-Yo soy un vampiro, Narsés, un ser inmortal maldito por la Sangre de Caín. Y ahora tu eres algo a medio camino entre un mortal y un vampiro. Mi sangre tiene la capacidad de curar heridas, pero también tiene la desgracia de la maldición de mi Clan. El padre de todo nuestro Clan era la más hermosa criatura sobre la tierra, cuando fue transformado en vampiro, su Sire le causó una pequeña cicatriz en la cara, y presa de la ira, mató a su Sire. Cuando El Padre volvió, le maldijo a él y a toda su progenie con el estigma del horror por el que había causado muerte a su Sire. Con el estigma del rostro de un monstruo. El monstruo que era en su interior.

Kothar se levanta y da unos pasos, como desechando una idea que pasa por su mente.

-Perdóname, cuando se es tan viejo como yo, se tiende a divagar. Eres lo que se denomina ghoul. Aunque si no deseas serlo, no te obligaré a beber de mi sangre en contra de tu voluntad. Por desgracia, mi maldición ya está en ti y nunca desaparecerá, aunque dejes de beber mi sangre.

Se sienta a tu lado y te mira a los ojos.

-¿Es eso lo que sientes? ¿Que Farah te ama por tu hermoso rostro? Si así fuera, lamento decirte que no es amor. A tu madre y hermanas podrás volver a verlas cuando quieras. No eres un prisionero, y puedes hacer tu vida como cualquier otro mortal. Puedes comer, beber, reír, yacer con mujeres... Incluso tener hijos y una vida próspera. Tu enfermedad no es contagiosa, más aún. Ya no podrás enfermar ni ser envenenado mientras sigas bebiendo de mi sangre.

Con cuidado, Kothar coge tu brazo, dejándolo al descubierto, y con una daga que lleva escondida te realiza un pequeño corte en el brazo. Al instante, la herida se cierra sola.

-Mi sangre te da muchos poderes. Puedes curar heridas mucho más rápido que los mortales. En combate serás mucho más ágil, fuerte y resistente. Y con el tiempo, aprenderás a usar otros dones, como hablar con los animales u ocultarte a la vista de todos.

Se calla durante un instante, pensando en lo que va a decir a continuación.

-Los Nosferatu no nos preocupamos por el físico. Podemos ser quien queramos y cuando queramos. Nos reímos de los demás haciéndoles ver que lo que ellos creen son sólo ilusiones.

Mientras habla, el rostro de Kothar cambia para parecerse al que tu tenías antes... al de Farah... al de tu madre... al de Sarrasine... y finalmente al de Dorotheus. Al ver la expresión en tu rostro, hace desaparecer la ilusión para recuperar su rostro.

-Con el tiempo tu también aprenderás a engañar la mente de los demás, para hacerles ver lo que tu quieres que vean en ti. Aunque supongo que para entonces, ya te dará igual. Se lo que te pasó. Dorotheus me lo contó, es un buen amigo mío, aunque tiene el carácter maldito de los Brujah. Es demasiado orgulloso para reconocerlo, pero yo se que lamenta lo que ha pasado. Y tampoco es culpa suya. Sarrasine es una mala persona, un Seguidor de Set, cuyo único propósito en esta ciudad es fomentar el caos a beneficio propio. Te prohíbo que intentes vengarte... con el tiempo aprenderás que el destino pone a cada uno en el lugar que merece. Y tienes mucho tiempo para descubrirlo.

Suelto un par de lágrimas cuándo me nombra a Farah, a mi madre, a mis hermanas y me las limpio con la mano antes de que se dé cuenta que lloro, oculto mis emociones como mejor sé.

-Kothar, mi madre me habló de los cazadores de almas, seres malévolos, nos decía viejos conjuros para mantenérnos alejados de ellos....

Cuándo cambia su rostro doy un salto

-¿como has hecho eso? Y Farah...Farah y yo somos algo más que amantes, somos complices, pero tíene a los hombres más ricos de todo el imperio para complacer y yo ahora....¡¡¡SOY UN MONSTRUO!!!

Me llevo las manos a la cara como tapándo mi rostro

-¿como vá a quererse acercar a mi mi familia?- Mantengo un rato mi silencio y miro asombrado como se cura la herída que me ha hecho de una forma algo pasiva ya he visto demasíadas cosas inexplicables en poco tiempo

-Sarrasine es un hijo de mala madre al igual que esa maldita prostituta que me lo aconsejó ¿me tenías vigilado y por eso te acercáste a mi verdad?¿Por eso sabías mi nombre? Disimule como si te lo hubiese dicho... Agradezco que me salvases, pero ahora ¿que hago?

-No, no te tenía vigilado. Como ya te dije ha sido pura casualidad que uno de mis animales te viera. Tu nombre lo supe lo mismo que se muchas cosas de los mortales con los que hablo. Sus pensamientos fluyen a mi como los ríos a la mar y sólo me limito a coger lo que me interesa. Adila no actuó con maldad, más bien la culpa fue tuya por entrar en un mundo demasiado peligroso.

