aceptando lo que sus padres le habían pedido en virtud del profundo amor fraternal que había sentido por Pieter. Había. Y ahora, su amenaza, clara, directa, sin dobles interpretaciones, le había golpeado como una bofetada despertándolo de la falsa ilusión que había pretendido mantener, que había hecho que desviara la mirada ante el ansia homicida de su hermano, ante su egoísmo, ante el evidente desprecio que sentía por él y que no se molestaba en disimular. "Está bien, Pieter Müller. Si así quieres que sean las cosas, así serán. Han sido tus palabras, tu elección, tu decisión", declaró para sí. Si lo hubiera dicho en voz alta, él propio Hans se hubiera sorpendido por el tono de desapego con que lo hubiera pronunciado, no reconociéndose, quizás, a sí mismo. El último lazo se había roto, el último lastre quedaba atrás. Y entonces, miró al frente.

Su mirada azul recorrió las puertas que estaban frente a él. La próxima a aquella por la que habían entrado y las otras dos. Advirtió que una de ellas no estaba cerrada. Despacio, siempre con la pared a su espalda, bajo la balconada superior, se desplazó lateralmente hasta llegar a la altura de la hoja entreabierta. Una corriente de aire frío, procedente de la misma, le provocó un escalofrío.

Notas de juego

¿Hans llega a ver algo a través de la puerta abierta?

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02/04/2009, 14:23
Octavius Dietrich

Aunque Octavius no había escuchado las palabras que Pieter había dedicado a su hermano Hans, tampoco es que estuviera atento a ellas, pues su mirada, nerviosa, se paseaba por aquella sala en busca de aquello que solo él podía percibir. Por suerte, nada extraño se le aparecía ante sus ojos, y lo único llamativo, por encima de lo peculiar de todo el conjunto, era la ráfaga de aire que había soplado por una de las puertas, casualmente la única abierta de las que podía ver.

Dietrich aun se mantenía al otro lado de la puerta, en el interior de la biblioteca, y solo su rostro se asomaba por ella, cuando el soldado Hans decidió avanzar hacia el lugar al que tan claramente los guiaba la casa. Sus músculos se tensaron por completo, y una extraña sensación, un mal presentimiento creado únicamente por su mente, sin ningún factor externo en sus sensibles sentidos, se abrió paso con celeridad hasta alcanzar el frente, acompañado de un intenso escalofrío. Aquella puerta no le gustaba, tenía la corazonada que tras ella no había nada bueno y que nadie debería acercarse a ella, y menos solo. Y aunque pudiera ser que sus instintos le fallaran en esta ocasión, que el hecho de no sentir la malvada aura allí, como en el exterior, era una señal favorable para todos, no estaba dispuesto a desechar aquello que intuía, ya que en el pasado, siempre se había se había fiado de si mismo por encima de todo. Por lo que, aún a riesgo de que el sargento tomara aquella acción como un acto de desobediencia, Octavius tomó una rápida decisión, y sin abandonar la cautela, avanzó siguiendo los pasos del soldado Hans hasta alcanzar su posición.

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02/04/2009, 15:22
Franz Grüber

Grüber seguía alerta, con el fusil en dirección a la puerta por donde se habían ido sus compañeros. Los vió desaparecer uno a uno y su angustia aumentaba según pasaban los minutos, el oir el suave roce de sus botas con el suelo no lo tranquilizaba - Por Dios, espero que esto acabe pronto - Pensó para sus adentros mientras intentaba controlar el tick nervioso que hacía que abrira y cerrara rápidamente los ojos.

En cuanto vuelva a casa le pediré a Katja que se case conmigo... si no ha encontrado a otro ya - El ánimo del médico comenzaba a decaer - Ya ni se cuanto tiempo llevo fuera de casa.

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02/04/2009, 19:07
Alexeva

Al ver que Grüber se relajaba un poco y adoptaba una postura menos amenzante hacia los prisioneros, Alexeva se inclinó en su silla intentando ver algo de la estancia iluminada en la que habían entrado los otros soldados. Aunque no podía dejar de volver la vista contínuamente hacia los cuadros, nerviosa todavía porque un cuento para asustar a los niños se estaba volviendo realidad.

 

Notas de juego

Cita :

Y más allá, en la pared perpendicular, se abrían otras dos puertas.
 
¿Es la pared que hay a la izquierda de la puerta que da a la biblioteca?
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02/04/2009, 22:44
Director

Notas de juego

A ver:

Vosotros salís de la biblioteca. En la misma pared, a vuestra izquierda, podeis ver otra puerta y también a la izquierda, pero en la pared perpendicular, teneis las otras dos.

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02/04/2009, 23:50
Pieter Müller

Pieter se sintió mal de no haberle dicho con total acertividad lo que sentía a su hermano. Probablemente su hermano lo había malinterpretado, que había recibido el mensaje como un gesto de amenaza. -No Hans, no me refiero a que si sigues así me ancargaré de agredirte. Por la expresión en tu rostro creo que has malinterpretado las cosas. Me refiero a que estás generando muchas diferencias, muchas discuciones. Y si seguimos así acabaremos peleándonos todos los del grupo, era una advertencia, no una medida que tomaría yo si sigues discutiendo, sino todos en general.- Dijo Pieter, intentando apaciguar lo que sentía hacia su hermano.