El día transcurre tranquilo, conociéndoos mejor el uno al otro. A la mañana siguiente las cornetas de la guardia os despiertan al alba, y cuando el padre de Carienn llama a la puerta estáis ya vestidos y desayunados.

-Vamos jóvenes. ¡Tenemos un largo viaje por delante!

Mientras os acompaña hasta el carruaje (Dougan nunca viaja en carruaje cubierto, tiene cierta claustrofobia), el padre de Carienn os explica que todas vuestras pertenencias se empaquetaron ayer y se mandaron a embarcar, de modo que sólo tenéis que llevar vuestra persona hasta el puerto de Constantinopla. Dougan viajará a lomos de un impresionante caballo de guerra, acompañado por Ruth. Cerrando la comitiva irán dos caballeros elegidos personalmente por Dougan (se supone que los mejores de la milicia). No podéis llevar cientos de hombres porque viajaréis en un galeón, y la tripulación máxima del mismo son 90 personas. Por lo tanto, sólo viajaréis Dougan, Ruth, Sorcha, Carienn, Asenoc y los dos caballeros. Sebastien se queda en palacio para mantener el orden en vuestra ausencia. Además, los dos caballeros tienen experiencia como marinos, y tendrán que ayudar abordo, y a Sorcha le tocará ayudar en cocina en el barco. Los únicos que quedáis disculpados de hacer algo abordo sois vosotros y Ruth. Dougan adora los barcos y pasará bastante tiempo con el capitán, aparte de que es el propietario del galeón.

El barco es impresionante y nuevo, debe tratarse de una reciente adquisición de Dougan. El viaje acaba durando dos semanas más de lo previsto. No por contratiempos, sino porque el propio Dougan decide pasar algunas noches en varios puertos importantes para que conozcáis las ciudades por las que vais pasando. Atenas, Sicacussa, Cagliari, Mayorca, Cartagonova, Málaga, Huelva, Lisboa... y muchas más mientras bordeáis toda Europa hasta llegar a Dublín.

Tras un placentero mes y medio llegáis al puerto de Dublín. A estas alturas, Carienn hace un par de semanas que notó la falta de la menstruación, todavía no nota al ser que crece en su interior, pero para ella es evidente que está embarazada. Por otra parte, el cambio hormonal produce el fenómeno bien conocido de subida de la líbido (a veces pasa, a veces no, en este caso pasa). No es que de la noche a la mañana se transforme en una ninfómana, pero el deseo sexual se dispara para ella y las relaciones sexuales (para ella) se vuelven mucho más placenteras.

Tras un mes y medio llegáis al puerto de Dublín. El viaje ha sido placentero y habéis tenido oportunidad de ver maravillas que no pensábais ni que existieran. En el puerto de Dublín os aguarda la guardia de Dougan, que os asigna varios hombres para vuestra seguridad (aparte de los que ya os acompañan).

-Mis deberes me reclaman. Esta noche dormiremos en Dublín y mañana partiremos hacia Drigheda. Carienn conoce la ciudad como la palma de su mano, y Sorcha también. Esta vez, que sea ella la que te haga de guía.

Dougan se despide con una palmada en la espalda de Asenoc y un beso en la mejilla de Carienn. Monta en su enorme caballo de guerra (que es lo primero que descargan del Galeón) y se marcha.

-¡Nos vemos mañana en casa!

Me alegro mucho de que mi biblioteca sea de tu agrado. Si los libros "especiales" son de tu interes es posible que pueda disponer de alguno mas. Sonrio con picardia...

Si de verdad esta interesada en este tipo de lectura le enseñare la Biblioteca Privada.

La ciudad es asombrosa. Disfruto de sus rincones con la compañia de Carienn.
Le pido que me muestre los lugares mas reconditos y que me cuente las historias de cada uno de ellos.
¿Y que otras diversiones podria encontrar al amparo de la noche?
No obstante estar con mi esposa hace que me olvide de esos pensamientos. Su belleza y su dulzura tienen la capacidad de abstraerme del mundo real y vivir en un sueño donde solo existe ella.

