Partida Rol por web

Rolf interviene desde un lado de la habitación al escuchar que lo nombran

-Bueno, yo sigo sin recordar esa "primera vez que nos conocimos" que tú dices... y eso que mi memoria es muy buena - comenta al tiempo que hace girar uno de sus estiletes en el aire y lo recoge sin dificultad - Aunque más adelante sí que pareció todo normal y no hubo ningún lapsus

Esto es cada vez más extraño- pensé preocupado al oír que Rolf había tenido uno de esos olvidos, y aunque en mi caso estaba convencido de que no había olvidado nada… -¿Cómo estar seguro de eso?- me preunté mientras jugeteaba con una de mis dagas.

Si eso es cierto, tiene que ser cosa de brujería- dije mirando a Branduin y a Katrina, quienes habían demostrado con creces sus… dotes, en la pelea contra el tipejo de la primera noche -¿Alguna idea?- les pregunté –Y… ¿Quién es ese Nephist?- añadí tras unos segundos.

Misterios y brujería, ¡lo que les faltaba!

─Lo inquietante de todo esto no es lo que sucede─ comentó─, sino que parece que se está extendiendo. Ambos jefes de facción nos han preguntado sobre ello, así que pasa por la ciudad. Eso que os pasó en el barco... ya habíais llegado a la ciudad o fue antes?─ preguntó─, porque si fue antes entonces sí que es todo muy raro...

En realidad no tenía ningunas ganas de involucrarse en un asunto tan turbio como aquel, pero si les estaba afectando a ellos entonces era su problema. Desde luego que no quería que Rolf olvidara que eran compañeros...

La expresión de Katrina torna algo más seria; parece que una idea no demasiado agradable ha tomado forma en su cabeza. Sentada sobre la cama, con los codos apoyados sobre las rodillas, mira sus puños cerrados con gravedad, como intentando eliminar la idea de su cabeza.

-Bueno...como ya sabeis, mis poderes provienen de mi mente.-comienza, mientras se da unos toques en la sien con dos dedos.-Las habilidades que yo tengo están relacionadas con el control del frío y, además, de los sentimientos; como ya habréis podido comprobar. Se nos conoce como mentalistas a las personas que tenemos este tipo de habilidades, pero no todos somos iguales -hace una breve pausa-, algunos tienen la capacidad de alterar la mente en sí; pueden leerla, ver tus pensamientos e incluso jugar con tus recuerdos, pueden eliminarlos así como cambiarlos; y eso no es lo peor que pueden hacer, he escuchado que algunos tienen la habilidad de controlar a las personas, como si fuesen marionetas. Y os aseguro, que teneis suerte de que yo no sea una de ellos -dice con una siniestra sonrisa mientras los mira.- En mi opinión, son los más peligrosos sin lugar a dudas,-recuperando el tono serio- y si uno nos ha puesto el ojo encima debemos extremar las precauciones.

Branduin escucha y anaiza la situación: 'en realidad es bastante más grave de lo que aprece'.

-Bueno, las cosas se ponen más interesantes cuanto más tiempo pasamos en esta ciudad... madre mía. Si le pasó a Rolf eso con Nephist no me extrañaría qu él fuera un mentalista de esos que nos dices. Además, recuerdo como decía que quería llegar alto y ostentar el poder (se queda un momento pensativo). Lorenzo, este muchacho nos acompañó en nuestro camino hacia este puerto, compartimos habitación con él, pero al embarcar nos separamos y cada uno fue por su lado. Y por cierto Katrina, sabiendo a lo que nos enfrentamos nos sabremos manejar mejor, gracias por comentarnos.

Rolf pone una sonrisa cínica y burlona

-"Llegar alto decía".... si no hemos sabido nada de él hasta ahora, seguro que es porque su cadáver se está pudriendo ya en algún callejón tirado sin ropa, zapatos ni bolsa - comenta riéndose un poco 

Todas esas cosas místicas chungas ponían a Lorenzo el poco pelo de punta.