Sobre Farah y tu familia... Cuando quieras hablar con ellos avísame. Puedo disfrazarte de ti mismo de forma temporal. Más adelante aprenderás a hacerlo por ti mismo. -Kothar se levanta y pasea por la habitación- Ahora hazte a la idea de que eres una persona distinta. Vuelve a las calles de Constantinopla y busca información. La información es poder. Cualquier cosa que creas que es de utilidad nos vale. Cuanto más raro el suceso, o más excepcional, más interesante suele ser, y más poder suele implicar. Ven aquí una vez a la semana para informar, y yo te entregaré mi Vitae, para que sigas siendo inmortal y gozando de tus poderes.

-¿Animales? Kothar, no sé movérme en otro mundo.....-Hago una pausa, pienso en las posibilidades de jugar a ser otro y pienso que no todo es tan fuerte, he superado cosas peores y..Podré tener mi vieja apariencia en momentos-me reiré de ti Sarrasine- pienso-esta bien Kothar, ¿algo más?-

-Nada más. Puedes alojarte aquí el tiempo que desees, ahora no puedes contraer la lepra, y no desentonarás entre los enfermos. Este es un sitio tranquilo. Ningún mortal quiere tener trato con los leprosos, de modo que nadie se fija en quien entra o sale. -Kothar parece recordar algo- Un noble muy poderoso va a celebrar su matrimonio en unos días, y la ciudad y los caminos bullen llenos de nobles aristócratas que acudirán a tal evento. Llegado el momento, te ayudaré a colarte en la fiesta... Seguro que es muy divertido. -La risa de Kothar te hace pensar que planea algo más que comer gratis.- Ahora vete y diviértete. Prueba tus nuevos poderes, pero no llames demasiado la atención. No me gustaría verte arder en la hoguera.

Asiento con la cabeza e inténto sonreír aunque realmente no me gusta mi nuevo destino y mucho menos mi aspecto, camino hacia la salida para adentrárme en la noche de Constantinopla

¿Que me deparará?-Pienso-Sarrasine lo vas a pagar caro...- Pienso y ando por la ciudad.

-Espera, si que tengo una misión para ti. -Kothar te interrumpe antes de salir de la estancia- Hace poco he conocido a un noble recién llegado a Constantinopla. Un buen hombre, ambicioso como pocos y que se está haciendo con un gran poder en un breve lapso de tiempo... Quiero tener a ese hombre MUY vigilado, no se si me entiendes. Sus tierras son grandes y va a contraer un matrimonio que le hará anexionarse aún mas tierras. Tierras extrañas de las que nada sabemos ya que nadie de nuestro Clan se había preocupado nunca por ellas ni por los pueblos que abarca... Y eso no puede continuar así.

Vamos a hacer que seas el hombre de confianza de ese noble. De ese modo podrás descubrir importante información que nos hará más fuertes. Escucha, este es mi plan...

En una serie de televisión, ahora habría un fundido a negro y nadie más sabría el plan...

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Ese noble está reclutando constantemente hombres para su milicia. Te vas a hacer pasar por uno de ellos. Sobre tus heridas, diremos que te las causaste durante un asedio a una ciudad musulmana. Eso hará de ti un fiel soldado que a pesar de las heridas sufridas vuelve al combate por una causa noble. Una vez dentro, simularemos un ataque a su persona que tu frustrarás heroicamente. Estoy seguro que te recompensará con su confianza, no me extrañaría que te nombrara su guardaespaldas personal o algo así.

Kothar levanta la cabeza como haría un perro que olfatea algo.

En breve amanecerá, debo retirarme ahora. Busca al capitán de la guardia y dile que quieres alistarte en la milicia de Asenoc. No te será difícil entrar. Supongo que tal vez no sea tu entretenimiento favorito... mientras sigas a mi cuidado, harás variadas tareas. Guardaespaldas de mortales a los que aprecio, asesino de viles demonios profanadores de la cristiandad o que amenacen nuestra integridad, y sobretodo... de espía.

Suerte, nos vemos mañana por la noche en el castillo del Conde Asenoc.

-Perfecto...Me hablaron de ese tal Asenoc....Sabrás que no tengo formación militar, nunca he pertenecído a ninguna milicia pero...Será fácil debído a mi profesión- Hablo casi solemnemente y asiento con la cabeza-está bien Kothar,¿sabes donde puedo encontrárle? Adila me dijo que a un día y medio de caballo de aqui

-Eso me ayudará a encontrar antes a Farah y matar a ese noble el cual me mandaron- pienso para mi

-No importa que no tengas formación militar. La milicia se supone que coge campesinos para hacer de ellos guerreros. Tu eres ágil y diestro con la espada, eso te hará destacar, lo que es bueno para nuestros intereses. No busques a Asenoc, eso es demasiado sospechoso... Dirígete al Capitán de la Guardia aquí en Constantinopla, como un miliciano más. Confía en mi, acabarás donde ambos queremos que acabes, es inevitable. Al Capitán lo encontrarás en el Palacio Imperial. Allí se realizan los reclutamientos.

-Perfecto Kothar, allí me dirigiré, y con respecto a mi cara...Diré que son heridas de guerra....- Camino hacia la salida y me despido con la mano.

-¿Como será la vida con esta nueva apariencia?- Pienso mientras ando por la oscuridad salíendo de ese inhóspito lugar.