Nada más llegar el olor de mi tierra alegró mi corazón. La tierra húmeda y la hierba de los hermosos pastos impregnaba todo el lugar. Estaba en casa, aunque ya no fuera a ser nunca más mi casa.

-Gracias por permitirme leer otros libros... Apenas conocía de otra lectura que no fueran las sagradas escrituras, pero no voy a pediros que consigáis libros así por mi... Con haber podido leer éstos está bien- sonrío feliz a mi esposo, es un placer poder compartir una afición como la lectura con él. Ninguno de los hombres con los que he crecido han usado la lectura para otra cosa que no fuera el uso práctico de leer y escribir cartas, incluso algunos de mis hermanos rehusaron a aprender alegando que "ya les leería alguien". Ese alguien acabé siendo yo.

Paseo con mi esposo por la ciudad, no tiene mucho que enseñar, pues fue asentada principalmente por los vikingos hace no mucho, por lo que no hay apenas que contar. Caminé con él por las lindes del río Liffey, explicándole dónde se situaban las tiendas que padre me dejaba visitar cuando íbamos a Dublín. Voy de su mano, pletórica, la compañía de mi esposo y sus gentiles caricias y muestras de afecto me tienen en un humor risueño constante.

Estoy más que deseosa de acabar el paseo y que me lleve de nuevo a nuestro lecho. Toda vergüenza inicial ha ido desapareciendo en pos de un creciente deseo hacia él a lo largo de nuestro viaje. Pese a todo evito decírselo, pues desearlo así no es lo correcto aún siendo mi esposo.

-No comprendo que se tome como pecado una sensación tan maravillosa como hacer el amor con la persona amada... ¿Qué tiene éso de pecado carnal?- miro a Asenoc con cierta fascinación.- De momento mi esposo me ama cada noche, aún no se buscó otra mujer como supusiera en un principio... ¿Puede ser que conmigo le baste? Quizás si le digo lo que siento todo ésto acabe por el bien de un fin mayor... Debería tratar ese asunto antes con Sorcha... Ella sabe de esas cosas, debería, bueno... No sé...- me acabo abrazando al brazo de Asenoc, mientras continuamos nuestro paseo.

Resulta muy agradable visitar el hogar de Carienn. Me gusta saber cómo ha vivido hasta ahora pues me ayudara a conocerla mejor.
Poco a poco su curiosidad va despertando en todos los sentidos. Está dejando de ser una niña rápidamente para convertirse en toda una mujer. En alguien que pueda liderar a mi lado.

Nuestra biblioteca es muy amplia cariño. Abarca todos los temas. Desde la religión cristiana hasta la ciencia u otras religiones de lugares remotos. Casi todos los libros como el que estás leyendo serían considerados herejía por la Iglesia. No obstante yo admiro cualquier clase de conocimiento pues el conocimiento es poder.

Entender las culturas de otros países, conocer que deseos e inquietudes tiene un pastor, un músico o un noble… te puede ayudar a conseguir tus objetivos.

Disponemos de una biblioteca oculta en casa donde podrás satisfacer cualquier tipo de inquietud intelectual. Solo la conocemos Sebastien y yo. Y ahora… tu también.

Por la noche hago el amor con Carienn apasionadamente. Atento a sus necesidades y dándole cada vez un poquito más para sorprenderla día a día. Haciéndola sentir siempre como el centro del universo.

Te amo Carienn. Y te amare por toda la eternidad…

-Me gustará ver y leer esos libros...- dije bajando el tono, con enorme curiosidad. Se que todo aquello no estaba bien, pero los libros que mis esposo me había prestado para el viaje era maravillosos.

En el lecho me muestro algo más suelta con Asenoc, dejándome llevar y amoldando mis movimientos a los suyos. Al acabar me acurruco sobre su pecho y tapo a ambos con la manta. El tema de la desnudez aún es un pequeño problema para mi, aunque ya no hago por tapar todo ápice de piel que mostraba.

Al escuchar sus palabras sonrío, dichosa.

-¿Quizás debiera decírselo?

-Yo también os amo...- miro a mi esposo duditativa.