─Extremar las precauciones, decís─ dijo el anciano, un poco irritado─. ¿Qué diablos podemos hacer para evitarlo? ¿tener un diario?─ poco a poco empeó a gesticular y a alzar la voz ligeramente─. ¿Cómo podemos evitar que alguien hurgue en nuestra cabeza? ¡Cristo bendito!

Con gesto brusco, Lorenzo se levantó y dio un breve paseo en círculos delante de su cama hasta que pareció tranquilizarse.

─Bueno, ¡es igual!─ concluyó─. Toda esta charla de gente mental me ha dado dolor de cabeza y me ha hecho calentar. ¡Me voy a dormir! Espero que nadie me apuñale por la noche, ¡¡me cabrearía mucho!!─ añadió al final, tratando de disipar tensión.

Katrina les lanza una mirada de profunda preocupación a sus compañeros, y sin hablar más, se tumba en la cama y se da la vuelta; dando por terminada la conversación.

Algunas cosas quedan en el aire, pero entre tantas posibles opciones y la entrada de lo "sobrenatural" en la ecuación, todo es posible y hasta los detalles más obvios parecen no verse.

Dándole vueltas aún al asunto, todos decidís poner fin ya al día.

A la mañana siguiente, Matt se reúne con vosotros nada más salir el primero en despertar, y os comenta que está algo alterada la ciudad, con muchas barcos nuevos. Lo mejor sería que os quedaseis ahí, o al menos si salís, no todos juntos por lo mucho que destaca el grupo.

Aún así, Rolf se marcha a las primeras de cambio, diciendo que va a ir a darse una vuelta por la ciudad. La mañana pasa, los hombres de Crow os traen algo de cerveza y vino, apareciendo al rato un par de hombres bastante fuertes llenos de olor a comida y restos de la misma en sus ropas; ellos os traen algunas cosas de comer, bastante simple todo aunque al menos hay unos trozos de carne en el estofado. Poco después, Taji decide marcharse también, "paso de estar encerrado aquí, no he viajado medio continente para pudrirme encerrado en un barco".

Con la ausencia de ambos llega la noche, los cuatro del grupo con más "cabeza" y sentido común os quedáis allí, quizás si fuese cuatro días más, empezaríais a plantearos otra cosa, pero un par de días son aguantables sin problemas. Todos volvéis a los brazos de morfeo por la noche.

Rolf llega a eso de las tres, parece que solo te despierta a ti, pues intenta no hacer demasiado ruido (aunque sin ocultarse demasiado). Sin duda, tus agudos sentidos te dicen que ha estado ocupado, pues te llega cierto olor a sangre además de ver algunas manchas de esta en la ropa junto a marcas de haberlas lavado (por lo que la sangre que había allí originalmente debía ser más).

Sin mucho lío, simplemente se tira sobre la cama y al poco duerme. Al cruzar junto a una de las pequeñas ventanas de la habitación del barco, te ha parecido ver una de sus macabras sonrisas, aunque bastante más ancha de lo habitual.

Desperté inmediatamente al notar movimiento a mi alrededor, sujetando con firmeza el cuchillo que escondía bajo mi almohada, pero sin hacer ningún movimiento brusco, entreabriendo los ojos solo no necesario para poder ver sin que quien quiera que fuese notase que me había despertado.

¿Rolf?- pensé, algo extrañado al ver que quien me había despertado no era otro sino él, que al parecer regresaba ahora… y a juzgar por las manchas en su ropa y el leve olor a sangre que desprendía, no venía de dar un simple paseo, a pesar de lo cual no parecía precisamente preocupado ni tenso, sino más bien lo contrario –Creo que la próxima vez le acompañaré en su salida… sin que lo sepa, claro- me dije mientras lo observaba tumbarse y dormirse rápidamente, a pesar de lo cual, permanecí varios minutos despierto, intentando donde y con quien habría estado (puesto que a juzgar por su sonrisa, el qué era bastante evidente), hasta que el sueño volvió a apoderarse de mí.