-Creo que se lo diré... Los consejos de Sorcha pueden esperar...

-Asenoc...- trago saliva.- Cada día estoy más segura que nuestro primogénito crece en mi interior...- digo en un tono bajo de voz y le miro expectante, por cómo se tomará la noticia.

-Sin embargo, os pido que no le digáis nada a mi padre... Él siempre me ha tratado como si fuera demasiado frágil y tuviera una salud débil... Temo que si lo sabe ahora no me dejé volver con vos cuando nuestra estancia aquí acabe, al ser un viaje tan largo... 

Me embarga la alegria y pese a todo mi talante no logro reprimir una amplia sonrisa de felicidad.
Tener un bebe nunca habia sido una de mis preocupaciones y, de repente, explosiones de pensamientos inundan mi mente.
Ser un buen padre. Protegerlo de todo mal. Proporcionarle un buen futuro. Lo haremos bien. Juntos. Carienn y yo.
 

Carienn... amada mia... este es el mejor regalo que nuestra union nos ha dado. Soy muy feliz. Sera maravilloso criar a nuestro bebe juntos. Y no os preocupeis por vuestro padre. Tus secretos son mis secretos.

Te quiero a ti y a nuestro bebe en nuestro hogar. Donde mejor podremos protegerlo y cuidarlo.
 

Creo que merece saber un poco mas sobre mis extrañas compañias... aunque todavia es pronto para desvelarlo todo.

Hay algo que debes saber sobre la seguridad en nuestras tierras. Algunos de mis seguidores tienen habilidades un tanto especiales. Podriamos decir que son incluso... dejo una pausa... sobrenaturales.

Espero a ver la reaccion de Carienn ante esta revelacion. Con ello sabre si esta preparada para saber mas cosas sobre el extraño mundo que nos rodea... muy diferente de como creiamos que era.

Escuché a mi esposo atenta. No me extrañé tanto de sus palabras, Irlanda era un lugar cargado de mitos e historias, pero para mi siempre habían sido éso, historias.

-¿Seguidores sobrenaturales?

-¿A qué os referís? ¿A leprechaun y hadas como dicen que pueblan estas tierras?- abro los ojos y le miro con mucha curiosidad.

- Siempre oí de ellos, pero nunca vi uno... Igual dicen que moran en los bosques, y ahí siempre tuve prohibido ir- hago memoria de las historias que me contaban Sorcha y las otras sirvientas de pequeña.

Por el momento no creo que pueda decirle más. Quizás cuando lea algunos libros más y pierda el miedo a todo aquello que los Cristianos quemarían en una hoguera.

Todavía no puedo contarte mucho más amor mío pues ni yo mismo conozco el alcance de lo que te estoy desvelando. Pero si puedo decirte que debes abrirte a cualquier posibilidad. Como puedes apreciar por ti misma no todo es como la biblia o tus educadores te han contado.
El mundo es muy extenso y diverso. No se puede catalogar todo lo que está bien o mal bajo el punto de vista de una sola de las facciones.

¿El numero 6 es un numero 9 para el que lo mira desde el lado contrario verdad? Te pido que tengas algo de paciencia y el mayor responsable de todo esto te enseñara el mismo de que se trata cuando llegue el momento.

La acerco un poco más hacia mí y acaricio su cabello suavemente.

Deberíamos dormir un poco. Me temo que tu padre podría tener un día agotador preparado para nosotros.

Comprendo lo que dice mi esposo, en poco tiempo he visto que no todo lo que dicen que es pecado parece como tal... Los libros que él me prestó no hablan de herejía, sino de maravillosas historias...

Asiento y me acurruco hacia mi esposo, buscando su calor para dormir.

-Si... Además que conoceréis a mis hermanos...- bostezo y me froto los ojos soñolienta, con expresión infantil.

-Buenas noches querido...- susurro antes de que me venza el sueño. 

Tal como esperábais, el día siguiente resulta agotador. Drogheda se encuentra a 50Km de distancia de Dublin, lo que supone hacer noche a mitad de camino. La posada donde pasáis la noche resulta un edificio grande, solitario en mitad de la nada, en mitad de campos verdes, bosques y sembrados. Situado allí por su valor estratégico como posada, no se encuentra cerca de ningún pueblo.

La cena resulta agradable y apropiada, y tras ella os retiráis a vuestros aposentos. Apenas habéis conciliado el sueño cuando el grito horrorizado de una mujer os saca de vuestro duermevela.

Me levanto inmediatamente y cojo mi espada.

¿Que está pasando? No puedo dejar sola a Carienn. Todavía no. Aún necesita mi protección.
Debí traer a Narses conmigo.

Me acerco a la puerta y abro con cuidado. Atisbo los laterales antes de asomarme por si hubiese algún asaltante esperando que salga. Si es seguro me asomo para ver si puedo discernir que está ocurriendo.

Si escucho ruidos de lucha cierro la puerta y me acerco a Carienn para protegerla.
En caso contrario cierro la puerta y pido a Carienn que se vista un poco.

Debemos ir a ver que ha ocurrido querida. Y no te dejare aquí sola. Cúbrete con algo y vayamos.

Al asomarte a la puerta ves que uno de los dos guardias siguen en su puesto. Hay un gran ajetreo en el pasillo, aunque no se oye lucha por ningún lado y la gente no se comporta como si hubiera ninguna amenaza. En ese momento una mujer pasa corriendo y uno de los guardias le pregunta que pasa.

-Han asesinado a Lord Aengus mientras dormía. Dicen que el asesino sigue dentro del edificio y han cerrado las puertas para capturarlo.

Me visto rápido, obedeciendo a mi esposo y me acerco a él. Escucho lo que dice la mujer aterrorizada.

-El asesino sigue dentro...- resuena por mi cabeza y miro a Asenoc asustada.

-¿Qué hacemos...?- bajo la voz y intento que mi tono de voz sea firme, sin mucho éxito, pues un escalofrío recorre mi espalda.

-No quiero morir...- me llevo una mano a mi vientre de forma disimulada.- Ahora que todo parecía perfecto...

Cierro la puerta inmediatamente y me acerco a Carienn. La abrazo para tranquilizarla sin dejar de mirar a mí alrededor atentamente.

Podría ayudarles pero no puedo arriesgarme a dejarla desprotegida.

Me siento mal por no ayudar con el asesino pero me aterroriza la idea de que pueda pasarle algo a Carienn me aterroriza. Agudizo mis sentidos al máximo y espero…

Tranquila amor mío. Todo va a salir bien. Encontraran al asesino e incluso si no es así estas segura a mi lado. Jamás permitiré que te pase nada.

Si el asesino osa entrar a nuestros aposentos lo destruiré con tanta fuerza que sus gritos resonaran en esta posada por siglos. Nadie hará daño a Carienn jamás.

Apenas habéis cerrado la puerta tras de vosotros cuando se oye combate a través de la ventana, en el patio, y acto seguido el grito de una mujer. Carienn reconoce al instante esa voz... ¡Es Sorcha!

Os asomáis a la ventana y comprobáis como el asesino se encuentra acorralado delante de la puerta de salida del patio, en sus brazos Sorcha, cuyo cuello parece en peligro, sujeto por el afilado cuchillo del asesino. Rodeando a ambos, cuatro guardias parecen sopesar la situación, intentando decidir si la vida de la mujer vale tanto como para dejar escapar al asesino.

-¡Dejadme marchar y la soltaré!¡De lo contrario cortaré su cuello como si fuera un gorrino en día de matanza!

Asenoc

¿Vas a dejar que el asesino se salga con la suya?

Seguro que puedes hacer algo...

¿Vas a dejar que la que ha sido como la madre
de tu mujer muera a manos de un villano?

Carienn

¿Seguro que no puedes hacer nada?

¿Eres tan indefensa como intentas hacer creer a todos?

Tic... Toc...

La vida de Sorcha pende de un cuchillo.

Salto por la ventana y mientras camino espada en mano hacia el asesino con una expresion amenazadora grito...

¡¡RINDETE!!